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Periodos Asuka (552-710) y Nara (710-794)

Desde un punto de vista general se puede decir que estos periodos destacan como una etapa en la que Japón estuvo fuertemente influenciado por los modelos de gobierno y la cultura de Corea y China, además de ser un momento privilegiado para el budismo.

En este momento histórico el país envió diversas embajadas oficiales a China y potenció la llegada de numerosos eruditos y sacerdotes que trajeron los códigos administrativos y judiciales, el arte, la religión y la cultura chinos.

CONTEXTO POLÍTICO Y CULTURAL

Durante el periodo Asuka la persona más relevante a nivel político fue el príncipe Shotoku (574-622 d.C.). Este regente desarrolló una “Constitución de 17 artículos” en la que se resaltaban valores marcadamente confucionistas como la lealtad, la armonía o la fidelidad al gobierno y se promulgaba la protección oficial del budismo.

La estrategia de este dignatario se enfocó en establecer una política de centralización del poder con el fin de acabar con el sistema social señorial de clanes (uji) que dominaba el país. Para conseguirlo estableció un sistema de 12 rangos jerárquicos no hereditarios.

A la muerte del Príncipe Shotoku se produjo un golpe de Estado bajo el liderazgo de Naka-no-oe (Fujiwara Kamatari) del clan Nakatome (relacionado con el antiguo clan Mononobe derrotado) y se instaura, en el año 645, la Reforma Taika (“Gran Cambio”).

Esta reforma aunque tuvo como fin principal la restauración de la figura imperial en el poder (en este momento pasó a adoptar el título de “Hijo del Cielo” (Tenshi) o “Soberano Celeste” (Tenno) y se ligó de manera directa a la figura mitológica de la diosa Amateratsu), también mantuvo los códigos administrativos chinos impuesto por el Príncipe Shotoku.

El periodo Nara se inició en particular en el año 710 cuando la Emperatriz Genmei estableció la capital del país en el palacio de Heijō-kyō, en la actual ciudad de Nara.

En este periodo se continuaron implantando las reformas administrativas de corte chino iniciadas en el periodo Asuka. Entre los años 702-757 se desarrollan los Códigos Taiho y Yoro, que sentarían las bases de las instituciones legales en Japón hasta el siglo XV. Los Códigos Taiho estaban constituidos por dos partes: leyes penales (Ritsu) e instituciones administrativas (Ryo).

En estos códigos se estableció: 1) un nuevo sistema de clases sociales: Emperador (Tenno), hombres buenos/libres (Ryomin) y Plebeyos/hombres no libres (Senmin); 2) una nueva organización administrativa a nivel estatal y local que dio lugar a la creación de 58 provincias y 3 islas, junto a todo un nuevo sistema de comunicación de carreteras y alojamientos. Cada provincia se dividió a su vez en distritos (gun o kori) y cada distrito en aldeas (sato); 3) una nueva política de impuestos y de control sobre la tierra para aumentar los ingresos del Estado. Los campos se dividieron en espacios de igual extensión (kubunden) y se repartieron a partes iguales entre los agricultores (20 áreas para un hombre y 14 para las mujeres); 4) la imposición de un servicio militar obligatorio; y 5) el desarrollo de un censo de la población.

El problema de aquellas políticas fue que: 1) el ratio población-cultivos no estaba equilibrado y el número de tierras no era suficiente para alimentar a la población; y 2) se empezaron a promulgar leyes de propiedad privada (años 743 y 749) que comenzaron a resquebrajar la noción de propiedad pública y activaron una pugna entre nobles, terratenientes, religiosos y la misma casa imperial por ganar más territorio.

Desde un punto de vista cultural, en esta época Japón pasa a denominarse Nippon (País del Sol Naciente); se elaboraron las primeras fuentes literarias nacionales: Kojiki, el NihonShoki y el Manyoshu; y se construyó el Shosoin, que actualmente alberga en su interior una colección de tesoros de la ruta de la seda de incalculable valor.

CONTEXTO RELIGIOSO

En el contexto religioso, hay que señalar que el budismo fue introducido en Japón desde Corea en el año 552. El supuesto punto de partida fue el envío de una estatua de Buda y libros del Rey de Paekche al Emperador Kinmei para hacerle partícipe de esta nueva doctrina.

La expansión inicial del budismo en el país, sin embargo, pronto quedó paralizada por la rivalidad entre dos clanes: los Mononobe, defensores del culto sintoísta, y los Soga, defensores de la nueva religión por sus raíces coreanas.

