Frantz, Rilke y Margarit

Cartel del film FrantzFrantz, Rilke y Margarit,

reflexiones acerca de la semejanza (metáfora) y de la simpatía (metonimia)

Esta reseña es un crisol, un destilado que aúna: un descubrimiento reciente, la película Frantz (pincha aquí) dirigida por François Ozon (premiada en el Festival de San Sebastián 2016); la canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke (Rainer María Rilke) inmediatamente evocada por la película; y, por simpatía (cercanía), las nuevas cartas a un joven poeta de Joan Margarit.

Frantz podría representar al soldado desconocido, que en el contexto de la primera guerra mundial europea (1914-1918) estuvo encarnado por jóvenes de todas las clases sociales, incluso de la burguesía acomodada o de la nobleza; en aquel momento se hubiera considerado un deshonor la cobardía, tanto como el pacifismo.

La película dirigida por François Ozon aborda con una enorme sensibilidad la sinrazón de la guerra, y la intolerancia y cerrazón de los grandes ideales que arrastran a los más débiles y/o vulnerables a vivencias traumáticas de difícil superación. Emplea para ello el argumento de la canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke traspuesto al contexto del conflicto mundial; transposición tanto más justificada cuando dicho texto se convirtió en un Best Seller precisamente en la postguerra de la Gran Guerra. Para aquellos que disfruten con las películas en versión original, es además un rara perla pues los personajes son profundamente tras-culturales y son capaces de mudar no sólo de lengua, sino de sentirse igualmente cómodos tanto en el mundo galo como en el teutón, y sirve de canto a un mundo multicultural aún ajeno a los nacionalismos exacerbados pero no por ello cosmopolita, es decir acultural. Pienso que es un homenaje a lo mejor de la cultura europea, a pesar de nuestros contrasentidos internos.

La canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke, es un extenso poema (de ahí quizás el epíteto de canción o gesta) editado en versión bilingüe por Hiperión. Precioso…

Reiten, reiten, reiten

Durch den Tag

Durch die Nacht

Reiten, reiten, reiten

Cabalgar, cabalgar, cabalgar

A través de los días

A través de las noches

Cabalgar, cabalgar, cabalgar

(Quién puede evitar evocar a Rafael Alberti en estos versos; de donde se deduce que la inspiración no es lo mismo que el plagio)Cubierta de La canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke, Rainer Maria Rilke

Y finalmente, la nuevas cartas a un joven poeta (las primeras delicadamente escritas por Rilke). Joan Margarit es un personaje curioso: Arquitecto, Catedrático de Universidad Politécnica de Cataluña (imparte su docencia en el ámbito del cálculo de estructuras), Premio Nacional (a nivel estatal) de Poesía, además de Premio Nacional de Literatura de la Generalidad de Cataluña.

“El instrumento del lector es su sensibilidad, su cultura, sus sentimientos, su estado de anímo, sus frustraciones, sus miedos, su pasado…”

Tuve la oportunidad de escuchar a Joan Margarit en una conferencia en la Fundación Juan March, e incluso la bendición de aprovecharme de una breve pregunta al término: ¿Debemos forzar a los jóvenes a conocer la poesía? ¿Hasta donde? Quizás sí, aunque sólo sea para que no puedan echarnos en cara su carencia cuando maduren (esa sería a grandes rasgos su respuesta).

“Escribo… desde la inteligencia sentimental, que desconfía de la ausencia de reglas y que en lugar de rehusarlas, se abre a todo tipo de posibilidades formales, negando sólo la intervención de la irracionalidad”

carátula del libro Nuevas cartas a un joven poeta, Joan Margarit

François Ozon en la Biblioteca UPM

Rainer Maria Rilke en la Biblioteca UPM

Joan Margarit en la Biblioteca UPM

Las ramas del azar, Constantino Molina Monteagudo

Cubierta de Las ramas del azar, Constantino Molina Monteagudo

Las ramas del azar
Constantino Molina Monteagudo
Madrid: Rialp, 2015

Si alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.

Dejar hablar a los árboles, a las nubes, a las piedras. Para ello aprender a escuchar. Y para escuchar deshacerse de lo superfluo, del ritmo frenético, de los ruidos, de lo que brilla y no tiene mucho dentro. En Las ramas del azar, el poeta se desliga de todo esto para encontrar acomodo en un territorio en que la sencillez, las cosas esenciales dicen con apenas nada las importantes, aquello que es hondamente humano. Ese lugar y ese lenguaje es el de la naturaleza.

Por la serenidad de sus versos, entre la respiración calma con que alientan, surgen como desde siempre hojas y alas, montes y aguas, pájaros, fuego y sarmiento. Un fluir de palabras que dicen lo suyo, lo de todos, con humildad de arroyo entre piedras. Dicen la vida, lo irremplazable, lo preciso.

