La ciencia moderna y la anarquía. Piotr Kropotkin

CarátulaLa ciencia moderna y la anarquía.
Piotr Kropotkin
2015

La vida de Piotr Kropotkin (1842-1921) tiene un cierto paralelismo con la de  Lev Tolstoi (1828-1910): ambos son rusos del siglo XIX, hijos de aristócratas, forman parte durante un tiempo del estamento militar (y participan en campañas militares); viajan por una Europa convulsa y revolucionaria (1830, 1848), y se declaran en un determinado momento de su vida anarquistas (anarquista cristiano en el caso de Tolstoi). Claro que Tolstoi se vuelca en la literatura mientras que Kropotkin es un hombre de ciencia: geógrafo participa en varias expediciones científicas en nombre de la Sociedad Geográfica Rusa. Kropotkin es también un ideólogo y un teórico del anarquismo que llega a afiliarse a la AIT (primera internacional obrera), en principio a favor de Marx y posteriormente de Bakunin. Hay una diferencia adicional entre estos dos personajes: Kropotkin vive la revolución rusa (1917) y Tolstoi no.

Lo que más me ha gustado de este texto (editado en España en 2015 conjuntamente por las editoriales la Mala Testa, Tierra de Fuego y Editorial Eleuterio) es su visión histórico-científica. Es completamente holista, explica el resurgir de la ciencia moderna como una consecuencia de la rotura de las ataduras que la constreñían respecto a poderes fácticos como la Iglesia, y cómo esa quiebra del vasallaje intelectual es consecuencia también del ambiente socio-político republicano y revolucionario entre 1830 y 1848. De hecho, afirma que fue tras la revolución de 1848 cuando Darwin y Wallace se atrevieron a afirmar sus enseñanzas evolutivas “heréticas”. Teoría evolutiva en la que Darwin incluyo al ser humano como parte del flujo en la lenta evolución fisiológica.

kropotkin

Kropotkin carga las tintas contra el abuso que hacen los metafísicos (Schelling y Hegel entre otros) del método dialéctico “poniendo palabras allí donde faltaban ideas” (cita atribuida a Goethe por el autor), y reivindica para la política la claridad expositiva y la precisión del método científico (inductivo-deductivo).

“Todos y cada uno de los hombres de ciencia mencionados volvieron a la sencillez, exactitud, y podría decir la belleza de estilo que caracterizó a los seguidores del método inductivo, …, libres del énfasis metafísico”

Acudimos de la mano de Kropotkin al nacimiento de la Sociología como ciencia (1851). Kropotkin dedica un importante esfuerzo a demostrar que la teoría de la evolución de Darwin es mucho menos simplista de lo que se le ha atribuido. Concretamente en el libro El Origen del Hombre que siguió al conocidísimo Origen de las Especies, se hace una comparación de las leyes del apoyo mutuo y del enfrentamiento mutuo.

“aquellas especies que contienen el mayor número de individuos solidarios, cuentan con mayores probabilidades de supervivencia y de multiplicación, … y el instinto social es un instinto más fuerte, más permanente y más activo que el instinto de supervivencia”

“toda nuestra educación religiosa, histórica, jurídica y social está imbuida de la idea que los seres humanos, abandonados a si mismo retornarían al salvajismo,… sin embargo, los usos y las costumbres creados por la especie humana para asegurar el apoyo mutuo, la defensa mutua, y la paz en general, fueron precisamente elaborados por una masa anónima”

“el anarquismo no se contenta con las conclusiones metafísicas de tiempos pasados sino que se ajusta a unas bases naturalistas”

Kropotkin refiere su visión de la anarquía como ciencia (que evoluciona por aproximaciones sucesivas) en la concepción de una sociedad donde las relaciones no estén reguladas por leyes, ni autoridades, sino por medio de un mutuo acuerdo siempre revocable: nada de autoridad, nada de gobierno, nada de inmovilidad. La sociedad no exigirá nada al individuo que no haya voluntariamente aceptado. Kropotkin ve en la anarquía un ideal social pero no una utopía, que la situaría en el margen de lo irrealizable. Es en cierta medida entrañable su fe en el ser humano.

Me gustaría destacar las tres principales funciones de la vida social según Kropotkin: Arte, Ciencia e Industria. Libros como este nos demuestran que la dicotomía entre ciencias y humanidades simplemente no existe.

