Trilogía de África. Javier Reverte 

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de Trilogía de África, de Javier Reverte.

En el primero “El sueño de  África”, Reverte nos adentra, haciéndonos revivirlas,  en las historias de los antiguos reyes africanos, los cazadores, los primeros exploradores, nos sumerge en la era colonial y en los tiempos de la independencia de Uganda, Tanzania y Kenia.

En “Vagabundo en África”, su segundo recorrido por el continente africano, visita Sudáfrica, Zimbabue, Tanzania, Ruanda y Congo. En esta ocasión nos relata de manera estremecedora el inolvidable  genocidio ruandés de 1994, el horror sufrido en el Congo y las innumerables batallas libradas en Sudáfrica.

En “Los caminos perdidos de África”, su último periplo africano, el autor nos traslada a los territorios de Etiopía, Sudán y Egipto, regiones por donde discurre el curso del río Nilo. A través de sus gentes, sus paisajes y sus aromas, Reverte intenta aproximarnos y hacernos entender la historia y la grandeza de este continente.

Así que aquel día de comienzos de 1992 volaba desde Bruselas a Uganda para iniciar un viaje de tres o cuatro meses. Mi plan consistía en recorrer Uganda, país que había permanecido veinte años cerrado, durante la cruel dictadura de Amín Dadá y Milton Obote, y que ahora comenzaba a abrirse a las visitas de extranjeros. Desde allí, pensaba trasladarme a las Tierras Altas de Tanzania y Kenia, para viajar después a las costas del litoral del Índico y a Zanzíbar. Pretendía pisar los lugares que pisaron los primeros exploradores europeos y americanos, encontrar los parajes descritos por los grandes narradores de África, ver los paisajes de la aventura africana. El objetivo era revivir cuanto había imaginado durante años mientras leía sobre África. Y pretendía también comprender por qué aquellas regiones del «continente oscuro», como lo llamó Stanley, habían poblado los sueños de tantos europeos, de tantos «hombres blancos», durante casi dos siglos: saber qué es esa obsesión que llaman «el mal de África» o «la llamada de África», una especie de patológica ansiedad por regresar al continente después de haber vivido o viajado allí; quería buscar en el África Negra el sueño de los blancos: los sueños de aventura, de posesión, de riesgo, de exploración, de avaricia; los sueños de conquista, los literarios, y también el sueño de vagar sin rumbo por las grandes sabanas.

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Viaje a las fuentes del Nilo Azul. Ricardo Coarasa

Viaje a las fuentes del Nilo Azul, Ricardo CoarasaViaje a las fuentes del Nilo Azul

Ricardo Coarasa

EDIMUNE

El agua es clara y muy ligera, a mi parecer, que la bebí, mas no corre por encima de la tierra, aunque llega al borde de ella. Hice introducir una lanza en uno de los ojos, que está al pie de un arroyuelo donde comienza a aparecer esta fuente y entró once palmos y parece que topaba abajo en las raíces de árboles que están en el borde del arroyuelo. El segundo ojo de la fuente está más abajo, hacia oriente, como a un tiro de piedra del primero. Y, metiendo el él la lanza, que era de doce palmos, no se encontro fondo.

Un pais con más de 3000 mil años de antiguedad, lleno de contrastes, siempre noticia por sus periodicas hambrunas o sus incesantes guerras pero nunca por su belleza o su historia rica y fascinante.  El pais en el que hace seiscientos años desembarcó un sacerdote jesuita español. El 21 de abril de 1618, Pedro Paez Jaramillo, misionero en aquellas lejanas tierras, después de un fatigoso viaje, se convirtió en el descubridor de las fuentes del Nilo Azul legandonos un maravilloso relato de ese viaje. Ese es el fascinante escenario que Ricardo Coarasa nos ayuda a descubrir. Etiopía, África eterna.

Viaje al fin de la noche. Louis-Ferdinand Céline

Viaje al fin de la noche
Louis-Ferdinand Céline
Celine en la Biblioteca Universitaria UPM                                         

Ferdinand Baradamu busca un sueño, se enrola en el ejercito durante la Primera Guerra Mundial, viaja a las colonias de África, a América y al final regresa a la Francia rural. Realidad y sueños. El viaje llega su fin, la noche se acerca. Este es su viaje, quizás nuestro viaje

Viajar es útil, hace trabajar la imaginación. El resto no es más que decepción y fatiga. Nuestro viaje es enteramente imaginario. De ahí su fuerza.

Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginación. Se trata de una novela, nada más que una historia ficticia. Littré, que nunca se engaña, lo dice.

Y además todos pueden hacer lo mismo. Basta con cerrar los ojos.

Ocurre al otro lado de la vida.

La Reina Africana, C. S. Forester

La Reina Africana

C.S. Forester

No duro mucho el miedo que siguió a su aflicción. No en vano Rosa Sayer había vivido treinta y tres años y pasado diez en la selva centroafricana; tenía adquirida esa confianza en sí misma que se sumaba a la fe de su religión. No transcurriría mucho rato antes de que su pecho se inflamase de un fiero resentimiento hacía Alemania, y los alemanes en general, en la soledad de la cabaña desierta, con la sola compañía del hermano muerto.

