Volverás a Región, de Juan Benet

Apenas me enteré de aquella guerra sino cuando ya estaba terminando. Algo tarde, en algo más que una semana sufrí todas sus consecuencias: un padre muerto, un amante desaparecido, una educación hecha trizas, un conocimiento del amor que me incapacitaba para cualquier futuro; ante mí, y en el seno de una sociedad dispuesta a acogerme como una mártir y una prenda codiciable, no se abría otra posibilidad que la del engaño, incapaz de confesar mi apego al enemigo y de renunciar (ya no digo renegar) a él. No había otra solución porque yo había conocido la suerte de esos seres desventurados que han sido engendrados un momento antes del cataclismo y cuya naturaleza, inadecuada para las condiciones subsiguientes, no tiene otro futuro que una lenta y muda extinción.

Ultima edición disponible:
Barcelona : Debolsillo, 2011.

Pues sí, siempre vale la pena volver a Juan Benet, desaparecido hace ya veinte años (1993) y personaje jaleado de tanto en tanto en nuestra Universidad debido a su condición de ingeniero egresado de la Escuela de Caminos de Madrid. De familia ilustrada y amarga vivencia de la Guerra Civil y posterior dictadura, su experiencia profesional en el norte de España y su gran cultura humanística actuaron como palancas de una ambiciosa obra literaria que no suele dejar indiferente. De hecho hay quienes le califican como el referente principal del literatura española de la segunda mitad del XX mientras otros le consideran un escritor insoportable, abundando también sus muchos admiradores bienintencionados que sin embargo y reiteradamente han encallado en lo arduo de su lectura.

Para acercarnos a su figura os propongo Volverás a Región. Aunque está establecida la influencia anglosajona en toda la obra de Benet, al menos a mí este libro me trae resonancias de Clarín y de Galdós, de Aub y de Buñuel entre otros. En cierto sentido se puede considerar una novela protomultimedia e hipertextual pues enlaza con otras piezas del ciclo regionato del autor entre las que se incluye un mapa propio de la zona levantado con todo detalle y en su día editado aparte. Como si se tratara de un correlato lingüístico del rudo paisaje montañoso en que se desarrolla la acción, Benet somete al lector a unas durísimas condiciones de contexto, léxico y construcción sintáctica. Todo un prolijo rito iniciático a cuyo término se estará en situación de estimar si se ha recorrido un amasijo literario infumable o se ha experimentado un auténtico tripi psicohistórico sin posible parangón.

Volverás a Región es cuando menos una obra sólida, multifacética y penetrante que desarma de manera contundente toda proclividad a la amnesia sobre la Guerra Civil, a la que por el contrario eleva al rango de acontecimiento central de la Historia contemporánea de España, digno de ser escudriñado y sometido a reflexión una y otra vez. La novela concede un sugestivo protagonismo a la voz femenina. Y ofrece un curioso tratamiento del medio natural, tan científico-técnico como lírico, quizás el aspecto por el que se saborea más la personalidad originalísima de Benet como ingeniero-literato. Por otra parte el mundo benetiano de Región ha dejado tras de sí una estela de mitología y ambientación norteñas de la Guerra Civil y la postguerra, influencia perceptible en muchas otras creaciones posteriores: acuden a la memoria los libros de Julio Llamazares o el cine de Montxo Armendáriz como meros ejemplos a voleo. Encontraréis una emotiva evocación del maestro Benet en el blog de Javier Marías. ¡Y buen viaje a Región!

(Gracias a María Seguido y Avelino Pablos por sus indicaciones y sugerencias)

Este y otros libros de Juan Benet en: Bibliotecas de la UPM.

De hombres grises y amas de casa desquiciadas. Wilson Sloan y Sue Kaufman

Cubierta de El hombre del traje gris, de Sloan WilsonEl hombre del traje gris
Wilson Sloan
Ed. Libros del asteroide

Son los años 50. Tom Rath y su esposa Betsy viven en un barrio residencial a las afueras de Nueva York. Mientras ella se queda en casa cuidando de sus tres hijos él toma el tren cada mañana para llegar al trabajo. Tom -sin una idea muy clara de en qué dirección- intenta mejorar su vida, ganar más dinero. Abandona su puesto de trabajo actual, que le reporta estabilidad a cambio de un salario escaso, por uno nuevo en una gran corporación que amenazará con absorberle por completo como al resto de los que allí trabajan.

Un encuentro fortuito, sin embargo, con un antiguo compañero de armas hará que Tom se vea obligado a reflexionar acerca del modo en que quiere afrontar el resto de su vida. La memoria de los horrores de la guerra, el recuerdo de un romance inflamado, fugaz e inolvidable como solo son los amores en tiempos de guerra, impulsarán a Tom a librar una batalla personal en busca de valores.

