Invasiones, Ismael Martínez Biurrun

Cubierta de Invasiones, Ismael M. BiurrunInvasiones
Ismael Martínez Biurrun
Madrid : Valdemar, 2017

Ismael Martínez Biurrun reúne en este volumen tres novelas cortas que juegan con el tema de la invasión en diferentes formas y sustancias, y con ello crea tres historias de naturaleza agobiante, obsesiva, claustrofóbica. Los personajes, que ya viven atrapados en vidas mezquinas, al borde del fracaso de sus relaciones sentimentales, a un paso del precipicio existencial, se ven acorralados por una amenaza nueva, una situación límite que viene a dinamitar sus rutinas de una vez por todas, provocando que en el tránsito aflore lo peor de su condición humana.

Personajes cuyo ejemplo es poco edificante (pero que son a pesar o a causa de ello cotidianamente humanos) han de afrontar un punto de inflexión en medio del desastre, de la invasión que arrebata un espacio vital que hasta ese momento creían inviolable: un apartamento en la Torre de Valencia de Madrid en Coronación, una urbanización de vacaciones en El color de la Tierra, la propia mente en Nebulosa. La suspensión de la racionalidad ante un cataclismo de proporciones cósmicas dinamita los planes, las estrategias, precipita la verdad oculta, las malas decisiones, acorrala a los personajes y los deja sin defensa a merced de eso que viene de no se sabe dónde ni por qué, eso al margen de cualquier medida, eso ciego, ni animal ni cosa, que envuelve, engulle imperante.

Ismael Martínez Biurrun (Pamplona, 1972) ha publicado además de Invasiones cinco novelas: Infierno Nevado (Equipo Sirius, 2006), Rojo alma, negro sombra (451 editores, 2008), Mujer abrazada a un cuervo (Salto de Página, 2010), El escondite de Grisha (Salto de Página, 2011) y Un minuto antes de la oscuridad (Fantascy, 2014). También ha participado en antologías de relatos y cuenta con dos Premios Celsius de la Semana Negra de Gijón y el Premio Nocte a la mejor novela de terror.

La lotería. Shirley Jackson

Cubierta del Comic La lotería, Shirley Jackson, Miles HymanLa lotería
Shirley Jackson
Adaptado por: Miles Hyman
Traducido por: Héctor Arnau
Madrid: Nórdica Libros, 2018
Título original: Shirley Jackson’s “The Lottery”: The Authorized Graphic Adaptation, 2016

El relato La lotería es un clásico de terror de la literatura norteamericana. Shirley Jackson lo escribió en 1948 en un rapto de inspiración. Tuvo la idea un día que volvía a casa con la compra del día y mientras empujaba calle arriba el carrito con su hija, le fue dando forma en su aguda imaginación. Al llegar, escribió el relato de un tirón, con la sensación de que éste se dictaba a sí mismo y no le fue necesario hacer correcciones de importancia una vez terminado. Tal vez de ese súbito origen surgiera la intensidad del relato, sus dientes afilados.

Cubierta de Cuentos escogidos, Shirley JacksonNo fue entendido por los lectores de The New Yorker, donde se publicó por primera vez unas semanas después de haber sido escrito; muchos de ellos cancelaron su suscripción a la revista y un aluvión de cartas de protesta, de posibles interpretaciones y hasta de insultos, llegaron a la redacción y a las manos de Shirley Jackson, quien en el artículo Biografía de una historia, que se puede leer en Cuentos escogidos, publicado por la Editorial Minúscula en 2015, reproduce algunos de los comentarios más sorprendentes.

Muchas son las ediciones del relato, de las recientes cabe destacar la adaptación al comic por parte de Miles Hyman, nieto de Shirley Jackson, en la editorial Nørdica Libros, que permite saborear el ambiente y leer emociones en los rostros de los personajes.

No digo más, me reservo los detalles del argumento por no privar a los que vayan a leerlo por primera vez de toda su malvada y terrorífica delicia.

Shirley Jackson (San Francisco, 1916-1965) es una de esas escritoras que han influido en la literatura de algunos escritores actuales, Stephen King y Joyce Carol Oates, entre otros, han reconocido estar en deuda con ella. Vivía en la pacífica comunidad de Vermont donde escribió sus novelas y cuentos, entre ellos La maldición de Hill House y Siempre hemos vivido en el castillo.

La benévola, Laird Hunt

Cubierta de La benévola, Laird HuntLa benévola, Laird Hunt
Barcelona: Blackie Books, 2013
Traducción: Isabel Ferrer y Carlos Milla

Kind one (Coffe House Press, 2012) 

Novela que aun localizada en la América profunda no cuenta exactamente una historia acerca de la esclavitud y sus torturas, que también, sino que traza un retrato de algo más sencillo y omnipresente: la crueldad del ser humano.

