Festival de Poesía de Madrid. POEMAD

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Festival de poesía de Madrid

Centro Cultural Conde Duque

del 25 al 29 de octubre de 2016

 

Ayer empezó la sexta edición del Festival de Poesía de Madrid. Esta tarde presenta allí su último libro Pere Gimferrer y lo hará conversando con otro poeta importante: Antonio Colinas.

Además habrá recitales de poemas, poemas cantados y mil actividades interesantes.

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Poesía en Bibliotecas y librerías

 

Haciendo planes. Karmelo C. Iribarren

Cubierta de Haciendo planes, Karmelo C. Iribarren

Haciendo planes
Karmelo C. Iribarren
Sevilla: Renacimiento, 2016

No hay que dejarse engañar por las palmeras de la portada ni por el título del reciente libro de Karmelo C. Iribarren, pues no hay en él islas paradisíacas, ni viajes, ni paquetes de vacaciones. La poesía de Karmelo sigue siendo la misma a la que nos tiene acostumbrados, y los temas por los que transita también. Aunque me da la impresión de que algo más de luz se ha colado esta vez por debajo de la puerta.

Los poemas de Karmelo C. Iribarren son breves, limpios, fulgurantes. Parece que van a ras de suelo y de pronto te saltan a la garganta. Dicen a las claras, entran fácil como un licor dulce; cuando uno quiere darse cuenta ya está atrapado.

La lluvia abre la colección. Una lluvia, omnipresente en el imaginario del autor, que aporta el tono adecuado de melancolía. Personificada muchas veces, acompañando, del mismo modo que otros elementos del paisaje que aparecen más adelante: acacias y árboles que murmuran como cualquiera en la cafetería, el mar que conversa pero a su manera, un rayo de sol tumbado como un perro debajo de la mesa, el horizonte que se ruboriza al atardecer porque ha dicho mentiras durante el día…

La inclemencia del tiempo, de la vida, persigue o es perseguida por este poeta del abrigo y la cara de frío. ¿Se sentirá cómodo así porque es más fácil soñar bajo el influjo del invierno?

Y qué bella la mirada que indaga en lo que pasa desapercibido, lo que no tiene entidad suficiente para despertar a los que van deprisa. Karmelo pone su poesía al servicio de una triste bolsa de plástico que no remonta el vuelo, de una llovizna que no merece que alguien abra su paraguas, de un fulano que entra en un bar y habla del tiempo. Porque hay quien piensa, como él, que hay cosas pequeñas que salvan un instante -o incluso una mañana entera, o casi- de nuestra vida: la mirada de una mujer en el autobús, un olor que te recuerda un trozo de la infancia, la poesía cuando llega.

El recuerdo de la infancia, el amor con dolor y relámpago, el paso del tiempo, lo poco que se puede esperar del futuro son algunos temas de esta poesía. Tratados con humor tragicómico y con melancolía, pero también con gran belleza y algo, un intento al menos, de esperanza. Tal vez no haya escapatoria, es verdad, la vida tiene esas cosas, pero ¿quién lo sabe a ciencia cierta?

Cervantes. Argamasilla del Mar. Poema de Juan Ramón Jiménez.

Juan Ramón Jiménez escribió este poema el 8 de febrero de 1916, pertenece en su libro Diario de un poeta recién casado. Lo compuso en el barco, en plena travesía desde el Puerto de Cádiz hacia la Costa Este de los Estados Unidos para casarse con Zenobia Camprubí Aymar.

Cubierta de Diario de un poeta recién casado. Juan Ramón Jiménez

Argamasilla del Mar

 

Sí. La Mancha, de agua.

Desierto de ficciones líquidas.

Sí. La Mancha, aburrida, tonta.

 

—Mudo, tras Sancho triste,

negros sobre el poniente rojo, en el que aún llueve,

Don Quijote se va, con el sol último,

a su aldea, despacio, hambriento,

por las eras del ocaso

 

—. ¡Oh mar, azogue sin cristal:

mar, espejo picado de la nada!.

 

La poética del espacio / Gaston Bachelard

Gaston Bachelard:

La poética del espacio (México: Fondo de Cultura Económica, 1975-)

La poétique de l'espace (Presses Universitaires de France)

Poética del espacio (cub. FCE 2009)Instalado en todas partes, pero sin encerrarse en ningún lado, tal es la divisa del soñador de moradas. En la casa final como en mi casa verdadera, el sueño de habitar está superado. Hay que dejar siempre abierto un ensueño de otra parte." (p. 94)

Este no es un libro fácil, pero el premio de su escalada es el acceso a lo sublime. Si os gustan la arquitectura, la antropología o la armonía geoambiental, y aguantáis el tirón seréis requeterrecompensados. Porque Gaston Bachelard trabaja para ellas filosofando a partir de la crítica literaria. Fue un gran pensador del siglo XX, influido por el psicoanalista Carl Jung. Pero también un personaje un tanto de fábula en su propia vida terrenal: lo cual en mi opinión se nota mucho en su escritura erudita, mágica y un tanto idealista.