Cubierta de Diario de un ama de casa desquiciada, de Sue KaufmanDiario de un ama de casa desquiciada
Sue Kaufman
Ed. Libros del asteroide

La otra cara de la moneda, la otra mitad de la naranja, podría ser esta novela de Sue Kaufman ambientada en la misma época. De un modo divertido a veces, Tina Balser, casi una Bridget Jones de los años 60, se desahoga relatando en un diario los hechos que la han abocado a un sentimiento actual de frustración, de infelicidad: el abandono de sus inclinaciones artísticas; las fobias que va desarrollando a un ritmo exponencial; las infinitas tareas domésticas, que relega hasta límites desastrosos; la obligación de comportarse como una madre impecable; los “pequeños revolcones” que su marido le propone cuando menos viene al caso… Tina se rebela –las confesiones a su diario ya son un grito liberador– buscando vías de oxígeno, en un intento por resistirse al destino de una vida insatisfactoria y convencional.

Ambas novelas, de gran éxito en su momento, fueron llevadas al cine. El hombre del traje gris en 1956, por Nunnally Johnson, protagonizada por Gregory Peck. Y Diario de una esposa desesperada, dirigida por Frank Perry en 1970. Carrie Snodgress, la actriz que interpretaba a Tina Balser en esta última, inspiró el tema A man needs a maid de Neil Young.

La ecuación de la vida (L’équation africaine). Yasmina Khadra

Cubierta de La ecuación de la vida, Yasmina Khadra

En África no hay turistas, solo mirones

Yasmina Khadra

(pseudónimo de Mohammed Moulessehoul)

Cuál es esa extraña alquimia que anula el instinto de supervivencia en las sociedades avanzadas y lo estimula en las situaciones más extremas. Cuál es la ecuación. Qué justificación puede haber para el suicidio en una sociedad ahita cuando una parte de la humanidad se aferra con alegría a la existencia, distanciándose de las limitaciones que le impone su entorno.

Esta es una novela de aventuras y de crecimiento personal, de un médico alemán que abrumado por una tragedia personal se incorpora a un viaje humanitario en África exponiéndose a las más variadas y brutales experiencias. Una vez más el título en español resulta significativamente distinto al original aunque no por ello menos sugerente.

Es una novela reciente (2011), que se ha editado en España en 2012 casi coincidiendo con su presentación internacional en el Salón del Libro de París, donde encontramos una breve entrevista con su autor Yasmina Khadra (jazmín verde en argelino).

Y aquí viene el otro aspecto curioso. No se trata de una escritora como parece indicar su nombre (Yasmina) sino de un militar argelino (Mohammed Moulessehoul) que habiendo escrito varias novelas previas decide ocultar su identidad bajo un pseudónimo que le evite la necesidad de autocensura. Es menos claro por qué elige este pseudónimo femenino, aunque según sus palabras es en primer término un homenaje a su mujer, de la que toma dos de sus nombres, y en un plano más general a todas la mujeres argelinas que según sus propias palabras son capaces de mantener una llama de esperanza en un país desesperado.

Podemos imaginar la calurosa acogida de Yasmina por parte de los lectores franceses, que se trocó en desconfianza hacia Mohammed cuando éste decidió desvelar su indentidad, abandonar el ejército argelino y dedicarse definitivamente a la literatura; no fue menos incomprendido por sus compatriotas.

Esta novela no es la más conocida, ni la más premiada. Ha sido eso sí mi primera aproximación a este autor, hijo de una beduina y de un enfermero oficial del ejército de liberación nacional argelino, y que estudia impelido por su padre en la Escuela Nacional de Cadetes de la Revolución.

En su novela autobiográfica El Escritor narra sus duras experiencias familiares y escolares en la Escuela de Cadetes de la Revolución. Con este libro descubrió su identidad al gran público. Personalmente me parece más auténtica que La ecuación de la vida… más sentida. Las experiencias infantiles en el mundo árabe pueden ser tremendas, bien me acuerdo de El Pan a Secas de Mohamed Chukri. Esta es menos desoladora y quizás por eso más reconfortante.

Mohammed Moulessehoul expresa su admiración por la mujer argelina (esto sin duda le honra), yo preferiría que ellas no tuvieran que serlo tanto.

Yasmina Khadra en la Biblioteca de la UPM

Vive cada día como si fuera el primero

y olvida tus pesares y fechorías,

Vive cada noche como si fuera la última

pues nadie sabe del próximo día.

Fotografía de Mohammed Moulessehoul

De Balzac… al ojo de jade (retales de Laogais). Dai Sijie, Diane Wei Liang

Las dos novelas qCubierta de Balzac y la joven costurera china, Dai Sijieue se citan en esta reseña son de géneros muy distintos: narrativo costumbrista la primera y policiaca la segunda, aunque las dos parecen incluir pinceladas autobiográficas de los autores DAI SIJIE -1954-DIANE WEI LIANG1966-) y ambas hacen referencia sin acritud al impacto que los centros de re-educación tuvieron sobre ellos. En la primera el autor es enviado al Laogai en su juventud donde permanece durante cuatro años, mientras que la segunda nace en uno de ellos y lo abandona en su tierna infancia de manera que los recuerdos que llegan a ella son indirectos.

El autor de Balzac y la joven costurera china es asimismo director de cine y ha llevado a la gran pantalla esta novela de manera magistral (pincha aquí).

