La parte y el todo. Werner Heisenberg
La parte y el todo, Der teil und Ganze
(Werner Heisenberg)
Werner Heisenberg (1901-1976), fue un prusiano de alma y corazón, que enunció (imagino a su pesar) el Principio de Incertidumbre (1925). Esta es una circunstancia no arbitraria que siento relacionada con su contexto: el periodo de entre guerras (1918-1939).
En nuestra sociedad actual, la ciencia es celebrada como conocimiento intersubjetivo independiente del contexto; las humanidades (enredadas en otros quehaceres) pareciera que no han sido invitadas a participar de dicho conocimiento, y así andamos como vizcondes desmediados cada cual (científicos y humanistas) con su cruz.
Este libro, es para mí la demostración palmaria de la inutilidad de dicha reivindicación de independencia. El profesor Heisenberg va desgranando la física, y a ratos su biografía en el contexto de una Alemania aterrorizada por la crisis económica (expresando el deseo de una naturaleza limpia de los jóvenes, de esperanza, de identidad, ya se intute la locura); francamente a ratos uno puede anticipar la situación que describe Günter Grass mientras pelaba la cebolla, con la diferencia evidente que este último texto se escribió en 2006, mientras que Der teil und Ganze data de 1969.
Werner Heisenberg se atreve a abordar en este libro aspectos de política e historia, y dedica una gran atención a su coetáneo el físico danés Niels Bohr, en las antípodas de la concepción prusiana del mundo. De hecho, cuando Heisenberg se desplaza al instituto de investigación de Bohr, éste le lleva (solos los dos) a hacer esquí de fondo en un lugar aislado para conocerlo mejor; está claro que desea formarse una imagen del joven lejos de ideas preconcebidas (a favor o en contra) que necesariamente acompañan a un joven Heisenberg procedente una Alemania en plena expansión nazi; todavía hoy la relación entre estos dos grandes físicos y seres humanos suscita gran atención, y podemos encontrar emocionadas referencias muy recientes al respecto.
Es increíble asistir como observadora (calladita en un rincón) a la gestación y discusión de los conceptos de la física cuántica (con Einsten, con Bohr, con Pauli); y es emocionante comprobar que el principal problema con el que se encuentran es lingüístico puesto que los conceptos y razonamientos de la física clásica no encajan en el ámbito de la física cuántica:
“Debemos tener claro que el lenguaje sólo puede utilizarse como en la poesía, es decir, no se trata de presentar hechos de forma precisa, sino de generar imágenes en la conciencia del oyente y establecer conexiones ideológicas”
…
“El lenguaje es una especie de red tendida entre los hombres; pendemos de ella con nuestro pensamiento, con nuestras posibilidades de conocimiento”
…
“los grandes talentos (sólo) aportan la representación externa de los nuevos contenidos pero no son ellos los que producen los nuevos contenidos”
En el Capítulo 12 refiere su visita, en 1933, al ya septuagenario Max Planck (1858-1947), hundido en el marasmo en el que se agita su tierra:
“Me parece que todo aquel que pueda hacer algo, y que, a causa de su raza, por ejemplo, no se vea obligado a exiliarse, debería intentar quedarse e ir preparando un futuro lejano. Sin duda esta tarea será muy difícil y peligrosa. Los compromisos que haya que contraer serán reprochados más tarde, con razón, y, quizás castigados… De ahí que, al fin y al cabo, cada uno estará a solas con su propia conciencia. Por supuesto que no puedo reprochar a nadie si toma otra decisión…Piense sólo en el tiempo que vendrá después a la hora de decidir qué hacer”
La parte y el todo se ha publicado en España en 2004 por Ellago Ediciones, yo lo releo a veces para recordar que por encima de todo los científicos, como los demás seres humanos, están animados por pasiones, esperanzas, y perseguidos por sus miedos y demás bestias negras.
Werner Heisenberg en: Biblioteca UPM.