Dinastía Shang (1750-1045 a.C.)

CONTEXTO HISTÓRICO

La dinastía Shang es la primera dinastía china de la que tenemos fuentes escritas, y en el plano histórico, representa el paso de la cultura de piedra a la cultura del bronce.

Desde un punto de vista social y político, la sociedad Shang se estructuraba a partir de un conjunto de clanes centralizados en torno a un rey y basaba su superioridad militar en el uso del carro de guerra y el caballo. Según los anales históricos, los gobernantes de esta dinastía justificaron su reinado, y así, la destrucción de la dinastía Xia anterior, en el “Mandato del Cielo” impuesto por la mala conducta de los gobernantes Xia.

En el plano económico fue una cultura agrícola, y en ella, podían haberse desarrollado sus conocimientos astronómicos y las primeras teorías sobre la influencia de las estaciones y el clima en la naturaleza y el hombre. (Existen vestigios de que en esta época ya se utilizaba el sistema de los 10 troncos celestes y las 12 ramas terrestres, que tanto influiría después en el desarrollo de su calendario y la numerología adivinatoria china).

Lo más significativo a nivel religioso, fue la dependencia en las funciones de gobierno de sus reyes, de los dictados y deseos expresados por los espíritus ancestrales y deidades. En este sentido, los chamanes (wu) habrían jugado un papel importante en el desarrollo de diferentes ceremonias y prácticas mágico-religiosas.

Los rituales y sacrificios mostraban, por un lado, una dimensión muy agresiva, enterrando, ahogando, desmembrando y/o quemando a personas o animales para ofrecer culto a la tierra, los ríos, el viento, el cielo, etc.; y por otro, una dimensión más apacible como las prácticas adivinatorias sobre los huesos de omóplato de bueyes o caparazones de tortugas

CHAMANES Y PRÁCTICAS CORPORALES

El origen de las primeras prácticas corporales con fines curativos de la tradición china se ha asociado a la figura de los “chamanes” (wu). Referencias como el “Paso de Yu”, que aparece nombrado en los primeros textos médicos encontrados en tumbas en China, y párrafos escritos en la obra “Anales de Primavera y Otoño del Señor Lu” (Chunyiu), redactado entre el 771-484 a.C., han contribuido a establecer una asociación entre las danzas que realizaban los chamanes para “desatascar” los estancamientos y acumulaciones de las aguas en los ríos y los estiramientos que aparecerán después, en la dinastía Zhou, para ayudar a hacer circular la energía vital dentro del cuerpo.

Pero ¿Hasta qué punto se debe asociar realmente el origen de aquellas prácticas corporales (que después se han asociado a las raíces del Qigong) con la figura de los chamanes? La respuesta no es nada sencilla ya que actualmente no existe ningún consenso entre los investigadores sobre las funciones y el papel que desempeñaron realmente aquellos chamanes en la sociedad Shang.

A partir de los años 90, algunos investigadores han empezado a cuestionar que los chamanes, en esta dinastía, ejerciesen un rol como el que otorgamos hoy en día a estos personajes, y se comenzó a defender que habría que considerarlos más bien como “sacerdotes” con funciones altamente burocratizadas.

Si la figura del chamán se asocia de forma general a un personaje capaz de entrar en éxtasis o en trance, de ser poseído por entidades y realizar viajes al “mundo de los espíritus”, esta perspectiva no encaja bien con el tipo de ritual religioso que desarrollaban estas figuras en esta dinastía.

Con la documentación actual se sabe que los chamanes del “Estado” en la corte Shang recurrían a plantas y substancias medicinales para curar más que al trance y el viaje al mundo de los espíritus; la adivinación se basaba en huesos oraculares más que en buscar estados alterados de conciencia; el espíritu era convocado a través de rituales en vez de tener que desplazarse al otro lado; la curación seguía una secuencia predeterminada con un amplio espacio temporal en el que había que determinar si el origen de la enfermedad se debía a los ancestros o a un espíritu, qué tipo de espíritu o qué ancestro en particular era el culpable, seleccionar el ritual necesario, etc.

En el contexto terapéutico específico, para determinar si los chamanes Shang tenían algo que ver con las prácticas modernas que se asocian hoy en día al Qigong, sería bueno analizar cuáles eran sus conocimientos sobre el Qi (vapor vital) y sus técnicas curativas.

Respecto al primer aspecto, se puede afirmar que a día de hoy no existe ningún tipo de registro que indique que esta dinastía estas personas realizasen ningún tipo de actividad en dónde se cultivase, canalizase y fortaleciese el Qi de alguna manera. Es más, en los bronces rituales Shang, el ideograma Qi aparece como verbo o adjetivo pero no como nombre o sustantivo, luego no se identificaba el término Qi con una substancia concreta.

Si podría considerar además, que si hubiese habido algún tipo de trabajo con el Qi en esta época, este tendría que haber sido muy rudimentario ya que no se ha encontrado del periodo pre-Han ninguna teoría médica en la que apareciese la noción de “conductos” (mai) organizados en un sistema de circulación “energética” cerrado, ni una descripción de secuencias de puntos en dichos conductos, ni una asociación de esos puntos con órganos internos.

Respecto a sus conocimientos terapéuticos, lo primero que hay que señalar es que estos debieron ser muy rudimentarios como se evidencia en el contenido de las preguntas que hacían los sacerdotes Shang en las inscripciones oraculares que se han encontrado. Si estos personajes tenían que preguntar en ellos sobre el desenlace de la enfermedad, la entidad causante de la misma, etc. quizás se debía a que sus conocimientos en materia médica no eran muy avanzados.

Todos estos datos hacen difícil asociar a la figura del chamán con el desarrollo de la fisiología de conductos y vapor vital que aparecerá después en los primeros textos médicos encontrados en tumbas de las dinastía Han.

Entonces ¿A quién se puede asociar el origen de las prácticas corporales de salud en la antigua China? Si bien la figura del chamán pudo jugar su papel, también es cierto que podrían estar en su origen linajes que podrían haber desarrollado unos conocimientos terapéuticos y de salud sin necesidad de acompañarlos de componentes “mágico-religiosos”.

Personas interesadas en determinar las propiedades curativas de las plantas y substancias minerales; la influencia de los climáticas (frío, calor, sequedad, humedad, etc.) sobre el cuerpo; los beneficios que aporta la actividad física sobre la salud, etc., cuyos conocimientos serían después unificados dentro de la obra del Canon de Medicina Interna del Emperador Amarillo (Huang Di Nei Jing).

La tradición China, de hecho, ha puesto a diferentes personajes mitológicos como fundadores de sus prácticas médicas en vez de asociarlo todo a una sola figura. Shen Nong, el Emperador Rojo, se ha ligado al origen de la farmacopea china mientras que Huang Di, el Emperador Amarillo, se ha relacionado al origen de la medicina de los meridianos y la circulación de la energía vital.

En los primeros textos médicos que se han encontrado en las tumbas de Mawagdui y que supuestamente circulaban a finales de la dinastía Zhou, existen diferentes especialidades médicas englobadas bajo títulos y contenidos diferentes, y en particular, en los documentos asociados a las prácticas corporales asociadas a la salud, el Daoyin Tu y el Yin Shu no existe ningún tipo de referencia “mágico-religiosa” en su filosofía.

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About Pedro Jesús Jiménez Martín

Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.

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