¡Que vergüenza! Paulina Flores

Cubierta de ¡Qué vergüenza!, Paulina FloresPaulina Flores
¡Qué vergüenza!
Seix Barral
Biblioteca Breve

¡Qué vergüenza! es el primer relato y el que da título al primer libro de Paulina Flores, una joven escritora (Chile, 1988) que ha sabido abrirse un hueco en el difícil mundo editorial con nueve historias contundentes, ásperas, sinceras y aparentemente triviales, pero que esconden un profunda intensidad vital. Su particular manera de dar luz, espesor e intensidad a sus personajes, le ha valido varios premios, entre ellos el Premio Roberto Bolaño en 2014 y el Premio de Literatura del Círculo de Críticos del Arte a la mejor escritora novel. Como dicen los críticos literarios, no será el libro del año, pero que va a perdurar, es seguro.

Y es que no hay una palabra sin intención, ningún detalle en las descripciones ni en los diálogos que no escarbe en la conciencia de los personajes, en su lucha por la vida. Nada distrae ni interrumpe la atención, nada impide la empatía. Todo este despliegue técnico, tan eficaz como invisible, convierte al lector en cómplice silencioso que asiste, impasible, a la enorme vulnerabilidad del personaje, a su incapacidad de enfocar y huir de su propio fracaso. El resultado final es que el relato revolotea en tu cabeza una vez leído porque, casi se puede decir, lo que en él sucede pasa a ser asunto tuyo.Fotografía de Paulina Flores

El primero de ellos, ¡Qué vergüenza!, nos habla de un padre que va con sus dos hijas pequeñas a un casting en un intento desesperado de encontrar un empleo. Su inseguridad ante ellas tras perder el trabajo y la autoestima, por ese orden, es profundamente conmovedor, y se condensa en esta reflexión:

A ser padre no se aprende y ¡esa presión por ser el hombre de la casa!

Lo mismo sucede con la visión de un adolescente ante el derrumbe de su padre en Talcahuano; en la profunda infelicidad de la mujer de Olvidar a Freddy; en la inocente reflexión de la voz que nos cuenta el relato de Tía Nana:

A esa edad creía que la única forma de demostrar cuánto querías a una persona era lograr verla con los ojos cerrados, o recordar su voz

Podría poner mil ejemplos de esos gestos extraordinariamente cotidianos que tan bien maneja Paulina, que rizan y explican cualquier existencia, que pasan  desapercibidos hasta para uno mismo, pero que son los que más nos definen, los que nos convencen de que la vida no está hecha de palabras.

Antes de iniciar esta lectura te recomiendo que afines la mente, te armes de valor e intensifiques tus emociones porque, como dice Claudia, el personaje del relato Teresa, a través de este libro,  vas a “tirarte a la vida con fe”.

Rosa Molina

La tabla de Flandes. Arturo Pérez-Reverte

Cubierta de La tabla de Flandes, Arturo Pérez-Reverte ¿QUIÉN MATÓ AL CABALLERO?

La tabla de Flandes
Arturo Pérez-Reverte

Un sobre cerrado es un enigma que tiene otros enigmas en su interior. Áquel era grande, abultado, de papel manila, con el sello del laboratorio impreso en el ángulo inferior izquierdo. Y antes de abrir la solapa, mientras lo sopesaba en la mano buscando al mismo tiempo una plegadera entre los pinceles y frascos de pintura y barniz, Julia estaba muy lejos de imaginar hasta qué punto ese gesto iba a cambiar su vida.

Que el periodista, escritor y académico Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) es varón de belicoso verbo y afilada pluma lo sabe hasta el apuntador. Como también es de sobra conocido por todos su talento para la narrativa, que ha dado como fruto, entre otras novelas, La tabla de Flandes (1990). El libro al que dedicamos la presente reseña.

A Julia, joven y reputada restauradora, se le encarga reparar una valiosa tabla flamenca del s. XV que va a subastarse. En este cuadro, que se titula La partida de ajedrez, aparecen representados dos caballeros que juegan una partida del susodicho juego en presencia de una dama.

Nada más empezar su trabajo, y gracias a los rayos X, Julia descubre que las capas de pintura que recubren la tabla ocultan una misteriosa frase en latín:

¿Quis necavit equitem?

