Muryōju Nyorai (Amitāyus Tathāgata) está ubicado en el pétalo Oeste de la Mansión Central, justo por debajo de Dainichi Nyorai. Su nombre significa Luz Infinita (Amitābha), porque según Seishi (2009) su figura nace del brillo dorado con el que se representaba la piel de Buda en las estatuas, o Vida Infinita (Amitāyus) porque ofrece el Paraíso de la Tierra Pura, y además porque en su voto de ayudar a todos los seres vivirá eternamente. Este último aspecto lo ha asociado con el amṛita, el néctar de la inmortalidad, que será expresado iconográficamente por su Bosatsu Shō-Kanjizai.
Sus nombres secretos son Diamante de la Pureza (Shōjō Kongō) y Diamante de la Gran Compasión (Daiji Kongō) porque representa la pureza del loto abierto irradiando toda su fragancia.
La segunda fase de evolución espiritual de irradiación de los méritos alcanzados por Buda hacia todos los seres se representa en Muryōju Nyorai como un Buda de Luz Pura que brilla en todas las direcciones abarcando los seres de todos los mundos para que todos los signos negativos del karma queden neutralizados. Este Buda está instalado en el gozo infinito por haber alcanzado la iluminación y ahora irradia sus dones en todas las direcciones.
Esta buda también aparece unido al “saber del método” porque encarna el conocimiento de la percepción sutil de Dainichi Nyorai (Mahāvairocana) que es capaz de identificar-escuchar todas las peticiones que hacen los seres que sufren y de ver-saber cómo tiene que ofrecer su ayuda y sus enseñanzas a cada uno en función de su situación vital y nivel de comprensión espiritual y receptividad personal y mostrarle el camino del Loto (pureza-compasión) como vía para la iluminación. Esta capacidad le otorga los nombres de Kanjizai-ō (Avalokiteśvara-rāja) o Rey de la Contemplación Espontánea y o Jizai-ō (Lokeśvara-rāja) o Rey del Mundo Espontáneo.
Según una leyenda budista en vidas anteriores este Buda había sido el rey Arameni. Un líder que decidió hacerse seguidor del Buda Ratnagarbha, uno de los hijos de su primer ministro que había renunciado al mundo para conseguir la iluminación. Cuando el rey Arameni se iluminó, se convirtió en el Buda Amitāyus y gobernó sobre el Reino del Este que se llamó la Tierra Pura (Sukhāvatī), un paraíso de la máxima felicidad.
Según otra leyenda fue un monje llamado Dharmakara que vivió en los tiempos del Buda Lokeśvarāja (Reino de la Libertad) y que con él no sólo pudo conocer los 21 millones de reinos de Buda sino que también pudo observar las interrelaciones causa-efecto que daban lugar a los renacimientos en todos ellos. Gracias a ello para abstraer las mejores cualidades de cada reino y entender cómo ayudar a cada ser para llevarlos a su Tierra Pura. Este monje es famoso porque hizo 48 votos respecto al paraíso de la Tierra Pura, uno de los cuales era que pronunciar su nombre ayudaría a renacer allí.
En la iconografía este Buda aparece sentado en posición de loto y sus manos están en la posición del mudra amida-jō-in (amitābha dhyāna mudrā): las dos manos descansando en su regazo con la palma izquierda sobre la derecha, los dedos índices doblados y pegados para tocar los dedos gordos de las manos. Una variante del gesto clásico de la meditación que muestra que este Buda actúa desde el samadhi.
En el budismo esotérico la unión de ambas palmas simboliza que se han equilibrado el Mundo Matriz y Diamante, pero como la mano derecha es la que soporta a la izquierda se quiere expresar que el mundo de los Budas sostiene el mundo manifestado. Los círculos que hacen sus dedos índices y gordos también indican la perfección de las enseñanzas en los dos mundos.
La simbología de Amida Nyorai potenció en el periodo Kamakura (1185–1333) en Japón dos corrientes en el trabajo espiritual que reciben los nombres de Jiriki-Tariki, la salvación por uno mismo y la salvación por la deidad.
La complejidad del ritual esotérico, la corrupción monástica y la idea de que se aproximaba el fin de la era budista (mappō) llevaron a algunos monjes de la escuela Tendai a buscar fórmulas de culto más sencillas y accesibles a la población.
Honen Shōnin (1133-1212) fundó la Escuela de la Tierra Pura (Jōdo Shū); Shinran Shōnin (1173-1262), discípulo de Honen, fundó de la Escuela de la Verdadera Tierra Pura (Shin Jōdo Shū); e Ippen Chishin (1239-1289) creó la Escuela de la Oportunidad (Ji Shū). El razonamiento de estos monjes era que la salvación en tiempos de urgencia sólo podía darse por la gracia del Buda Amida gracias a que esta deidad se comprometió en uno de sus 48 votos a que aquel que recitarse su nombre renacería en el paraíso de la Tierra Pura. Recitar la palabra nembutsu (Tomo refugió en el Buda Amida) de corazón se expandió como una técnica de salvación sencilla entre toda la población.
Referencias Bibliográficas
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About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.