Cita

El lujo eterno / Gilles Lipovetsky & Elyette Roux

Gilles Lipovetsky & Elyette Roux:

El lujo eterno: de la era de lo sagrado al tiempo de las marcas  (Barcelona: Anagrama, 2004)

Le luxe éternel  (Paris: Gallimard, 2003)

Lujo eterno (cub. Argumentos)La época posmoderna es contemporánea de la liberación de los antiguos tabúes de clase, de la erosión de las inhibiciones populares relativas a los consumos costosos. Cualquier joven encuentra normal en la actualidad acceder a las marcas que están “de moda”; la fascinación por el consumo, por las marcas y por el “cada vez más” se ha liberado de las fronteras de clase. Al antiguo calificativo de “prohibido” vinculado al lujo ha sucedido esta idea ”El lujo, ¿por qué no para mí?” (p. 64)

¿Por qué tantas personas se sienten fascinadas por el lujo?, ¿en qué se diferencia éste del simple consumo por necesidad?, ¿tiene una mera función de marcador de las diferencias sociales o responde a motivaciones más profundas de los seres humanos? Este libro parte de una definición del lujo como todo consumo de producto o experiencia aparentemente superfluos. Intenta dar respuestas a interrogantes antropológicos y también repasa la situación y perspectivas futuras de la industria del lujo en el momento en que se publicó por primera vez en 2003. Bien es verdad que desde entonces ha llovido mucho en la vida del mundo: la gran recesión que arranca en 2007-2009 así como el recrudecimiento de la crisis ecológica global. Aun así, no parece que los análisis y planteamientos de los autores hayan quedado invalidados.

Luxe éternel - 9782070462612 (couv.) - 195x320La obra no ha sido redactada íntegramente de manera conjunta sino que su estructura es la de dos ensayos yuxtapuestos que sus autores reclaman como complementarios. El primero se presenta como un esbozo breve sobre la Historia del lujo desde los tiempos paleolíticos hasta la actualidad. Gilles Lipovetsky enlaza aquí con temas ya tratados anteriormente en otras obras suyas como El imperio de lo efímero, libro consagrado al fenómeno de la moda. Por su parte, Elyette Roux se enfrasca en la relación entre mercadotecnia, estética y capacidad de seducción como condición de éxito y superviviencia de las grandes casas –hoy ya marcas– de lujo. Con un enfoque muy francés: reparemos en el gran peso económico y especial arraigo que tienen en aquel país sectores como la alta costura, la joyería, la perfumería y las bebidas exquisitas. Por sacar algún defecto, la profesora Roux forma parte del grupo de personas que atribuyen la nacionalidad francesa a Pablo Picasso sin matices. Pero cuidado: con este libro se aprende mucho sobre algo tan inasible como omnipresente, tan cosmopolita como metido en nuestras acciones y reflejos individuales más triviales y en nuestras pulsiones más íntimas. Un lujo, vamos.

Potente exportador-creador de valor, de empleos y de ganancias, el lujo, en particular el francés, reinó largo tiempo como amo y señor, y constituía la referencia en el mundo entero. Su éxito reconocido y, por consiguiente, codiciado atrajo a nuevos entrantes extranjeros, en particular italianos y americanos. Grandes grupos de consumo corriente, seducidos por las ganancias que generan las marcas de lujo, han invertido asimismo en ese sector (p. 106)

Esta y otras obras de Gilles Lipovetsky en: Bibliotecas UPM.

La poética del espacio / Gaston Bachelard

Gaston Bachelard:

La poética del espacio (México: Fondo de Cultura Económica, 1975-)

La poétique de l'espace (Presses Universitaires de France)

Poética del espacio (cub. FCE 2009)Instalado en todas partes, pero sin encerrarse en ningún lado, tal es la divisa del soñador de moradas. En la casa final como en mi casa verdadera, el sueño de habitar está superado. Hay que dejar siempre abierto un ensueño de otra parte." (p. 94)

Este no es un libro fácil, pero el premio de su escalada es el acceso a lo sublime. Si os gustan la arquitectura, la antropología o la armonía geoambiental, y aguantáis el tirón seréis requeterrecompensados. Porque Gaston Bachelard trabaja para ellas filosofando a partir de la crítica literaria. Fue un gran pensador del siglo XX, influido por el psicoanalista Carl Jung. Pero también un personaje un tanto de fábula en su propia vida terrenal: lo cual en mi opinión se nota mucho en su escritura erudita, mágica y un tanto idealista.

Bachelard se propuso ir elaborando una serie de ensayos sobre la relación entre la imaginación poética y diversos aspectos de la experiencia humana. Para concretar, La poética del espacio atañe a la imaginación y el espacio doméstico en sentido amplio: la casa y su extensión, el paisaje. Como crítica, podríamos preguntarnos qué quedaría en el ensayo para esa inmensa parte de la Humanidad pasada y presente sin hogar propio. Y desde esta perspectiva, ¿podría resultar La poética del espacio una obra estrechamente pequeño-burguesa?