El problema político era doble: por un lado el budismo podía dejar en un segundo plano las tradiciones sintoístas autóctonas, y por otro, planteaba un auténtico reto ante el régimen social vigente en Japón al ser una religión que predica la absoluta igualdad sin admitir distinciones de clase social, ni diferencia entre ricos y pobres.

Tras un periodo de inhabilitación del culto budista provocado por los movimientos políticos efectuados por los defensores de la religión sintoísta, en el año 584, se volvió a escuchar al budismo entre la aristocracia del país. Un miembro del clan Soga pidió otras dos figuras de Buda a Corea y erigió un templo de adoración.

Aunque la reacción del clan Monobe no se hizo esperar, finalmente el Emperador permitió al clan Soga seguir su campaña en favor del budismo. (Para muchos investigadores el año 584 representa el verdadero comienzo del budismo en el país).

Con el nuevo apoyo imperial empezaron a llegar monjes de Corea y China, que no sólo trajeron imágenes, libros y rituales budistas, también la escritura, el arte, la literatura, las matemáticas, el calendario astrológico, la geomancia y la medicina chinas.

Entre ellos, la figura más destacada fue el maestro chino Ganjin (Jianzhen). Este llegó a Japón en el año 753 tras seis intentos frustrados y la pérdida de la visión, y fundó el monasterio Toshodaiji, ejemplo de la arquitectura Tang.

Durante el periodo Nara presidieron seis grandes escuelas budistas: Hosso, Jojitsu, Kegon, Kusha, Sanron, Ritsu, cuyos templos eran regentados por monjes venidos de China o Corea, y tuvieron la prioridad tres sutras o escrituras sagradas: El Sutra del Pasado y el Presente; el Sutra de la Luz Dorada; y el Sutra de la Guirnalda de Flores.

¿Por qué cuajó el Budismo en Japón? Aunque el budismo representaba una sabiduría compleja para la mayor de la población, con nuevos conceptos metafísicos difíciles de comprender, pronto adquirió un gran atractivo gracias al esplendor de su arte y su arquitectura.

Además, la nueva religión también contribuyó a rellenar huecos del sintoísmo, como: 1) el ritual funerario y el apaciguamiento a los espíritus “malignos”; 2) la aportación de recursos de oración para afrontar la enfermedad, el hambre, el parto, etc.; y como no 3) la protección del Estado al convertir a los budas en divinidades protectoras.

En estas fechas el culto de la población se centró en el Buda de la Medicina (Yakushi), los Cuatro Soberanos Celestiales (Shitenno) y el Buda de la Misericordia (Kannon) por su eficacia y protección; y se construyeron entre otros los famosos templos Yakushiji, Shinyakushiji, Toshodaiji, Horyuji o el Todaiji.

El budismo de Nara acabó al final generando serios problemas. Por un lado, con la construcción del Buda de bronce Roshana (Vairocana) en el año 747 para el templo Todaiji, se agotaron las reservas nacionales de bronce y metales preciosos; y por otro, el clero budista adquirió gran influencia y poder interfiriendo en el gobierno.

La crisis del budismo Nara culminó con la relación entre la emperatriz Kogen y el sacerdote Dokyo. En el año 770, Dokyo realizó un intento frustrado de hacerse con el poder que conllevó una fuerte reacción por parte de la casa imperial y el traslado de la capital de Nara a Heian (la actual Kyoto).

En el contexto religioso, además del budismo, Japón recibió el taoísmo. De hecho, en el periodo Nara llegó a existir la Oficina Yin-Yang (Onyoryo) (718-820) con funciones de adivinación.

Con el taoísmo, llegaron todas las artes mágicas y adivinatorias chinas, además de la astrología y la geomancia, y la cultura japonesa asimiló las nociones del yin-yang, la teoría de los cinco agentes, los días fastos y nefastos, y la influencia de las direcciones espaciales y los signos de zodiaco.

Uno de los personajes más importantes asociados al “culto a la inmortalidad” (xian) chino que supuestamente visitó Japón en estas fechas es Xufu (Jofuku en japonés). Actualmente existe un museo dedicado a su persona en la ciudad de Shingu en la zona actual de Kumano en la región de Kii (Wakayama, Japón)

Según el historiador chino SimaQian de la dinastía Han (206 a.C.- 220 d.C.), este señor habría sido un “alquimista” que habría ganado la confianza del primer Emperador de China Qin Shi Huang Di como gran conocedor de las técnicas de la inmortalidad.

