Mi Ucrania. Victoria Belim

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de “Mi Ucrania”, la primera novela de la escritora ucraniana Victoria Belim. Una fascinante saga familiar que nos llevará a conocer la realidad de una Ucrania más cercana y cotidiana, una imagen muy diferente a la que se nos muestra en los medios de comunicación.

En 2014, la escritora regresa a su Ucrania natal para investigar la muerte de su tío tatarabuelo Nikodim, acontecida en la década de 1930, y por qué ésta sigue siendo un tabú dentro de su familia casi un siglo después. Desentrañar viejas incógnitas resulta complicado, pero nunca habría previsto que la resistencia más fuerte la encontraría en su abuela Valentina, que le prohíbe remover el pasado.

Mientras el país se sumerge en un nuevo conflicto con Rusia, tras la anexión de Crimea; el lector acompañará a la escritora al antiguo cuartel general de la KGB, conocido como “la Casa de los Gallos”, para rebuscar entre sus temidos archivos la verdad sobre el pasado del país y su tío tatarabuelo Nikodim, incluso a riesgo de un enfrentamiento directo con su familia.

Entre el libro de memorias y la novela detectivesca, esta obra conjuga su enorme carga emocional con un lúcido análisis de la historia. Victoria Belim, a la vez que desentraña la historia de su familia, intentará hacer las paces no sólo con su pasado sino también con su propio presente, ya que muchas veces sin saberlo ambos están conectados.

Una de esas lecturas que todos deberíamos leer para conocer la historia desde otro punto de vista.

“Estuve esperando con ansia a que terminaran las vacaciones de Pascua para llamar a los Archivos Nacionales de Kiev. Había estudiado la historia y la política del bloque socialista bastante tiempo para saber que, si una persona desaparecía en la Unión Soviética en la década de los treinta, la culpa era casi siempre de la policía secreta. Tenía que hallar la manera de entrar en la Casa de los Gallos. —¿Cómo espera que encontremos algún registro de su familiar cuando no dispone usted de ninguna información sobre él? —me preguntó la voz del otro lado de la línea telefónica—. ¿Se acaba de caer usted del guindo, o qué? El insulto gratuito me hizo recordar la repulsa visceral que me provocaba la burocracia al estilo soviético; por alguna razón pensé en Vladímir, y me enfurecí aún más. No obstante, me jugaba muchas cosas en aquella conversación, así que me tragué mi réplica hiriente y les rogué que me ayudaran. —Déjenos sus datos personales y la llamaremos —dijo la voz, más serena pero hastiada. Nadie me llamó”

@biblioetsidiupm

“Mi Ucrania” es la primera novela de la escritora ucraniana Victoria Belim que os proponemos esta semana en “Lecturas para compartir” #lecturasparacompartir #booktok #recomendacionesdelibros #victoriabelim #ucrania🇺🇦

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No quiero… Angela Figuera Aymerich

Ángela Figuera Aymerich una de nuestras poetas (poetisas) casi olvidadas, las del exilio interior, del reconocimiento exterior; Pablo Neruda en la Antología total de Ángela les dedicó a toda una generación de poetas denostados/olvidados un sentido homenaje.

Viene en estos tiempos a mi memoria su poema NO QUIERO

No quiero

que los besos se paguen

ni la sangre se venda

ni se compre la brisa

ni se alquile el aliento.

No quiero

que el trigo se queme y el pan se escatime.

No quiero

que haya frío en las casas,

que haya miedo en las calles,

que haya rabia en los ojos.

No quiero

que en los labios se encierren mentiras,

que en las arcas se encierren millones,

que en la cárcel se encierre a los buenos.

No quiero

que el labriego trabaje sin agua

que el marino navegue sin brújula,

que en la fábrica no haya azucenas,

que en la mina no vean la aurora,

que en la escuela no ría el maestro.

No quiero

que las madres no tengan perfumes,

que las mozas no tengan amores,

que los padres no tengan tabaco,

que a los niños les pongan los Reyes

camisetas de punto y cuadernos.

No quiero

que la tierra se parta en porciones,

que en el mar se establezcan dominios,

que en el aire se agiten banderas

que en los trajes se pongan señales.

No quiero

que mi hijo desfile,

que los hijos de madre desfilen

con fusil y con muerte en el hombro;

que jamás se disparen fusiles

que jamás se fabriquen fusiles.

No quiero

que me manden Fulano y Mengano,

que me fisgue el vecino de enfrente,

que me pongan carteles y sellos

que decreten lo que es poesía.

No quiero amar en secreto,

llorar en secreto

cantar en secreto.

