Foto del Autor: Vajradhara. Luri Gompa. Mustang (2012)
La tradición tántrica representa una de las fuentes primarias más importantes que hay detrás de muchas de las prácticas corporales energéticas que nos han llegado de Oriente, si bien es verdad, que en muchos casos, estas prácticas han sido desligadas de estos orígenes debido a la mala prensa que ha recibido esta tradición en Occidente.
La primera impresión que recibe la persona que se acerca al tantra es que corresponde a una tradición barroca y compleja de deidades, prácticas, ritos y símbolos que lo convierten en un rompecabezas difícil de comprender.
Además, y condicionado por los prejuicios de los primeros académicos occidentales que se acercaron a su estudio, existe en torno al mismo la imagen de una espiritualidad “degenerada”, “supersticiosa” “sexualizada” e incluso repleta de “prácticas repulsivas” que provocan cierta distancia en muchas personas que escuchan hablar sobre el mismo.
El tantra incluye otro condicionante adicional, la iniciación. Para poder acceder al tantra la persona debe recibir una iniciación y es a partir de ella que se abre al practicante la posibilidad de invocar a una deidad particular y celebrar los rituales asociados a la misma.
A pesar de todo esto el tantra ha atraído a muchas personas por dos razones fundamentales: 1) sus rituales y prácticas fueron apreciados como herramientas poderosas y efectivas para alcanzar estados elevados de conciencia o incluso la iluminación de buda; pero también, 2) se consideraron como un medio para adquirir poderes y conseguir realizar deseos mundanos como curar la enfermedad, recibir protección frente al peligro, eliminar obstáculos, controlar del clima, subyugar a los enemigos, etc.
Padoux (2002) aporta tres ideas importantes que explican la complejidad del tantra:
1) El tantra es una “categoría de estudio” creada por los Occidentales en el siglo XIX cuando se interesaron por el estudio de textos que aparecían nombrados bajo el rótulo de tantras. En la literatura religiosa hindú, por lo menos hasta el siglo XIV, no se había identificado al tantra como una corriente filosófica particular ni como una escuela espiritual, y en estas fechas esta tradición ya se había expandido por toda Asia.
El uso de la palabra tāntrika procede del comentario a la obra Mānavadharmāśastra realizado por Kullūka Bhaṭṭa en el siglo XV dónde utilizó este término para yuxtaponer los nombres vaidika/tāntrika como dos fórmulas de revelación o dos formas opcionales de aproximarse a la Última Realidad, la primera conforme a los Vedas y la tradición Brahmánica y la segunda respecto a las prescripciones aportadas por otros textos, pero nunca para definir una categoría específica de Tantra.
2) Muchos de los elementos asociados al tantra se pueden encontrar también en otras tradiciones religiosas de la India difuminándose los límites que definen al tantra. Por ejemplo, la visión de la conexión entre macrocosmos-microcosmos aparece en textos pre-tántricos como los Upaniśads; muchos cultos a divinidades femeninas, prácticas transgresoras, la adoración a deidades violentas y el ritual mágico, aparecen en otros contextos religiosos de la India no ligados al tantra; la tradición bhakti también fomenta la identificación activa con la divinidad, igual que el trabajo de sublimación sexual para ganar poder aparecen en otras tradiciones. ¿Hasta qué punto se puede considerar a la tradición del haṭhayoga, y en particular su tradición nātha o Kānaphaṭā, como tántricos?
3) Además dentro de las diferentes escuelas tántricas no todas compartieron ni los mismos elementos rituales ni las mismas prácticas lo que dificulta incluso su clasificación interna.
Frente a estas limitaciones Lorenzen (2002) aconseja estudiar el Tantra como un proceso “acumulativo y madurativo” en el tiempo más que como una definición que intente congelarlo en el tiempo.
La palabra tantra como tal no apareció hasta el siglo VI y lo hizo como un término para designar un tipo particular de textos de instrucción religiosa que aludían a un sistema o doctrina filosófico-espiritual particular y diferenciada de otros cultos religiosos de la India.
El término procede de la raíz “tan” que significa “tejer”, “componer”, igual que en la China antigua el ideograma jing con el que se designa a los clásicos guarda el mismo significado. Por otro lado, “tra” recoge el significado de “instrumento” de modo que el tantra sería un “instrumento” que ha servido para tejer y conectar todo un conjunto de prácticas, creencias y rituales supuestamente revelados por dioses y diosas.
Si ponemos al tantra en su contexto histórico observamos que fue una corriente que cuestionó muchas ideas religiosas importantes de su época:
Si el mundo y el yo eran ilusión (maya), el tantra postulaba que ambos eran reales y sagrados al haber sido creados y ser expresión de la divinidad; si la divinidad era algo externo a la persona, en el tantra el practicante se convertía en divinidad; si las divinidades eran seres pacíficos, el tantra entronizó a deidades feroces y terroríficas como fuentes de transformación espiritual; si había un código ético a respetar, el tantrika participaba de conductas disruptivas para la sociedad; si se diferenciaba claramente entre lo puro y lo impuro, el tantrika incluía en sus prácticas el uso de sustancias prohibidas como los fluidos sexuales, la menstruación, el alcohol, la carne, la orina, los excrementos, las cenizas de los muertos o la sangre supera esta visión desde la no-dualidad Universo=Divinidad; si el cuerpo se mortificaba, el tantrika lo convertía en un templo de transformación lleno de energías, canales sutiles, centros energéticos y mantras; si la iluminación era cuestión de reencarnaciones y limpieza de karma, el tantrika podía alcanzarla en esta vida y en este cuerpo; si el objetivo era sólo la liberación, el tantrika incluía el desarrollo de poderes sobrenaturales (siddhis); si los monjes daban prioridad al celibato, el tantrika hacía del sexo una práctica elevada; si la mujer quedaba fuera del sistema o en un papel secundario, el tantrika la elevaba al centro del proceso; y si había un sistema de castas, el tantra aceptaba a todos.
En esta sección del blog vamos a desentrañar y acercar en lo posible qué es el tantra y cuáles son sus tradiciones, sus objetivos, sus prácticas y sus aportaciones.
Referencias Bibliográficas
Lorenzen, D.N. (2002). Early Evidence for Tantric Religion. En: Harper, K.A. y Brown, R.L. (Eds.) The Roots of Tantra, (pp 25-36), USA: Estate University of New York.
Padoux, A. (2002). What Do We Mean by Tantrism? En: Harper, K.A. y Brown, R.L. (Eds.) The Roots of Tantra, (pp 17-24), USA: Estate University of New York.
Ramos, I. (2020). Tantra. Enlightenment to Revolution. London: Thames & Hudson.
Van Lysebeth, A. (2001). Tantra. El culto de lo femenino. Barcelona: Urano.
Williams, P, Tribe, A., Wynner, A. (2014). Pensamiento budista. Una introducción a la tradición India. Barcelona: Herder.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.