Identidades Asesinas (Amin Maalouf)

Carátula del libroIdentidades Asesinas
Amin Maalouf
Madrid : Alianza, 2004

Este libro de Maalouf me llegó auspiciado por una recomendación cercana, de esto hace ya unos años y, sin embargo, de pronto afloró desde el subconsciente como una necesidad imperiosa de relectura. Pienso que pueda acompañar y suavizar las impresiones en estos tiempos inciertos. Lo que sigue es un pequeño resumen de cosecha propia aderezado con palabras directas del autor.
La identidad es el resultado inacabado de un proceso iterativo de construcción y reconstrucción de la individualidad; no es un proceso cierto, ni determinista, ni tan siquiera reversible, pues nunca volvemos a ser los que fuimos; en este sentido la entropía es siempre creciente.
La identidad es más una aleación que una cristalización, pues siempre podemos añadir e incorporar paulatinamente nuevos y viejos elementos que se funden en el todo; no es una yuxtaposición, y no podemos destejer la urdimbre.
Algunos componentes de nuestra identidad, individualidad, a ratos se inflaman, en un proceso orgánico de queja y dolor. Son aquellos aspectos que en cada momento se ven más amenazados: lengua, etnia, religión, género, orientación sexual… ¿Qué elementos o factores pueden desvelar la aparición o gestación de una identidad asesina? Para entenderlo, debemos en primer lugar definir esta desviación de la identidad hacia la autodestrucción.

“Identidad asesina es aquella que reduce la identidad a la pertenencia de una sola cosa e instala a los hombres en una actitud parcial, sectaria, intolerante, dominadora y a veces suicida. Su visión del mundo, está por ello sesgada, distorsionada”…
“Cuando asignamos a una comunidad el papel de cordero y a otra el de lobo, lo que estamos haciendo, aun sin saberlo, es conceder por anticipado la impunidad a los crímenes de una de las partes”.

Como contrapunto Maalouf ofrece el concepto de Identidad Fronteriza:

foto del autor“Desde el momento en que concebimos nuestra identidad como integrada por múltiples pertenencias, unas ligadas a la etnia y otras no, una ligadas a la religión y otras no, y nos vemos a nosotros mismos en nuestros orígenes y nuestra trayectoria… se establece una relación distinta con los demás, y también con los de nuestra propia tribu”…
“No podemos obligar a miles de millones de personas desconcertadas a elegir entre afirmar a ultranza su identidad y perderla por completo, entre el integrismo y la desintegración”…
“los fronterizos que sean capaces de asumir plenamente su diversidad servirán de enlace entre diversas comunidades y culturas, y en cierto modo serán el aglutinante de las sociedades en las que viven.”
“Sueño con un mundo en el que la necesidad de espiritualidad este disociada de la necesidad de pertenecer a algo… Ya no basta separar la iglesia del estado, igualmente importante es separar religión e identidad”

Maalouf recomienda y alienta la búsqueda en nosotros de aquellos aspectos que nos permitan construirnos en la individualidad desde el reconocimiento de nuestro mestizaje: todos somos migrante (e ó in), el género humano se caracteriza precisamente por ello. Realiza Maalouf una pequeña recopilación de teorías y hechos ciertos que aporta como razones, nunca incontestables; se percibe el deseo de réplica y contestación.

“De todas la pertenencias, la lengua es casi siempre una de las más determinantes…Un hombre puede vivir sin tener ninguna religión, pero no sin tener ninguna lengua. Otra observación igualmente obvia es que la religión tiene vocación de exclusividad, y la lengua no. Es posible hablar simultáneamente hebreo, árabe, italiano y sueco, pero no es posible ser al mismo tiempo judío, árabe, católico y luterano”

“No debemos convertir el deseo de identidad en objeto ni de persecución ni de condescendencia, sino que hemos de observarlo, estudiarlo con serenidad, comprenderlo y después amansarlo, domesticarlo”

Este libro está editado en múltiples formatos. Quizás los magos de oriente, con sus sospechosos paquetes, puedan incorporar este pequeño gran texto a su caravana esta navidad. Feliz Año.

P.D. Amin Maalouf es un raro ejemplo de clásico contemporáneo. Nacido en Beirut (1949) y residente en París, es autor de libros muy reconocidos como León el Africano, La Roca de Tanios, Un siglo después de Beatrice, Samarcanda, y Las Cruzadas vista por los árabes, entre otros.

cita

Amin Maalouf en: Bibliotecas UPM.

