Campus Sur lee: El infinito en un junco, Irene Vallejo

Dentro de la iniciativa Campus Sur lee, la Biblioteca de Campus Sur UPM nos comparte una nueva lectura. Podéis seguirles en su canal de YouTube “Campus Sur lee”.

El infinito en un junco en la Biblioteca UPM
Irene Vallejo en la Biblioteca UPM

Desde los primeros siglos de la escritura hasta la Edad Media, la norma era leer en voz alta, para uno mismo o para otros, y los escritores pronunciaban las frases a medida que las escribían escuchando así su musicalidad. Los libros no eran una canción que se cantaba con la mente, como ahora, sino una melodía que saltaba a los labios y sonaba en voz alta. El lector se convertía en el intérprete que les prestaba sus cuerdas vocales. Un texto escrito se entendía como una partitura muy básica y por eso aparecían las palabras una detrás de otra en una cadena continua sin separaciones ni signos de puntuación —había que pronunciarlas para entenderlas—. Solía haber testigos cuando se leía un libro. Eran frecuentes las lecturas en público, y los relatos que gustaban iban de boca en boca. No hay que imaginar los pórticos de las bibliotecas antiguas en silencio, sino invadidos por las voces y los ecos de las páginas. Salvo excepciones, los lectores antiguos no tenían la libertad de la que tú disfrutas para leer a tu gusto las ideas o las fantasías escritas en los textos, para pararte a pensar o a soñar despierto cuando quieras, para elegir y ocultar lo que eliges, para interrumpir o abandonar, para crear tus propios universos. Esta libertad individual, la tuya, es una conquista del pensamiento independiente frente al pensamiento tutelado, y se ha logrado paso a paso a lo largo del tiempo.

El último trayecto de Horacio Dos. Eduardo Mendoza

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de El último trayecto de Horacio Dos, de Eduardo Mendoza

A través de su diario de a bordo, el comandante Horacio Dos da cumplida cuenta de su último trayecto interplanetario antes de la tan esperada jubilación, denegada en atención a su incompetencia y desfachatez. El pasaje que le acompaña está compuesto por los Delincuentes, las Mujeres Descarriadas y los Ancianos Improvidentes. Debido a las condiciones precarias de la nave y de su avituallamiento, la expedición tendrá que enfrentarse a múltiples aventuras.

En El último trayecto de Horacio Dos (2002), Eduardo Mendoza (1943-) hace alarde de su inconfundible estilo, inaugurado con La Verdad sobre el Caso Savolta (1975), en el que despliega una extraordinaria inventiva verbal, en un estilo fresco y salpicado de humor. En esta divertidísima narración coexisten géneros como la parodia, el folletín, la picaresca, la aventura y la ciencia ficción.

Eduardo Mendoza cuenta en su haber con galardones tan importantes como el Premio Miguel de Cervantes (2016), el Premio Planeta (2010), el Premio al mejor libro extranjero (París, 1996), el Premio Franz Kafka (República Checa, 2015) y el Premio Libro Europeo (2013), entre otros.

Martes, 30 de mayo. Escasez. Gachas de arroz, medias raciones, para comer, y agua pútrida con clorofila para beber. Descontento general y conato de rebelión en el sector de los Delincuentes. El primer segundo de a bordo propone gasearlos preventivamente. El segundo segundo de a bordo se muestra partidario de la disuasión, bien por juzgar más efectivo este sistema, bien para llevar la contraria al primer segundo de a bordo. Según el argumento de aquél, aun cuando los Delincuentes consiguieran adueñarse de la nave y desactivar los mecanismos de autodestrucción preventiva, ¿de qué les iba a servir, si el congelador está vacío? Es su argumentación, no la mía. Impecable si los Delincuentes atendieran a razones. Ahora bien: si atendieran a razones, ¿serían delincuentes o habrían optado por una forma de vida más conforme a las normas sociales? La pregunta reviste cierto interés, pero sólo de índole teórico, por lo que queda pendiente hasta la próxima reunión de mandos.

@biblioetsidiupm

En El último viaje de Horacio Dos, con su peculiar estilo satírico, Eduardo Mendoza nos propone un viaje interestelar cargado de aventuras y desventuras. Música: Intro, by The XX. #lecturasparacompartir #librosrecomendados #bookish

♬ Intro – The xx

Emily Brontë. Un corazón solitario en los páramos de Yorkshire

Portada del primer volumen de los tres que integran la primera edición de ‘Cumbres borrascosas’. Fuente: Houghton Library (Harvard University).

