El maestro Juan Martínez que estaba allí. Manuel Chaves Nogales

Barcelona: Libros del Asteroide, 2012

Prologo: Andrés Trapiello

Manuel Chaves Nogales en la Biblioteca Universitaria UPM

Una novela de aventuras en tiempos de la Gran Guerra. Dos bailarines españoles, cuyo trabajo les lleva a deambular por la Rusia revolucionaria huyendo de la guerra mundial, sufren los rigores de la revolución que alli se produce y del régimen que le sigue. Una aventura trepidante llena de una pleyade de personajes pintorescos, grotescos y tristemente reales. Una aventura sobre una Europa que ya no existe, sobre acontecimientos que cambiarón para siempre la historia.

Los cañonazos zumbaban por encima de nosotros mientras pacíficamente sentados alrededor de una mesa nos jugábamos las pestañas al póquer. Hacíamos un juego muy alegrito. ¡Quién no se atrevía a echarse un farol, si en el tiempo que mediase entre el envido y el quiero uno de aquellos obuses que iban contra el Kremlin podía equivocarse y levantar la partida sin que se diesen las vueltas reglamentarias! El póquer es un gran juego. Les aseguro a ustedes que cuando uno está ligando se olvida hasta de que tiene enfrente disparando por elevación a unos bolcheviques que han aprendido a ser artilleros media hora antes.

Las redes humanas / J. R. y William H. McNeill

J. R. McNeill y William H. McNeill: 

Las redes humanas : una historia global del mundo.

Crítica, 2004, 2010. 

Título original: 

The Human Web : A Bird’s Eye View of Human History.

W. W. Norton, 2004. 

Nuevo título relacionado: 

J. R. McNeill: The Webs of Humankind : a World History.

W. W. Norton, 2020.  

Durante la confección de una red mundial hubo perturbaciones y destrucciones, pero también transformaciones y creaciones. La implantación de una única red pareció acelerar la historia. Innovaciones e inventos, auges y declives, pestes y plagas se extendían por un sistema unificado y se propagaban dondequiera que las condiciones locales lo permitiesen. Las vidas humanas tomaban forma de modo creciente por mediación de acontecimientos y procesos que tenían su origen en lugares lejanos, actuaban en combinación con las realidades locales en evolución y contribuían a la aparición de fuerzas históricas que pocos contemporáneos comprendían. (p. 199, ed. 2004) 

¿Quién dijo que la Historia acabaría pronto..? En fin, a 500 años del impulso globalizador de la primera circunnavegación de nuestro planeta, la secuencia no parece detenerse sino todo lo contrario: acelerarse y complicarse más y más. Así que ninguna ocasión mejor para acercarse a una visión de síntesis que nos ayude a encajar y comprender el torbellino del que formamos parte.    

Dos características definen en principio este libro. Una se deriva directamente de su título: la intención de vincular la percepción de la evolución de la Historia humana con el prisma de nuestro presente informacional, de manera que los lectores actuales aprovechen sus parámetros vitales como instrumento de interpretación y se den cuenta de que las estructuras en red nacen con la comunicación humana elemental, y no son rasgo exclusivo de la tecnología hipermoderna. La otra característica es la voluntad deliberada de condensación llevada hasta el límite, de manera que es probable que muchos lectores imbuidos de estrechas perspectivas locales y nacionales –cuando no nacionalistas- y de una historiografía tradicional centrada en el menudeo político, se extrañen por la falta de atención a determinados acontecimientos tenidos por cruciales. Por ponerme como ejemplo, me ha chocado que se omita la restauración carolingia del Imperio de Occidente en comparación con la atención prestada a las sucesivas dinastías chinas (en consecuencia, ni rastro de cita a mi querido Henri Pirenne). 

En cambio los factores ecológicos están constantemente presentes: animales domésticos y vegetales en un primer plano; etnocentrismo y antropocentrismo son evitados y nuestra especie es observada como elemento activo inserto en la biosfera; las conclusiones finales adquieren acentos casi cosmológicos. Todo esto conlleva que contemplemos fenómenos relativamente cercanos a nuestro tiempo como la ambivalente Ilustración, las revoluciones liberales, la industrialización o incluso el surgimiento y devenir del socialismo, desde una perspectiva nueva y esclarecedora. Los McNeill –padre e hijo- parecen enmarcarse en una brillante cohorte de historiadores norteamericanos como Alfred W. Crosby o Arno J. Mayer, autores de obras polémicas y provocadoras pero altamente estimulantes. Como ellos, indagan en el tiempo largo y las corrientes profundas, con perspicaz enfoque tecnológico y militar, y practican una narrativa ágil y dinámica que nos invita a avanzar sin cesar en la lectura para enterarnos de lo que viene después.   

