Shri Yogendra (1897-1989)

Manibhai Haribhai Desai, reconvertido a partir de 1923 en la figura de Shri Yogendra, no sólo destaca como el pionero de una nueva visión del yoga ligada a la educación física de su tiempo y semilla de lo que hoy en día se denomina el “Yoga Moderno”, también por que fue una persona con el valor suficiente como para:

1) Renunciar a convertirse en el sucesor de su maestro y preferir convertirse en un “simple profesor” de yoga. Con ello, abrió un campo profesional del que todos podemos beneficiarnos hoy en día.

2) Romper con la tradición de tener que “renunciar” al mundo y convertirse en “asceta” para poder acceder a esta práctica. Abrió públicamente el yoga a la clase media india y a Occidente mediante el simple pago de una cuota y lo reconvirtió en un acto socio-grupal lejos de la privacidad y el aislamiento.

3) Redirigir el objetivo de esta práctica desde la búsqueda de la fusión con el Ser y/o la “Iluminación”, al cuidado de la salud y la mejora de la calidad de vida de sus practicantes; y desde el esoterismo y el secretismo de la dimensión tántrica-mágica que lo impregnaba, a la visión científica y divulgativa moderna.

Goldberg (2016) cita que Yogendra salvó el yoga de los bosques y los renunciantes y lo separó de la religión para ofrecer sus beneficios a todo el mundo independientemente de sus orígenes e ideas religiosas.

Pero empecemos por el principio. Yogendra tuvo la suerte de poder profundizar en la tradición del yoga gracias a que, en el año 1916, cuanto tenía 19 años, decidió hacerse discípulo del maestro Paramahamsa Madhavadasaji después de conocerle en un discurso que ofreció en Bombay.

Parece ser que, tras superar las resistencias familiares a que adoptase una vida ascética y se incorporase en el ashram de este maestro, no sólo logró ser iniciado en el yoga postural, también pudo observar de primera mano cómo Madhavadasaji utilizaba esta práctica (sus posturas corporales, técnicas respiratorias y de limpiezae incluso la dieta) como recursos para mejorar la salud de muchos “pacientes” que acudían a él en busca de consejo.

Cuánto llegó a aprender o profundizar en el conocimiento del yoga con su maestro es un interrogante sin resolver porque tan sólo un año y medio después de ingresar en el ashram no sólo decidió abandonar a Madhavadasaji, también renunció a la oferta de convertirse en su sucesor para regresar a la vida secular y crear una nueva profesión desconocida hasta el momento en la India: “profesor de yoga”.

¿Qué factores pudieron contribuir a que Yogendra adoptase esa decisión? En su biografía Goldberg (2016) cita el distanciamiento que tuvo de su maestro debido a incompatibilidad de caracteres (alejamiento que en verdad no fue total dado que Yogendra siguió manteniendo correspondencia postal con su maestro para contarle sus decisiones con respecto a la práctica y divulgación del yoga).

Singleton (2018) por otro lado, introduce en sus escritos episodios que pueden indicar un “distanciamiento” de base en su personalidad respecto de los “profetas” del yoga. Uno es que cuando era muy joven casi fue raptado por unos kanphatas, (personajes asociados a prácticas oscuras del yoga y el rapto de niños) y otro es el rechazó de la oferta de tres yoginis que aparecieron en su casa y que le ofrecieron que les acompañase para enseñarle los secretos más ocultos del yoga. Un encuentro, que añade este investigador, reafirmó en él la importancia de recuperar el yoga de la custodia de los ascetas y otros autoproclamados poseedores de la verdad absoluta.

Pero quizás el factor más importante a tener en cuenta según Goldberg (2016) y Singleton (2018) es su profunda inmersión en la cultura física moderna occidental. Yogendra tuvo, por un lado, una formación académica “occidental” durante la cual mostró una gran pasión por la gimnasia, la calistenia y la lucha libre, y por otro, a lo largo de su vida recibió de forma directa la influencia de las nuevas corrientes corporales que habían nacido en Europa – Estados Unidos centradas en la condición física y la salud.

Respecto al primer punto hay que añadir que Yogendra se formó en la Escuela Inglesa Amalsad en Degam y después en el Colegio San Xavier en Bombay. Durante esta etapa, experimentó tal interés por el ejercicio físico para fortalecer su débil cuerpo adolescente y por la lucha libre que llegó a abrir un gimnasio en su escuela, faltando muchas veces a clase para ir a entrenar en el mismo. Allí, de la mano de su mentor Gulababhai Desai, entró en contacto con los avances en cultura física occidental e incluso llegó a convertirse en un Míster Universo de la musculación.