Se ha declarado la guerra. Alemania e Inglaterra luchan en los campos de Europa pero miles de kilómetros más al sur también se vive y se sufre la contienda

El reverendo Samuel Sayer ha muerto. Una incursión de los alemanes en la misión que regentaban en la colonia germana acabó con la vida del reverendo. Le acompañaba su hermana Rosa que ahora se ha quedado sola. En ella va anidando las ganas de venganza, de hacer algo por su patria, pero cómo. La oportunidad se presenta con Allnutt. Es un mecánico borrachín dueño de La Reina Africana

Era chata y de fondo plano; media nueve metros de largo. Iba descascarándose de pintura, y por todos lados mostraba señales de deterioro. Un toldilla en jirones cubría un par de metros cuadrados por la popa; en medio de la embarcación estaban montados el motor y la caldera, con el muñón de una chimenea sobresaliendo apenas fuera de la toldilla.

Hace unos días se produjo el 65 aniversario de la muerte de Humphrey Bogart, uno de los mayores iconos del séptimo arte. Con motivo de ello traemos a NoSoloTecnica una estupenda novela de aventuras de C.S. Forester que en 1951, John Huston llevo a la gran pantalla  e hizo que  el actor neoyorkino ganase el único Oscar de su carrera.

Dos mundos opuestos, el de una estirada misionera y el de un mecánico cockney, ejemplo de impiedad y blasfemia se unen de forma inesperada. Aventuras, humor, amor, son los ingredientes de esta novela que harán al lector reír y disfrutar de tan singular pareja en un lejano lugar del Africa Central.

C.S. Forester nació en El Cairo en 1899 y falleció en Fullerton (EEUU) en 1966

Forester en la Biblioteca Universitaria UPM

Perfecto – dijo Rosa – Entonces, bajemos al lago a torpedear a la Luisa.

No diga tonterías, señorita. Esas cosas no son para nosotros, De veras, ¡no! Ya se lo he dicho antes. Es imposible bajar con la corriente.

Tú di que eres uno de ellos / Uwem Akpan

Uwem Akpan:  

Tú di que eres uno de ellos

(traducción por María Alonso del Yerro) 

Madrid : El Tercer Nombre, 2009 

Say You’re One of Them 

New York : Back Bay Books, 2008 

Tras las oraciones de por la noche, durante las cuales Fofo dio efusivamente las gracias a Dios por habernos enviado a nuestros benefactores, y luego habló como el pastor Adeyemi,  me tumbé en la cama y pensé en nuestros padrinos. ¿Cómo serían? ¿Dónde vivían? ¿O se limitaban a merodear por el mundo en busca de niños a los que salvar? (p. 82) 

Niños y jóvenes del mundo padecen y sucumben a diario ante la indiferencia cuando no la animadversión, muy a menudo en y desde África. El futuro de la sociedad humana queda comprometido en cada uno de los casos, pero la literatura viene al rescate para iluminar el abismo. Tu di que eres uno de ellos es un libro de relatos que pone a prueba sin tregua nuestra capacidad de empatía y de albergar aun algún anhelo de esperanza. Un título que ya de algún modo barrunta la tormenta, una escritura de calidad extraordinaria y una temática emparentada con la de otros libros que ya os sugeríamos en su día, como Mondo y otras historias,  Pequeño país y La coleccionista de tesoros

Los cinco relatos que componen el conjunto se desarrollan en varios países con el denominador común de la precariedad material y de una convivencia familiar y social en quiebra o pendiente de un hilo, experimentadas desde el punto de vista infantil y juvenil. La religión -siempre presente y articulada con la segregación étnica y la herencia colonial- puede eventualmente jugar un papel decisivo, y su tratamiento se hace sin remilgos y con coraje por un autor que es él mismo sacerdote jesuita. El orden de los relatos así como la longitud de cada uno de ellos, no parecen fruto del azar aunque sí es posible leerlos independientemente. Vistos en su totalidad, proporcionarán una apreciable aproximación a la complejidad y enormes retos de las sociedades subsaharianas contemporáneas, dificultades y conflictos culturales cuya similitud con los europeos nos resultará muchas veces palmaria a poco que vayamos más allá de las apariencias y del condicionante coyuntural de la miseria económica.  

Además, estas narraciones ofrecen un especial interés sociolingüístico. En ellos las variantes africanas del inglés se hibridan con el francés y las lenguas autóctonas presentando un muestrario de las hablas reales y sus diversos registros funcionales. Se comprenderá que la traducción tuvo que ser ardua, y no está libre de algún error de contexto (ej. oil por “aceite” en lugar de petróleo -producción del Delta nigeriano- en p. 205). Por tanto si tenéis posibilidad no os perdáis la versión original de Say You’re One of Them, libro ambicioso y potente que deja sin aliento.   

Desde las colinas, se ve cómo se alejan las nubes, como el humo del incienso en misa. Nuestro país está lleno de vientos que soplan en las colinas hasta arrancarte lágrimas de los ojos y aspiran por los valles como vacas hambrientas. Los pájaros se alzan, caen en picado y se balancean, entremezclando sus voces al viento. Y cuando Papa suelta su risa de felicidad, el viento también se lleva su voz. (p. 357) 

Uwem Akpan en: Biblioteca UPM.

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