B.S.P. Pratinidhi fue rajá en Aundh en el actual estado de Maharashtra. Aunque se le conoce dentro del Yoga por haber sido la persona que hizo resurgir en la India el “saludo al sol” (surya namaskar) también fue artista (obtuvo un grado en arte) y un político implicado a nivel social en fomentar la democracia y la educación obligatoria gratuita en su Estado. La educación física, el deporte, la lucha libre, y como no, el saludo al sol, formaron parte del currículum educativo.
Entre las contribuciones más importantes que realizó Pratinidhi para el mundo del yoga destacan:
1.- Transformar la práctica ritual-religiosa tradicional del “saludo al sol” en un ejercicio terapéutico y de acondicionamiento físico “moderno”.
2.- Revitalizar un “ejercicio corporal autóctono” que influenció de manera decisiva en la transformación del concepto tradicional de práctica estática del yoga a las modalidades de yoga “dinámico” que conocemos.
3.- Asociar por primera vez el uso de los mantras con la curación de la enfermedad. Si anteriormente los mantras se consideraban un recurso para despertar deidades o estados de conciencia en los chakras del cuerpo, ahora los “bija” mantras eran fórmulas terapéuticas para curar enfermedades.
Aunque Pratinidhi conocía esta batería de ejercicios desde niño porque su padre se lo había enseñado (al parecer lo había practicado durante 55 años), no fue hasta el año 1908 cuando, animado por su amigo Gangadharrao Patwardhan II, el rajah de Miraj, decidió profundizar y “modernizar” su estructura.
El “saludo al sol” no procede como se podría creer de la tradición textual clásica del yoga y en su tiempo sus posturas no fueron consideradas asanas como tal. Su origen en realidad tiene que ver con un ritual de adoración al sol que hundía sus raíces en los tiempos védicos y que seguían realizando los sacerdotes brahmanes de su época arrodillándose y postrándose hasta 108 veces al amanecer en dirección al sol, recitando el mantra gayatri para pedir que el astro siguiese aportando su influencia benéfica y para agradecer su función vital como fuente de vida.
Parece ser que con el tiempo este ejercicio también se incorporó a la preparación física de la lucha libre india y que finalmente nuestro protagonista lo modificó, reconvirtió y actualizó en la secuencia “vigorosa y fluida” de posturas que conocemos, acompañada de una respiración rítmica y la recitación de mantras. Entre las transformaciones más importantes que introdujo figuran el extender las rodillas al inclinarse hacia delante, poner el pie adelantado en línea con las manos o coordinar respiración con movimiento.
Según Goldberg (2016), una de las fuentes principales que influyeron en la nueva interpretación que hizo Pratinidhi de este ejercicio se encuentra en la figura de uno de los padres del fisio-culturismo: Eugen Sandow (1867-1925), del cual se sabe que fue su ferviente seguidor durante 10 años de todas sus publicaciones, aparatos y métodos de entrenamiento.
Aunque según su biografía las propuestas de Sandow se le “quedaron cortas” y esto le llevó a investigar las fórmulas de ejercicio física nativas y a enfocarse en el “saludo al sol”, Goldberg (2016) alude a que de él pudo recibir la influencia de proponer una actividad de “acondicionamiento físico” para poder realizar en casa y la importancia de respetar las nociones de selección de actividades para trabajar músculos diana y los principios de progresión y regulación de la intensidad en el esfuerzo para conseguir mejoras de entrenamiento.
El nuevo “saludo al sol” de Pratinidhi se hizo público en 1928 a través de la edición de un manual ilustrado que tituló Surya Namaskars for Health, Efficiency and Longevity. Con esta obra el “saludo al sol” dejó de ser un acto ritual para convertirse en un ejercicio físico saludable capaz de combatir los hábitos sedentarios de la población y favorecer un crecimiento sano y armónico en los niños.
Es interesante citar que el punto de partida de su libro resaltaba la importancia de realizar ejercicio físico para mantener la salud y una buena calidad de vida (ejercicio entendido como algo dinámico), pero también que se ensalzaba el “saludo al sol” como un tipo de ejercicio ideal al no necesitar de compañero/s ni instalaciones específicas. Además, resaltó en sus contenidos la importancia de unir dieta y alimentación sana al ejercicio y consejos específicos que deberían seguir las mujeres en su realización.
Por otro lado, y sin realizar ningún tipo de investigación para confirmarlo, afirmó que este ejercicio ayudaba a prevenir multitud de patologías e incluso curarlas así como que era capaz de influir positivamente en los órganos internos y el sistema nervioso. Lo que sí hizo fue aludir a diferentes estudios “científicos” realizados en Occidente con relación a los beneficios del sonido para justificar el uso de mantras durante la ejecución del “saludo al sol”.