Con respecto a las nuevas corrientes corporales occidentales que estaban llegando a la India, hay que mencionar por un lado los ideales y fórmulas del movimiento gimnástico iniciados por J.C.F. GuthMuths (1759-1839), F.L. Jahn (1778-1852) y desarrollados como gimnástica terapéutica por P.H. Ling (1776-1893), el Movimiento Muscular Cristiano de T.W. Higginson (1823-1911) y la calistenia de J.P. Műller (1866-1938) y E. Sandow (1868-1925), y por otro, las terapias naturales alternativas a la medicina moderna representadas por la  osteopatía de A.T. Still (1828-1917),  la quiropraxia de D.D. Palmer (1845-1913) o la Cura Natural de V. Priessnitx (1799-1851), L. Kuhne (1835-1901) y G. Stebbin (18587-1934).

Aunque Yogendra criticó explícitamente muchas ideas de la cultura física occidental en sus escritos y quiso erradicar toda relación entre el yoga y la cultura física occidental, lo cierto es que los investigadores actuales han mostrado las numerosas influencias e ideas que copió de estas corrientes para crear su yoga moderno y científico. La razón de esta incongruencia hay que buscarla en las corrientes nacionalistas en la que estaba inmerso el país en esta época y que le hicieron defender que el yoga era la terapia “genuinamente” India, más antigua y eficaz que las propuestas europeas.

En particular, Goldberg (2016) aporta datos para desvelar la gran influencia que tuvieron J.P. Műller y G. Stebbin en el modelo de yoga de Yogendra (e incluso en el modelo de trabajo del yoga moderno). Respecto del primero cita:

– La aparición de rutinas “cortas” de práctica postural y la simplificación de las posturas (asanas) para hacerlas más accesibles a todos. Yogendra en particular decidió adoptar una secuencia de 13 asanas de las 84 que se practicaban ya en su época.

– La introducción de ejercicios físicos dinámicos con fines de acondicionamiento físico y la inclusión de nuevas posturas de pie para preparar las posturas estáticas y prevenir lesiones. En este sentido introdujo estiramientos dinámicos y ejercicios balísticos tomados de la calistenia, la ejecución a derecha e izquierda de las posturas y tiempos de ejecución cortos codificados (dos minutos para las figuras dinámicas y un minuto para las estáticas).

– El trabajo conjunto y por primera vez de las técnicas respiratorias con las posturas (asanas) en línea con las propuestas de Műller de coordinar la inspiración-espiración con el movimiento y que denominó Ritmo Yogendra.

– La noción de que el ejercicio físico ayudaba a trabajar la fisiología interna del organismo, el sistema nervioso, los órganos, etc.

Con respecto a las corrientes de curación natural importadas de Occidente cita:

– La transformación de su Instituto de Yoga en una clínica para tratar la enfermedad y el reforzamiento de su visión de que el yoga postural era una terapia alternativa.

– La importancia de la relajación y la respiración natural en el yoga como medio para combatir el estrés y rejuvenecer el cuerpo. Yogendara introdujo la pauta de que al inicio de la sesión se realizase la postura Sukhasana (sentado con las piernas cruzadas por los tobillos con el tronco erguido y las manos reposando en las rodillas) para “observar” la respiración durante un minuto con el fin de reestablecer la armonía interna antes de comenzar; y al final de la sesión la postura Savasana (tumbado boca arriba en el suelo) como ejercicio final de relajación (no de desconexión) para aprovechar los frutos de la sesión.

– La ampliación de sus conocimientos sobre fisiología, higiene y salud corporal. Yogendra colaboró con el médico misionero John W. Fox ubicado en el Hospital Misionero Brethern de Bulsar y este influyó mucho en el contenido de su obra Yoga: Higiene Personal editada en 1930. Parecer ser que este médico le invitó a observar sus trabajos quirúrgicos en el hospital y le ayudó a profundizar en sus conocimientos de fisiología y salud.

– La definición del yoga como “tecnología” capaz de conseguir que las personas alcancen los estados más elevados a nivel físico, mental, psíquico y ético, superando el lento proceso de evolución; así como su defensa de que el yoga era una herramienta capaz de cambiar la genética humana, por influencia de las teorías eugenésicas.

