Este cuerpo corresponde al cuerpo de meridianos, puntos y correlaciones energéticas que conocemos gracias a la acupuntura y que se construyó principalmente en la dinastía Han (206 a.C.–220 d.C.).
Los antecedentes de esta visión corporal hay que buscarlos, según Elisabeth Hsu en el periodo de los Reinos Combatientes y, en particular, en la noción de un “cuerpo sentimental” que se desarrolló en esta época. Un cuerpo afectado principalmente por la respiración, los sentimientos y las emociones.
Este cuerpo sentimental aparece descrito en dos textos: el Yin Shu (siglo II a.C.) y el Nei Ye (siglos IV y III a.C.). En el primero, el cuerpo es concebido como una realidad polarizada de Yin y Yang, bajo la armonía de dos emociones fundamentales: la alegría y el enfado. La parte alta del cuerpo se asocia con el yang y la emoción de la alegría, mientras que la parte baja se asocia al yin y a la emoción del enfado. En el Nei Ye, sin embargo, el cuerpo aparece diferenciado en dos dimensiones, una externa ligada al cuerpo y la piel que sirve que salvaguarda la esencia interna, y otra interna gobernada por los sentimientos. Es decir, se diferencia entre el cuerpo visible y el invisible.
En el Yin Shu en particular, se identifican además 11 conductos (mai), 6 en las piernas y 5 en los brazos, que podrían ser los antecedentes de los actuales meridianos modernos (Jing), pero que se caracterizan por ser descritos como conductos independientes capacidades de externalizarse e internalizarse en el cuerpo.
Según Elisabeth Hsu (2005, 2009), en estos tiempos el referente de un cuerpo saludable era aquel que mostraba la firmeza y la textura de los tallos tiernos de las plantas, pero también la solidez y la tonicidad del jade. Por eso, en el diagnóstico que se hacía a través de los “mai”, lo correcto era que estuviesen llenos, firmes y flamantes.
Pero lo que resulta más interesante es que en ambos textos no se hace ninguna referencia ni a los órganos ni a las vísceras, ni se enumeran las cinco emociones de la medicina tradicional china oficial, ni se explicita que exista ningún tipo de sustancia vital (qi) que fluya por los mai. La noción de qi simplemente aparece asociada a procesos corporales como la respiración o el vapor de los alimentos.
Respecto a la noción de energía vital (qi), hay que señalar que, en los textos pre-han, este concepto aparece nombrado en los registros más antiguos como verbo y no como sustantivo, y siempre, bajo el referente de “viento” o “respiración”.
Será después, cuando aparecerá nombrada como un constituyente más del cuerpo junto a los huesos, tendones, sangre, venas y la carne. Un componente que se describe como un componente “psicológico” dado que se considera que las alteraciones del qi afectan a las emociones internas (y no a los órganos y vísceras).
La primera referencia que se tiene del qi como un aspecto ligado a los “mai”, aparece en el texto Chunyu Yi, y aquí, guarda una connotación de tipo táctil, de impulsión o irrigación en el mai.
La siguiente interpretación sobre el cuerpo que se introduciría en la medicina fue el “cuerpo ecológico” que hemos explicado en el cuerpo sagrado de este blog, una visión del cuerpo que habría aparecido en la dinastía Qin y principios de la dinastía Han.
No será hasta finales de la dinastía Han cuando se cree la noción del cuerpo energético que se enseña en la medicina tradicional china actual. Una nueva interpretación del cuerpo que nació como fruto de un proceso de estandarización y homogenización oficial de la medicina en base a la Teoría de los Cinco Agentes (Wuxing) y quedó recogida en el Huangdi Neijing (El Canon de Medicina Interna del Emperador Amarillo).
En este momento, y para salvaguardar la dificultad de conseguir casar las cuatro estaciones con los cinco agentes, se introdujo una quinta estación; se cambió la prioridad de la estación climática por las direcciones espaciales que ayudan a “casar” mejor la teoría, y los órganos y vísceras del cuerpo pasaron a asumir todo el protagonismo.
Lo primero que hay que habría que destacar de la visión del cuerpo construida en esta época es que fue muy polifacética ya que se intentó aunar las diferentes concepciones médicas que circulaban en la época.
