Esta obra fue galardona con un premio en Japón al mejor ensayo de no-ficción en el año 1994, con todo su mérito. Este libro es verdaderamente entrañable por el viaje que nos propone experimentar entre el Japón ideal, que a muchos nos hubiese gustado vivir, y el Japón actual que está perdiendo las bases tradicionales de su cultura.
Alex Kerr es coleccionista de antigüedades asiáticas y especialista en cultura oriental habiéndose formado en Yale y Oxford. Talentos que enriquecen la obra. El libro recorre el Japón de los años 70-80-90, y lo hace con saltos temporales que te “enganchan” emocionalmente.
El autor nos ilusiona cuando compra su primera casa en el valle de Iya, en la isla de Shikoku, y nos hace experimentar con él lo que es su rehabilitación. Aquí consigue despertar en nosotros el gran valor que tiene la arquitectura tradicional japonesa.
Después, te sigue atrapando cuando se adentra en el mundo del Kabuki y nos muestra como es un “museo viviente” desde el que podemos apreciar el uso de utensilios tradicionales que no conocen hoy en día muchos japoneses, pero también, cómo es la cultura del espectador. El aprecio que se debe tener a la indumentaria de los actores, ya que todo detalle ha sido elegido cuidadosamente, o descubrir que estas obras de teatro se tienen que apreciar como el paso de un “momento cumbre” al siguiente, más que como un desarrollo temporal de acontecimientos.
También es motivador, cuando nos sumerge en el mundo de la compra-venta de antigüedades y nos hace tomar conciencia de cómo esta profesión te enseña a aprender a apreciar el verdadero valor de muchas cosas, a potenciar el interés por la historia, a disfrutar el conocimiento de los profesionales y a despertar el ojo crítico del que sabe apreciar las calidades.
Pero no termina aquí la cosa. Luego nos introduce en el mundo de la caligrafía japonesa. En el valor de los pigmentos para las tintas. En los trazos del profesional por su capacidad para desvelar su carácter. La dificultad de tener que “montar una maqueta” cuando tienes que realizar los ideogramas con un gran número de trazos y la belleza de un alfabeto que puede decorar cualquier cosa.
Continúa mostrando la personalidad de Kyoto. Aquí desvela la parte pública y la parte oculta de la ciudad que un turista puede intuir pero no llega a adivinar. La escena de la invitación a una casa tradicional es realmente “redonda”. Pero no termina aquí, el capítulo de los “literatos” nos hace apreciar el placer del conocimiento en un espíritu libre que toca la esencia de las cosas y te anima a crecer.
Considero que esta obra te hace apreciar a esos pocos “héroes” en Japón que siguen manteniendo viva la esencia de la cultura japonesa frente a la tendencia actual “monocultural”.
About Pedro Jesús Jiménez Martín
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Universidad Politécnica de Madrid. Director del Proyecto de Investigación Cultura Física Oriental.