Aunque así fuera, la investigación filosófica de Bachelard sobre la “casa” y la dialéctica poética persona-espacio es ya un clásico insoslayable. Con el que topé precisamente en un entrañable hogar de migrantes. Me pareció un buen presagio, un reto de lectura sobre esas cosas de la vida que de verdad importan. Esta Poética contiene además un montón de referencias de escritores, algunos muy conocidos, otros insospechados pero todos fascinantes. Brinda pues inestimables pistas para ulteriores lecturas: Rilke, Rimbaud, Baudelaire, Bosco, Diolé… Lástima que la edición disponible en castellano no ofrezca un listado conjunto sistemático de todas esas obras, que de todos modos sí aparecen citadas a pie de página a lo largo del texto.

Poétique de l'espace - 9782130606772 (couv)Por lo demás, otro aliciente de esta lectura es la oportunidad de catar una interesante traducción: la versión española de Ernestina de Champourcín, poeta de la Generación de 1927.

¿Qué hacemos de más si decimos que un ángulo es frío y una curva caliente? ¿Que la curva nos acoge y que el ángulo demasiado agudo nos expulsa? ¿Que el ángulo es masculino y la curva femenina? Una nada de valor lo cambia todo. La gracia de una curva es una invitación a permanecer. No puede uno evadirse de ella sin esperanza de retorno. La curva amada tiene poderes de nido; es un llamamiento a la posesión. Es un rincón curva. Es una geometría habitada. Estamos allí en un mínimo de refugio, en el esquema ultrasimplificado de un ensueño de reposo. Sólo el soñador que se colma de gozo contemplando unos bucles sabe de esas alegría sencillas del reposo dibujado. (p. 182).

Obras de Gaston Bachelard en: Bibliotecas UPM.

Identidades Asesinas (Amin Maalouf)

Carátula del libroIdentidades Asesinas
Amin Maalouf
Madrid : Alianza, 2004

Este libro de Maalouf me llegó auspiciado por una recomendación cercana, de esto hace ya unos años y, sin embargo, de pronto afloró desde el subconsciente como una necesidad imperiosa de relectura. Pienso que pueda acompañar y suavizar las impresiones en estos tiempos inciertos. Lo que sigue es un pequeño resumen de cosecha propia aderezado con palabras directas del autor.
La identidad es el resultado inacabado de un proceso iterativo de construcción y reconstrucción de la individualidad; no es un proceso cierto, ni determinista, ni tan siquiera reversible, pues nunca volvemos a ser los que fuimos; en este sentido la entropía es siempre creciente.
La identidad es más una aleación que una cristalización, pues siempre podemos añadir e incorporar paulatinamente nuevos y viejos elementos que se funden en el todo; no es una yuxtaposición, y no podemos destejer la urdimbre.
Algunos componentes de nuestra identidad, individualidad, a ratos se inflaman, en un proceso orgánico de queja y dolor. Son aquellos aspectos que en cada momento se ven más amenazados: lengua, etnia, religión, género, orientación sexual… ¿Qué elementos o factores pueden desvelar la aparición o gestación de una identidad asesina? Para entenderlo, debemos en primer lugar definir esta desviación de la identidad hacia la autodestrucción.

“Identidad asesina es aquella que reduce la identidad a la pertenencia de una sola cosa e instala a los hombres en una actitud parcial, sectaria, intolerante, dominadora y a veces suicida. Su visión del mundo, está por ello sesgada, distorsionada”…
“Cuando asignamos a una comunidad el papel de cordero y a otra el de lobo, lo que estamos haciendo, aun sin saberlo, es conceder por anticipado la impunidad a los crímenes de una de las partes”.

Como contrapunto Maalouf ofrece el concepto de Identidad Fronteriza:

foto del autor“Desde el momento en que concebimos nuestra identidad como integrada por múltiples pertenencias, unas ligadas a la etnia y otras no, una ligadas a la religión y otras no, y nos vemos a nosotros mismos en nuestros orígenes y nuestra trayectoria… se establece una relación distinta con los demás, y también con los de nuestra propia tribu”…
“No podemos obligar a miles de millones de personas desconcertadas a elegir entre afirmar a ultranza su identidad y perderla por completo, entre el integrismo y la desintegración”…
“los fronterizos que sean capaces de asumir plenamente su diversidad servirán de enlace entre diversas comunidades y culturas, y en cierto modo serán el aglutinante de las sociedades en las que viven.”
“Sueño con un mundo en el que la necesidad de espiritualidad este disociada de la necesidad de pertenecer a algo… Ya no basta separar la iglesia del estado, igualmente importante es separar religión e identidad”

Maalouf recomienda y alienta la búsqueda en nosotros de aquellos aspectos que nos permitan construirnos en la individualidad desde el reconocimiento de nuestro mestizaje: todos somos migrante (e ó in), el género humano se caracteriza precisamente por ello. Realiza Maalouf una pequeña recopilación de teorías y hechos ciertos que aporta como razones, nunca incontestables; se percibe el deseo de réplica y contestación.

