Cervantes por el mundo: Madrid.

Texeira_centro_madrid_austriasCervantes llegó a Madrid en los años 60 del XVI. A la ciudad le quedaba todavía mucho tiempo para ostentar la capitalidad definitiva y, aunque era utilizada por los reyes como su corte, palidecía ante el gran Toledo vecino. No obstante, para Miguel sería escenario de su formación esencial en letras, donde estudió, disfrutó e hizo sus primeros pinitos creativos. No sabía entonces que sería, después de correr muchas aventuras, el lugar donde terminaría su vida. El célebre plano de Teixeira nos da una idea de aquel callejero intrincado, irregular, de matriz medieval.

El Madrid de los Austrias en: Biblioteca UPM.

 

Cervantes por el mundo: Córdoba

cordoba - puente  Miguel de Cervantes llegó a Córdoba a mediados de la década de 1550 por razones familiares, ya que sus antepasados eran cordobeses. Se especula con que pudo incluso estudiar allí. En el centro de la pujante Andalucía renacentista, con su impronta romana y árabe -no se había producido aún en aquel momento la deportación definitiva de los moriscos andalusíes-, la ciudad debía ser un escenario extraordinariamente estimulante. Además, su renombre daría lugar pocos años después a la nueva Córdoba allende los mares, también ciudad histórica y universitaria, en la actual Argentina.

Córdoba (Andalucía, España) en: Biblioteca UPM.

Cervantes por el mundo: Valladolid.

San-Benito-ValladolidMediando el siglo XVI y siendo aún Miguel de Cervantes muy niño, su itinerante familia se trasladó a Valladolid. El rey-emperador Carlos mantenía a la ciudad como sede de su corte, en aquella época la figura más parecida al rango de capital estatal moderna. Sin duda Miguel de Cervantes mantuvo una vinculación con este escenario de los años cruciales de su infancia: la ciudad a la que volvería hacia el final de su vida, a comienzos del siglo XVII. En el momento de la llegada del pequeño Miguel, la imagen de Valladolid era muy diferente de la actual, pero hemos querido que veáis un edificio que ya existía, al menos en parte: San Benito el Real.

Valladolid en: Bibliotecas UPM.

 

 

 

La cripta del Convento de las Trinitarias, última morada de Cervantes. Félix Lasheras

Felix LasherasLa cripta del Convento de las Trinitarias, última morada de Cervantes.

Descripción de su arquitectura.

Félix Lasheras

El profesor de la ETS de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, Félix Lasheras ha sido el encargado de realizar el estudio sobre la arquitectura de la cripta del Convento de las Trinitarias de Madrid dentro del Proyecto Cervantes, destidado a documentar el enterramiento del genial escritor.

La cripta, dice las Lasheras en su trabajo, no ha sufrido modificación alguna desde su construcción y permite estudiar las técnicas constructivas utilizadas en Madrid en el siglo XVII.

Sacristía del Convento de las Trinitarias. Escalera de acceso a la cripta.

Texto del artículo en el Archivo Digital UPM

Cervantes por el mundo: La batalla de Lepanto.

The battle of Lepanto, the fleet by Everett

Cervantes participó en una de las batallas más importantes de la historia; la batalla de Lepanto, que tuvo lugar en las costas de Grecia, Golfo de Corinto,  el 7 de octubre de 1571. Siempre consideró un honor haber participado en este combate naval al que llamó en el Quijote:  “la mas alta ocasión que vieron los siglos”.

Tenía 24 años y tuvo un comportamiento ejemplar según recogen las crónicas y testimonios de la época. Recibió dos heridas graves, una en el pecho  y otra en el brazo izquierdo. Tras convalecer seis meses en Messina, curó la herida del pecho  pero perdió para siempre el uso del brazo. Cervantes fue conocido con el sobrenombre de: ” el Manco de Lepanto”.

 Se peleaba por el dominio del mar Mediterráneo, y en esa lucha los turcos, el Imperio Otomano,  se enfrentaban con una coalición católica  llamada la Santa Liga, integrada por tropas españolas, venecianas y pontificias.

Los turcos fueron derrotados. Las cifras son aterradoras, se calcula que murieron entre 25.000 y 30.000 soldados otomanos.

El historiador del Siglo de Oro Luis de Córdoba describió así el combate:

 Jamás se vio batalla más confusa; trabadas de galeras una por una y dos o tres, como les tocaba… El aspecto era terrible por los gritos de los turcos, por los tiros, fuego, humo; por los lamentos de los que morían. Espantosa era la confusión, el temor, la esperanza, el furor, la porfía, tesón, coraje, rabia, furia; el lastimoso morir de los amigos, animar, herir, prender, quemar, echar al agua las cabezas, brazos, piernas, cuerpos, hombres miserables, parte sin ánima, parte que exhalaban el espíritu, parte gravemente heridos, rematándolos con tiros los cristianos. A otros que nadando se arrimaban a las galeras para salvar la vida a costa de su libertad, y aferrando los remos, timones, cabos, con lastimosas voces pedían misericordia, de la furia de la victoria arrebatados les cortaban las manos sin piedad, sino pocos en quien tuvo fuerza la codicia, que salvó algunos turcos.

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