Portada del primer volumen de los tres que integran la primera edición de ‘Cumbres borrascosas’. Fuente: Houghton Library (Harvard University).

Emily Brontë en la Biblioteca UPM

De las tres hijas escritoras del reverendo Brontë, Charlotte, Emily y Anne, prefiero con mucho a Emily. Por su obra y también, por lo interesante que me resulta su personalidad.

Miss Brontë solo nos dejó una novela, la famosa ‘Cumbres Borrascosas’, relato ambientado en su Yorkshire natal cuyo argumento gira en torno a una pasión destructiva. Publicada en 1847, ‘Cumbres Borrascosas’ es hoy considerada una de las grandes obras de la literatura británica. Sin embargo, en su día fue incomprendida y tildada de salvaje e inmoral por los críticos. ¡Ay! Si aquellos respetables caballeros hubieran sabido que Ellis Bell, su supuesto autor, era en realidad una solterona huraña que vivía, junto con sus hermanos y su padre, en la rectoría del humilde pueblecito donde este ejercía como párroco.

El pensar en él llena toda mi vida. Si el mundo desapareciera y él se salvara, yo seguiría viviendo; pero si desapareciera él y lo demás continuara igual, yo no podría vivir. Mi amor a Linton es como las hojas de los árboles, y bien sé que cambiará con el tiempo; pero mi cariño a Heathcliff es como son las rocas de debajo de la tierra, que permanecen eternamente iguales sin cambiar jamás. Es un afecto del que no puedo prescindir. ¡Ellen, yo soy Heathcliff! Le tengo constantemente en mi pensamiento, aunque no siempre como una cosa agradable. Tampoco yo me agrado siempre a mí misma. No hables más de separarnos, porque es imposible.

Encuadrada dentro del género literario conocido como gótico, ‘Cumbres Borrascosas’ es una novela oscura, en ocasiones morbosa, en la que el elemento sobrenatural juega un importante papel. De ahí lo inquietante de algunos de sus pasajes.

Ahora recordaba que descansaba en una caja de madera y que el cierzo y las ramas de un árbol golpeaban la ventana. Tanto me molestaba el ruido, que, en sueños, me levanté y traté de abrir el postigo. No lo conseguí, porque la falleba estaba agarrotada, y entonces rompí el cristal de un puñetazo y saqué el brazo para separar la molesta rama. Mas en lugar de ella sentí el contacto de una manita helada. Me poseyó un intenso terror y quise retirar el brazo; pero la manita me sujetaba y una voz repetía:

¡Déjame entrar, déjame entrar!

-¿Quién eres? -pregunté, pugnando para poder soltarme.

-Catherine Linton -contestó, temblorosa. Me había perdido en los pantanos y vuelvo ahora a casa.

Aunque con frecuencia se olvida, Emily también escribió poesías. Concretamente, unas 169 composiciones que ella misma dividió en dos cuadernos. En uno de ellos recogió los poemas ambientados en Gondal, el mundo que en su niñez imaginó junto a su hermana Anne.

La noche era oscura y el invierno soplaba

con suaves suspiros sobre las costas de Gondal,

aunque ese viento gemía quejumbroso,

ya no encadenaba con torrentes nevados.

Primera página de ‘The Gondal Poems’ (1844-1848), manuscrito depositado en la British Library con la signatura Add MS 43483. Fuente: British Library.

Primera página de ‘The Gondal Poems’ (1844-1848), manuscrito depositado en la British Library con la signatura Add MS 43483. Fuente: British Library.

Y en el otro reunió sus versos más personales, aquellos que, marcados por sus experiencias vitales, contienen constantes referencias a la naturaleza que la rodeaba. Por eso, cuando los leo no puedo evitar imaginarme a su autora declamándolos mientras caminaba, solitaria y libre, por los páramos que tanto amó.

¡Despierta en mis queridos páramos

el viento en su gloria y su orgullo!

¡Oh, llámame desde valles y tierras altas

a caminar junto al río al lado de la colina!

Baja crecido con la primera temporada de nieves;

las rocas están heladas y cenicientas

y oscuro cimbrea alrededor el largo brezo

y a las hojas del helecho ya no les da el sol.