Según la leyenda este Emperador habría enviado a este personaje a Japón a buscar unas hierbas para alcanzar la inmortalidad. Actualmente se está investigando la relación entre este personaje y el desarrollo de las prácticas de Shugendo (ascetas de montaña) en la zona de Kumano.

Referencias Bibliográficas

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About Pedro Jesús Jiménez Martín

Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.

Arqueología y Primeros Documentos Médicos en China

El conocimiento actual más objetivo que tenemos sobre cómo eran las prácticas médicas en el Periodo de los Reinos Combatientes, a finales de la dinastía Zhou, procede de los yacimientos arqueológicos encontrados en diferentes zonas geográficas del país.

1.- Documentos de Mawangdui

Las tumbas de Mawangdui fueron excavadas entre 1972 y 1974 y se ubican en la ciudad de Changsha (Provincia de Hunan). Estas tumbas pertenecen a gente de la nobleza, y en particular, a Li Cong y su familia (mujer e hijo) según se ha podido determinar gracias a tres sellos con su nombre que se encontraron en la tumba nº2.

Según el Shiji (Memorias Históricas) y el Hanshu (Crónica de los Han), Li Cong fue un aristócrata que alcanzó el título de “Señor de Dai” en el año 193 a.C. y que murió en el año 186 a.C.

En estas tumbas se localizaron un total de 30 manuscritos y 45 textos, entre los que se incluyen además de mapas, dibujos y diagramas, una de las primeras versiones existentes del Lao Zi y de los hexagramas del Zhou Yi.

Los textos médicos, en particular, corresponden a 7 manuscritos que contienen 14 textos:

– Zubi Shiyi Mai Juijing, Yin Yang Shiyi Mai Jiujing, Maifa y Yin Yang Mai Sihou. Estas obras abordan la descripción de once conductos “mai” dentro del cuerpo y las patologías asociadas a los mismos; el cuerpo teórico que define las condiciones patológicas del “vapor vital” (qi) en los “mai”; la técnica de cauterización y punzado con lanceta de piedra para tratar estos conductos; el diagnóstico de la calidad de los “mai” en el tobillo y los signos “fatales” que pueden mostrar tanto los “mai” como los cinco constituyentes del cuerpo (carne, hueso, energía, sangre y músculo), a la hora de provocar la muerte.

Quegu Shiqi, Daoyin Tu y Yangsheng Fang. Estos son documentos específicos para el cuidado de la salud corporal que incluyen tanto la prescripción de ejercicios físicos, como prácticas respiratorias y/o consejos dietéticos y de higiene sexual.

Zajing Fang, Wushier Bingfang y Zaliao Fang. En estas obras están muy presentes las prácticas mágicas, los exorcismos y los conjuros como “recetas” para devolver la salud al enfermo, devolver la armonía a la pareja, neutralizar a un oponente o seducir a una pareja a través de actos mágicos.

Taichan Shu y Zaliao Fang. Son textos especializados en el cuidado del bebé. El primero, aporta información sobre el cuidado del feto en el embarazo e incluye una técnica para calcular el destino del recién nacido de acuerdo con los signos de las 12 ramas astrológicas.

– He Yin Yang y Tianzia Zhidao Tan. Estos documentos tratan sobre las “artes de alcoba”. Analizan el acto sexual y sus fases y señalan cómo debe ser el intercambio sexual.

–  Shiwen. Este texto incluye conversaciones en donde diez especialistas responden sobre cómo debe cuidarse la salud descritas, en muchos casos en un lenguaje esotéricos y metafóricos.

2.- Documentos de Zhangjiashan

Esta tumba fue descubierta en 1983 y se encuentra ubicada en el monte Zhangjian de la ciudad de Jiangling (Provincia de Hubei). Respecto a su pertenencia se valoró inicialmente la figura del Canciller Zhang Cang, si bien hoy en día se considera que en ella está enterrado un funcionario Han que murió en el año 186 a.C.

La tumba incluye además de textos médicos (Maishu y Yinshu), textos judiciales y administrativos, de estrategia militar y de cálculo matemático (Suanshu Shu).

Maishu. Este documento engloba seis textos: 1) “Listado de Enfermedades”, que incluye el nombre de 67 patologías con alguna frase breve para describir la sintomatología, de las que 57 se refieren a partes específicas del cuerpo. En ella no se incluye ninguna teoría asociada a conductos; 2) “Once conductos”, similar en su contenido al Yin Yang Shiyi Mai Jiujing de Mawangdui; 3) “Cinco signos de muerte”; 4) “Cuidado del cuerpo”, contiene indicaciones higiénicas para la salud; 5) “Seis constituyentes” y 6) “Conductos y vapores”, donde se mencionan los seis constituyentes básicos del cuerpo: hueso, músculo, sangre, conductos, carne y vapor, y los dolores asociados a cada uno de ellos.