Destila amor por la literatura (especialmente la francesa del siglo XIX como Balzac y Flaubert), y sobre el poder de ésta para proyectarnos más allá de nosotros mismos. ¿Qué impacto puede suponer Madame Bovary para una pequeña costurera de un entorno rural chino? ¿son experiencias transferibles?

Reconozco que cuando leí esta novela hace algunos años (Ed. Salamandra, 2000) acabé algo molesta con los protagonistas masculinos que me resultaron unos bobos, engreídos, e inconsecuentes… verosímiles; el ritmo y la belleza plástica me subyugaron. Ahora que he descubierto la película, me ha sorprendido su capacidad de reproducir las imágenes que se habían impreso en mi imaginación.Cubierta de El ojo de jade, Diane Wei Liang

El ojo de jade (Ed. Siruela, 2007) es una novela de detectives en un ambiente local. Transcurre en Beijing, en una China actual inmersa en la vorágine del desarrollo económico con sus desigualdades y contradicciones. Probablemente tiene menos valor literario que la primera, pero es entretenida e interesante por los detalles que aporta de la situación actual en China y sus retazos históricos.

Ninguno de los dos autores reside actualmente en este país, el primero se ha radicado en París y ha adoptado el francés como su lengua de escritura. Diane Wei, 12 años más joven, participó en los movimientos universitarios que terminaron los incidentes de la plaza de Tian’anmen, se trasladó a USA donde cursó estudios universitarios, residiendo posteriormente en Gran Bretaña.

Los laogai fueron creados en China en 1949 por Mao Zedong para recluir a los disidentes políticos y a los delincuentes comunes y promover su rehabilitación por medio del trabajo. Según la agencia EFE, en septiembre de 2012 a raíz de la detención en un Laogai de una mujer que protestó públicamente por la violación de su hija, más de 7.000 personas en China, entre ellas renombrados escritores y empresarios, firmaron una carta abierta pidiendo su fin. A principios de enero de este año, el régimen chino ha comunicado su intención de cerrarlos a corto plazo aunque aún sin determinar, el cierre podría ser votado y aprobado en el plenario anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), en marzo próximo.

Dai SijieDiane Wei Liang

Ambas novelas han sido publicadas en bolsillo: Ed. Quinteto (2005), y Ed. Debolsillo (2011)

Dai Sijie en la Biblioteca de la UPM

Ciudad, Clifford D. Simak

Cubierta de Ciudad, Clifford D. SimakCiudad
Clifford D. Simak

Barcelona: Minotauro, 2002
Traducción: José Valdivieso

City (1952)

En Ciudad, a lo largo de ocho cuentos fuertemente entrelazados, se describe la odisea de la raza humana, las evoluciones, las mutaciones de sus últimos individuos, el fin del hombre (al menos como nosotros lo conocemos), y, al mismo tiempo, la evolución de sus herederos, los perros, que auxiliados por los robots que se construyen, se asoman a estas viejas narraciones con espíritu crítico (cada relato va precedido de un resumen que aglutina las teorías de sesudos perros en confrontación con las de sus rivales académicos), esforzándose por aclarar si en el origen de sus existencias gobernó una criatura tan improbable llamada hombre, o si estas páginas que han sobrevivido al paso del tiempo no son otra cosa que mitos más o menos confortables, ideales para entretener a los cachorros alrededor del fuego.

La primera pregunta, por supuesto, es la de si alguna vez ha existido una criatura llamada hombre. Por el momento, ante la ausencia de pruebas positivas, lo más razonable es opinar que no; que el hombre, tal como se lo presenta en la leyenda, es obra de la imaginación folklórica. El hombre debe de haber aparecido en los primeros días de la cultura perruna como un ser imaginario, un dios racial, invocado por los perros en los momentos de apuro, y al que recurrían cuando necesitaban ayuda.

Cubierta de City, Clifford D. SimakTienen un peso importante en la narración los perfiles psicológicos de los diferentes habitantes del mundo (de los diferentes mundos). No solo está finamente trazado el modo de pensar y de sentir de los humanos en sus sucesivos estados evolutivos, también está cuidado el de los perros, el de los robots, el de los temibles mutantes (esos individuos otrora humanos que escogieron vivir y evolucionar aislados del grupo). Es gozoso a lo largo de la lectura toparse con alguna de estas pinceladas que van caracterizando poco a poco a cada raza.

Ciudad es una historia cargada de humanidad, de serenidad, de melancolía, de viajes al interior. Sencilla e inolvidable.

-No puedo volver -dijo Towser.

-Ni yo -dijo Fowler.

-Harían de mí otra vez un perro -dijo Towser.

-Y de mí un hombre -dijo Fowler.

Fotografía de Clifford D. SimakClifford Donald Simak (Millville, Minneapolis, 1904-1988) obtuvo, entre otros, tres premios Hugo con El patio delantero, Estación de tránsito y La gruta de los ciervos danzarines. Por Ciudad le otorgaron el International Fantasy Award. Es uno de los grandes escritores de la época dorada de la ciencia ficción.

Clifford D. Simak en la Biblioteca UPM

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