No quiero

que me tapen la boca

cuando digo NO QUIERO…

https://www.poeticous.com/angela-figuera-aymerich/no-quiero?locale=es

imagen de angela figuera

Zuleijá abre los ojos. Guzel Yájina

Título original: Zuleykha otkryvayet glaza (Зулейха открывает глаза), 2015
Traductor: Jorge Ferrer
Barcelona : Acantilado, 2019

El debut de la escritora rusa Yájina Guzel en 2019 supuso el descubrimiento de una novelista que aparentemente continúa con éxito la gran tradición de novelistas rusos del siglo XIX como pueden ser Turgueniev o Chejov. Pero además de eso constituye un alegato feminista en el que una mujer decide tomar las riendas de su vida tras años de sometimiento y maltrato.

La acción se desarrolla inicialmente durante los años treinta del siglo pasado en la pequeña aldea de Tartaria en la antigua Unión Soviética donde viven Zuleijá (casi una niña) que lleva años casada con un marido, Murtazá, treinta años mayor que ella , y su suegra, que la maltratan física y psicológicamente de forma continuada por no darles descendencia después de haber sufrido varios partos en los que los hijos no sobrevivieron.

Es curioso observar como el hecho de que Zuleijá haya recibido una educación determinada impide que ella sea consciente de la situación que sufre y ni siquiera se plantee otro tipo de vida.

Pero la vida de la protagonista cambia radicalmente cuando aparecen los soldados de la “Horda Roja” pretendiendo sustraerles todas sus pertenencias y alimentos. Murtazá se niega a ello pues estos soldados le consideran lo que ellos llaman un kulak (campesino rico). Decide matar a su vaca y esconder la carne el grano que guarda, antes que entregarlo. En un duro enfrentamiento con el soldado al mando Ignatov, Murtazá muere y el grupo de soldados se lleva a Zuleijá junto a todos los kulaks que van a trasladar a un campo de prisioneros.

A partir de ese momento comienza una segunda parte que narra el terrible viaje en tren hasta el destino y donde Zuleijá conoce a los que serán sus compañeros de vida durante los próximos años.

En la tercera parte la escritora nos cuenta la vida en ese lugar en el donde instalan el campamento en medio de la taiga cómo logran sobrevivir en penosas circunstancias

Ignatov será el responsable y fundan un poblado cuyo devenir iremos conociendo en el resto de la novela. Para Zuleijá el cambio parece incluso gustarle y de hecho parece mucho más feliz y libre que en su vida de casada en la aldea. Además, descubre que está embarazada y la llegada de su hijo supondrá un aliciente para seguir viviendo.

En la cuarta y última parte la vida de los refugiados cambia radicalmente con la entrada de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial.

En definitiva, una novela, ¿por qué no?, de aventuras, pero también con un trasfondo histórico y social muy potente.

Por añadidura, los personajes están maravillosamente descritos y al parecer la escritora se inspiró en la vida de su abuela para la composición de la historia de Zuleijá.

Seguiremos la pista a esta estupenda escritora rusa.

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Guzel YájinaGuzel Yájina:

Nació en la capital de Tatarstán en 1977, de padre ingeniero y madre médica. Su idioma materno es el tártaro, pues era el que hablaban en casa; el ruso lo aprendió cuando comenzó ir a la guardería¹.​

Estudió en el Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad Estatal Tártara de Humanidades y Educación. En 1999, se mudó a Moscú y en 2015 se graduó de la Escuela de Cine con un título en escritura de guiones.

Yájina trabajó en relaciones públicas y publicidad. Comenzó su carrera de escritora con publicaciones en las revistas Nevá y Oktiabr. Fragmentos de Zuleijá abre los ojos, su primera novela, aparecieron en la revista Sibírskiye Ogní (Luces siberianas).

La novela debut se basa en las experiencias de su abuela que sufrió en la década de 1930, como parte del programa de deskulakización, la deportación forzosa a Siberia de muchos tártaros. La abuela de Yájina fue desterrada a una edad temprana y pudo regresar a casa solo dieciséis años más tarde, después de la guerra. La novela describe las experiencias de Zuleijá, una mujer tártara campesina, cuyo esposo, que se había resistido a la deskulakización, fue asesinado. Junto con cientos de coterráneos fue abandonada en un lugar remoto a orillas del río Angará con pocos medios de supervivencia. Tuvo que superar las duras condiciones, construir relaciones con otros represaliados y forjar una nueva identidad y razones para vivir².​ La narración incluye un plano simbólico basado en la criatura mítica voladora Simurg, que significa «treinta pájaros» en persa y que sirve como metáfora de los treinta prisioneros que sobrevivieron el primer invierno en medio de la taiga siberiana.

