El Zhou Yi, conocido hoy en día como el I Ching o Yi King, representó un nuevo sistema de adivinación que alcanzó un gran desarrollo en la corte Zhou.
Para ser más precisos hay que decir que según los registros de la dinastía Han, en esta dinastía convivieron, en verdad, al menos tres libros de adivinación versados en el estudio del cambio y la transformación: el Liangshang Yi (Cambios de la Cadena Montañosa) que se consideraría el vestigio de un método que habría existido en la dinastía Xia; el Guicang Yi (Regreso a un lugar Oculto) desarrollado en la dinastía Shang, y el Zhou Yi (El libro del Cambio de los Zhou) atribuido al Rey Wen al comienzo de la dinastía Zhou.
Es interesante señalar que, aunque en estas tres obras estaban construidas a partir de trigramas y hexagramas, sus contenidos y su ordenación interna no eran los mismos. El Liangshang Yi comenzaba la secuencia de sus hexagramas con “La Montaña” (actual hexagrama nª 52); el Guicang Yi con “Lo Receptivo” (actual hexagrama nº2); e incluso el Zhou Yi, antes de tener la secuencia que conocemos hoy en día, también había tenido ordenaciones distintas.
Actualmente, se piensa que el origen de estas obras guarda una estrecha relación con el sistema de predicción que se realizaba sobre huesos y caparazones oraculares en la dinastía Shang, ya que se ha observado que en estos hay inscripciones numéricas y una segmentación del espacio en seis divisiones que podrían ser los precedentes de la construcción de los hexagramas.
Sin embargo, estos métodos de adivinación aportaron un importante cambio respecto al modo de adivinación anterior ya que, en vez de basar las predicciones en la interpretación de las señales enviadas por los ancestros y las divinidades, estos sistemas basaban su predicción en los patrones que rigen los cambios en la naturaleza.
En la dinastía Zhou, el Zhou Yi era utilizado para afrontar los problemas cotidianos de sus gentes, más que con los fines filosóficos y espirituales con los que está asociada esta obra hoy en día. Un libro para ayudar a dirigir y resolver los asuntos del Estado y para tomar decisiones sobre asuntos militares, religiosos, maritales y rituales, más que un libro metafísico cómo después se transformaría bajo la influencia de las escuelas confucionistas, taoístas y budistas.
Históricamente, el Zhou Yi corresponde a una obra compleja que ha mantenido diferentes secuenciaciones y fórmulas de uso y ha sido ampliada y transformada a lo largo del tiempo.
El Zhou Yi más antiguo que se ha encontrado data del año 300 a.C. y se conserva en el museo de Shanghai. Esta obra, escrita sobre varillas de bambú, sólo conserva el texto de 34 hexagramas pero muestra un curioso parecido al I Ching actual.
El primer documento que incluye 64 hexagramas (pero con un orden y contenidos diferentes del actual), fue encontrado en las tumbas de Mawangdui, en la Provincia de Hunan, y data del año 193 a.C. Para encontrar el primer texto de esta obra que contenga la estructura y el contenido que conocemos hoy en día, hay que esperar al Zhou Yi Zhu de Wang Bi (226-249 d.C.).
¿Quién creó esta obra?
Aunque la tradición lo asocia a Fu Xi, un personaje mitológico del que se dice que descubrió los trigramas observando la naturaleza, quizás hay que pensar que fue un pueblo que habría dedicado una especial atención a los cambios que se producen en la naturaleza.
El historiador Sima Qian (145-90 a.C.), afirma que la creación de los hexagramas y la redacción de los contenidos que aparecen en los dictámenes de la obra los hizo el Rey Wen mientras estuvo preso bajo el reinado del último monarca Shang. Sin embargo, Ma Rong (79-166 d.C.) matizó que el Rey Wen sólo añadió las sentencias a los hexagramas, mientras que fue el Duque de Zhou el que desarrolló los comentarios que acompañan a las líneas.
La asociación de ambos personajes con el Zhou Yi parece ser que se sostuvo en el tiempo gracias a Confucio y la admiración que sintió por la dinastía Zhou, a la que definió como la “Edad Dorada”.
Respecto al comentario de las “Diez Alas” (Shi Yi) que aparece en esta obra, algunas personas lo han atribuido a la figura del propio Confucio, sumando la idea de que fue él el que transformó esta obra en un documento para el desarrollo personal y en una guía para la conducta.
