Un plural infinito. Rafael Pérez Estrada

Cubierta de Un plural infinito. Antología poética, Rafael Pérez EstradaUn plural infinito. Antología poética
Rafael Pérez Estrada
Edición de Jesús Aguado
Sevilla: Fundación José Manuel Lara, 2011

Rafael Pérez Estrada era un imaginador, un creador libre. Su mundo comienza aquí mismo y en dos palabras ha saltado hasta más allá de las estrellas. Ya de niño sabía que las estrellas “tenían sabor de caramelo, sabor exagerado a piña, a arándanos…”. Quién mejor, pues, que un poeta escribiendo desde el placer para instruirnos sobre la magia escondida de todo aquello que obtuvo el privilegio de su mirada.

“Si probaseis esa estrella -dijo el filósofo, señalando la luminosidad de un punto en las alturas-, de seguro hallaréis dulce su sabor. Ahí reside la causa del perecimiento del Unicornio, pues este ser fantástico se deleita saboreando hilos y brillos, virtud que a hombres y animales le es negada, salvo a algunos peces capaces de subsistir únicamente de reflejos”.

Esta antología nos deja disfrutar cronológicamente del resultado de su avidez de belleza. En piezas minimalistas, cinceladas, elegantes, casi todas prosas breves y algunos poemas. Pero lo breve, tan bien representado en estas páginas, no fue el único vehículo expresivo de Rafael Pérez Estrada, figuran en su producción obras de teatro y novelas. Y más allá de la literatura, que no de la imaginación, dibujos e ilustraciones. Eso sí, sin adscribirse a género literario alguno, pues su creatividad no aceptaba límites.

Paloma quiromántica. Escultura dedicada a Rafael Pérez Estrada, obra de José Seguiri en Málaga

Era malagueño y cómplice del azul, no se podía separar del mar; en aquel horizonte, donde pescaba sus metáforas, estaba toda la posibilidad de maravilla que le era precisa. Su obra es un cajón de sastre de prodigios, de cosas que brillan, y también de reflexiones, de empatía y de ternura.

Rafael Pérez Estrada (Málaga 1934-2000), hijo de Manuel Pérez Bryán, médico y alcalde de la ciudad, y de Mari Pepa Estrada, conocida pintora naif, fue abogado matrimonialista, profesión que compaginó con la escritura casi toda la vida. En 1968 publicó su primer libro, Valle de los Galanes, pero es a partir de 1985, con Libro de Horas, cuando su obra empieza a tener un valor significativo para él. Ese mismo año se convierte en miembro fundador del Centro Cultural Generación del 27. En 1987 y en 1999 queda finalista del Premio Nacional de Literatura.

Rafael Pérez Estrada en la Biblioteca UPM

Diciembre y nos besamos, Paula Bozalongo

Cubierta de Diciembre y nos besamos, Paula BozalongoDiciembre y nos besamos

Paula Bozalongo

Hiperión, 2014

El mundo no debe extinguirse cuando florece la más bella de las rebeldías: arquitectura y filología, dos caras de la necesidad de expresión del ser humano, hermanadas por la voluntad de una joven estudiante que se niega a elegir; que con suave determinación avanza escuchando, admirando; que incorpora la escenografía al conjunto y vuelve a observar; que reconoce como predecesores figuras diversas y abraza la poesía cual Safo contemporánea: Diciembre y nos besamos (Premio de Poesía Hiperión 2014).

Foto, nota biográfica y poesía de la autora

En YouTube encontramos a la autora recitando una de sus poesías: la mujer se hizo cueva. Granada hoy publicó en marzo de 2014 como primicia algunas de sus declaraciones:

He conocido a la gente de la poesía antes que sus poemas, cuando suele ser al contrario, pero yo empecé a conocerlos sin saber muy bien qué escribían, y ahora me toca entenderlos”

Vas investigando y, muchas veces, me hablan de un libro y aunque no lo haya leído sé cómo es el lomo y la portada que tiene, porque están en la biblioteca de mi casa

Este libro es un trabajo hecho a conciencia, no he tenido prisa por publicar hasta estar convencida del todo.

El compromiso social es algo lógico para un poeta, que es un observador crítico de la realidad, pero no me gusta la poesía que da consejos.

Paula Bozalongo con 14 años ya estaba involucrada en el Festival Internacional de Poesía de Granada (le viene de familia), ciudad mágica que ha hechizado a muchos escritores. Resulta curioso encontrar con machacona insistencia una referencia a esta autora como una poetisa que ha buscado como profesión la arquitectura, cuando precisamente lo más hermoso es concebir su unidad, como ella misma declara (y simultanea en forma de estudios universitarios).

Poemas y canciones, de Bertolt Brecht


Y el tiburón tiene dientes

y a la cara los enseña

y Mackie tiene un cuchillo

pero no hay quien se lo vea.

 

El tiburón, cuando ataca,

tinta en sangre sus aletas,

Mackie en cambio lleva guantes

para ocultar sus faenas.

 

Coplas de "Mackie Cuchillo"

 

¿Todavía Brecht? Tal vez más que nunca. De hecho el gran poeta del humanismo socialista ha conseguido empotrarse en la cultura popular contemporánea de tal forma que muchos de sus versos flotan en el imaginario literario cotidiano siendo inmediatamente reconocibles por el gran público, aún en ocasiones inconsciente de su autoría. ¿Quién no recuerda aquellos “malos tiempos para la lírica” glosados por Germán Coppini? ¿O las sabias líneas de La lista de lo necesario repetidos una y otra vez por anónimos urbanos de nuestro tiempo? Brecht llegó para quedarse, pues. Nos gusta imaginarle complacido –desde su propia ideología y desde su interés por las filosofías de Oriente- en haberse fundido al fin en la gran corriente creativa del pueblo, del género humano en suma.