7 comentarios

  • José Alejandro Martínez
    José Alejandro Martínez

    Un libro muy oportuno. Maalouf es un gran divulgador en el mejor sentido de la palabra y una persona de carácter muy positivo. Todos somos fronterizos en el fondo, nuestros mismos nombres y apellidos son un auténtico collage en muchos casos. El problema es que hay que indagar para descubrir. Creo que fue Américo Castro quien dijo aquello de que "los españoles no saben quienes son porque no saben quienes fueron". Aplicable a tutti quanti… Felices Reyes. 

  • PILAR ALVAREZ DEL VALLE

    Gracias Alejandro 🙂

    Feliz año a todos!

    La verdad es que sí, todos tenemos un recorrido genealógico más o menos variado, piensa en 2000 años (por empezar en un punto reconocible), es decir, 100 generaciones (20 años por generacion), eso son 2^100 apellidos (1.2677e+030), así que eso de 8 apellidos se queda muy corto.. jaja y el mestizaje esta asegurado

     

     

  • Carlos Bravo Aguilar

    Qué bonito es disfrutar de lo que eres, sin preocuparte de lo que otros son.
    Qué bonito es vivir tu identidad sin que te moleste la de los demás.
    Qué bonito es construir, mezclar, probar. Llenar la caja de tu identidad para compartirla con los demás.
    Es más fácil sumar que restar, es más facil querer que odiar. Hablar, callar, escuchar, jugar, saber cuándo parar. Respetar, siempre. Tolerar y respetar.

    Un marciano

  • Pilar Alvarez del Valle

    Thanks for so nice space oddity,  https://www.youtube.com/watch?v=KaOC9danxNo 🙂

  • Permítaseme proponer un paralelismo entre la conformación del avance científico-técnico y la configuración de las identidades. Más concretamente, por una reciente experiencia personal, permítaseme considerar el ámbito de la medicina; en un momento en el que se me ha dado, gracias a la prodigiosa intervención de la cirugía, por fin, retomar la bendita rutina

    Habiendo asumido así, a la fuerza, la fragilidad de nuestro componente físico, continente y condicionante de nuestros componentes intelectual y espiritual, es difícil entender aquellas personalidades/identidades dominantes hasta el desprecio a los demás, arrogantes y puros bajo su óptica deformada y sin perspectiva. Resulta abrumador e irritante la intolerancia de los que se arrogan la posesión de una distinción merecedora de privilegios por su origen social, su procedencia geográfica, su lengua o su religión.

    La suerte de volver hoy a la rutina sólo puede ser el resultado de la confluencia de un conjunto de circunstancias y de un grupo de gente que junta las piezas de un rompecabezas ordenándolas según las pautas que otros antes han logrado dilucidar. En esta historia, que empieza mucho antes de que nosotros aparezcamos y sigue mucho más allá de nuestro papel, hay singularidades destacadas, mentes bien ordenadas que merecen su reconocimiento, pero es sin duda su imbricación con otros muchos lo que realza resultados y consuma éxitos. En este entramado es inevitable que aparezcan egos y superegos con la tentación de constituirse en el centro de un círculo, cuanto mayor mejor. El peligro es considerarse poseedor de las claves del hoy y del mañana y despreciar la riqueza de la mezcla y la evolución. El peligro es amurallar los círculos para evitar las intersecciones; el peligro es abrir frentes y cavar trincheras. El peligro es consolidar la necedad de concebir la identidad con una simplicidad tal que permita enarbolar la bandera de una identidad común frente a otras identidades distintas contra las que hay que batirse, en el caso extremo, hasta la muerte.

    No puedo evitar la tentación de buscar un interés director, frecuentemente espurio, capaz de manipular y orientar al grupo para conjurarse contra el diferente y olvidar la máxima de Hegel según la cual ‘lo verdadero es el todo’.

  • PILAR ALVAREZ DEL VALLE

    Entramos aquí en un debate, si cabe más interesante: la utilidad de lo inútil (homónimo al manifiesto publicado en 2013 por la Ed. Acantilado). Por qué llegamos los seres humanos a perseguir metas irrealizables (con mayor disfrute si se hace en grupo), aunque a un gran número de personas se les antojen esfuerzos baldíos, esfuerzo inútiles: luchar en el filo del ser para sustraer a la extinción a otro ser humano irrepetible (todos lo somos), la medicina en esas condiciones no tiene parangón. Si perdemos la capacidad de disfrutar y reconocer el valor de lo inútil, corremos desbocados a convertirnos en máquinas sin alma. Desde aquí podríamos reivindicar el derecho de un alma creativa, el derecho de lectura y relectura incluso para la robots que salen de nuestros talleres tecnológicos, con mucha más razón para el género humano en su conjunto.  🙂

     

    Firmado: the dog finding a rainbow (https://www.youtube.com/watch?v=1eFZKDeinto)

  • José Alejandro Martínez
    José Alejandro Martínez

    Siempre nos quedará Sísifo, Camus dixit.

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