Yinshu, es un único texto que describe la teoría sobre los usos del ejercicio corporal y las prácticas higiénicas para conservar la salud.

3.- Documentos de Shuanggudui

Excavada en el año 1977, este yacimiento se encuentra en la ciudad de Fuyang (Provincia de Anhui). Se considera que la tumba corresponde a Xiahou Zao, el “Segundo Príncipe de Ruyin”, un personaje que habría ayudado a Liu Bang a establecer la dinastía Han y que murió en el año 165 d.C.

Dentro de la tumba se hallaron fragmentos de las obras Shih Jing, el ZhouYi, el Zhuang Zi y el Chunqiu Shiyu, además de documentos sobre fisionomía de perros, almanaques e instrumentos de astronomía.

Wanwu. Aunque este documento no es un texto estrictamente médico sí que incluye la descripción de algunas prácticas respiratorias, y los más importante, a diferentes substancias y sus aplicaciones, y algunos lo han considerado como el antecedente más antiguo dentro del género de textos farmacológicos “Materia Médica” (Shenngong Becao Jing).

4.- Documentos de Shuihudi

Encontrada en 1975, este yacimiento se encuentra en la ciudad de Yunmeng (Provincia de Hubei) y se asocia a la figura de un administrador del Reino de Qin llamado Xique que habría fallecido en el año 217 a.C.

La tumba es principalmente reconocida por los documentos legales que contiene, si bien es verdad que alberga un texto relacionado con la medicina.

– Rishu. Este documento combina el conocimiento astrológico y del calendario con fines de adivinación y magia.

5.- Documentos de Fangmatan

Este yacimiento fue excavado en 1986 y se ubica en la ciudad de Tianshuien (Provincia de Gansu). Se considera que pertenece a un oficial militar del Reino de Qin llamado Dan que se cree que vivió en los años 230-220 a.C.

La tumba incluye restos de textos legales y médicos, siete mapas, y numerosas referencias a prácticas astrológicas y numerológicas que pueden representar el germen de lo que luego vendrá a ser la predicción sobre la evolución de la enfermedad según fueran los días afortunados o desafortunados. También describe fórmulas para realizar encantamientos y otras artes mágicas con fines curativos.

6.- Documentos de Wuwei

Este yacimiento, descubierto en 1959, se encuentra ubicado en la ciudad de Mozuizien (Provincia de Gansu). En él se encontraron, además de vestigios de tratados sobre el hacer ritual, restos de documentos en los que se ofrecen recetas para tratar enfermedades, prohibiciones en el tratamiento médico según los días del calendario y un listado del precio de medicinas.

Referencias Bibliográficas

Harper, D. (1998). Early Chinese Medical Literature. The Mawangdui Medical Mansucripts, London: Kegan Paul International.

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About Pedro Jesús Jiménez Martín

Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.

Datos Históricos

Este periodo se puede dividir en cuatro etapas bien diferenciadas:

1.- La regencia del Emperador Kammu (794-850)

En esta etapa empieza el periodo Heian marcado por el traslado de la capital del país desde Nara a Heian-Kyo (la actual Kyoto), por orden del Emperador Kammu en el año 794 d.C. Un acto que supondría ubicar la morada imperial en esta ciudad hasta el año 1868, momento en que con la Reforma Meiji se trasladaría esta autoridad a Edo (la actual Tokyo).

Aunque se han identificado diferentes motivos que justifican el traslado de la capital, el que más nos interesa aquí es el deseo del Emperador de liberarse de la influencia y el poder del clero budista de Nara. Un interés que le llevó a prohibir el traslado de las escuelas budistas de Nara a la nueva capital y a ordenar que los nuevos templos quedasen fuera de la ciudad.

2.- Ascensión y dominio de la Familia Fujiwara (850-1068)

La segunda etapa corresponde al ascenso al poder del clan Fujiwara. Un ascenso lento, facilitado por movimientos políticos y una estrategia de enlaces matrimoniales con la familia imperial.

Este clan mantuvo en su momento una posición crítica con el poder budista alcanzado en Nara y fue impulsor en el traslado de la capital.

La regencia Fujiwara se caracteriza por el uso de la figura del Regente (“Sessho” cuando el Emperador era menor de edad y “Kampaku” cuando alcanzaba la mayoría de edad) para controlar el gobierno.

