El monte Miwa (三輪), en la actual prefectura de Nara, es un antiguo volcán extinguido con una altura de 467 m, ubicado entre las montañas de Ikoma al noreste, las colinas de Nara a norte, el monte Nijō al oeste, las montañas Katsuragi al suroeste, las montañas de Yoshino al sur y las montañas de Hase y Murō al este, y bordeado por los ríos Makimuku (巻向) y Hase (長谷).
Este espacio representa uno de los recintos de culto sagrados más antiguos de Japón ya que se considera que desde tiempos prehistóricos se podrían haber venerado allí tres piedras sagradas (iwakura 岩倉) que hay en sus laderas: Okitsu (奥津), Nakatsu (中津) y Hetsu (辺津). La primera asociada a la deidad Ōmononushi (大物主), la segunda a Ōnamuchi (大己貴) y la tercera a Sukunabiko (少名彦).
En las Crónicas de Japón (Nihon Shoki, 日本書紀) del año 720, se narra que durante el reinado del mítico emperador Sujin (崇神天皇, 148a.C.-29d.C.) Ōmononushi causó una terrible plaga en el país que puso en jaque su regencia, y también, que la persona que pudo aplacar en aquel momento a esta deidad fue Ōtataneko (大田田根子), un monje que años después sería aclamado como el fundador del linaje Ōmiwa (大三輪君), el clan encargado de liderar el culto a esta deidad.
En las Crónicas de los hechos antiguos (Kojiki, 古事記) del año 712 y el Nihon Shoki se cuenta que Ōnamuchi era un descendiente de Susanoo (須佐之男) y, por tanto, una deidad violenta ligada al culto en Izumo, y que Sukunabiko era su deidad acompañante.
Ōmononushi, la deidad violenta y serpentina nativa de Miwa se convirtió en el kami principal del lugar, mientras que Ōnamuchi, como deidad importada desde Izumo y con posibles orígenes coreanos, pronto perdió importancia y quedó relegado al olvido en los registros.
Si Ōmononushi y la diosa del sol Amateratsu Ōmikami (天照大御神) eran los principales kami venerados por los antiguos regentes Yamato, el protagonismo final se lo llevó Amateratsu, quedando Ōmononushi, a partir del siglo VI, con un papel secundario y bajo el formato de un culto local gestionado por el clan Ōmiwa, un linaje que en aquel momento tenía una posición privilegiada en la corte.
Ōmononushi siguió siendo venerado como deidad protectora de la familia imperial hasta la regencia del emperador Tenchi (天智, r. 661-672), si bien este kami fue reubicado en la región de Ōtsu (大津), en las colinas del monte Hie (日枝) generándose un doble culto con Miwa.
CULTO SHINTOISTA DE MIWA
Actualmente podemos conocer como quedó el culto sintoísta en Miwa gracias a diferentes registros que se han conservado.
En el “Libro de los nombres divinos” (Jinmyōchō, 神名帳) del Engishiki (延喜式) del año 927, se menciona que la región de Miwa se había desarrollado en un sistema de culto santuario-templo que además del santuario de Ōmiwa Ōmononushi (大神大物主) y el templo de Ōmiwadera (大三輪寺) también comprendía los espacios sagrados de Sai (狭井), Tsunakoshi (綱越) y Himuka (日向).
En específico, se cita que el espíritu benigno de Ōmononushi era venerado en el santuario de Ōmiwa, mientras que su espíritu violento era venerado en el santuario de Sai (狭井), un lugar dedicado también al espíritu de la hija de Ōmononushi, Himetataraisuzuhime (媛 蹈五十鈴媛), quien según la leyenda fue la esposa del primer emperador de Japón Jinmu (神武, r. 660-585 a.C.).
La fundación del templo de Ōmiwa se asocia a Ōmiwa Takachimaro (大三輪高市麻呂), un personaje que decidió convertir su residencia en un templo budista. La primera deidad budista que se pudo adorar allí pudo ser el buda Yakushi (薬師) o buda de la medicina, dada la relación de este lugar con la protección frente a la enfermedad. Sin embargo, la deidad que se adoró en el santuario sintoísta asociado a este templo fue la diosa Kannon de 11 cabezas (十一面観音).
