LA HOGUERA DE LAS VANIDADES. TOM WOLFE
Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de “La hoguera de las vanidades”, la inolvidable obra de Tom Wolfe.
Nos cuenta la historia de Sherman McCoy, un corredor de bolsa que se considera “el amo del universo”. Por accidente, él y su amante, una joven casada con un acaudalado hombre de negocios, atropellan a Henry Lamb en el Bronx.
Este hecho se complica aún más al entrar en juego los intereses de otros actores: un periodista sin escrúpulos que ve en el caso una oportunidad de resucitar su carrera, un fiscal que se presenta a la reelección, un reverendo que necesita notoriedad, … y todo ello con la discriminación racial de trasfondo. Se hila así una compleja trama que se desenvuelve tanto en el mundo de las altas finanzas, los restaurantes de moda y las exclusivas parties de Park Avenue como en el submundo de la policía y los tribunales del Bronx.
La hoguera de las vanidades es un mosaico lúcido y mordaz de la sociedad neoyorquina, que nace de la magistral pluma del creador del Nuevo Periodismo.
La obra, elegida como el mejor libro del año (1987) por la New York Times Book Review, fue muy bien acogida por los lectores y por la crítica que, entre otras muchas opiniones, apuntaron que:
«Wolfe odia a conciencia, ironiza de maravilla y es incapaz de escribir mal una sola frase. Compradlo.» (Nicholas Frases, Time Out)
La hoguera de las vanidades
Precisamente en este momento, en uno de esos elegantes pisos de propiedad situados en Park Avenue y que tanto obsesionaban al alcalde … techos de cuatro metros … dos alas, una para los protestantes-anglosajones-blancos y otra para el servicio … Sherman McCoy estaba en cuclillas, en mitad del gran vestíbulo, tratando de ponerle la correa a un dachshund. El piso de mármol verde oscuro se extendía interminablemente a su alrededor. Por un lado conducía a una escalera de nogal que descendía en una suntuosa curva desde el piso superior. Era esa clase de piso cuya sola idea basta para encender hogueras de envidia y codicia a la gente de todo Nueva York o, si vamos a eso, de todo el mundo. Pero Sherman sólo ardía en deseos de salir de este fabuloso pisazo durante al menos treinta minutos.
De modo que ahí estaba, en cuclillas, peleando con un perro. El dachshund era, a su modo de ver, su visado de salida.
Viendo a Sherman McCoy así agachado, y vestido con camisa a cuadros, pantalones caqui y mocasines de yate, nadie podría adivinar el impresionante aspecto que suele tener. Joven aún … treinta y ocho años … alto … casi metro ochenta y cinco … tremendamente apuesto … tremendo hasta lo imperioso … tan imperioso como su papá, el León de Dunning Sponget… una espesa melena rubio rojizo … nariz larga … mentón prominente … Estaba orgulloso de su mentón. El mentón McCoy; como el del León. Un mentón viril, un mentón grande y redondeado como el que tenían antaño los hombres de Yale retratados por Gibson y Leyendecker, un mentón aristocrático, pensaba Sherman. Que también era ex alumno de Yale, un hombre de Yale.
Pero en este momento todo su aspecto tenía que decir: «Solamente voy a pasear al perro.»
El dachshund parecía saber lo que le aguardaba. Se escabullía una y otra vez. Las torcidas patas del animal eran engañosas. En cuanto uno trataba de agarrarle, el bicho se convertía en un musculoso tubo montado sobre dos piernas fortísimas. Intentando atraparle Sherman se lanzó hacia él. Pero se dio con una rótula en el piso de mármol. El dolor le enfureció. -iVenga, Marshall! -murmuraba entre dientes-. Quédate quieto, maldita sea.
@biblioetsidiupm La hoguera de las vanidades, de T. Wolfe, narra en tono de sátira la caída y desventura de S McCoy, el amo del universo. música: Lou Reed. #lecturasparacompartir #BookTok #recomendacionesdelibros #novela