Con los Fujiwara la gobernanza en Japón quedó establecida en un sistema dual Emperador–Regente, donde el poder real lo detentaba el Regente y el Emperador era relegado a una figura ritual y pacificadora en caso de conflicto. Un sistema que se conserva hasta hoy día.

3ª.- Control de los Emperadores Retirados “Insei” (1067-1156)

Con el declive del poder de los Fujiwara, aparece una nueva figura de gobierno en la regencia imperial llamado “insei” o “Emperador retirado”. Una estrategia que sirvió para devolver el poder a la familia imperial y poder escapar del sistema sessho y kampaku de clan Fujiwara. Este sistema se mantendría en Japón hasta el año 1430.

4ª.- Ascenso de la clase guerrera (1156-1195)

Con la debilidad del gobierno pronto fue necesario reforzar el poder militar para garantizar el orden público. Esto facilitó el ascenso de los Bushi o Samurai como nueva clase social de poder.

El estamento militar estaba controlado por clanes poderosos que habían enviado voluntariamente a sus hijos a prestar este servicio y por los terratenientes influyentes. Sin embargo, pronto se unirían también los propios monasterios (como el Kofukuji de Nara o el Enryakuji de Kyoto), formando ordenes militares de bonzo-soldados para sofocar las rebeliones de los labradores de sus tierras.

Entre todos estos protagonistas hubo dos clanes que rivalizaron por el poder y que fueron capaces de movilizar al resto de estamentos militares: los Taira (Heike) y los Minamoto (Genji). Los primeros, conectados a la figura del Emperador y partidarios de la política “insei” de Emperadores retirados. Los segundos, afines a los Fujiwara y su política de regentes para detentar el poder.

El conflicto finalmente estalló entre 1156 y 1160 con las guerras civiles (hogen-heiji-no-ran) que dividieron al país en dos partes. Una contienda que terminó finalmente con la derrota del clan Minamoto.

Sin embargo, tras un periodo de regencia imperial, los Taira serían vencidos en la Guerra Gennpei (1180-1185) por Minamoto Yoritomo y se instaura un nuevo periodo histórico en Japón: el Bakufu Kamakura (Kondo, 1999).

CONTEXTO CULTURAL

Aunque la nueva capital Heian fue planificada según los principios chinos del Feng-Sui, y respetó en su diseño el patrón de cuadrícula que ya existía en la anterior capital de Nara, este periodo se caracteriza a nivel cultural por la ruptura de Japón con las influencias del continente chino para empezar a gestar un estilo autóctono propiamente japonés

Entre los aspectos más importantes a destacar de este proceso estuvieron: el desarrollo de la escritura kana como primer alfabeto típicamente japonés; el desarrollo de la arquitectura “Shinden-zukuri” que utilizaba maderas sin pintar y tejados de paja; y la creación de un nuevo estilo de pintura nacional “Yamato-e” centrada en temas de la vida local y acontecimientos históricos.

Referencias Bibliográficas

Kondo, A. (1999). Japón. Evolución histórica de un pueblo (hasta 1650), Guipúzcoa: Nerea

Whitney, J. (1993). El Imperio Japonés, Madrid: Siglo XXI.

Toby, R. (1985). Why leave Nara?: Kammu and the transfer of the Capital, Monumenta Nipponica, 40 (3), 331-347.

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Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.

Actividad Física y Salud en la Antigua Grecia

Uno de los recursos que pueden contribuir a adoptar cierta perspectiva sobre el valor de las prácticas corporales y terapéuticas chinas de esta época es tener presente qué estaba ocurriendo, en este mismo ámbito, en Occidente. Sobre todo cuando se trata de ponderar mejor la idea, muchas veces “idealizada”, de que las prácticas médicas chinas “tienen un legado de más de 2500 años de antigüedad”.

En el siglo V a.C. los intelectuales griegos empezaron a desarrollar un debate teórico en torno a la explicación del Universo y sus principios. La racionalidad, la experiencia y la observación marcaban la reflexión y todos los ámbitos del conocimiento pronto estarían impregnados de estos nuevos planteamientos.

En el contexto general de las prácticas corporales sabemos que Platón (427-347 a.C.) ya concedía un importante papel a la educación física en su ideal de construcción de la “sociedad perfecta”, y que apreciaba a esta no sólo por los beneficios que aportaba en el cuidado corporal y la salud, también como fuente para el desarrollo de valores morales e incluso de cualidades intelectuales de los ciudadanos griegos.

