Jagannath Ganesh Gune, reconvertido en 1924 en Swami Kuvalayananda, destaca como pionero en la construcción de lo que hoy se denomina el “Yoga Moderno” por contribuir entre muchos aspectos a:
1) Introducir muchos estudios en laboratorio sobre el yoga. Kuvalayananda dirigió numerosas investigaciones para determinar los efectos fisiológicos de esta práctica con el fin de exponer claramente los efectos terapéuticos asociados a cada asana, y definir la dosificación, el tiempo de práctica a mantener en cada postura y la progresión de enseñanza para recibir sus mejores efectos fisiológicos.
2) Realizar una gran campaña de divulgación a nivel nacional e internacional de sus descubrimientos a través de la revista Yoga Mimamsa y sus libros, acercando esta práctica a los médicos y la clase media y alta india que antes la rechazaban por su oscurantismo.
3) Crear secuencias cortas y ordenadas de asanas y distinguir en el yoga postural entre posturas meditativas con fines de trascendencia, posturas terapéuticas con fines de tratamiento de la enfermedad y posturas de “cultura física” con fines de corrección postural, salud de la columna vertebral y mejora de las funciones fisiológicas (endocrinas y nerviosas). Kuvalayananda creó en 1925 una secuencia de 11 asanas, 1 bandha, 1 mudra, 2 kriyas y 2 pranayamas; en 1930 otra secuencia de 8 asanas y 1 pranayama y en 1931 una última secuencia de 7 asanas y 1 pranayama.
4) Introducir la práctica del yoga dentro de la educación física del sistema educativo indio y fundar una institución específica para formar y certificar a los profesores encargados de impartirla.
Jagannath Ganesh Gune nació en una familia de clase media en Dabhoi, en Gujarat, pero a los 14 años quedó huérfano de modo que su juventud se caracterizó por la carencia material y afectiva. Sus familiares eran tan pobres que sólo pudieron contribuir en su ayuda enviándole a un centro de Educación Secundaria en Pune donde subsistió con el alimento que aportaban las familias bhramin.
Desde muy joven sintió un gran interés por las artes marciales, y en particular, por el uso de las armas (shastar vidya) de modo que, en el año 1907, a la vez que estaba en la Universidad, se hizo alumno del profesor Rajratna Rajpriya, conocido como el profesor Manikrao. Con él aprendió que el ejercicio físico era el camino ideal para desarrollar un cuerpo fuerte y masculino, a la vez que fue influenciado en los ideales anticolonialistas.
Este profesor no sólo marcó su vida durante los tres años que estuvo con él al convertirse en una auténtica figura “paterna”, también marcó, según Goldberg (2016), su desarrollo profesional posterior en el mundo del yoga al infundir en Kuvalayananda un amor de por vida por el estudio y la investigación de las prácticas corporales y ofrecerle un referente de gestión para su ashram de yoga.
En 1910, tras graduarse en la Universidad de Baroda se separó de Manikrao para incorporarse como profesor en varios centros de Educación Secundaria. Influenciado durante su etapa universitaria por los ideales nacionalistas de Aurobindo Ghose y Lokmanya Tilak divulgó la causa nacionalista y el activismo social entre su alumnado igual que potenció el ejercicio físico con tintes militares en sus clases.
En esos mismos años también decidió ampliar sus conocimientos de yoga adquiridos en el gimnasio del profesor Manikrao. De hecho, decidió vivir como un yogin en una cabaña con un pequeño jardín y un ciervo y un pavo real como mascotas. Allí recibió a los entusiastas del yoga, incluidos los estudiantes del Instituto Indio de Filosofía. Uno de sus invitados, que después jugó un papel clave como mecenas para su proyecto, fue Pratap Seth, un industrial rico nombrado presidente del Instituto.
En 1918, sus ganas de profundizar la práctica le llevaron a buscar un guía formal y así, se convirtió en alumno de Paramhamsa Madhavadasji Maharaj, el mismo maestro que tuvo Shri Yogendra. Su relación con él durante dos años no fue como alumno interno del ashram sino como persona que compaginaba su vida en el exterior con visitas al maestro.
Según Alter (2007) la experiencia con este maestro le llevó a reformular en su cabeza sus ideas sobre la cultura física y a tomar conciencia de que el yoga debía formar parte de la educación física del país.
Alter (2009) y Goldberg (2016) citan que su interés por la investigación del yoga nació cuando empezó a realizar experimentos para determinar las bases científicas de los poderes “anormales” ligados al yoga que descubrió cuando estaba estudiando con Paramhamsa Madhavadasji Maharaj, con el fin de verificar si esas experiencias eran fenómenos puramente fisiológicos o psicológicos o mixtos.