Ana Domingo Preciado

MARIANA ENRÍQUEZ, O EL TERROR DE LO COTIDIANO

Mariana Enríquez en la Biblioteca UPM

La prosa de Mariana Enríquez se está ganando un puesto de honor entre los seguidores del género de terror y más allá. Comenzó a los 19 años redactando su primer trabajo, un entretenimiento, bajo el título Bajar es lo peor, considerado hoy en día una obra de culto.

Su colección de relatos Las cosas que perdimos en el fuego (2016) también fue recibida con entusiasmo y promocionada profusamente por sus lectores. A través de estas doce narraciones, la bonaerense nos enfrenta a nuestros miedos más esenciales, el mismo miedo que puede sobrecogernos cuando abrimos un periódico por su sección de sucesos. De hecho, este suele ser su punto de partida, y lo exprime hasta lograr sorprendernos, a veces por su dimensión fantástica, y casi siempre por su vertiente aterradora. En este libro encontramos historias tan espeluznantes como la de Pablito clavó un clavito –en la que un guía rememora para los turistas los crímenes más atroces que se han cometido en la ciudad de Buenos Aires-, El patio del vecino –en el que una joven, que había ejercido de asistente social, intenta salvar a una criatura que vive en la casa colindante-, y Las cosas que perdimos en el fuego, que da nombre al conjunto –en el que unas mujeres deciden autolesionarse como acción de protesta contra la ola de agresiones que estaban padeciendo por parte de sus parejas-.

Aunque traspasen los límites de los géneros literarios, las fantasías góticas de Mariana Enríquez (Buenos Aires, 1973-), enraizadas en la realidad más cotidiana, se inscriben en la denominada nueva narrativa argentina. Además de haber firmado cuatro novelas, dos colecciones de cuentos y varios ensayos, Enríquez ejerce como periodista y docente. En nuestro país, ha sido galardonada, entre otros, con los premios Herralde (2019) al mejor libro del año, el Ciutat de Barcelona (2018) y el Celsius (2019). Asimismo, fue finalista del Premio Booker Internacional en 2021.

TELA DE ARAÑA

Es más difícil respirar en el norte húmedo, ahí tan cerca de Brasil y Paraguay, con el río feroz custodiado por mosquitos y el cielo que pasa en minutos de celeste límpido a negro tormenta. La dificultad se empieza a sentir enseguida, ni bien se llega, como si un abrazo brutal encorsetara las costillas. Y todo es más lento: las bicicletas pasan muy de vez en cuando por la calle vacía a la hora de la siesta, las heladerías parecen abandonadas a pesar de los ventiladores de techo que giran para nadie, las chicharras gritan histéricas en sus escondites. Nunca vi una chicharra. Mi tía dice que son unos bichos horribles, unas moscas espectaculares de alas verdes que vibran y te miran con sus ojos lisos y negros. No me gusta el nombre chicharra: ojalá mantuvieran siempre el nombre cícadas, que se usa sólo cuando están en etapa ninfal. Si se llamaran cícadas, su ruido de verano me recordaría las flores violetas de los jacarandás en la costanera del Paraná o las mansiones de piedra blanca con sus escalinatas y sus sauces. Pero así, como chicharras, me recuerdan el calor, la carne podrida, los cortes de electricidad, a los borrachos que miran con ojos ensangrentados desde los bancos de la plaza.

CAMPUS SUR LEE: SIRA, de MARÍA DUEÑAS

Dentro de la iniciativa “Campus Sur lee, la Biblioteca de Campus Sur UPM nos comparte una nueva lectura. Podéis seguirles en su canal de YouTube “Campus Sur lee”.

Sira en la Biblioteca UPM

María Dueñas en la Biblioteca UPM

Desde el principio supe que no estaba dispuesta a plantarme delante de un micrófono con tan sólo un revoltijo de ideas flotándome dentro de la cabeza; era imprescindible que me preparara antes. Mi principal experiencia con la escritura se limitaba a las anotaciones de la información que captaba en mi propio taller de boca de mis clientas alemanas y a los reportes y mensajes clandestinos que después transcribía para que llegaran a los ingleses; nunca había trabajado con ideas o conceptos, siempre únicamente con las manos, los ojos, los dedos. Al contrario de lo que era previsible, sin embargo, mis habilidades como modista me alumbraron el camino. A la hora de acometer la creación de cada nueva pieza, así fuera un sofisticado traje de noche, un vestido de cocktail o una simple blusa de muselina, había siempre una serie de pasos imprescindibles a tener en cuenta. Era necesario concebir de antemano una idea clara y elegir bien el tejido, tomar rigurosamente las medidas, usar precisión extrema para el corte y coser con destreza, probar la prenda para detectar errores.

Madrid: Planeta, 2021
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