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Taoísmo en el Japón Azuchi-Momoyama

Esta etapa se puede describir como el momento en que se produjo el ocaso de los onmyōji (陰陽師) de la corte y la expansión de otros linajes onmyōji especializados en cubrir las necesidades militares de la nueva clase guerrera gobernante. Un punto histórico que implicó la decadencia de una tradición ritual y ceremonial que había perdurado durante muchas generaciones en la capital (Kioto) para relegar las artes del onmyōdō (陰陽道) a las simples necesidades de adivinación para la guerra y el establecimiento de alianzas.

ONMYŌJI DE LA CORTE

Durante el periodo de guerra civil que padeció Japón desde el final del periodo Muromachi (1467) hasta la llegada del periodo Edo (1615), identificado con el nombre de periodo de los Estados Combatientes (sengoku jidai 戦国時代), los dos linajes onmyōji más influyentes en la corte imperial, el Kadenokōji (勘解由小路) (descendiente de la familia Kamo 賀茂) y el Tsuchimikado (土御門) (descendiente de la familia Abe 安倍), vieron eclipsado su poder y estatus, y algo más grave, su supervivencia, quedando la Oficina del Yin y del Yang (Onmyōryō 陰陽寮) durante este periodo al borde de su extinción.

Con el estallido de la guerra Ōnin (1467-1477) que marcó el comienzo del sengoku jidai, el shogunato Ashikaga entró en banca rota y ya no pudo mantener los pagos de las funciones rituales de los onmyōji de la corte. La nobleza estaba igual, y así, ceremonias y rituales que se habían realizado de forma “regular” durante siglos pasaron a convertirse en algo excepcional. Sólo eventos comprometedores como la enfermedad de Ashikaga Yoshimasa (足利義政, regencia 1436-1490) o la aparición de un cometa obligaron a la nobleza a utilizar sus fondos para interpretar y actuar frente a estos funestos designios.

La situación de los onmyōji de la corte durante este periodo fue tan precaria que apenas hay referencias en los registros de su actuación en ceremonias rituales. Sin embargo y aun así, estos decidieron permanecer en Kioto hasta 1520-1545, momento en que la crisis económica obligó finalmente al linaje Tsuchimikado no sólo a trasladar su residencia a sus tierras provinciales en Wakasa, también a prestar sus servicios a los nuevos guerreros gobernantes Oda Nobunaga (1534-1582織田信長) y Toyotomi Hideyoshi (1536-1598豊臣秀吉). Si estas decisiones es verdad que aseguraron su supervivencia como clan también les conllevaron una gran pérdida de poder en la corte por la falta de su presencia.

En estas fechas el linaje Kadenokõji parecía haber ganado el liderazgo y así durante muchos años fueron los únicos responsables en oficiar los escasos rituales y adivinaciones que solicitó la nobleza y la familia imperial (además de continuar elaborando el calendario ritual anual para la corte). Sin embargo, pronto llegó la desgracia. En 1565 Kamo Akitomi (賀茂在富), el cabeza de la familia, falleció sin sucesor llevando a la extinción a su linaje.

El emperador Ōgimachi (正親町 regencia 1560-1586) no tardó en reaccionar y decidió convocar al líder del linaje Tsuchimikado, Ariharu no Abe (安倍有春1501-1569), para que no se perdiesen en la corte las funciones que había ejercido la familia Kamo durante generaciones.

Con el nuevo periodo de estabilidad generado por Nobunaga e Hideyoshi, los emperadores Ōgimachi y Go-Yōzei (後陽成, regencia 1586-1611) quisieron revitalizar la corte, y parte de su proyecto era reactivar los rituales y ceremonias que habían sido abandonados en tiempos de guerra, además de continuar con el tradicional calendario anual de festividades.

La solución de Ariharu fue proponer que su segundo hijo Akitaka (在高) asumiese esta función, ya que su primer hijo Arinaga (有脩1527-1577) acaba de tomar el liderazgo de la familia Tsuchimikado.

El problema era que Akitaka era muy joven y no estaba preparado para el puesto. Siempre había residido en la provincia de Wakasa y no sólo no conocía las costumbres y el protocolo de la corte, tampoco las claves para poder elaborar bien los calendarios. Fue el propio Ariharu el que tuvo que darle esta formación en la corte y el que finalmente tuvo que liderar muchas ceremonias y antiguas responsabilidades que había estado cubriendo la familia Kamo hasta ese momento.

La desaparición del clan Kadenokõji dañó mucho la posición de los onmyōji de la corte porque el linaje Tsuchimikado no supo asumir correctamente muchas de las funciones y ceremonias de los primeros. Ejemplo de esto es el fallo de predicción calendárica que tuvo el hijo de Ariharu en 1568 al confundir un eclipse solar y lunar y la penalización que le impuso emperador Ōgimachi a Arinaga en 1570 por no volver a la capital a terminar el calendario ritual (parece ser que Arinaga estaba ofreciendo sus servicios a Nobunaga en Settsu en su enfrentamiento contra la secta Ikkō).