Ginny, la protagonista, siendo muy joven es entregada en matrimonio a un, en apariencia, prometedor granjero, Linus Lancaster, que ha sido muy hábil vendiendo a los padres una imagen falsa de sí mismo. Ya en casa de él, en compañía de dos esclavas de similar edad, Ginny no sólo comprobará hasta qué punto su marido ha mentido en cuestiones económicas, sino que, lejos de la imagen de rectitud que fingió para llevársela, no es sino una criatura abyecta y cruel, un tirano adicto al látigo. En un momento dado, sin embargo, la novela da uno de esos giros en los todo podría cambiar… y nada cambia, salvo que la crueldad toma otra de sus múltiples formas.

Lo mejor de esta terrorífica, y no por ello menos deliciosa, novela es la factura de una prosa que consigue la máxima atención del lector. Está contada a través de diferentes voces, en distintos momentos. El tono es onírico, hipnótico, incluso lírico. Está trufada de pequeños cuentos que añaden perturbación al ya de por sí perverso escenario, y de elipsis que descolocan al lector.

Una atmosférica novela de terror psicológico, de noche pegajosa, de olores, ruidos, pensamientos de pozo sin fondo, desesperación. Recomendada para corazones fuertes.

Ella lo contaba por la noche. En la luz crepuscular, cuando las velas estaban encendidas y el fuego bajo, se aclaraba la garganta. Cuando las ventanas estaban cerradas y las cortinas corridas y los niños acostados, empezaba a hablar. Cuando nos tenía a todos reunidos y cerca, cuando estábamos hombro con hombro, cuando le habíamos cogido las manos, cuando habíamos contenido la respiración. Cuando teníamos los ojos bien cerrados, cuando habíamos recordado los viejos tiempos, los años de nuestro sufrimiento, nuestro júbilo bajo el sol, aquella época junto al agua, las gotas frescas en la frente, el pan caliente en la boca. Cuando todos nos habíamos librado del mal, cuando la cosecha había acabado, cuando la tormenta había pasado, cuando habíamos pronunciado todas nuestras oraciones. Cuando la noche se extendía ante nosotros, ella iniciaba su relato.

Laird Hunt (San Francisco, 1968) ha trabajado como asesor de prensa en las Naciones Unidas y es profesor de escritura creativa en la Universidad de Denver. Cuenta con seis novelas y un libro de cuentos, en los que mezcla diferentes géneros. Entre sus influencias destacan Georges Perec, W.G. Sebald, Samuel Beckett, Franz Kafka y los modernistas franceses. La benévola es ganadora del Premio Anisfield-Wolf y finalista del Pen/Faulkner en 2013. (Datos tomados de la publicación y de Wikipedia).

La casa y el cerebro. Edward Bulwer-Lytton

Cubierta de La casa y el cerebro, Edward Bulwer-LyttonTítulo original: The Haunters and the Haunted; or, The House and the Brain
Traducción: Arturo Agüero Herranz
Ed. Impedimenta, 2013
Primera edición en la revista Blackwood´s Magazine, 1859

Estamos acostumbrados a ver en el cine historias de casas encantadas en las que los personajes van cayendo como chinches. ¿Qué interés tiene eso más allá del gusto por apostar a cuál será el siguiente actor secundario en ser sacrificado? Más nutritivo suele ser que la historia nos haga pasar un buen rato generando la dosis suficiente de intriga o de atmósfera malsana. Y La casa y el cerebro es un buen ejemplo en este sentido. Por algo está considerada una de las mejores historias de fantasmas de siempre.

El protagonista, advertido de que en cierta casa de la ciudad ocurren fenómenos extraños que han provocado la huida de todos sus anteriores inquilinos, decide, aguijoneado por la curiosidad y escudado en su natural racionalista, pasar una noche entre sus paredes, acompañado nada más que de un criado de confianza y un perro. Pronto la casa comenzará a hacer de las suyas.

Jamás tuve un inquilino que se quedase más de tres días. Omitiré sus historias; no hay dos inquilinos que hayan presenciado exactamente los mismos fenómenos. Es mejor que juzgue usted mismo a que entre en la casa con una imaginación influida por relatos previos; simplemente esté listo para ver y oír una cosa u otra, y tome cuantas precauciones quiera.

Susurros, pisadas, muebles cambiando de lugar y el perro inmediatamente desesperado por salir de allí, nos ponen en situación. Sin embargo, nuestro héroe, hombre práctico, cazador de fenómenos, no está dispuesto a dejarse intimidar por cualquier prestidigitador aficionado. Aunque se quede inesperadamente encerrado en esa pequeña habitación a la que ha entrado a echar un vistazo y que parece cargada de venenosas energías. Aunque los fantasmas emerjan de las sombras y pongan en fuga al valeroso criado que tan bien templados parecía tener los nervios.

Me daba cuenta de que había una voluntad; y una voluntad de una maldad intensa, creativa, activa, que muy bien podría aplastar la mía.

Es una novela breve que no se anda con rodeos, presentaciones o introducciones, pone toda la carne en el asador en los primeros compases y a pesar de ello no deja caer el interés hasta el final. Un clásico de la literatura de fantasmas, muy influida por el mesmerismo, tan de moda en la época. En los orígenes, como no podía ser de otra manera, de todas esas historias de casas encantadas más o menos afortunadas que llenan páginas y carteleras en nuestros días.