“De todas la pertenencias, la lengua es casi siempre una de las más determinantes…Un hombre puede vivir sin tener ninguna religión, pero no sin tener ninguna lengua. Otra observación igualmente obvia es que la religión tiene vocación de exclusividad, y la lengua no. Es posible hablar simultáneamente hebreo, árabe, italiano y sueco, pero no es posible ser al mismo tiempo judío, árabe, católico y luterano”

“No debemos convertir el deseo de identidad en objeto ni de persecución ni de condescendencia, sino que hemos de observarlo, estudiarlo con serenidad, comprenderlo y después amansarlo, domesticarlo”

Este libro está editado en múltiples formatos. Quizás los magos de oriente, con sus sospechosos paquetes, puedan incorporar este pequeño gran texto a su caravana esta navidad. Feliz Año.

P.D. Amin Maalouf es un raro ejemplo de clásico contemporáneo. Nacido en Beirut (1949) y residente en París, es autor de libros muy reconocidos como León el Africano, La Roca de Tanios, Un siglo después de Beatrice, Samarcanda, y Las Cruzadas vista por los árabes, entre otros.

cita

Amin Maalouf en: Bibliotecas UPM.

Cómo funciona el cerebro / Francisco Mora

Francisco Mora

Cómo funciona el cerebro

Madrid: Alianza, 2014

Francisco Mora - Cómo funciona el cerebro (cub.)Las área de nuestro cerebro dedicadas a elaborar los sistemas de recompensa son más grandes y en general nuestro cerebro dedica más tiempo a su funcionamiento. No podía ser de otra manera. Es más, el cerebro lucha y trabaja por evitar el funcionamiento de ese otro cerebro que es el que procesa la información sobre dolor y castigo. A ese dualismo funcional se dedica nuestro cerebro límbico, nuestro cerebro emocional. De él dependen fundamentalmente nuestra supervivencia, nuestro equilibrio personal, nuestro razonamiento y coherencia, nuestra relación con los demás, nuestros valores humanos e incluso nuestro sentido último de la existencia. ( p. 115)

Además de destacado profesor, en los últimos años Francisco Mora Teruel se ha convertido en un vehemente divulgador científico con un nutrido catálogo de obras que giran fundamentalmente en torno a las neurociencias. La centralidad del sistema nervioso y del cerebro en particular, y el modo en que en este libro se trata este elemento de los seres vivos considerados superiores hacen que el texto trascienda los aspectos más fisiológicos y se acerque –para bien- al ensayo de antropología filosófica. De hecho su apasionante lectura me remite a obras de Cordón o Mosterín, autores que sin embargo no aparecen citados. Conceptos como la identidad individual, la conciencia, la memoria, el aprendizaje, la enfermedad y la vejez son explicados desde la perspectiva neurocientífica y notablemente esclarecidos. En el contacto de la neurociencia con la religión se adopta un tono prudente: parece que el autor quisiera por encima de todo evitar espantadas o ataques que perjudicaran el desarrollo de la disciplina en sí. Por otra parte, la influencia del medio y el descubrimiento de la plasticidad cerebral a lo largo de la vida de los individuos, parece descartar un determinismo absoluto y abrir hueco a la noción del libre albedrío. En muy contadas ocasiones hay contenidos discutibles al tratar aspectos socio-históricos: la cronología sobre el Paleolítico y la aparición de la agricultura en relación con la del lenguaje no queda del todo pulida (p. 139); y se adopta un enfoque mercadotécnico-empresarial en la definición del concepto general de innovación (p. 240-241).

Pero en suma poquísimo que objetar en comparación con el enorme caudal de conocimiento que nos regala esta lectura. La avalancha actual de paparruchas y baratijas sobre la mente, el ser y temas relacionados, hacen especialmente bienvenido el libro del doctor Mora. La claridad literaria y la distribución de contenido lo convierten en instrumento idóneo para bachillerato, primeros años universitarios y educación de adultos, y muy recomendable para el profano que tenga que bregar con trastornos neuropsíquicos en su entorno. La obra se completa además con un útil glosario y una buena bibliografía. Tan solo quedaría rogar a la editorial un tamaño más generoso en los esquemas y figuras, sobre todo aquellos que incorporan términos escritos.

Todo lo expresado nos puede llevar a pensar en qué medida un sistema tan aparentemente abierto nunca da lugar a un individuo humano concreto. Lo que parece claro es que un único y singular genoma inicial tiene la potencialidad de crear múltiples posibles individuos, y es sólo el juego de interacción genes-medio ambiente y la selección específica en cada paso lo que da lugar al individuo concreto que luego se desarrolla a lo largo de la vida. (p. 309)

Francisco Mora Teruel en: Bibliotecas UPM.

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