Aristóteles (384-322 a.C.) coincidiría después con Platón, y también expresaría la idea de que la actividad física no sólo era adecuada para la preparación de los ciudadanos en la guerra, sino también, para la formación de individuos bellos, fuertes y sanos, y para contribuir al bienestar mental y moral de los ciudadanos.

En el marco particular de las prácticas corporales con fines de salud o terapéuticos, en este periodo aparecen ya personajes como Heródico de Selimbria (maestro de Hipócrates en su momento) que asoció el ejercicio a fines terapéuticos en base a su propia experiencia, si bien es verdad que después recibió diversas críticas del mismo Platón y Aristóteles.

Sin embargo, podemos afirmar que fue gracias a la inclusión de las prácticas gimnásticas dentro de las teorías médicas de la época, lo que en verdad, ayudó a asentar las bases de lo que podemos definir hoy en día como la “gimnasia terapéutica”.

¿Cómo estaba la medicina en el siglo IV a.C. en Grecia? Según parece convivían dos corrientes de uso. Por un lado, los empiristas (aprendizaje por ensayo-error) representados por los “perioduetas” o curanderos que iban por las ciudades tratando diferentes dolencias, los “farmacéuticos” especializados en el uso de hierbas, los “rizotomas” que utilizaban raíces y los maestros de gimnasia que hablaban de las bondades de la ejercitación física. Por otro lado, estaban los brujos, adivinos, sacerdotes de los templos de Asclepio y seguidores de los diversos cultos mistéricos, con una fórmula de intervención de carácter “mágico”.

Parece ser que fue justo en este periodo, cuando los médicos no sólo empezaron a distanciarse de las viejas creencias que asociaban la enfermedad al azar o a un castigo de la divinidad o de los antepasados, también comenzaron a defenderla del intrusismo de magos y curanderos a través del discurso de las explicaciones basadas en la experiencia, la deducción y el razonamiento, y a reclamar su independencia como área de conocimiento.

En el siglo IV a.C., en particular, empezaron a ganar cierto prestigio varias escuelas médicas, si bien la que más nos interesa destacar es la de Cos (una pequeña isla cerca a la actual Turquía), ya que fue precisamente allí donde nació, en el año 460 a.C., Hipócrates, el padre de la medicina “científica” para Occidente.

La Escuela Hipocrática nos ha dejado un legado documental conocido como el “Corpus Hipocrático” que engloba 53 tratados de contenido esencialmente médico, fechados entre el año 420 y el 350 a.C. Unos tratados que incluyen tanto escritos generales sobre la medicina, como escritos que abordan contenidos anatómicos y fisiológicos, dietéticos, terapéuticos, quirúrgicos, oftalmológicos, ginecológicos, obstétricos y pediátricos y sobre patología general y especial, y cómo no, sobre la ejercitación física.

Actualmente se considera que estos escritos acercaron la medicina al contexto de la “ciencia” porque en ellos la enfermedad dejó de ser algo divino o fruto del azar, para explicarse en base a la naturaleza y la causalidad.

En sí, se puede decir que la Escuela Hipocrática supo armonizar las dos vertientes principales que explicaban la enfermedad en su época: la dieta-ejercicio y la influencia de los agentes climáticos o ambientales. Con ello, esta escuela no sólo otorgó un papel importante al ejercicio corporal en el contexto médico, también lo utilizó y lo recomendó tanto para la prevención, como para el tratamiento de la enfermedad.

¿Qué uso en particular ofrecía la escuela hipocrática del ejercicio físico? Lo primero que se debe destacar es que el ejercicio físico era prescrito en función de la complexión física, la edad y el sexo de la persona por un lado, y según las condiciones climáticas, la estación y los hábitos de vida por otro. Además, en el tratamiento de la enfermedad, esta escuela aconsejaba la práctica del ejercicio junto al masaje y la hidroterapia.

Sin embargo, lo que más importante a destacar era que en su uso había una gran preocupación por establecer una dosificación adecuada para mantener el “equilibrio” con la alimentación y las calidades de humedad-sequedad dentro del cuerpo.

Los ejercicios eran clasificados como “naturales” y “violentos”, siendo los primeros los que se utilizaban para la vista, el oído, la voz y el pensamiento, y los segundos, las carreras, los ejercicios gimnásticos, la lucha libre, la lucha de cuerpo a tierra, la lucha de manos y dedos, luchas con el saco, gimnasia de brazos, etc. Los paseos los ponían en un punto intermedio al considerarlos que eran naturales pero tenían algo de violento.