Si su labor comenzó revisando la literatura del yoga, la fisiología y la psicología y haciendo entrevistas a yoguis, médicos e investigadores para encontrar la explicación a estos fenómenos, no encontró respuesta. Movido por una gran curiosidad decidió así empezar a realizar experimentos en el Hospital de Baroda encontrando su pasión en la vida: la posibilidad de investigar dos campos vírgenes en el estudio científico del yoga: las bases que explican los poderes del yoga y el alcance terapéutico del mismo.
En el Hospital de Baroda hizo experimentos fisiológicos para determinar las bases de técnicas tradicionales como la respiración (uddijana) y de limpieza (nauli) y los descubrimientos conseguidos rápidamente los compartió con Rabindranath Tagore, Jagadis Chandra Bose o el Doctor Nagir.
Si J.G. Gune llegó a ser nombrado Rector de la Universidad Nacional en 1920, el cierre posterior de esta institución por su activismo nacionalista contra los intereses colonialistas británicos, le permitió poder centrarse finalmente en su proyecto: fundar su propio centro de investigación para estudiar las bases científicas de los efectos terapéuticos del yoga y poder ofrecer tratamiento a las personas interesadas.
El centro se fundó en octubre de 1924 bajo el mecenazgo de Pratap Seht y recibió el nombre de Ashram Kaivalyadhama Yoga. Un centro que se ubicó en Valvan, junto a Lonavla, una ciudad de montaña ubicada entre Pune y Bombay, en el estado de Mahrashtra, que era frecuentada por la gente pudiente como centro vacacional para escapar del calor. Este mismo año cambió su nombre a Swami Kuvalayanda.
El ashram fue reforzado con el Laboratorio Patológico Rana Natwarsingh equipado con todo tipo de instrumentos de medición modernos para poder realizar investigaciones en materia de bioquímica, radiología, electrofisiología, psicología y educación fisiológica/física.
El mismo día de la inauguración salió a la luz la revista Yoga Mimamsa en la que se editaron los estudios que había realizado hasta el momento. Esta revista se estructuró en cuatro apartados: artículos científicos, semi-científicos, populares y miscelánea.
La revista trimestral Yoga-Mimamsa puede considerarse según Goldberg (2016) como una versión restringida de la revista Cultura Física de Bernarr Macfadden (1868-1955), el norteamericano autoproclamado padre de la cultura física de Occidente que ensalzó la importancia del ejercicio físico en la fisiología interna del cuerpo.
Kuvalayananda sabía que tenía que cambiar la visión que tenían la clase media y la élite india del yoga como teatro callejero y práctica oscurantista, y como estrategia introdujo en sus publicaciones dos mensajes claves para conseguirlo:
1) El yoga era una tradición física autóctona que mostraba la gloria precolonial intelectual del país y que demostraba la superioridad y grandeza de la antigua India (mensaje que encajaba con el fervor nacionalista que reinaba en el país) y
2) El yoga podía ser estudiado por la ciencia incluyendo en sus escritos con fotos, cada postura con su nombre, su descripción técnica, los puntos de estudio y sus efectos terapéuticos sobre músculos, vasos sanguíneos, sistema nervioso y órganos internos alejando al yoga de toda referencia mística y tántrica que no le interesaba a la clase media y alta india.
La suerte le acompañó porque no sólo las revistas y periódicos más importantes del país apoyaron su iniciativa y alabaron su trabajo, el propio Primer Ministro del país Moti Lal Nehru confesó públicamente que quedó impresionado con su visita a su laboratorio porque observó cómo el Yoga Terapéutico era capaz de superar las pruebas de la ciencia moderna e incluso que esta práctica se mostraba muy por delante de lo que se ha descubierto en Occidente.
Todas sus publicaciones tuvieron un gran impacto en la sociedad india y sus publicaciones se consideraron los textos más autorizados en materia de yoga. Hasta ese momento el yoga había sido asociado de forma genérica a obtener una buena salud sin especificar en ningún momento una relación entre tal asana con tal patología. De hecho, el yoga era una práctica en cierto modo “secreta” y reservada a los ascetas y renunciantes. Ahora era algo del dominio público.
Su proyecto alcanzó tal grado de éxito que en 1927 tuvo que crear una clínica paralela al ashram donde se reubicaron todas las actividades de investigación y tratamiento. Allí, llegaron a tratar a más de 1300 pacientes gratuitamente en tres años, y entre ellos estuvo nada menos que Mahatma Gandhi. Su fama fue tal que incluso los médicos empezaron también a prescribir la práctica del yoga en base a los experimentos y estudios publicados por Kuvalayananda.