La crisis de los onmyōji de la corte alcanzó su cénit en 1576 cuando Arinaga calló muy enfermo y su hijo Hisanaga (久脩1560-1625) con tan sólo 16 años no estaba preparado para asumir la dirección de la Oficina del Yin Yang. Finalmente y por orden del emperador Ōgimachi, Arinaga tuvo que dar la formación requerida a su hijo asegurando la supervivencia del linaje.

Hay que señalar que aunque el linaje Tsuchimikado tuvo un papel principal en este periodo, en realidad no mantuvo mucha presencia en la corte porque su base central estuvo todo el tiempo en Wakasa al desconfiar de la supuesta estabilidad nacional ofrecida por Nobunaga e Hideyoshi. Tanto Arinaga como Hisagana prefirieron no echar raíces en la capital y aunque en 1576 Arinaga se quiso construir una pequeña residencia en Kioto murió al acabarla, y Hisanaga cuando por fin decidió instalarse en la capital terminó exiliado en las provincias por un conflicto con Hideyoshi en 1595.

La revitalización de los onmyōji y de Hinasaga llegó tras el advenimiento del periodo Tokugawa y la subida al poder de Ieyasu (徳川家康1542-1616), si bien ya no en la corte de Kioto sino en la nueva capital en Edo (actual Tokio). Hisanaga se convirtió en consejero personal del nuevo gobernante en 1605, salvando de la extinción al linaje Tsuchimikado.

ONMYŌJI DE LOS GUERREROS

Si durante los periodos Kamakura y Muromachi, la clase guerrera gobernante había preferido seguir apoyando a los onmyōji de la corte quizás porque la familia Ashikaga se consideraba que era parte de la élite a través de los lazos de su linaje, los líderes militares del periodo sengoku, más prácticos y alejados de la realidad de la corte, decidieron distanciarse de los adivinos de la corte para contratar los servicios de los onmyōji pertenecientes a la llamada Escuela Ashikaga (Ashikaga Gakkō).

Los orígenes de esta escuela son difusos, sin embargo se sabe que bajo el mandato de Uesugi Norizane (1411-1466) la institución adquirió una gran reputación como academia de estudios confucionistas por un currículum centrado en la enseñanza de los clásicos y sus primeros comentarios.

Los onmyōji de esta escuela fueron los alumnos que recibieron formación sobre los sistemas de adivinación aplicados a la guerra según se exponía en los tratados clásicos antiguos. El periodo más álgido en la contratación de estos onmyōji por parte la clase guerrera correspondió al momento en que Kyūya lideró la institución entre 1550-1578.

La crisis en esta institución llegó tras la subida al poder Toyotomi Hideyoshi. En ese momento su sobrino y heredero Toyotomi Hidetsugu decidió requisar un gran número de pinturas, estatuas y libros raros de la Escuela, además de obligar a su nuevo director Kanshitsu Genkitsu (閑室元詰1548-1612) a abandonarla para utilizar sus servicios. Esta situación sin embargo no duró mucho porque Hidetsugu fue forzado a cometer suicidio y Kanshitsu decidió rápidamente buscar el amparo de Tokugawa Ieyasu.

Entre los onmyōji más famosos contratados por la clase militar en este periodo de guerras, y que después adquirieron posiciones de poder en la shogunato Tokugawa, estaban Tenkai (1536-1643, 天海), que tuvo cuatro años de formación en la Escuela Ashikaga en la década de 1560; Ishin Sūden (1569-1633, 以心崇伝) que se formó en otra institución pero llegó a convertirse en adivino del shogunato; y Kanshitsu Genkitsu, el director de la Escuela Ashikaga, que llegó a impresionar tanto a Ieyasu que le acompañó en la batalla de Sekigahara.

La relación entre Kanshitsu e Ieyasu fue tan estrecha que este no sólo le donó tierras, también construyó para él el templo Fushimi Enkō (伏見円光) que actuaría al final como otra Escuela Ashikaga. Parece ser que las predicciones para Ieyasu fueron tan acertadas que el gobernante en 1609 mandó construir un segundo Enkōji.

Sin embargo, la Escuela Ashikaga original no obtuvo ningún beneficio de la asociación entre Kanshitsu e Ieyasu. Aunque se le devolvieron todos los bienes que se apropió Hidetsugu en su momento, como Kanshitsu tuvo que permanecer fuera de la escuela para dirigir el Fushimi Enkōji y desempeñar labores administrativas en Kioto y Fushimi, la escuela sin patrón ni dirección terminó como escuela de formación confucionista exclusivamente y no pudo alcanzar ningún protagonismo para ofrecer servicios ceremoniales y rituales ligados al onmyōdō de la corte.  

Referencias Bibliográficas

Butler LA. (1996). The Way of Yin and Yang. A tradition revived, sold, adopted, Monumenta Nipponica, 51(2), 189-217.

Hayashi M. (2013). The Development of Early Modern Onmyōdō, Japanese Journal of Religious Studies, 40(1), 151-167.

About Pedro Jesús Jiménez Martín

Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.