Por eso, el cuerpo es interpretado por un lado como un organismo conformado por meridianos (jing) que conectan con los órganos internos y por los que circula la energía; pero también como un cuerpo estructurado anatómicamente según las nociones del yin y yang; un cuerpo de correspondencias en base a la Teoría de los Cinco Agentes; e incluso un cuerpo influenciado por el clima.
En el Huangdi Neijing aparece ya conformada la noción de energía vital (qi) como fuente de vitalidad, y como realidad que se expresa en cuatro aspectos: 1) Energía ancestral (yuan qi) la energía que recibimos en herencia de nuestros padres. Se ubica en los riñones y representa nuestro “capital” de vida desde el nacimiento; 2) Energía compleja (zhong qi), la energía que se absorbe con la respiración; 3) Energía nutritiva (ying qi) la energía que recibimos de los alimentos; y 4) Energía defensiva (wei qi), que protege al cuerpo de las agresiones externas. Además, se considera que estas energías pueden sufrir importantes modificaciones: insuficiencia, estancamiento o rebeldía dando lugar a diferentes patologías.
La circulación de estas energías toma lugar en el organismo a través de una extensa red de canales, con trayectos definidos, que reciben el nombre de meridianos (Jing). Unos canales que ayudan a conectar todas las estructuras del cuerpo tanto en el interior (órganos-vísceras) como en el exterior (piel, huesos, músculos, pelo, etc.).
Estos meridianos se clasifican en: 1) Meridianos principales, 12 canales que circulan por el cuerpo uniendo la superficie con los órganos y vísceras internas; 2) Meridianos Luo, “ramificaciones” de los meridianos principales que ayudan a conectar un meridiano yang con uno yin (12 Luo transversales) o los órganos y las vísceras (15 Luo longitudinales); 3) Meridianos tendino-musculares, otras 12 ramificaciones de los meridianos principales que se extienden hacia los tendones, ligamentos y músculos; 4) Meridianos curiosos, maravillosos o extraordinarios, 8 canales que aunque son “independientes” se entrelazan con los meridianos principales para regular en ellos el exceso o defecto de energía; y 5) Meridianos distintos, 12 meridianos que se ramifican desde el meridiano principal para conectar con los órganos y vísceras internos.
Cada meridiano se compone a su vez diferentes puntos (shu xue) o los lugares específicos en donde se manifiesta, concentra y transmite la energía de los órganos-vísceras hacia el exterior. Estos puntos están ubicados a diferentes profundidades dentro del cuerpo y se utilizan para el tratamiento de diferentes patologías. Actualmente existe un total de 361 puntos, pero en el Huangdi Neijing de la época el número era de 160.
Dentro de la teoría médica se considera también que los órganos y vísceras del cuerpo pueden ser afectados por factores climáticos (xie qi): viento, frío, calor húmedo, humedad, sequedad y calor; agentes patógenos (li qi); y por emociones internas (qi qing): alegría, enfado, tristeza, ansiedad y miedo.
A su vez, y como se ha indicado anteriormente, el cuerpo aparece descrito como una expresión del Yin-Yang. Aquí se considera que cada estructura y cada función del organismo puede clasificarse con una naturaleza yin o yang. Por ejemplo, dentro del cuerpo, los seis órganos (zhang): corazón, pulmón, hígado, bazo, riñón y pericardio, son clasificados como yin al ejercer una función de conservación, producción y reserva de la energía, mientras que las seis vísceras (fu): intestinos delgado y grueso, estómago, vesícula biliar, vejiga y triple recalentador; y las entrañas extraordinarias (cerebro, útero, huesos, médula, vasos sanguíneos), son consideradas yang por su función de transformar, transportar y evacuar la energía.
Del mismo modo, la parte superior del cuerpo es considera yang y la parte inferior yin, la parte posterior del cuerpo es considera yang y la anterior yin, la parte externa de brazos y piernas son considerados yang y las internas yin, etc.
Esta visión cosmológica recoge simbólicamente las teorías de dualidad-complementariedad antiguas que interpretaban el mundo como polaridad de de: luz-oscuridad, día-noche, hombre-mujer, frío-calor, arriba-abajo, activo-pasivo, móvil-inmóvil, cielo-tierra, agua-fuego, excitación-inhibición, inspiración-espiración, verano-invierno, contracción-relajación, etc.
