CAMPUS SUR LEE: El niño, Fernando Aramburu

Fernando Aramburu en la  Biblioteca UPM

Pasados los años, compruebo que fui menos infeliz de lo que alguna vez llegué a pensar, a no ser que el tiempo y una desmemoria que se me haya colado a la chita callando en las neuronas me estén desordenando los hilos de la mente. Todo es posible. Mi proyecto de vida se rompió de la noche a la mañana por la razón que usted conoce y por otras razones que yo no sé si a usted le interesa conocer; pero yo no estoy rota, yo sigo respirando y disfrutando con salud y tranquilidad de mi retiro, y todo esto no lo declaro por hacerme la dura ni la valiente. Si en mis peores horas no sucumbí a un trastorno depresivo fue gracias al afecto que se esforzó en procurarme mi marido, tan torpe el pobre, en los asuntos sentimentales; a mi padre, por serlo y porque la necesidad que tenía de mí hizo que muchas veces me olvidase de mis penas o las postergara para otro momento y después para otro, y también, aunque ignoro hasta qué punto, al consuelo a rechas que durante una época me dio la religión.

El niño / Fernando Aramburu. Barcelona: Tusquets, 2024

Otra novelita rusa. Gonzalo Maier

Gonzalo Maier narra en Otra novelita rusa una historia casi conmovedora, delirante: la odisea de Emanuel Moraga, un arquitecto viudo y jubilado, que se considera un maestro del tablero de ajedrez. Sus victorias así lo avalan. Y, tras liquidar toda su vida, con el objetivo de revalidar ese sentimiento, decide irse a Rusia, al conocido Paseo Tverskoy, para competir al más alto nivel.

Hasta aquí parece un relato convencional. Pero pronto salimos de ese error. Porque la participación del lector resulta imprescindible para que la narración alcance un desenlace. Maier se toma la libertad de no finalizarla, la deja flotando para que, según nuestras convicciones, abracemos su propuesta o no.

Gonzalo Maier (Chile, 1989) desempeña su labor profesional como profesor de Literatura en la Universidad Andrés Bello de Santiago de Chile. Es PhD en Artes por la Universidad holandesa de Radbound, donde se doctoró con una tesis sobre la ironía. La crítica ha definido su obra como atípica, particular dentro del panorama literario chileno. Y han destacado la naturaleza híbrida entre novela y ensayo de sus trabajos anteriores (Leyendo a Vila-Matas y Material Rodante, por mencionar algunos ejemplos), y su enorme flexibilidad narrativa.

Recién comenzaban los años noventa: el rublo no valía nada, los puestos de trabajo desaparecían como a veces desaparecen las polillas –porque sí, de un momento a otro, sin que nadie se dé cuenta– y, a falta de una mejor idea, buena parte de Moscú tomaba sus maletas y escapaba: nueva York, Berlín, Marbella, daba exactamente igual mientras quedara lejos. el resto caminaba con la mirada perdida en las puntas de sus zapatos y lo pensaba dos o tres veces antes de prender un cigarro (….)

A miles de kilómetros –catorce mil ciento veintidós, para ser exacto–, en una Punta arenas sepultada por casi un metro y medio de nieve –«el feroz invierno blanco», decían los titulares del diario, que esa semana mostró una y otra vez las fotos de un gaucho recogiendo ovejas tiesas–, Emanuel Moraga miraba un documental sobre la vida cotidiana en rusia.

LA HOGUERA DE LAS VANIDADES. TOM WOLFE

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de “La hoguera de las vanidades”, la inolvidable obra de Tom Wolfe.

Nos cuenta la historia de Sherman McCoy, un corredor de bolsa que se considera “el amo del universo”. Por accidente, él y su amante, una joven casada con un acaudalado hombre de negocios, atropellan a Henry Lamb en el Bronx.

Este hecho se complica aún más al entrar en juego los intereses de otros actores: un periodista sin escrúpulos que ve en el caso una oportunidad de resucitar su carrera, un fiscal que se presenta a la reelección, un reverendo que necesita notoriedad, … y todo ello con la discriminación racial de trasfondo. Se hila así una compleja trama que se desenvuelve tanto en el mundo de las altas finanzas, los restaurantes de moda y las exclusivas parties de Park Avenue como en el submundo de la policía y los tribunales del Bronx.

La hoguera de las vanidades es un mosaico lúcido y mordaz de la sociedad neoyorquina, que nace de la magistral pluma del creador del Nuevo Periodismo.

La obra, elegida como el mejor libro del año (1987) por la New York Times Book Review, fue muy bien acogida por los lectores y por la crítica que, entre otras muchas opiniones, apuntaron que:

«Wolfe odia a conciencia, ironiza de maravilla y es incapaz de escribir mal una sola frase. Compradlo.» (Nicholas Frases, Time Out)

