Matteo Ricci nació en 1552 en Macerata (Italia) y murió en Beijing en 1610. Vivió 52 años y estuvo en China desde 1582 hasta 1610, es decir, 28 años. Actualmente se puede visitar su tumba en Beijing en el Colegio Administrativo (antes escuela de Partido Comunista Chino), y el lugar donde residió, en la iglesia de la Inmaculada Concepción que hay al sur de la Plaza de Tiananmen.
El libro cuenta de forma muy amena todo el periplo que tuvo que pasar Matteo Ricci en China como una biografía comentada y totalmente contextualizada al momento histórico del momento.
Nos muestra a un jesuita que entendió que la única manera para introducir el cristianismo en China era unirla al conocimiento científico que había en Europa y adoptar sus hábitos de vestimenta, su lengua, su cultura, sus costumbres sociales… y aún así, encontró que el pueblo chino estaba más interesado en la ciencia que en la religión.
Es emocionante ver cómo este jesuita se fue a China para no volver y lo que fue capaz de conseguir. Esos sí, poco a poco y paso a paso como va todo en China. Nos muestra el interés del negocio del pueblo chino (ayudarles a ellos era una forma de hacer negocios importantes para los chinos), pero también la existencia de personajes que se acercaron con un gran afán de conocimiento y que en los momentos difíciles les apoyaron.
Queda la idea de que los misioneros no fueron muy “transparentes” en su rol. Utilizaron una ciencia que el cristianismo condenaba en muchos sentidos, para ser escuchados. “Engatusaron” a los chinos con las matemáticas y la astronomía; con prismas que descomponían la luz del arco iris; con el astrolabio para medir la altura de las estrellas en el horizonte; con relojes mecánicos; telescopios; globos terráqueos y mapas en donde aparecía China en el centro; tradujeron al chino textos no religiosos para ganar una buena imagen (Euclides, Epitecto que se identificó como análogo a Confucio); utilizaron el mensaje de Confucio que no era religioso y si moralista, para ganar el apoyo de los letrados; buscaron a los letrados de prestigio para introducirse en la corte; vieron claro que corregir los errores de predicción astronómica de los eclipses que padecía la astronomía china les podía dar una clara ventaja (algo que consiguieron al llegar a convertirse en los astrónomos del Emperador); para conseguir más adeptos les ayudaron a conseguir armas y cañones portugueses, etc. Sin embargo, Ricci no llegó nunca a ver al Emperador, siendo sus sucesores los que tendrían contacto y relación directa con él.
En el fondo, parece claro que el cristianismo quizás estaba más interesado en expandir un poder que ya tenía en el resto del mundo, llevando su “verdad” sin permitir otro tipo de creencias, y que estos religiosos fueron o simples peones, o gente que en un final tenía las mismas intenciones. Es evidente que la Compañía de Jesús supuso un frente político importante.
Resulta muy interesante en el libro:
1) La descripción de cómo veían la astronomía los chinos no expertos, la astronomía popular. Por ejemplo, creían que el sol no era más grande que el fondo de una cuba, y que por la noche se escondía detrás de una montaña; el eclipse se escribía como comer, y reflejaba la antigua creencia de que el sol desaparecía porque era devorado por un dragón, de hecho, tocaban instrumentos para salvar al sol, espantando al dragón con el ruido. Sin embargo, hay que señalar que este no era el verdadero conocimiento astronómico que había en China según ha demostrado Joseph Needham en su obra Ciencia y Civilización China.
2) Matteo Ricci fue el primero en demostrar que Catay, el nombre que dio a esta tierra Marco Polo, y China eran lo mismo. De hecho, confirmó como en China efectivamente hubo asentamientos cristianos mucho tiempo antes de su llegada que se perdieron…
3) En el contexto médico hay que destacar cómo en 1626 Johann Scherck (1576-1630) escribo el tratado de medicina “Teorías Occidentales sobre el Cuerpo Humano”, y empezó una minuciosa recogida y clasificación de hierbas y plantas desconocidas en Europa para estudiar sus propiedades curativas.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.