Que traducida al castellano significa:

¿Quién mató al caballero?

Intrigada por su hallazgo, la restauradora inicia una investigación para saber más de Pieter van Huys, el autor del cuadro, de los retratados en él y del contexto en el que todas estas personas vivieron. Y también, para resolver el crimen que el maestro flamenco denunció de forma velada en su obra, al mismo tiempo que, como se descubrirá más adelante, se sirvió del ajedrez para ocultar el nombre del criminal.

Con el beneplácito del señor Belmonte, el anciano propietario de La partida, y de su avariciosa amiga Menchu, la galerista-intermediaria que le encargó la restauración de la tabla, nuestra heroína comienza sus pesquisas. Y para ello no sólo es auxiliada por César, un refinado anticuario que para ella es una especie de segundo padre, y por Muñoz, un peculiar ajedrecista. También, por Álvaro, especialista en Historia del Arte y su profesor en la universidad. Un hombre con el que Julia mantuvo una relación sentimental que, aunque no quiera admitirlo, la dejó traumatizada.

Cuando Álvaro es encontrado muerto en extrañas circunstancias y ella recibe una tarjeta anónima con una extraña fórmula, Julia llega a la conclusión de que el asesino de su antiguo amante le propone continuar en el presente la partida de ajedrez iniciada cinco siglos atrás. Con la esperanza de que este juego le permita desenmascarar a la persona que supone una clara amenaza para ella, la joven acepta el reto y, ayudada de nuevo por César y, sobre todo, por Muñoz, se embarca en una nueva y peligrosa investigación. La conclusión de la misma será impactante y marcará a Julia para siempre.

Con el ajedrez como uno de sus temas principales, La Tabla de Flandes es una novela muy bien documentada, que conjuga magistralmente intriga, arte e historia y que resulta interesante tanto para los aficionados a este juego como para aquellos que no lo somos.Fotografía de Arturo Pérez-Reverte

Arturo Pérez-Reverte en la Biblioteca UPM

El embrujo de Shanghai. Juan Marsé

Cubierta de El embrujo de Shanghai, Juan MarséEl embrujo de Shanghai
Juan Marsé

Juan Marsé nos traslada a la Barcelona de la postguerra, lugar donde transcurren la mayor parte de sus novelas. Por sus barrios obreros deambula el capitán Blay, estrafalariamente vestido, con sus roñosas gasas en la cabeza, su pijama y su gabardina. Perdedor de una guerra, en la que ha perdido a sus dos hijos, y su cordura. Le acompaña Daniel, que por encargo de su madre, amiga de Doña Conxa y mujer del capitán, debe vigilarle en sus desvaríos.

El capitán, vive obsesionado con denunciar el escape de gas de la calle Rovira número 8, y los humos, que expele la chimenea de la fábrica de plexiglás, que linda con la casa en la que vive Susana, una niña tuberculosa.

Empieza así, el capitán, una campaña de recogida de firmas para denunciar al Ayuntamiento esta situación, porque, según él, el día menos pensado iban a salir todos volando por los aires. Las mañanas transcurrían para Daniel y el capitán, entre paseos, vinitos en las tabernas, a los que era muy aficionado el capitán, y alguna que otra adhesión a la causa, pero eran pocos los que apoyaban su iniciativa.

El capitán le encarga a Daniel que pinte a Susana, la niña tísica, postrada en su cama, bajo la nube tóxica de los humos de la chimenea de la fábrica de plexiglás.

Los amigos de Daniel, los hermanos Chacón, sobrevivían con su tenderete de almanaques y novelas del Oeste, y sus miles de argucias para conseguir comer. Juan y Finito Chacón, desde su tenderete junto a la verja del jardín de Susana, ya habían entablado amistad con ella.

Susana es una niña de 15 años, prácticamente huérfana, su padre, apodado “El Kim” partió hace mucho a combatir en el frente de Aragón, y tras perder la guerra, al exilio francés, y a la militancia en La Resistencia francesa.