En la prescripción, los paseos se asocian a diferentes cualidades según el momento en que se hacen. Después de cenar consideran que resecan el vientre y el cuerpo y no dejan que el estómago acumule grasas. Los matutinos que adelgazan, dejan la cabeza despejada y alerta y el oído vivaz. Por último, los que se hacen después del ejercicio físico consideran que dejan a los cuerpos purgados y flaco.

En cuanto a las carreras (sencillas, dobles o de fondo), las recomiendan a los glotones y en invierno más que en verano. Además, afirman que hacerlas vestidos son buenas para los individuos de complexión seca; para los que quieren perder peso; y para las personas de edad. En cuanto a los ejercicios gimnásticos (cita por ejemplo flexiones y elevaciones de los brazos) avisa del peligro de padecer desgarros.

Desde el punto de vista estacional, también se aportan consejos, como que en invierno es bueno realizar muchos ejercicios y de todo tipo con el cuerpo aceitado, seguido de entrenamientos ligeros. Paseos rápidos tras los ejercicios gimnásticos y paseos lentos y al sol después de la comida. También recomienda carreras y caminatas nocturnas pero siempre guardándose del exceso de ejercicio.

En primavera, hablan de reducir el ejercicio y hacerlos más relajadamente, practicar la lucha de palestra con aceite al sol y suprimir los paseos después de las comidas. En verano, hablan de hacer carreras sencillas y de corta duración, practicar la lucha libre sobre el suelo, paseos a la sombra sobre todo matutinos y no pasear después de cenar. Por último, en otoño, citan el ejercitarse vestido practicar la lucha untados de aceite y dar paseos al sol.

Es interesante resaltar los múltiples paralelismos que se pueden observar entre la medicina que se estaba desarrollando en China, a finales de la dinastía Zhou, y la medicina hipocrática. Por ejemplo:

1) En ambas culturas se empezó a desarrollar una corriente médica “alejada de todo sentimiento religioso” en la que se explicaba la enfermedad en base a la naturaleza y la causalidad, bajo la influencia del discurso de las diferentes escuelas de pensamiento de la época.

2) En ambas culturas el cuerpo había pasado a considerarse como un “microcosmos reflejo de macrocosmos”. Cada parte de nuestro cuerpo era así asociado a diferentes elementos de la naturaleza (p.e. en Grecia la piel se asociaba al firmamento; el aire al pneuma; el agua al vientre; al sol al calor subcutáneo, etc.)

3) En ambas culturas se desarrolló una noción de “calidad de vida” ligada al cuidado integral de la alimentación; hábitos sexuales, de descanso y de higiene saludables; la realización de ejercicio físico, etc.

4) En ambas culturas las causas de la enfermedad se asociaban a la constitución del enfermo y a los agentes climáticos, ambientales, geográficos y astronómicos.

5) En ambas culturas se desarrolló una visión fisiológica interna en dónde las explicaciones incluían la noción de elementos (p.e. agua, fuego, viento) y calidades (p.e. frío-caliente; humedad-sequedad), igual que las propiedades de las plantas y alimentos se explicaban en función de sus propiedades sobre el cuerpo (flatulentos, astringentes, diuréticos, purgantes, cálidos, fríos, secos, húmedos, nutritivos, etc.).

6) En ambas culturas fue muy importante la noción de “aire-respiración”. En la cultura griega se hablaba del “pneuma”, identificándolo como el “aire” cuando está fuera del cuerpo y como “flato” cuando está dentro, y a este, se le otorgaba la capacidad de alimentar, impulsar y refrescar el cuerpo. En la cultura china tenían el “qi”. Además, ambos concedieron una gran importancia a la “respiración cutánea”, y ambos coincidían también en decir que, cuando el “pneuma” y el “qi” quedaban detenido o entorpecido en algún punto del cuerpo, se producía allí el dolor y la enfermedad.

Sin embargo, y desde el punto de vista de la cultura física que aquí nos interesa, existen importantes divergencias. Por ejemplo, en Occidente, el ejercicio terapéutico fue prescrito en la escuela Hipocrática con un carácter generalista. Se hacían recomendaciones generales sobre el uso de las prácticas atléticas y deportivas que realizaba el ciudadano griego en su sociedad. Actividades por cierto centradas en la velocidad, la resistencia, la fuerza, etc.

En el Daoyin Tu o el Yin Shu, se identifica una búsqueda a propósito de ejercicios saludables basados en un alto porcentaje en la observación de las posturas y movimientos de los animales, así como el desarrollo específico de ejercicios respiratorios. En los ejercicios que se crean el estiramiento y la movilización articular juegan un papel fundamental y se prescriben de manera específica para prevenir o tratar determinada dolencia o enfermedad. Y en China, se observa además, un interés especial por la relación entre el “qi” y la “movilización corporal”, que no se observa respecto al “pneuma” en Grecia.