Sin embargo, las investigaciones actuales no están de acuerdo con esto debido a que:
1) No existe ninguna evidencia textual pre-Han en la que se asocie la figura de Confucio con las “Diez Alas”. El primer texto que asociará a Confucio con el Zhou Yi es el Shiji (Memorias Históricas) redactado por el año 100 a.C., y el Han Shu (Libro de los Han) del año 100 d.C.
2) En el Zhou Yi descubierto en las tumbas de Mawangdui sólo aparece ligado a esta obra el comentario “Hsi T´zu Chuan” (Comentario sobre las Anotaciones Añadidas) o “Ta Chuan” (Gran Comentario), mostrando que en el siglo II a.C. sólo existía este comentario a la obra, y por cierto, con un contenido diferente del que se conoce en la actualidad.
3) Confucio fue un pensador que se mantuvo alejado en su discurso de todo lo que tuviese que ver con los espíritus y la adivinación.
La autoría de las “Diez Alas” se atribuye actualmente a figuras como Wang T´ung, Chou Wang-Sun, Ting K´uan y Fu Sheng, a los que el Han Shu cita como personas que prepararon comentarios al Zhou Yi entre los siglos I y II a.C., o bien al personaje T´ien Ho, que al parecer, fue un maestro que dio instrucciones sobre la obra a estos cuatro personajes y que habría vivido entre la dinastía Qin y principios de la dinastía Han.
La articulación en un solo texto del Zhou Yi, englobando todos los comentarios que se habían realizado sobre el mismo, no tuvo lugar hasta el año 136 a.C., momento en que la obra además pasó a llamarse I Ching.
Más tarde, en la dinastía Han, Dong Zhongshu (179-104 a.C.) dotó a la obra de una visión cosmológica, en la línea del pensamiento de correlaciones y correspondencias que predominaba en su época, además de incluir este texto entre los contenidos que se exigía dominar para los exámenes civiles oficiales de la Corte.
El I Ching que conocemos hoy en día corresponde a la obra Zhou Yi Zhengy, redactada por Kong Yingda (574-648) en la dinastía Sui, a partir de los textos de Wang Bi (226-249): Zhou Yi Zhu y Zhou Yi Lüe Li.
Otras interpretaciones importantes del I Ching son el Zhou Yi Zhuanyi Daquan, editada por Cheng Yi (1033-1107) y Zhu Xi (1130-1200) y el Zhou Yi Zhezhong, redactado en el siglo XVIII por Li Guangdi (1642-1718).
A día de hoy sigue habiendo un gran interés en seguir investigando la autoría y evolución histórica del Zhou Yi, así como por desentrañar el significado de las sentencias que aparecen en los hexagramas.
En particular, la investigación se está orientando hacia el análisis lingüístico de la obra según los textos clásicos de la época y la reinterpretación de los “dichos” según el contexto histórico de la época. Sentencias como “cruzar las grandes aguas” o “buscar aliados en diferente direcciones espaciales”, cobran mucho sentido cuando se conocen los conflictos territoriales del momento, y “la muchacha que se casa” se entiende mejor conociendo el tipo tradiciones matrimoniales de la época.
Referencias Bibliográficas
Cheng, C.Y. (2008). The Yijing as Creative Inception of Chinese Philosophy. Journal of Chinese Philosophy, 35(2), 201-218.
Field, S. (2000). Who told the Fortunes? The Speaker in Early Chinese Divination Records. Asia Mayor, 13(2), 1-14.
Hon, T.K. (2008). A Precarious Balance. Divination and Moral Philosophy in Zhouyi Zhuanyi Daquan, Journal of Chinese Phylosophy, 35(2), 253-271.
Jullien. F. (2017). Figuras de la Inmanencia. Para una lectura filosófica del I Ching, Madrid: El Hilo de Ariadna.
Peterson, W. (1982). Making Connections: Commentary on the Book of Changes”. Harvard Journal of Asian Studies, 42(1), 67-116.
Rutt, R. (2002). The Book of Changes. Zhouyi. USA: Routledge.
Schulz, L.J. (2011). Structural Elements in the Zhou Yijing Hexagram Sequence. Journal of Chinese Philosophy, 38(4), 639-665.
Vila, J. y Galvany, A. (2006). Yijing. El Libro de los Cambios. Con el comentario de Wang Bi. Gerona: Atalanta.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.