Por señalar algún aspecto mejorable, observamos algún uso anacrónico de topónimos como Suecia, Bolivia, etc. para referirse a los territorios antiguos en los que esos futuros estados aún no habían aparecido. Pero estamos ante una obra valiosísima para todo el mundo, y que agradará y aprovechará en especial a personas relacionadas o interesadas en las comunicaciones y los transportes. El libro ofrece además un estupendo apéndice bibliográfico, comentado y ordenado para ampliar conocimientos sobre cada capítulo. Lamentamos el fallecimiento de William H. McNeill en 2016. En 2020 apareció como nuevo título -por el momento sin traducción castellana- The Webs of Humankind: a World History, de J. R. McNeill en solitario. 

Las redes humanas en: Biblioteca UPM.

Historia de la lectura en el mundo occidental

Historia de la lectura en el mundo occidental 

Volumen dirigido por Guglielmo Cavallo y Roger Chartier 

Madrid : Taurus, 1997, 2004, 2011 

Edición original:

Storia della lettura nel mondo occidentale 

Roma : Laterza, 1995 

La transmisión electrónica de los textos y las maneras de leer que impone representan, en nuestros días, la tercera revolución sobrevenida desde la Edad Media. Porque, desde luego, leer en una pantalla no es lo mismo que leer en un códice. La nueva representación de lo escrito modifica, en primer lugar, la noción de contexto, sustituyendo la contigüidad física entre unos textos presentes en un mismo objeto (un libro, una revista, un periódico) por su posición y distribución en unas arquitecturas lógicas, las que gobiernan las bases de datos, los ficheros electrónicos, los repertorios y las palabras clave que posibilitan el acceso a la información. (G. Cavallo, R. Chartier: Introducción – Revoluciones

¿Cómo hemos llegado a leer de las maneras en las que lo hacemos hoy en día? Hay bastantes historias del libro, también de las bibliotecas, también a veces obras que asocian ambos temas, incluso hay quien se ocupó de la historia del mobiliario librero como el agudo Henry Petroski. Sin embargo parecen abundar menos los estudios sobre la historia de la mera actividad de leer. Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, destacados investigadores en la materia, han colaborado a rellenar ese hueco mediante una monumental compilación de ensayos parciales firmados a su vez por autores de primer nivel. No se puede decir que sea en sentido estricto un libro coral sino más bien colectivo, en diversos sentidos: por un lado no es un tratado exhaustivo, cada ensayo tiene su propia tonalidad, su enfoque peculiar y su intensidad de aparato crítico; en el aspecto editorial fue publicado sucesivamente por Laterza en italiano y por Éditions du Seuil en francés; y por último fue vertido al castellano por cuatro traductores diferentes para la edición de Taurus. 

Si la aparición de la escritura se considera el punto de arranque de la Historia frente a una Prehistoria ágrafa, se colige que el estudio de cómo los seres humanos leyeron es fundamental para comprender la evolución social. La lectura es otro de aquellos aspectos de la vida que se suelen dar por hechos como algo “natural” cuando en realidad son fruto de largos procesos de gestación. Por otra parte, la lectura está íntimamente ligada a la historia de la educación, de los modos de aprendizaje, de la enseñanza propiamente dicha: esto se ve muy claramente durante la Baja Edad Media europea cuando el nuevo tratamiento universitario del texto rompe con las rutinas monásticas anteriores. Después, a medida que nos acercamos al presente, sobre todo a partir del XVIII, se siente la emoción de asistir a los antecedentes directos de fenómenos tan actuales como el predominio de la narrativa o el sesgo de género en las prácticas lectoras. 