Referencias Bibliográficas

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López, J.A. (1986). Hipócrates y los Escritos Hipocráticos: Origen de la Medicina Científica, Epos: Revista de Filología, 2, 157-175.

Toscano, W.A. (2010). La importancia de las Actividades Físicas en relación a la Salud en el marco de la Teoría Hipocrática, Calidad de Vida, 5, 61-70.

Toscano, WN. (2008). Los Ejercicios Físicos y la Salud en el Corpus Hipocrático. Consideraciones a tener en cuenta para la Educación Física, Calidad de Vida, 1, 67-82.

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About Pedro Jesús Jiménez Martín

Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.

Chamanes-Inmortales de Leyenda

Dentro del Taoísmo Religioso es fácil encontrar el nombre de algunos personajes mitológicos o de leyenda (asociados a la figura del chamán (wu)), a los que se consideran como los precursores de las prácticas energéticas, esotéricas y meditativas taoístas. Personajes como Pengzu, Chisongzi, Wang Ziqiao, Ning Fengzi, Yu, etc.

Según la “Bibliografía de las Divinidades y los Inmortales” (Shenxian Zhuan), Pengzu fue nieto del Emperador Negro y logró vivir 767 años sin envejecer, gracias a su dominio de la armonía de los “vientos” corporales. Este personaje habría enterrado además a 49 esposas y 54 hijos.

Por otro lado, y según la “Biografía de los Inmortales” (Liexian Zhuan), Chisongzi habría realizado las funciones de “Maestro de la Lluvia” en la época del Emperador Rojo. Según esta leyenda, este personaje se alimentaba con polvo de jade disuelto en agua y era capaz de transportarse con el viento y de penetrar en el fuego sin quemarse.

Ning Fengzi, habría sido un personaje que vivió en tiempos del Emperador Amarillo y que además de dominar el fuego, era capaz de producir humo de cinco colores por el cual “subía y bajaba” del Cielo.

Por último, Yu habría sido un personaje que vivió en la época del Emperador Yao. Según la leyenda, en esta época hubo un diluvio que sumió al mundo en el caos.

Los ríos se desbordaron y empezaron a anegar la tierra, de modo que el Emperador ordenó a Yu que encontrarse una solución. Parece ser que este, con la ayuda de diferentes seres, logró abrir diques y canales que controlaron la inundación canalizando las aguas hacia el mar logrando salvar el mundo.

Es interesante analizar un poco más a este último personaje y saber que: 1) en el “Libro de la Dinastía Han” (Hanshu) se describe a Yu como un pesonaje capaz de transformarse en un oso y que utilizaba un tambor para avisar de que le llevasen la comida; 2) en el “Libro del Maestro Xun” (Xunzi) se añade que este personaje creó una danza que consistía en dar pasos irregulares (porque supuestamente Yu cojeaba de una pierna); o que en la obra “Historia de los Libros Perdidos” (Shiji ji) se cuenta que Yu, también abrió un túnel en el Monte “Paso de los Dragones”, y que este le condujo a una cueva donde encontró a Fuxi y ocho deidades, y que estas le transmitieron el conocimiento de los ocho trigramas y una tabla con los números de las doce partes del día, para que pudiese hacer mediciones tanto del Cielo como de la Tierra.

La danza de este personaje se ha asociado al denominado “Paso de Yu”, al que se hace referencia hasta en ocho ocasiones, dentro de los textos médicos encontrados en las tumbas de Mawangdui, igual que se menciona en los textos encontrados en las excavaciones de Shuihudi y Fangmatan.

En estos, se recomienda hacer esta danza antes y después del tratamiento terapéutico, con el fin, parece ser, de “limpiar” el entorno de las malas influencias… y algunos autores han utilizado esta idea para afirmar la asociación entre las prácticas corporales energéticas chinas y los chamanes Shang.

Referencias Bibliográficas

Despeux, C. (1989). Gimnastics: The Ancient Tradition. En: Kohn, L. (Ed.) Taois Meditation and Longevity Techniques, (225-261 pp.), USA: University of Michigan.

García-Noblejas, G. (2004). Mitología Clásica Chinas, Madrid: Trotta.

Harper, D. (1998). Early Chinese Medical Literature. The Mawangdui Medical Manuscripts. London and New York: Kegan Paul International.

About Pedro Jesús Jiménez Martín

Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.