A principios del periodo Heian, el culto a Ōmononushi y la fe en su capacidad de evitar epidemias debió de ser lo suficientemente importante como para la corte imperial decidiese incluir a Ōmiwa en la red de 22 santuarios sintoístas (nijūnisha, 二十二社) que decidió patrocinar e incluso acudir a sus festivales principales.
A mitad del periodo Heian, las deidades que se veneraban en la región de Miwa se unificaron en una sola que se llamó el Kami brillante de Miwa (Miwa Myōjin, 三輪明神). Además, la región cayó en un declive económico tan drástico que la relegó al olvido. De hecho, en estas fechas el culto a Ōmononushi fue más conocido en los santuarios de Hie, en la montaña de Hieisan, que en Miwa.
Según los registros, a finales del periodo Heian, los recintos sagrados de Miwa llegaron a depender del complejo monástico de Tōnomine (多武峯), un lugar con fuertes conexiones con el templo Enryakuji (延暦寺) de la escuela budista esotérica Tendai (天台宗), famoso no sólo por sus monjes guerreros, también por la presencia de seguidores del shugendō (修験道) que realizaban sus prácticas ascéticas en las montañas de Murō (室生) y Yoshino (吉野).
La relación de los santuarios y templos de Miwa con estas tradiciones religiosas permitió que este lugar formase parte con el tiempo de una red monástica que conectaba las deidades, los ritos y las prácticas de los centros monásticos de Murō, Yoshino, Ise, Hiei, y finalmente del templo Kofuku (興福寺) de Nara, ya que después del año 1197, Miwa pasó a depender del mismo.
LINAJE ESOTÉRICO DEL SHINTŌ DE MIWA
La aparición de la tradición del denominado culto esotérico sintoístade Miwa (三輪神道) tuvo lugar en el periodo Kamakura, y su origen se sitúa en un grupo de monjes pertenecientes al templo Saidai (西大寺) de Nara, que llegó a Miwa movido por una misión: restaurar los preceptos budistas como fórmula para afrontar los tiempos de confusión y la corrupción budista que acompañaban a la era final del Dharma (mappō, 末法).
En el año 1235, Eizon (叡尊, 1201–1290), Kakujō (覚盛, 1193–1249), Ensei (円晴, 1180– 1241) y Ugon (有厳, 1186–1275) hicieron una ceremonia de “auto-ordenación” (jisei jukai, 自誓受戒) en el templo Tōdai de Nara, para reivindicar la necesidad de restaurar la tradición de ordenarse oficialmente como monje.
Después, impulsaron un movimiento para restaurar los preceptos budistas en diferentes templos de Nara, incluyendo entre ellos al templo Sadai. Un recinto que en estos tiempos dependía del templo Kōfuku y que Eizon decidió asumir como residencia.
El linaje Sadaiji de Eizon pronto se convirtió en uno de los movimientos más importante de su época en la defensa de la revalorización de los preceptos budistas y en la expansión de enseñanzas sintoístas esotéricas apoyada a través de una importante red de templos afiliados.
El protagonismo de las enseñanzas esotéricas en este movimiento hay que buscarlo el propio Eizon. Parece ser que, cuando su madre falleció en el año 1208, tuvo que irse a vivir con una tía que actuaba como ayudante (miko, 巫女) en el santuario de Kiyotaki (清滝宮) del templo Daigo (醍醐寺).
Fue en este templo donde Eizon estudio el ritual esotérico (mikkyo, 密教) de la escuela budista Shingon y dónde tomo conciencia de la importancia de la palabra y las prácticas esotéricas como fórmula para alcanzar la salvación en esta vida.
En el año 1240, el linaje Sadaiji se embarcó en diferentes proyectos sociales que incluyeron la construcción de hospicios y puentes y la donación de ropa y alimentos a los necesitados y de estatuas de Mañjuśrī (jap. Monju, 文殊) a los templos de Yamato.