Que llamara la atención del pop contemporáneo no es de extrañar.  Nada desdeñable es la aportación de Brecht a otras manifestaciones artísticas no literarias de la sociedad de masas. Esta emergía en el período de Entreguerras, justo cuando la producción del autor alemán cuajaba en cantidad y trascendencia. Con su colaboración con Kurz Weill, Brecht contribuyó al fortalecimiento de ese género tan arraigado en Alemania como es el cabaret, que incluso sobreviviría con ingenio y malicia en el Berlín stalinista, grisáceo y agobiante. Pero los coletazos de Mackie Cuchillo llegarían aún más lejos, hasta la Ópera do Malandro de Chico Buarque o el cómic barcelonés: el Makinavaja de Ivà.

Makinavaja (Ivà) - El JuevesLeed con tranquilidad estos versos y coplas –Gedichte, Hauspostille, Lieder-, sentidos a partir de la realidad humana más básica, implacables contra toda desfachatez. En español disponemos de una estupenda antología debida al trabajo de Jesús López Pacheco y Vicente Romano, reiteradamente publicada por Alianza en ediciones asequibles. A ella se han añadido hace poco 80 poemas y canciones, publicación de la interesante editorial argentina Adriana Hidalgo.

 

Entre otros lugares Bertolt Brecht también vive en: Bibliotecas de la UPM.

Giuseppe Ungaretti

Ungaretti, 1968

Morire come le allodole assetate (Morir como las alondras sedientas)

sul miraggio (sobre un espejismo)

O come la quaglia (O lo mismo que la codorniz)

passato il mare (tras cruzar el mar)

nei primi cespugli (junto a las primeras matas)

perché di volare

non ha più voglia (porque ya no tiene ganas de volar)

Ma non vivere di lamento (Pero no vivir de lamentos)

come un cardellino accecato (como un jilguero cegado)

Giuseppe Ungaretti

traducción de Mikel Laboa

Antonio Machado y Segovia

¡Blanca hospedería,
celda de viajero
con la sombra mía!

La Casa-Museo de Antonio Machado en Segovia

Calle de los Desamparados, 5
40001  Segovia (España)
 
Cuando vas a Segovia hay una serie de monumentos “imprescindibles” que todo buen visitante no puede perderse: el Acueducto y el Alcázar. Ahora me gustaría añadir un lugar más para apuntar en la agenda: la Casa-Museo de Antonio Machado. Para mí su visita fue una grata sorpresa y un lugar con mucho encanto.En la calle de los Desamparados, en pleno corazón de Segovia, muy cerca de la Catedral y a pocos metros de la Iglesia de San Esteban, se ubica este museo hoy propiedad de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, heredera de la Universidad Popular Segoviana.
Antonio Machado (Sevilla 1875 – Collioure, Francia 1939) llegó a Segovia para ocupar la cátedra de francés en el Instituto General y Técnico el 25 de noviembre del año 1919 y se alojó en una de las pensiones más económicas de la ciudad, regentada por Luisa Torrego, su propietaria. En ella se quedó hasta 1932, año en el que se trasladó a Madrid. Para mi sorpresa Machado pasó 12 años de su vida en esta recoleta ciudad. Una pensión que se ha mantenido como estaba en vida de Machado y que su dueña tuvo el acierto y el detalle de mantener la habitación de tan ilustre huésped cerrada y tal como él la dejó, sin volver a alquilársela a nadie.
Ahí están sus libros, su cama, su mesa camilla y una estufa de petróleo (“más decorativa que útil”, decía el propio Machado). En Segovia el poeta conectó con el sector más dinámico y comprometido de la intelectualidad local, al que se unió para fundar la Universidad Popular Segoviana, una experiencia educativa pionera en España, en la que impartió clases de francés y lecturas literarias y de la que fue nombrado director honorario en 1927. También se muestra la actividad de la Institución Libre de Enseñanza y sus Misiones pedagógicas. Si Soria significó su juventud —llegó cuando tenía 32 años y la abandonó cinco años después—, Segovia es sinónimo de madurez. Allí, habitó entre los 44 y los 57, su época más política y en la que escribió gran parte de su teatro y su prosa. Y si en Soria vivió su primer gran amor, su joven esposa Leonor fallecida prematuramente, en Segovia conoció a su otro gran amor, Pilar Valderrama, la Guiomar de sus últimos poemas, a la que conoció en esta ciudad en 1928.
Se conservan los muebles originarios, el libro de recetas de la dueña, la cocina de carbón… comprendes el frío que debían pasar sus inquilinos en los inviernos segovianos. Es recomendable ir con niños para que conozcan al poeta y que vean como se vivía antaño, antes de la tele, la calefacción y la vitrocerámica.
La pensión siguió siendo casa de huéspedes hasta la muerte de Dña. Luisa en 1973. No dejéis de escribir alguna impresión o frase en el libro de visitantes que ofrece la Casa. Para ir abriendo boca podéis pinchar en este video en el que, de la mano de César Gutiérrez, librero y responsable de la Casa Machado, vamos haciendo un recorrido por la pensión.

Antonio Machado en la Biblioteca UPM

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