El proyecto se expandió con éxito y así en 1932-36 se abrió un segundo ramal llamado Centro de Salud Iswardas Chunilal que cambió de sede varias veces; en 1944 se formó la sociedad Shreeman Madhava Yoga Mandira Samiti para coordinar el gran volumen de investigaciones científicas y publicaciones que había obtenido; y en 1955 nació la Seth Gordhandas Seksaria College of Yoga and Cultural Synthesis para formar profesores de yoga y certificar a los profesores de yoga de educación física.
Sus trabajos atrajeron también el interés de la comunidad internacional recibiendo la visita de Josephine Rathbone de la Universidad de Columbia, K.T. Behanan de la Universidad de Yale, los doctores Wegner de la Universidad de California, Bagchi de la Universidad de Michigan y Alberston de la Universidad de Colorado, así como estudiantes de la Academia de las Ciencias de Checoslovaquia y de la Universidad Médica de Budapest.
Al igual que Shri Yogendra, las ideas de Kuvalayananda estuvieron marcadas por las doctrinas de la cultura física occidental imperantes en el momento. Goldberg (2016) ha mostrado, por un lado, que su obra Asanas, una especie de manual médico que editó en 1931, copiaba específicamente muchos elementos (dosificación de las posturas en cuanto al número de repeticiones o tiempo de ejecución) de los trabajos que ya había publicado en Estados Unidos Bernarr Macfadden (1868-1955), y por otro, también ofrece muchos datos para mostrar la profunda influencia que tuvo la osteopatía y la quiropraxia en su sistema y en su defensa de que el yoga era una práctica privilegiada para la corrección postural y el rejuvenecimiento de la columna vertebral.
Respecto a su forma de entender el yoga destacar que adoptó la idea de una práctica grupal como Shri Yogendra, si bien se diferenció en que favoreció la participación en sus sesiones sin el pago de una cuota, posicionó en el centro de su sistema la postura de sarvangāsana (posición invertida sobre los hombros) por la multitud de beneficios que aportaba, enfocó la práctica al trabajo interno que era capaz de movilizar cada postura, respetó el formato tradicional de seguir una progresión lenta según las capacidades del practicante sin adoptar forzar las posturas ni introducir ejercicios dinámicos ni expansivos.
La influencia de Kuvalayananda en su momento fue tal que el propio Maharajah del Palacio de Mysore en su labor de promocionar y ensalzar la cultura física del yoga, envió a Tirumalai Krishnamacharya (1888-1966), una de las figuras clave en el desarrollo del “yoga postural moderno” que conocemos hoy en día, a sus centros de investigación para que estudiase que hacía allí y Singleton (2018) considera que este después adoptó elementos en su sistema.
Respecto a la introducción del yoga en el sistema educativo simplemente añadir que Kuvalayananda tuvo una destacada trayectoria en el ámbito educativo que le permitió conseguirlo. Además de haber sido profesor en varios centros de secundaria, en el año 1916 creó la Sociedad Educativa Khadesh y en el año 1937 el gobierno de Bombay le nombró el director de un comité asesor educativo con el fin de elaborar un plan de implantación de la educación física en los centros educativos de la región. Desde esta posición pudo defender que el yoga era una parte de la tradición corporal autóctona que debía estar presente en los centros educativos. Kuvalayananda además contribuyó a la fundación del Instituto de Educación Física de Kandivali en 1937 y en 1957 del Instituto Nacional de Educación Física Lakshmibai en Gwalior.
Para concluir decir que Kuvalayandra no se casó y dedicó toda su vida a la investigación, la divulgación del yoga y la ayuda a los demás. Entre sus obras más importantes figuran Asanas y Pranayama editadas en 1931. Murió en 1966 después de un segundo ataque al corazón a la edad de 83 años, una buena media de edad comparado a la edad mortalidad en la India de su época.
Referencias Bibliográficas
Alter, J.S. (2009). Yoga in Modern India. The body between science and philosophy, Charper 3 (73-108 pp), New Delhi: New Age Books.
Alter, J.S. (2007). Yoga and Physical Education: Swami Kuvalayananda’s Nationalist Project, Asian Medicine 3, 20-36.
Goldberg, E. (2016). The Path of Modern Yoga. The history of an embodied spiritual practice, Rochester, Vermont (USA): Inner Traditions.
Singleton, M. (2018). El Cuerpo del Yoga. Los orígenes de la práctica postural moderna. Barcelona: Kairós.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.