Estamos por tanto ante un volumen provechoso y vigente, muy apetecible de saborear de manera reposada. Por criticar algo, solo se me ocurren un par de observaciones. En su práctica totalidad, el libro se autolimita a sí mismo en un occidentalismo convencional restringido, es decir arranca en la Grecia antigua sin hacer gran caso de sus determinantes precedentes afroasiáticos, para luego abandonar incluso ese mundo europeo más oriental tan pronto como se ha pasado el testigo helenístico a Roma y a su Cristiandad de estirpe latina. Por otra parte, faltan ilustraciones -de soportes, de tipografías, etc.- que facilitarían mucho la comprensión de los análisis de interacción persona-texto: menos mal que hoy podemos buscar y leer imágenes ad hoc en internet. Hagamos metahistoria de la lectura, pues.   

En Biblioteca UPM encontraréis más obras de Guglielmo Cavallo y Roger Chartier.

Magallanes, Marilyn, Mickey y fray Dámaso / Kidlat Tahimik

Kidlat Tahimik: 

Magallanes, Marilyn, Mickey y fray Dámaso. 500 años de conquistadores RockStars 

Exposición:

29 de octubre, 2021 – 6 de marzo, 2022 

Parque del Retiro, Palacio de Cristal 

Aforo covid obliga, guardo cola en la escalera del Palacio. El plácido otoño del Parque convida y acuden muchos visitantes locales, turistas, …pero justo delante de mí también unas sirvientas filipinas que han aprovechado el rato de paseo de los críos a su cargo, uniformados aún del cole, rubios como aquellos de Sánchez Mazas… Me mueven a pensar que el ciclo de esta Historia tal vez no se abre ni se cierra sino que sigue en bucle, vigente a su modo. ¿Cuáles han sido nuestras vagas nociones sobre aquel país que lleva nada menos que el nombre de un rey de España, salvo el servicio doméstico, los detalles biográficos de algunos famosos, o los mapas nostálgicos de una precaria supervivencia de la lengua castellana? 

Y por otro lado: ¿descolonizar efectivamente una joya de la arquitectura industrial decimonónica en pleno siglo XXI? Se diría que el propio Retiro, heredado por el pueblo de una antigua finca de la Corona, obtiene así también su carta de naturaleza de ciudadanía global, su declaración final de independencia. Veamos: hace más de cien años, el Palacio de Cristal fue jaula –y no de oro- para personas instrumentalizadas y deshumanizadas, en una exhibición análoga a las que se hacían en otras grandes capitales, en los circos y –en su expresión máxima- en las ejecuciones públicas (v. Gutiérrez Solana, Ramón Casas). Sobre aquel precedente y los siglos de acontecimientos que a él condujeron se cimenta la exposición actual de Kidlat Tahimik , que parece evocar con materiales y lenguaje plásticos aquel Retrato del colonizado precedido del retrato del colonizador, de Albert Memmi. 

Entramos, al fin. Fundamentalmente escultura pero también pintura, artesanía menuda, collage… Texturas rugosas, colores crudos, mimbre, madera -la que abrió los horizontes pelágicos-, tablas de salvación en un mundo insular, baqueteado por las globalizaciones pasadas y contemporáneas; misiles y carabelas, y entre figurillas selváticas nada menos que un caballo troyano: ¿la Historia que nos la juega a cada humano desde que nacemos? Respondiendo al título, se despliega mucha referencia pop, de cultura de masas, al audiovisual y al arte contemporáneo occidental; y soplan aires de los cultos cargo del Pacífico. Un conjunto que por encima de su aparente profusión formal, saturación estética y constante intención transgresora, sin embargo crea una atmósfera sacramental. Cada una de las instalaciones podría verse como un altar o capilla dentro del diáfano templo que forma el Palacio: las estaciones de una vía de reflexión para el visitante, que siente la Historia congelada en la contundencia de los hechos, y a la vez abierta a lo que después de estos últimos 500 años nos pueda deparar, a lo que hagamos con ella; con la posibilidad añadida del relato cronológico reversible o cruzado a voluntad de un espectador invitado al paseo aleatorio y a la curiosidad por anversos y reversos, exteriores e interiores.  

Para nuestra vida de hispanos de hoy día, sucesores históricos de la antigua metrópolis desalojada de Filipinas en 1898 por los Estados Unidos, el choque estético y emocional con la obra de Kidlat Tahimik puede ofrecer una jugosa lección: pensemos tan solo en el ruido de la charlatanería, en nuestra programación cotidiana por las llamadas plataformas mediáticas, y en el pulso debilitado de nuestra lengua sometida al asedio pretencioso de anglicismos banales. Muy interesante.  Y bendita descolonización, para todo quisque. 