Desde el corpus médico, esta concepción llevó a la interpretación de que el yin y el yang dentro del organismo están interactuando constantemente, pero intentando mantener un relación de equilibrio. Cuando se produce un predominio o debilitamiento en uno de ellos aparece la patología. La ley sería: El exceso de yin daña al yang, el exceso de yang daña al yin. Cuando hay un exceso de yang se produce calor y cuando existen un exceso de yin se produce frío, El yin extremo se convierte en yang y el yang extremo se convierte en yin. La habilidad en el diagnóstico se definió como la capacidad para saber distinguir este equilibro entre el yin y el yang a través de la inspección y la palpación de los pulsos.
Finalmente, y con respecto a la Teoría de los Cinco Agentes, el interior del cuerpo también fue concebido como un instrumento de resonancia con el universo, según el cual, todo lo que existe en el universo se correlaciona con el interior del organismo en base a cinco dinámicas o movimientos que responden a los nombres de los elementos madera, fuego, tierra, metal y agua.
Un proceso explicitado en tablas de correspondencias donde aparecen clasificados por elementos sus colores, climas, estaciones, direcciones espaciales, sabores, olores, notas musicales, animales, planetas, emociones, movimientos, números, tejidos, sentidos, etc. afines.
¿Qué factores contribuyeron a que en la medicina china se adoptase un modelo de cuerpo basado en lo sutil y no en lo anatómico como ocurrió en Occidente?. Para Lloyd (1996) y Kuriyama (2005), las causas se encuentran en el rechazo hacia la disección del cuerpo humano que había en la época.
Según Confucio toda mutilación debería considerarse como un acto impío y la disección era entendida como un formato de mutilación. Esta importante restricción habría forzado a la medicina en China a estudiar del cuerpo a través de la “escucha” de la información sutil y el razonamiento sistémico.
Elisabeth Hsu (2005) puso en duda esta explicación al constatar cómo en diferentes fuentes textuales de la época de los Reinos Combatientes se confirma que la práctica de la disección se realizaba en China con presos y prisioneros y como fórmula forense.
Para esta autora, las causas que llevaron a elaborar este modelo sutil del cuerpo deben buscarse en el predominio de una cultura táctil o de palpación sobre los cuerpos vivos que tuvo lugar durante los siglos III y II a.C. en la dinastía Han (206 a.C.–220 d.C.).
En los textos médicos de encontrados en las tumbas de Mawangdui, en el Shiji y en algunos pasajes del Huang Di Nei Jing: 1) se habla del uso de tres métodos de exploración táctil en el diagnóstico médico en aquella época. Sobre las extremidades, en busca de los puntos o zonas con dolor; sobre el pulso, en diferentes zonas anatómicas del cuerpo para interpretar la calidad del qi en los órganos y vísceras del cuerpo; y sobre el abdomen, para acceder directamente a la calidad de los órganos; y 2) se introduce una gran riqueza de vocabulario para describir el dolor, la calidad del pulso, la firmeza y plasticidad de la piel, que evidencian esta gran sensibilidad táctil a lo sutil en la antigua medicina china.
Referencias Bibliográficas
Hsu, E. (2005). Tactility and the Body in Early Chinese Medicine, Science in Context, 18(1), 7-34.
Hsu, E. (2007). The Biological in the Cultural: The five agents and the body ecologic in Chinese Medicine, En: Parking, D. y Ulajaszek, S. (Eds.) Holistic Anthropology: Emergences and Divergences,(91-126 pp). Oxford: Berghahn.
Hsu, E. (2009). Outward Form (Xing) and Inward Qi: The “Sentimental Body” in Early Chinese Medicine, Early China, 32, 103-124.
Kuriyama, S. (2005). La Expresividad del Cuerpo y la Divergencia de la Medicina Griega y China, Madrid: Siruela.
Lloyd, G. (2006). Principles and Practices in Ancient Greek and Chinese Science. Great Britain: Ashgate.
Lloyd, G. (2008). Las aspiraciones de la Curiosidad. La comprensión del mundo en la Antigüedad: Grecia y China. Madrid. Siglo XXI.
Ping, L. (2000). El gran libro de la Medicina China. Barcelona: Martínez Roca.
Sans, T. (2003). Su Wen. Huang Di Nei jing So Ouenn. Madrid: Dilema.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.