Todas las tardes, Daniel, provisto de las láminas y los lápices que le había comprado el capitán, acude a visitar a Susana. A ella no le importa el dibujo del capitán, con su fábrica y sus humos, ella lo que quiere es que Daniel le haga un retrato bonito para enviárselo a su padre.

Y ¿Quién es “El Kim”? Un personaje novelesco, un señorito bien, como dice el capitán Blay, un soñador y aventurero, que tras cursar los estudios de ingeniería textil, se enamora de la criada de la casa, y se escapa a Barcelona con ella. Desheredado por su familia, tras desempeñar varios trabajos, marcha con sus compañeros al frente, dejando solas a su mujer e hija.

Después de muchos años, volverá uno de sus compañeros de guerra, Forcat, a casa de la familia de Susana para dar noticias del paradero del Kim, en una carta sin franquear, donde pide a su familia que den cobijo a su amigo. Es así como Forcat iniciará una serie de relatos fantásticos sobre la vida del Kim, que empiezan en Francia y tras una larga travesía en barco, le llevará a Shanghai, en busca de un exnazi, oficial de La Gestapo. Todos los días, después de la siesta, Forcat, ataviado con su quimono, regalo de su amigo el Kim, se dirigía a la galería, donde reposaba Susana, convaleciente de su enfermedad, acompañada por Daniel, para contarles el viaje de El Kim a bordo del Nantucket, el barco que le llevará desde Marsella a Shanghai.

Son estos relatos, los que ponen una nota de color al ambiente gris de la Barcelona de la postguerra y a la monótona vida de Susana y de Daniel. Siempre esperando, ella la curación de su enfermedad y la vuelta de su padre, al que no volverá a ver, él iniciar un trabajo como aprendiz en un taller de joyería.

Y, como en un sueño, el relato termina con la llegada de un amigo de Forcat, éste les devuelve a la realidad y al futuro que les espera. Un futuro muy alejado de los sueños juveniles, que, como decía el capitán Blay al inicio de la novela, “Los sueños juveniles se corrompen en boca de los adultos”. La ensoñación vivida con los relatos de Forcat termina bruscamente, nuestros personajes se hacen adultos y se impone de golpe la realidad.

Juan Marsé en la Biblioteca UPM

Ana Carrizosa Fuertes

Maqueta de Madrid de León Gil de Palacio (Museo de Historia de Madrid)

En el Museo de Historia de Madrid se puede visitar la maqueta que diseñó el ingeniero militar León Gil de Palacio (1788-1849), una de las piezas más importantes del Museo y una de las maquetas históricas más antiguas de Europa. Fue el propio rey Fernando VII quien realizó el encargo de la misma el 13 de noviembre de 1828 por mediación de su hermano, el infante Francisco de Paula, y a través del director general de Artillería.

Gil de Palacio y sus ayudantes realizaron en un tiempo récord (entre los meses de noviembre de 1828 y 1830) este objeto fascinante -que formó parte del Real Gabinete Topográfico creado por Fernando VII-, siguiendo la tradición de los modelos topográficos de ciudades españolas construidos entre los siglos XVIII y XIX. Esta maqueta de grandes dimensiones ( 5,20 x 3,50 metros a escala de 1:816) constituye una fuente primordial para conocer la geografía histórica de la ciudad todavía encerrada en la cerca que Felipe IV levantó en 1625 con sus 17 puertas y que años más tarde, en 1868, se derribará para dar lugar al Ensanche de la capital.

Es una pieza impresionante y que sin embargo no es demasiado conocida por muchos madrileños ni objeto de visita de muchos turistas. Lo que llama la atención es los detalles que contiene, reproduciendo fielmente cada edificio, calle, plaza, fuentes, iglesias, jardines, etc. y desde luego es una fuente imprescindible para conocer el urbanismo de la ciudad donde se representan por primera vez los espacio libres del interior de las manzanas y la altimetría de la Villa y Corte y gracias a la cual conocemos edificios y espacios ya desaparecidos.