Ya no hay estrellas amarillas en la montaña,

las campanillas azules han desaparecido hace

tiempo

del borde de la fuente cenagosa,

del lado de la ladera invernal…

Pero más encantadores que campos de maíz

contoneándose

en esmeralda y escarlata y en oro

son las laderas donde el viento del norte delira

y los valles por los que yo vagaba antaño.

‘Emily Brontë’ (Patrick Branwell Brontë, ‘c’. 1833); NPG 1724. Fuente: National Portrait Gallery (Londres).

‘Emily Brontë’ (Patrick Branwell Brontë, ‘c’. 1833); NPG 1724. Fuente: National Portrait Gallery (Londres).

Los versos citados en este texto han sido tomados de la edición de la poesía completa de Emily Brontë publicada por Alba. Un libro cuya lectura recomiendo.

Suave es la noche. Francis Scott Fitzgerald

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de Suave es la noche, de Francis Scott Fitzgerald

Corrían los felices años veinte del siglo pasado cuando el matrimonio Diver, una glamurosa pareja norteamericana, viaja a la Riviera Francesa, de moda entre la beautiful people de todo el mundo. Los Diver son ricos, inteligentes, elegantes, irresistiblemente atractivos. Pero algo se oculta tras su aparente perfección.

Francis Scott Fitzgerald se inspiró en el poema “Oda a un ruiseñor”, de John Keats, para dar título a su obra Suave es la noche (1934), una novela dramática, con una gran carga autobiográfica, en la que el glamour y el desenfreno se dan la mano. Fueron autores como T.S. Elliot y Sallinger quienes reivindicaron la obra de F. Scott Fitzgerald, consiguiendo que ésta subiera a los altares de la Literatura norteamericana.

En la apacible costa de la Riviera francesa, a mitad de camino aproximadamente entre Marsella y la frontera con Italia, se alza orgulloso un gran hotel de color rosado. Unas amables palmeras refrescan su fachada ruborosa y ante él se extiende una playa corta y deslumbrante. Últimamente se ha convertido en lugar de veraneo de gente distinguida y de buen tono, pero hace una década se quedaba casi desierto una vez que su clientela inglesa regresaba al norte al llegar abril. Hoy día se amontonan los chalés en los alrededores, pero en la época en que comienza esta historia sólo se podían ver las cúpulas de una docena de villas vetustas pudriéndose como nenúfares entre los frondosos pinares que se extienden desde el Hôtel des Étrangers, propiedad de Gausse, hasta Cannes, a ocho kilómetros de distancia.

@biblioetsidiupm

En Suave es la noche conviven el amor, el glamour y el desenfreno. La novela de Scott Fitzgerald está ambientada en los felices años veinte del siglo pasado. Música: cartoon-like rhythmic jazz, de @kohrogi #lecturasparacompartir #librosrecomendados #bookish

♬ Cartoon-like rhythmic jazz – Kohrogi

Diario 1887-1910. Jules Renard

Barcelona : Debolsillo, 2014
Título original: Journal 1887-1910
Año de publicación original: 1925
Diario íntimo de Jules Renard disponible en la Biblioteca UPM
Jules Renard en la Biblioteca UPM

Jules Renard, un maestro de la palabra precisa, escribió un diario que lo acompañó durante toda su vida. En él hace un análisis de la vida literaria de París a finales del siglo XIX. Pero nada queda fuera de su pluma afilada, el comportamiento humano, el de su madre y su padre, y el suyo propio, quedan retratados sin compasión con esa ironía implacable que le caracteriza. Hoy os recomendamos el humor, la belleza y el dolor de vivir de uno de los mayores genios de la literatura universal.

-He construido castillos en el aire tan hermosos que me conformo con las ruinas.

-El hombre verdaderamente libre es el que sabe rechazar una invitación a cenar sin dar excusas.

-El paraíso no está en la tierra. Pero hay fragmentos. En la tierra hay un paraíso roto.

-El gato es la vida de los muebles.

-Soy ese señor que siempre tiene -¡ay!- la frasecita divertida.

-Sentimos amor por una o dos mujeres, amistad por dos o tres amigos, odio por un solo enemigo, piedad por unos cuantos pobres; y el resto de la humanidad nos es indiferente.

-La vida conmovedora de un árbol que se agita desesperadamente para dar un paso.

-La punta de la rama acompaña un poco al pájaro que se va.

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