La carrera de Yogendra como profesor de yoga arrancó sin quererlo gracias a la ayuda de su maestro Madhavadasaji. En 1917, cuando estuvo con él en su ashram, este le pidió que tradujese la obra Gitanjali del poeta Rabindranath Tagore. Parece ser que un año después, tras haber abandonado a su maestro, la traducción atrajo tanto la atención del Vicerrector de la Universidad de Bombay que le invitó a su casa para hablar con él. A partir de ese contacto pudo conocer a gente influyente de la sociedad india. Personas como el ingeniero Homi Dadina, yerno de Dadabhai Naoroji, un renombrado líder político nacionalista, al que le recomendó la práctica del yoga para superar todos los males que la medicina occidental no le había permitido solucionar.

Dadina encantado no sólo le invitó a dar clase a él y otros amigos en una casa que tenía en la playa en Versova (Bombay) y que pronto se convirtió en el primer centro público de yoga del mundo: el Instituto de Yoga, también le acompañó a Estados Unidos cuando Yogendra quiso divulgar las virtudes y beneficios de esta práctica más allá de las fronteras indias.

La buena estrella de Yogendra para expandir su visión del yoga aunque empezó bien, no terminó como él hubiese deseado. Yogendra arrancó su proyecto de expansión del yoga con un viaje a Estados Unidos en 1919. Allí, además de realizar exhibiciones de las técnicas del yoga y mostrar su capacidad para triplicar el tamaño de un pulmón respecto al otro, controlar su temperatura corporal, producir electricidad con sus manos e incluso parar su reloj a voluntad, también expuso el tratamiento terapéutico que había aplicado con muchos pacientes en su Instituto de Versova.

Aunque sus ideas pronto conquistaron el interés de los norteamericanos, que rápidamente le apoyaron para crear en 1920 la primera franquicia de su escuela: el Instituto de Yoga de América en las Montañas Bear, en el valle de Huston junto a Nueva York, igual que le animaron a dirigir diferentes estudios de laboratorio para investigar las virtudes del yoga con la ayuda de distintos médicos y naturópatas de vanguardia como Benedict Lust y John Harvey Kellogg, en 1922 decidió regresar a la India para ayudar a su padre enfermo.

Tras su regreso, aunque movió los hilos para crear un centro internacional de yoga, la suerte no le acompañó. Según sus biógrafos Swami Kuvalayananda, otro seguidor del yoga que se había presentado a la sociedad india como discípulo y sucesor de su maestro Paramhamsa Madhavadasaji le hizo la competencia con tal tenacidad, que se vio obligado a cambiar varias veces la sede de su Instituto de Yoga en Bombay, de modo que no fue hasta el año 1948 cuando pudo hacer realidad su sueño gracias al mecenazgo del Rustom J. Irani.

Parece ser que Yogendra en verdad no pudo volver a Estados Unidos por la nueva ley de inmigración que se impuso en este país, la Ley de Exclusión Asiática, de carácter racista y eugenésica, lo que le obligó a centrar su trabajo en el Instituto del Yoga de Bombay.

Como últimos datos de interés a añadir decir que Yogendra se casó para demostrar que el yoga era una profesión que podría adoptar cualquier persona e incluso llegó a tener dos hijos: Jayadeva Yogendra y Vijayadev Yogendra; y en su legado figuran obras tan importantes como: Yoga Asanas Simplificado (1928) Yoga: Educación Física (1928), Yoga: Higiene Personal (1931), Hatha Yoga Simplificado (1931), Posturas Meditativas Simples (1934) o Métodos Respiratorios (1936).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alter, J.S. (2013). Shri Yogendra: Magic, Modernity, and the Burden of the Middle-Class Yogi. En: Singleton, Mark y Goldberg, Ellen (Eds). Gurus of Modern Yoga, Charper 3 (pp.  USA: Oxford University.

De Michelis, E. (2008). Modern Yoga. History and Forms. En: Singleton, Mark y Byrne, Jean. Yoga in the Modern World. Contemporary Perspectives. (pp. 17-35), London & New York: Routledge Hindu Studies.

Goldberg, E. (2016). The Path of Modern Yoga. The history of an embodied spiritual practice, Rochester, Vermont (USA): Inner Traditions.

Singleton, M. (2018). El Cuerpo del Yoga. Los orígenes de la práctica postural moderna. Barcelona: Kairós.

Singleton, M. y Byrne, J. (2008). Yoga in the Modern World. Contemporary Perspectives. London & New York: Routledge Hindu Studies.

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About Pedro Jesús Jiménez Martín

Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.

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