Con este proyecto, Eizon no sólo consagró una estatua de Mañjuśrī en Miwa en el año 1241, también, a partir de ese momento, entró en una dinámica de visitas a este lugar que siguió hasta el final de sus días.
Entre los años 1281-1285, el linaje Saiji se embarcó en la rehabilitación del antiguo santuario de Miwa, al que renombró como templo Daigorin (大御輪寺), el “Gran templo de la augusta rueda”. Con esto, consiguieron una morada oficial en este lugar, y algo más importante, la gestión de un santuario en el que se había celebrado uno de los cultos más antiguos del país.
Eizon sacó beneficio de esta empresa ya que, en el año 1250, conoció a través de su discípulo Renkakubō Kōen (蓮覚房幸円, ¿?-¿?) al maestro Jōshin (乗心上人, ¿?-¿?), una persona que le permitió acceder a una de las obras del monje chino Huizhao, que era referente en resaltar la importancia de los preceptos budistas.
Jōshin vivía en un recinto sagrado en Miwa llamado Miwa bessho (別所), un lugar de retiro establecido por santones solitarios (hijiri 聖) alrededor del siglo XIII, al que acudían monjes semi itinerantes no-ordenados y shugenja (修験者) para realizar sus prácticas ascéticas y esotéricas cuando se desplazaban entre Yoshino-Tōnomine y Hase-Murō.
En el año 1235 se creó aquí el templo Byōdōji (平等寺) que también jugó un papel importante en el desarrollo del culto esotérico sintoísta de Miwa.
Para entender mejor las amplias conexiones que mantuvo Miwa con otras regiones y tradiciones, es importante añadir que Eizon, como otros monjes importantes de su época, también realizó diferentes visitas el Gran Santuario de Ise (伊勢大社) (1273, 1275 y 1280), sobre todo, con el fin de rogar por la protección del país frente a la posible invasión de los mongoles.
En estos contactos pronto se estableció una relación de interés mutuo con el linaje sintoísta de Ise. El interés de los sacerdotes de Ise era recibir apoyos en un momento de crisis económica, y el de Eizon, fundar el templo Kōshōji (弘正寺), cerca del Santuario Interno de Ise, para expandir su poder de influencia.
Respecto a los contenidos específicos del sintoísmo esotérico de Miwa, hoy en día pueden ser investigados a través de la obra Orígenes de la Gran Deidad de Miwa (Miwa daimyōjin engi, 三輪大明神縁起). El primer texto de esta tradición compilado en el año 1318.
En ella se observa que: 1) la diosa del sol Amateratsu era considerada la manifestación de los tres cuerpos del buda Dainichi (大日) en uno y el origen del linaje imperial; 2) se defendía una estrecha relación entre las deidades de Miwa e Ise; 3) Ōmononushi era presentado como una deidad anterior y, por tanto, superior a los ancestros imperiales y Amateratsu; 3) se explicaba la conexión de Miwa con el santuario de Hie; 4) se presentaba la región de Miwa como el espacio geográfico en el que se enmarcaban los dos mandalas del budismo esotérico diamante (Kongōkai, 金剛界) y matriz (Taizōkai, 胎蔵界); 5) se explicaba la equivalencia entre los kami de la zona y las deidades budistas de las que supuestamente procedían; y 6) se introduciá la idea de que los dos ríos que bordeaban Miwa representan la energía del agua (vam) y del fuego (ram).
Por último, señalar también que en esta obra se pueden apreciar antiguas rutas de peregrinación de la tradición del shugendō entre los montes Kasagi (笠置山), Miwa y Kinpusen (金峯山) con relación al culto a Miroku (弥勒) y Dainichi, hoy en día desconocidas.
Referencias Bibliográficas
Andreeva A. (2006). The Origins of the Miwa Lineage, Cahiers d’Extrême-Asie, 16, 71-89.
Andreeva A. (2006). Saidaiji Monks and Esoteric Kami Worship at Ise and Miwa Japanese Journal of Religious Studies, 33(2), 349–377.
Andreeva A. (2010). The Karmic Origins of the Great Bright Miwa Deity A Transformation of the Sacred Mountain in Premodern Japan, Monumenta Nipponica, 65(2), 245-271.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.