Aunque en su obra se alineó con las ideas del movimiento helio-terapéutico (curación por baños de sol) iniciado por Auguste Rollier en los años 1900, la importancia de ponerse delante del sol no pudo ser en verdad muy importante para él dado que Pratinidhi realizaba este ejercicio entre las 3 y las 4 de la madrugada en el interior de su casa.
El mensaje principal con el que promocionó su secuencia de ejercicios fue en realidad su capacidad para mejorar la condición física (fuerza, flexibilidad, resistencia) y recibir múltiples beneficios saludables.
Una de las claves que defendió para asegurar esos beneficios saludables fue la necesidad de desarrollar una gran fuerza de voluntad (practicar con plena conciencia y no distraídamente), así como enfocar la atención en la parte o dolencia que se quisiera mejorar. Según Goldberg (2016) estas ideas fueron adoptadas de Occidente, y en particular, de la noción de la capacidad de la mente para curar el cuerpo o conseguir éxito promulgadas a finales de 1890 por Phineas Parkhurst Quimby (1802-1866) y su continuador Frank Channing Haddock (1853-1915) en lo que se conoce como la corriente norteamericana del Nuevo Pensamiento.
Durante los años 20-30 se produjo una auténtica fiebre por el “saludo al sol” en los gimnasios de toda la India y curiosamente una de las reacciones que surgieron en su “contra” la protagonizó uno de los padres del yoga moderno: Swami Kuvalayananda (1883-1966). En 1926 este publicó un artículo en su revista Yoga Mimansa donde no sólo indicaba que el saludo al sol era una práctica que había nacido desde el ámbito religioso y no para ser un ejercicio físico, también que era una práctica de rango “inferior” al yogasana. Lo que no sabía este personaje es que después este ejercicio se convirtió en una fuente de inspiración para otros padres de yoga moderno.
Pero el fomento del “saludo al sol” no sólo tuvo estos objetivos, también se tiño de tintes nacionalistas y se vendió como un recurso ideal para fomentar la salud nacional. Una fórmula para crear ciudadanos fuertes y responsables capaces de potenciar finalmente el bienestar económico de la clase política, igual que se lanzó el mensaje de que Occidente simplemente había redescubierto ideas que estaban presentes en la antigua India.
La continuidad del linaje de Pratinidhi se mantuvo a través de su hijo Apa Pant (1912-1992). Iniciado en el “saludo al sol” desde su más tierna infancia su interpretación de este ejercicio evolucionó poco a poco hacia una visión más espiritual del mismo quizás condicionado por sus episodios depresivos y la “ola hippie” que envolvía el mundo en esos momentos. Para él, esta secuencia de movimientos no sólo representaba la “salvación” para el mundo, también era una puerta a la meditación, la autorrealización y la disolución del ego.
Por último, resaltar que aunque el “saludo al sol” fue para Pratinidhi un ejercicio de acondicionamiento físico y de mejora de la salud, se convirtió en fuente de inspiración para algunos precursores del yoga moderno: Tirumalai Krishnamacharya (1888-1989), Swami Sivananda (1887-1963) y Kolar Venkatesha Iyer (1898-1980).
Para el primero sirvió como referencia a la hora de crear las secuencias dinámicas de asanas “enlazadas” que caracterizaron su Vinyasa Yoga; para el segundo como recurso para calentar antes de practicar las posturas estáticas; y para el tercero como ejercicio para trabajar la flexibilidad, la fuerza-resistencia y complementar el trabajo de fuerza en la sala.
La persona que relanzó a Pratinidhi y su “saludo al sol” en Europa fue la periodista Louise Morgan (1886-1964). Famosa por haber entrevistado a personalidades como Walt Disney, George Bernad Shaw, Bernard Montgomery o Field Marshal, después de entrevistar a Pratinidhi en su visita a Londres en 1936 editó sus charlas en inglés bajo el título The Ten-Point Way to Health en 1938.
Pratinidhi falleció en Bombay en 1951, poco después de la declaración de independencia de la India, y como narra Goldberg (2016), fue incinerado al amanecer con la salida del sol. Entre sus escritos más importantes como se ha citado anteriormente figuran Surya Namaskar for Health, Efficiency and Longevity editado en 1924 y reeditado en 1928 y The Ten-Point Way to Health, editado en 1938.
Referencias Bibliográficas
Goldberg, Elliott. (2016). The Path of Modern Yoga. The history of an embodied spiritual practice, Rochester, Vermont (USA): Inner Traditions.
Pratinidhi, Bhavanarao S.P. (1940). Surya Namaskars for Health, Efficiency and Longevity, 5th Edition, India: Aundh State Press.
Pratinidhi, Bhavanarao S.P. (1956). The Ten-Point Way to Health, 1st Edition 1938, London: J.M.Dent and Sons LTD.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.