Bachelard se propuso ir elaborando una serie de ensayos sobre la relación entre la imaginación poética y diversos aspectos de la experiencia humana. Para concretar, La poética del espacio atañe a la imaginación y el espacio doméstico en sentido amplio: la casa y su extensión, el paisaje. Como crítica, podríamos preguntarnos qué quedaría en el ensayo para esa inmensa parte de la Humanidad pasada y presente sin hogar propio. Y desde esta perspectiva, ¿podría resultar La poética del espacio una obra estrechamente pequeño-burguesa?

Aunque así fuera, la investigación filosófica de Bachelard sobre la “casa” y la dialéctica poética persona-espacio es ya un clásico insoslayable. Con el que topé precisamente en un entrañable hogar de migrantes. Me pareció un buen presagio, un reto de lectura sobre esas cosas de la vida que de verdad importan. Esta Poética contiene además un montón de referencias de escritores, algunos muy conocidos, otros insospechados pero todos fascinantes. Brinda pues inestimables pistas para ulteriores lecturas: Rilke, Rimbaud, Baudelaire, Bosco, Diolé… Lástima que la edición disponible en castellano no ofrezca un listado conjunto sistemático de todas esas obras, que de todos modos sí aparecen citadas a pie de página a lo largo del texto.

Poétique de l'espace - 9782130606772 (couv)Por lo demás, otro aliciente de esta lectura es la oportunidad de catar una interesante traducción: la versión española de Ernestina de Champourcín, poeta de la Generación de 1927.

¿Qué hacemos de más si decimos que un ángulo es frío y una curva caliente? ¿Que la curva nos acoge y que el ángulo demasiado agudo nos expulsa? ¿Que el ángulo es masculino y la curva femenina? Una nada de valor lo cambia todo. La gracia de una curva es una invitación a permanecer. No puede uno evadirse de ella sin esperanza de retorno. La curva amada tiene poderes de nido; es un llamamiento a la posesión. Es un rincón curva. Es una geometría habitada. Estamos allí en un mínimo de refugio, en el esquema ultrasimplificado de un ensueño de reposo. Sólo el soñador que se colma de gozo contemplando unos bucles sabe de esas alegría sencillas del reposo dibujado. (p. 182).

Obras de Gaston Bachelard en: Bibliotecas UPM.

Veinte años de un hijo (60 años después). Ángela Figuera, María Bengoa

La poeta Ángela Figuera (1902-1984), María Bengoa

La poeta Ángela Figuera (1902-1984)

María Bengoa

Ángela, cuya imagen se disipa entre los vapores de nuestra memoria colectiva, fue una poetisa que “Tocó la Tierra”. Represaliada de la Guerra Civil: perdió la plaza de docente, y le fue retirado el título universitario; de su desgarro nacen muchos de sus poemas. Tenemos que agradecer a la obra social de una caja de ahorros (BBK) su biografía, que figura en la colección temás vizcaínos (Ángela nació en Bilbao) aunque probablemente es tan vizcaína como la tortilla de patatas (que es de todos), como así lo atestigua su periplo vital.

Ángela fue especialmente reconocida por León Felipe (que prologó “Belleza Cruel”,  disculpándose por la crudeza del trato que habían dispensado los poetas exiliados a los poetas del exilio interior), y por Pablo Neruda que dedicó un sentido homenaje a los poetas de su generación: “hemos sido separados por errores propios y ajenos, por profundos dolores, por un silencio imposible…” (texto cuyo facsímil figura como anejo en la Antología Total de Ángela).

Con motivo del 20º cumpleaños de su hijo (catedrático emérito de esta Universidad) escribió este poema del que ahora se cumplen 60 años (este año Juán Ramón cumpliría 80 años); incluimos algunas estrofas:

Veinte años de un hijo

Ángela Figuera Aymerich (1902-1984)

Muchachos, torres, álamos rectamente creciendo,

cuajando reciamente, modelándose firmes;

rompiendo las cortezas, desclavando ventanas.

Muchachos, hijos míos, a vuestros veinte años,

yo vieja, yo cansada, yo madre, me dirijo.

Al fin, tengo que hablaros, muchachos, hijos todos

nacidos de mi entraña,

nacidos en el fuego y en la sangre y la pólvora

una noche sin sueño cuando mi hijo nacía.

Nacía con vosotros,

lloraba con vosotros un profético llanto

sobre una tierra triste ya cebada de lágrimas;

caía con vosotros en medio de la herida

de España, en los escombros de sus bellas ciudades,

para dormir un sueño de metralla sin pájaros

en una frágil cuna que cercaban las hienas.

Dejadlo todo atrás. Para nosotros

quedó la infamia, el látigo, el grillete.

Nosotros ya secamos nuestras venas,

quemamos nuestros pies y nuestras manos

y hay demasiada hiel en nuestras bocas.

Vosotros, no. Vosotros, adelante.

Tenéis la mano a punto y la esperanza.

muchachos, hijos míos, ya tan hombres,

los que cumplís veinte años este día.

Esta semana hemos despedido con cariño a su hijo Juan Ramón, fallecido recientemente. Valga esta circunstancia para rescatar la obra de Ángela Figuera Aymerich de un olvido injusto.

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