Edward Bulwer-Lytton (Londres, 1803-1873), recordado por su novela histórica Los últimos días de Pompeya (1834), fue un prolífico y exitoso escritor en diferentes géneros además de novela, teatro, poesía o cuento, y trató una variada temática, entre ellas el género sobrenatural, que encontró entre sus adeptos a Bram Stoker o a H.P. Lovecraft. Su interés por temas como el ocultismo, al igual que a otros autores de la época, le llevó a frecuentar distintas sociedades secretas. Algunos de sus títulos referidos a esta temática son: Zanoni o El secreto de los inmortales (1842), Una historia extraña (1862) o Vril: El poder de la raza venidera (1871).

Edward Bulwer-Lytton en la Biblioteca UPM

La noche del cazador de Davis Grubb

La noche del cazador. Davis Grubb

Barcelona: Anagrama, 2000

¡Cuelga, cuelga, ahorcado! ¡Mirad lo que hizo el verdugo! ¡Cuelga, cuelga, ahorcado!

¡Cuelga, cuelga, ahorcado! ¡Mirad cómo se balancea el ladrón! ¡Cuelga, cuelga, ahorcado!

Mi canción ha terminado.

La canción suena una y otra vez cruelmente en Cresap’s Landing. Son los niños quienes la cantan y los niños son crueles. Los hijos de Ben Harper, John y Pearl, no la cantan. Ellos no pueden.

Ben Harper está desesperado. Quiere escapar de la miseria. Él y su familia. Roba un banco pero mata a dos personas. Es apresado, juzgado y ejecutado. Él es el ahorcado…Pero tiene un secreto del que solo son conocedores sus hijos. ¿Dónde ha escondido el dinero? Ellos lo saben pero han jurado no decirlo.

¡Óyeme, Ben! ¿Ves esta mano que alargo? ¿Ves las letras que hay tatuadas en ella?!Amor, Ben, amor! ¡Eso es lo que significan! Esta mano, mi mano derecha es Amor. ¡Pero espera, Ben! ¡Mira! Por la ventana entra suficiente luz de luna para que lo veas. ¡Mira, muchacho! ¡Mira mi mano izquierda! ¡Odio, Ben, odio! Ahí está la moraleja, muchacho. ¡Estas dos manos son el alma de cualquier ser humano! Odio y amor, Ben… Las dos manos están enfrentadas desde la cuna hasta la sepultura.

El Mal.

Su nombre era Harry Powell, pero todos lo llamaban Predicador.

Él también quiere saber dónde está el dinero. Ha conocido a Ben en la cárcel.  Ha intentado sonsacarle pero no lo ha conseguido. Un día, al salir de la cárcel, se presentará en Cresap’s Landing. Se inicia la lucha, amor frente a odio,  bien frente a mal.

La noche del cazador se desarrolla durante la Gran Depresión. Un ambiente cerrado, asfixiante, ahogado en prejuicios sociales y religiosos es el campo de batalla. Los contrincantes, dos eternos rivales, el bien y el mal. La eterna lucha. ¿Quién vencerá esta vez?.

¿Es una novela de aventuras, una novela realista, una novela negra?, puede que sea todo eso, que tenga características de todos esos géneros, pero es sobre todo un sueño.

Un sueño de terror.

La noche del cazador fue publicada en 1953 y pronto llevada al cine en una legendaria adaptación dirigida por el grandísimo Charles Laughton en 1955. Con guión de James Agee y del propio Laughton, el legendario actor británico consigue llevar a la pantalla esa atmosfera aterradora, onírica, mágica en ocasiones que aparece en la novela de Grubb. Robert Mitchum es la encarnación del Mal, su voz, su mirada. Lillian Gish, un árbol firme con ramas para muchos pájaros, llena de dulzura y amor, la del Bien.

¿Niños? Susurró el Predicador.

Esa palabra tan sencilla no nos abandona durante toda la película, durante toda la novela. Cada vez que la oímos o la leemos sentimos el miedo adentrarse en nuestro cuerpo. No es una palabra que pronuncia un hombre, no, la pronuncia la encarnación del mismisimo mal.

¿Niños?

Davis Grubb nació en la ciudad de Moundsville, West Virginia. Comenzó su carrera en la NBC como escritor de guiones. Posteriormente empezó a publicar relatos en diversas revistas. Fué con la noche del cazador con la que consiguió el éxito. Posteriormente escribiría más novelas y relatos cortos algunos de los cuales fueron llevados al cine y la televisión entre otros por Hitchcock

Aunque era vieja, parecía que para ella no pasaban los años, como les suele ocurrir a las campesinas viudas de carácter fuerte. Adusta y sincera, nunca daba su brazo a torcer y podía hacer frente a la vez a tres de los más duros y sagaces tratantes de ganado del condado de Pleasants y obtener todo el dinero que pensaba que valía su cerdo.

El Bien.

La noche del cazador en la Biblioteca Universitaria.

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