Poco a poco cercando el misterio de lo que está ahí de forma cotidiana y dejando que las palabras tracen caminos entre sí, no queriendo saber más que ellas, guiado por el canto del ruiseñor, Constantino Molina ha ido completando esta imprescindible colección de poemas.

Con Las ramas del azar, que ya obtuvo en 2014 el premio Adonáis, Constantino Molina (Albacete, 1985), ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía Joven “Miguel Hernández” correspondiente a 2016.

Premio Nacional de Poesía Joven “Miguel Hernández” 2016

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Constantino Molina (Albacete 1985) ha recibido el Premio Nacional de Poesía Joven "Miguel Hernandez" por su libro titulado Las ramas del azar.

 

 

 

 

Canción del mundo

Si alguna vez callásemos

como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.

También en estas cosas se escucha una canción.
Y desde su silencio nos invitan
a creer en la voz que sin verbo habla.

Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.

Mientras alguien disfraza con plegarias su miedo,
un milano dibuja su vuelo entre las nubes
y esparce libertad.

Y mientas alguien busca con palabras
la respuesta que salve su alegría,
la primavera llega, tan callada,
y expande los secretos de la dicha.

El mundo nos entona su canción.
Una canción en blanco,
sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,
que de la nada viene y en todo se refleja.

Basta callar, dejar cantar al mundo,
y oír su voz fugaz para entenderlo.

 

  

 

 

Festival de Poesía de Madrid. POEMAD

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Festival de poesía de Madrid

Centro Cultural Conde Duque

del 25 al 29 de octubre de 2016

 

Ayer empezó la sexta edición del Festival de Poesía de Madrid. Esta tarde presenta allí su último libro Pere Gimferrer y lo hará conversando con otro poeta importante: Antonio Colinas.

Además habrá recitales de poemas, poemas cantados y mil actividades interesantes.

Más información

Poesía en Bibliotecas y librerías

 

La vida es cómic. Virginia Woolf

Cubierta de Virginia Woolf, Bernard Ciccolini y Michèle GazierVirginia Woolf
Bernard Ciccolini y Michèle Gazier
Ed. Impedimenta

Contar en cómic la vida de Virginia Woolf es un desafío al que Bernard Ciccolini, el dibujante, y yo misma, la escritora, nos lanzamos con pasión. Compartíamos el mismo interés por la obra de esta autora y también estábamos igual de afectados por las sombras que preceden cualquier acercamiento a su vida, como si su suicidio hubiese teñido el resto de su existencia de oscuridad y desesperación

Pero ¿es esa razón para olvidar a la muchacha glotona y feliz de los veranos en Saint Ives? ¿Hay que dejar de lado a la joven de lengua afilada que en unas pocas palabras trazaba un retrato humorístico y cáustico de sus contemporáneos? ¿Hay que dejar en la sombra su trayectoria como militante feminista, bajo pretexto de que una mañana gris de la primavera de 1941, en lo más negro de la guerra, llenara sus bolsillos de piedras y se adentrara en el agua del río Ouse hasta hundirse?.

Michèle Gazier

Muchas son las biografías existentes centradas en la figura de Adeline Virginia Stephen (Londres, 1882 – Lewes, 1941), más conocida como Virginia Woolf. Sin embargo, sólo una de ellas ha sido editada en formato cómic. La publicada en el 2012 por Impedimenta. Un encantador librito, que debido a lo cuidado de su presentación constituye el regalo perfecto para cualquier bibliófilo interesado en la vida y obra de la famosa escritora británica.

Virginia Woolf, 1902. (Photo by George C. Beresford

English novelist and critic Virginia Woolf (1882 – 1941), 1902. (Photo by George C. Beresford/Hulton Archive/Getty Images)

Aunque atormentada desde niña por la enfermedad mental y la muerte y obligada a vivir en una época convulsa, la Woolf no fue, ni mucho menos, tan sombría como nos ha hecho creer la leyenda. Algo que demuestran Michèle Gazier y Bernard Ciccolini, guionista e ilustrador, respectivamente, de la obra que nos ocupa, quienes, previa documentación y sin pasar por alto los aspectos más oscuros de la vida de la autora, la presentan como una persona ocurrente y divertida. Como una mujer que no era ajena a la capacidad de disfrutar. Tan riguroso como ameno, Virginia Woolf es un libro que se lee de un tirón.

Y en gran medida gracias a sus preciosas ilustraciones, unas delicadas acuarelas que captan enseguida la atención del lector, convirtiéndolo en testigo privilegiado no sólo de los alegres veraneos infantiles de la escritora o de sus correrías con sus camaradas del Círculo de Bloomsbury. También, y por supuesto, de los momentos más felices de su matrimonio con Leonard Woolf. El paciente y discreto compañero con el que fundaría la Haworth Press, la editorial de culto que daría a conocer en Gran Bretaña las obras de autores tan prestigiosos como T. S. Eliot y Freud.

Virginia Woolf en la Biblioteca UPM

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