En este enlace se pueden ver 15 vídeos que muestran la maqueta a vista de pájaro y dan a conocer las zonas más emblemáticas del Madrid de 1830. Un auténtico placer. Como muestra os dejamos éste que sobrevuela la zona de Atocha y te va señalando los edificios más importantes, existentes todavía o desaparecidos. (Fuente: memoriademadrid).   https://youtu.be/jfEbWzwiJPE?list=PLvNqBjdJ6HjP1duKrmNl8Ws1j_fFD0Vmw

Recomendamos también el libro "Madrid 1830: la maqueta de León Gil de Palacio" de Francisco J. Marín Perellón y otros autores, publicado por el propio Museo de Historia de Madrid en 2006, como una guía imprescindible para entender mejor la maqueta y su importancia (en este enlace se puede descargar) .

El Museo Municipal de Madrid, en la calle Fuencarral 78, creado como Museo Municipal en 1929 y rebautizado como Museo de Historia de Madrid en 2007, documenta la vida de la capital desde sus orígenes hasta la época de la Restauración. Antes que museo fue el antiguo Hospicio de la Villa y fue construido durante el reinado de Felipe V , entre los años 1721 y 1726 por el arquitecto Pedro de Ribera. Es un ejemplo del barroco en su máxima expresión, con una fachada “churrigueresca” a modo de retablo dividido en dos cuerpos y, en la hornacina, el patrón San Fernando presidiendo.

Tesoros de la Hispanic Society of America. Exposición en el Museo del Prado.

Exposición: Tesoros de la Hispanic Society of America. Visiones del mundo hispánicoTesoros de la Hispanic Society of America.
Visiones del mundo hispánico
Museo Nacional del Prado.
Madrid
4/4/2017 – 10/09/2017

A nadie al que le interese el arte español se le puede pasar la exposición que en el Museo del Prado nos muestra, por primera vez en Madrid, 200 piezas memorables de nuestra cultura. Cronológicamente van desde la prehistoria hasta el siglo XIX. Se trata de objetos que descubren una dimensión artística nueva y exquisita de la cultura española.

Por eso no se la pueden perder. Esta es una exposición que modifica nuestra idea general sobre el alcance y la dimensión de nuestro arte. Cada una de las piezas, o la mayoría de ellas, es un objeto exquisito de mayor categoría artística que las que conocemos. El brazalete de plata prehistórico que se expone es más importante y más sofisticado, los vasos campaniformes mucho más grandes y mas cuidadosamente trabajados, hasta las fíbula visigótica que han traído de Nueva York parece más acabada y más exquisita que las que conocemos, preciosas, del Museo Arqueológico. La sorpresa es mayúscula. Por unos momentos se siente una algo incómoda y hasta enojada al comprobar que había piezas mejores que las que muestran nuestros museos y que esas, las mejores, son las que reunió en su colección  Archer Huntington (Nueva York, 1870-Bethel, Connecticut, 1955).

Además para esta ocasión han traído objetos difíciles de ver en las exposiciones: aldabas medievales, piezas textiles hispano-árabes, cerámica, cofres o esculturas de madera policromadas. Las piezas abarcan 4000 años.Cerámica hispano-musulmana.

Miguel Falomir, el nuevo director del Museo del Prado ha dicho:

Se trata de una aproximación integral a la cultura hispánica como nunca se ha hecho, una especie de compendio del Prado, el Arqueológico Nacional, la Biblioteca Nacional y el Museo de América.

El creador de esta colección de arte español, el millonario norteamericano Archer Huntington, se asesoró por los que más entendían de cada una de las épocas, de cada una de las escuelas, de cada uno de los yacimientos, a la hora de comprar la piezas, eso queda claro en los primeros metros de la exposición. Por eso hay que ir esta vez al Museo del Prado.

Huntington estuvo en España por primera vez en 1892, sabía español, latín y árabe;  fue amigo de Sorolla al que se llevó a Nueva York, conoció a Galdós, a Azorín, a Unamuno y a Echegaray. Su segunda esposa, la escultora Anna Hyatt Huntington, es la autora de la escultura El relevo de la antorcha que está en los jardines de la Ciudad Universitaria, en la plaza que se encuentra frente a la Facultad de Medicina.

Su objetivo era  que la colección abarcara todos los aspectos de la cultura española y hoy conserva más de 18.000 piezas. Ese carácter, y la calidad suprema de las piezas, es el que otorga a su colección una emoción y un valor admirable. Su empe&nt

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