Accesible hoja de sala publicada por el MNCARS.

El pasado, instrucciones de uso / Enzo Traverso

Enzo Traverso: El pasado, instrucciones de uso : Historia, memoria, política

Ed. española: Marcial Pons, 2007. Trad. Almudena González de Cuenca. 

Ed. argentina: Prometeo, 2011. Trad. Lucía Vogelfang. 

Título original:

Le passé, modes d’emploi : Histoire, mémoire, politique.

(La Fabrique, 2005) 

Hegel presenta esa organización estatal del pasado bajo la forma alegórica del conflicto entre Cronos, el dios del tiempo, y Zeus, el dios de la Política. Cronos mató a sus propios hijos. Engulle todo a su paso, no dejando rastros detrás suyo. Pero Zeus llega a dominar a Cronos, porque ha creado el Estado, capaz de convertir en Historia todo lo que Mnemosina, la diosa de la memoria, ha podido recoger del paso devastador del tiempo (Historia y memoria: ¿una pareja contradictoria? – Separaciones

Cuáles son las diferencias y relaciones entre memoria individual y/o colectiva, Historia –tanto en cuanto a los hechos y procesos acaecidos en sí como a su estudio y exposición (historiografía), y Política: de todo esto trata este libro; partiendo de un título que parafrasea con toda intención el de la famosa novela La Vie mode d’emploi, de Georges Perec, autor que será a su vez comentado en el ensayo de Traverso. 

Justo en el reciente siglo XX, a lo largo del cual se produjo la crisis de la transmisión intergeneracional de la memoria en su sentido y funcionalidad tradicionales, y tal vez como reacción a ello mismo, se asiste a la eclosión de la memoria histórica, su búsqueda, las luchas sociales y mediáticas en torno a ella, su marginación o institucionalización según los casos, matices y momentos. Un proceso que no parece detenerse hasta ahora. La interpretación de las violencias sociopolíticas acaecidas antaño ha pasado a un primer plano, en muchas ocasiones espoleada por el propio día a día de la política cotidiana, como una asignatura pendiente. Deseable en una sociedad que se quiera madura y responsable, si no fuera porque la liza más visible queda demasiado a menudo en manos de tertulianos y opinadores profesionales, en el mejor de los casos de autores de narrativa de ficción.  Por eso es tan importante la intervención de los historiadores, de la que esta obra es buen ejemplo.   

Traverso se mueve en un territorio inagotable que ha investigado durante largos años: el mundo judeoalemán en el que se destaca el hecho de memoria contemporánea europea por antonomasia: el Holocausto. También se nota su familiaridad con el medio francés al tratar asuntos como Vichy y Argelia. Y por supuesto se refiere a su Italia de origen. Pero aunque se trata de un ensayo de reflexión y en modo alguno de un catálogo o compendio deliberado, se mencionarán también España, Rusia, la Argentina o los Estados Unidos con sus respectivas cargas.  Los amantes de la Historia contemporánea pueden disfrutar de una lectura breve pero intensa que brinda múltiples pistas de exploración y ampliación en una bibliografía abundante y selecta. Por desgracia, un ensayo de este alcance y calidad -muy bien traducido además- hubiera merecido algo más de esmero en la edición de Marcial Pons, que presenta erratas ortográficas en algunos autores y títulos citados.   

En abril de 1994, cuando la opinión pública era todavía ampliamente incrédula o indiferente, vis a vis de las masacres que los medios caracterizaban como conflictos “tribales”, hablar de “nazismo tropical” tenía un sentido, el de apoyarse sobre la conciencia histórica del mundo occidental, en la cual la Shoah ocupa un lugar central, para llamar la atención sobre un genocidio que se estaba produciendo. Se trataba de mostrar que Ruanda estaba viviendo una tragedia tan grave como la Shoah y que había que reaccionar para intentar impedirla. Desde un punto de vista ético político, la noción de “nazismo tropical” estaba, pues, perfectamente justificada. Desgraciadamente, es más fácil conmemorar los genodicios, sobre todo a decenios de distancia, que impedirlos.  (Usos políticos del pasado – La memoria de la Shoah como religión civil

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