La hoguera de las vanidades

Precisamente en este momento, en uno de esos elegantes pisos de propiedad situados en Park Avenue y que tanto obsesionaban al alcalde … techos de cuatro metros … dos alas, una para los protestantes-anglosajones-blancos y otra para el servicio … Sherman McCoy estaba en cuclillas, en mitad del gran vestíbulo, tratando de ponerle la correa a un dachshund. El piso de mármol verde oscuro se extendía interminablemente a su alrededor. Por un lado conducía a una escalera de nogal que descendía en una suntuosa curva desde el piso superior. Era esa clase de piso cuya sola idea basta para encender hogueras de envidia y codicia a la gente de todo Nueva York o, si vamos a eso, de todo el mundo. Pero Sherman sólo ardía en deseos de salir de este fabuloso pisazo durante al menos treinta minutos.
De modo que ahí estaba, en cuclillas, peleando con un perro. El dachshund era, a su modo de ver, su visado de salida.
Viendo a Sherman McCoy así agachado, y vestido con camisa a cuadros, pantalones caqui y mocasines de yate, nadie podría adivinar el impresionante aspecto que suele tener. Joven aún … treinta y ocho años … alto … casi metro ochenta y cinco … tremendamente apuesto … tremendo hasta lo imperioso … tan imperioso como su papá, el León de Dunning Sponget… una espesa melena rubio rojizo … nariz larga … mentón prominente … Estaba orgulloso de su mentón. El mentón McCoy; como el del León. Un mentón viril, un mentón grande y redondeado como el que tenían antaño los hombres de Yale retratados por Gibson y Leyendecker, un mentón aristocrático, pensaba Sherman. Que también era ex alumno de Yale, un hombre de Yale.
Pero en este momento todo su aspecto tenía que decir: «Solamente voy a pasear al perro.»
El dachshund parecía saber lo que le aguardaba. Se escabullía una y otra vez. Las torcidas patas del animal eran engañosas. En cuanto uno trataba de agarrarle, el bicho se convertía en un musculoso tubo montado sobre dos piernas fortísimas. Intentando atraparle Sherman se lanzó hacia él. Pero se dio con una rótula en el piso de mármol. El dolor le enfureció. -iVenga, Marshall! -murmuraba entre dientes-. Quédate quieto, maldita sea.
@biblioetsidiupm

La hoguera de las vanidades, de T. Wolfe, narra en tono de sátira la caída y desventura de S McCoy, el amo del universo. música: Lou Reed. #lecturasparacompartir #BookTok #recomendacionesdelibros #novela

♬ Walk On the Wild Side – Lou Reed

Campus Sur lee: Il sentiero dei nidi di ragno, Italo Calvino

Dentro de la iniciativa “Campus Sur lee, la Biblioteca Campus Sur UPM  comparte una nueva lectura. Podéis seguirles en su canal de YouTube “Campus Sur lee”.

El sendero de los nidos de araña (traducción) en la Biblioteca UPM

Italo Calvino en la Biblioteca UPM

Per arrivare fino in fondo al vicolo, i raggi del sole devono scendere diritti rasente le pareti fredde, tenute discoste a forza d’arcate che traversano la striscia di cielo azzurro carico. Scendono diritti, i raggi del sole, giù per le finestre messe qua e là in disordine sui muri, e cespi di basilico e di origano piantati dentro pentole ai davanzali, e sottovesti stese appese a corde; fin giù al selciato, fatto a gradini e a ciottoli, con una cunetta in mezzo per l’orina dei muli. Basta un grido di Pin, un grido per incominciare una canzone, a naso all’aria sulla soglia della bottega, o un grido cacciato prima che la mano di Pietromagro il ciabattino gli sia scesa tra capo e collo per picchiarlo, perché dai davanzali nasca un’eco di richiami e d’insulti.

Il sentiero dei nidi di ragno. Italo Calvino. Milano: Garzanti, 1987

La Luz Perdida. Nino Haratischwili.

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de “La Luz Perdida”, novela de la escritora georgiana Nino Haratischwili.

La luz perdida es una epopeya sobre la amistad y la traición en un país que empieza a dar sus primeros pasos en su democracia; y cuya revolución está corrompiendo el alma de sus jóvenes, que se hallan en una constante lucha contra un futuro de separación y dolor.

La trama se desarrolla en la Georgia soviética, donde los destinos de cuatro niñas, radicalmente diferentes, se ven unidos. Juntas navegan entre el final de la infancia y el comienzo de la vida adulta: experimentan su primer gran amor, se enfrentan a la violencia y la precariedad que estallan con la independencia del país y las turbulencias de una joven democracia que acaba por abrir una brecha ineludible entre sus familias.

Su autora, con su anterior novela, La octava vida, fue ganadora de los premios Anna Seghers, Literaturpreis “Text & Sprache” y Bertolt Brecht, obtuvo más de medio millón de lectores y fue traducida a veintiocho idiomas. La crítica ha comparado su literatura a la de Tostoi, distinguiéndola como su sucesora.

Una obra extraordinariamente narrada, que nos dará a conocer de primera mano la cruel realidad vivida en el país natal de su autora.

“TBILISI, 1987

La luz del atardecer se enredaba en su pelo. Lo conseguiría, superaría también ese obstáculo, apretaría el cuerpo con furia contra la reja hasta que únicamente ofreciese una débil resistencia a su peso, gemiría ligeramente y cedería. Sí, ella rompería ese obstáculo no solo para sí misma, sino también para nosotras tres, para dejar el camino libre a la aventura a sus inseparables compañeras.

Durante una fracción de segundo contuve la respiración. Con los ojos muy abiertos, contemplamos a nuestra amiga, en pie entre dos mundos: uno de los pies de Dina continuaba en la acera de la calle Engels, el otro entraba ya en el oscuro patio interior del jardín botánico; flotaba entre lo permitido y lo prohibido, entre el cosquilleo de lo desconocido y la monotonía de lo familiar, entre el camino a casa y el riesgo. Ella, la más valiente de las cuatro, nos abría un mundo secreto al que solo ella podía darnos acceso, porque para Dina las rejas y las vallas no tenían ningún significado. Ella, cuya vida en el último año de ese siglo plomizo, enfermo, que jadeaba en busca de aire, iba a terminar en una soga, improvisada con la cuerda de unas anillas de gimnasia”

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Esta semana en “Lecturas para compartir” os recomendamos la novela de la escritora georgina Nino Haratischwili, “La Luz Perdida” #lecturasparacompartir #recomendacionesdelibros #BookTok #ninoharatischwili #georgia🇬🇪

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