Stoner
John Williams
Editorial: BAILE DEL SOL
Año de la edición: 2015
John Williams en la Biblioteca Universitaria UPM
Como bien decía la escritora Berna Gonzáles Harbour en una reciente columna en El País, “estamos acostumbrados a historias épicas, a héroes capaces de descubrir asesinos y a vidas llenas de brillo (yo añado por mi parte distopías oscuras y premonitorias), vamos a celebrar un libro ajeno a todo eso”.
Pues así es, porque Stoner, del escritor John Williams (para mi totalmente desconocido hasta la lectura de dicha columna), es una novela sencilla (no es peyorativo, ojo), en la que acompañamos a un hombre no especialmente extraordinario durante toda su vida, prácticamente desde su nacimiento hasta su muerte (por cierto, una de las descripciones más realistas y a su vez poéticas de un fallecimiento que haya yo leído nunca). Stoner se nos presenta como el hijo de unos granjeros en Missouri a finales del siglo XIX y cuyo futuro parece claro, continuar con los trabajos de granja de sus padres y él no muestra ambicionar otro tipo de vida en el futuro. Pero un familiar recomienda a su padre que el hijo curse estudios de agricultura en la universidad estatal para ayudar a modernizar la granja familiar.
Los padres se muestran a favor siendo así el primero de la saga familiar que estudie en la universidad.
Su llegada a la Universidad de Missouri muestra las diferencias entre los alumnos provenientes del campo (ese atuendo campesino) y los alumnos de grandes ciudades. El primer curso transcurre sin pena ni gloria, pero Stoner es estudioso y va obteniendo muy buenas calificaciones.
Pero es en segundo curso cuando, sorprendentemente, dentro del currículo se incluye una asignatura de literatura anglosajona impartida por un peculiar profesor y donde se topa por primera vez con Shakespeare.
Al leer en clase el Soneto 73, a pesar de no entenderlo, Stoner sufre una revolución interna que no entiende. Al acudir a pedir consejo al profesor de literatura, éste le aclara en pocas palabras lo que le está ocurriendo y le avanza que su futuro no es la granja sino la docencia universitaria.
Dicho soneto, por cierto, es un indicio de lo que ocurrirá a lo largo de su vida, sin él saberlo.
Una vez graduado con el disgusto de sus padres, que esperaban verle de vuelta a la granja, aunque curiosamente luego le apoyan en su cambio de futuro profesional, la novela hace una descripción preciosa de cómo Stoner va descubriendo que en realidad es un buen profesor, aunque en sus primeras clases le cueste verbalizar todo aquello que ha preparado para sus alumnos.
Es muy bonita la escena en la que por primera vez Stoner disfruta de su clase y observa atención y expectación en sus alumnos (si eres profesor, como es mi caso, es imposible no verse identificado con él en algún momento).
La vida de William Stoner transcurre de forma plácida en la universidad, pero el enamoramiento de la mujer que será su esposa, Edith, y el conflicto profesional con uno de los otros profesores, Hollis Lomax, dará lugar a un malestar y a una infelicidad manifiesta.
Edith es una persona desequilibrada, que le procurará muchos disgustos y que su objetivo será amargarle la existencia, y a la hija de ambos (muy triste también la historia de esta mujer).
Lomax, el compañero que tiene una discapacidad física se enfrenta a Stoner por no favorecer indebidamente a un alumno con su mismo problema físico. De esta forma, al convertirse en por antigüedad en jefe del departamento, pondrá todas las trabas posibles al ascenso profesional de Stoner, e incluso a su vida privada cuando Stoner inicia una relación amorosa con una antigua alumna.
Como he dicho antes, el libro acaba con la grave enfermedad de Stoner y su abandono de las clases, cerrando la obra con esa poética descripción antes comentada de los últimos momentos de su vida.
Al finalizar el libro, nos preguntamos cómo es posible que el escritor nos haya mantenido en vilo contándonos la vida de un hombre normal y corriente. La respuesta está, por supuesto, en la magia de la buena literatura.
John Edward Williams (Clarksville, Texas, 29 de agosto de 1922-Fayetteville, Arkansas, 3 de marzo de 1994) fue un profesor universitario y escritor estadounidense
Nació en la pequeña localidad tejana de Clarksville, cerca del río Rojo. Después de desempeñar varios empleos en periódicos y emisoras de radio, Williams se enroló en el ejército en 1942, durante dos años y medio como sargento en la India y Birmania. Varios años después de la Segunda Guerra Mundial fue a la Universidad de Denver, donde obtuvo su título bachelor en 1949, y el master en 1950. Durante este periodo publicó su primera novela, Solo la noche (1948), y su primera colección de poemas, The Broken Landscape (1949). En el otoño de 1950 Williams fue a la Universidad de Misuri, donde ejerció como profesor y obtuvo el doctorado en 1954. En 1955 pasó a dirigir el programa de escritura creativa de la Universidad de Denver.
Su segunda novela fue Butcher’s Crossing (1960), a la que siguió English Renaissance Poetry: A Collection of Shorter Poems (1963), una antología de poesía que Williams compiló y prologó. Su segundo libro de poemas, The Necessary Lie, apareció en 1965, año en el que Williams se convirtió en editor de la revista literaria University of Denver Quarterly hasta 1970. También en 1965 se publicó su tercera novela, Stoner, sobre la vida y la vocación de un profesor de literatura, con elementos autobiográficos. La más conocida de sus obras es su cuarta novela, Augustus, traducida al español como El hijo de César, ganadora del National Book Award de ficción en 1973.
Tras jubilarse de la Universidad de Denver en 1986, Williams se trasladó con su mujer a Fayetteville, Arkansas, donde vivió hasta su muerte de un fallo respiratorio el 3 de marzo de 1994. Su quinta novela, The Sleep Of Reason, quedó inacabada.
Ana María Domingo Preciado