La alquimia del tiempo: Un memoir dublinés. John Banville

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de La alquimia del tiempo: Un memoir dublinés”, novela del escritor irlandés John Banville.

El ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras nos ofrece una guía íntima de Dublín y sus artistas; a la vez que se deleita con su historia cultural, arquitectónica, política y social, Banville irá entretejiendo sus recuerdos unidos a lugares y momentos formativos más importantes desde su niñez, cuando la ciudad era un lugar apasionante bajo la mirada de un niño, hasta su madurez, cuando nuestra perspectiva cambia y refleja nuestras insatisfacciones de la vida.

El resultado es un tour maravilloso por Dublin, un elogio tierno y poderoso a una época y un lugar que dieron forma a un artista adolescente.

No os perdáis esta breve, pero intensa, memoria que os va a hacer disfrutar intensamente descubriendo cada uno de los rincones de la hermosa capital irlandesa.

“…Si Baudelaire no se equivoca, en cierto sentido la infancia no se acaba nunca, sino que existe en nosotros, no solo como un recuerdo o un complejo de recuerdos, sino como una parte esencial de lo que somos intrínsecamente. Todos los artistas conocen esta verdad puesto que, para el artista, la infancia y la concepción infantil de las cosas son una profunda fuente de eso que antes se llamaba inspiración, aunque solo sea porque fue de niños como percibimos por primera vez el mundo como misterio. El proceso de crecer es, por desgracia, un proceso de convertir lo misterioso en lo mundano. Dejan de sorprendernos las cosas-el cielo, el paso de las estaciones, el amor, los demás- solo porque nos acostumbramos a ellas”

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“La alquimia del tiempo” es la obra del escritor irlandés John Banville que os recomendamos esta semana en “Lecturas para compartir”#novelacontemporanea #BookTok #lecturasparacompartir

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Como si fuera un río. Shelley Read

Desde Lecturas para compartir, en su cuenta de TikTok @biblioetsidiupm, la biblioteca ETSIDI UPM recomienda la lectura de Como si fuera un río”, novela de la escritora estadounidense Shelley Read.

Ambientada en medio de la belleza agreste del Oeste americano, esta primera novela de la autora nos narra el drama de una chica de 17 años, que ayuda a su familia a cultivar melocotones, cuya su monótona vida cambiará drásticamente con el encuentro casual de un joven vagabundo de pasado misterioso, piel morena y de ojos negros y brillantes.

La pasión que se encenderá entre ellos pronto acabará en tragedia; y ella tendrá que huir a las montañas para protegerse a sí misma y al hijo que lleva en su vientre.

Inspirada en hechos reales, “Como si fuera un río” es una historia palpitante de resiliencia femenina frente a las dificultades; pero también sobre la capacidad del ser humano para encontrar coraje, amistad y un hogar en las circunstancias más adversas.

La novela ha sido traducida a más de 30 idiomas convirtiéndose en un fenómeno internacional que ha cautivado el corazón de más de un millón de lectores en todo el mundo.

Imaginad el negro fondo de un lago y lo que yace en él. Los desechos arrastrados por los ríos o lanzados desde las barcas van ablandándose y descomponiéndose. Unos peces de gesto ofendido nadan su extraña vida lejos de los anzuelos; su respiración es indistinguible de su movimiento. Imaginad zonas de algas que danzan como ágiles doncellas a quienes nadie observa. Quedaos a orillas de un lago, donde las olitas intentan alcanzar vuestros zapatos, e imaginad lo cerca que estáis de un mundo tan silencioso y ajeno como la luna, fuera del alcance de la luz, del calor, del sonido. 

Mi casa está en el fondo de un lago. Nuestra granja yace allí, enfangada; sus restos podrían confundirse con un pecio. Unas truchas lustrosas merodean por lo que queda de mi dormitorio y por el salón donde la familia se reunía los domingos. Los establos y los abrevaderos se pudren. El alambre de espino, enredado, se oxida. La tierra antaño fértil se ahoga ahora en la inactividad.

Un mero apunte historiográfico de la construcción del embalse Blue Mesa podría representar el proyecto como algo heroico, como parte de la ambiciosa idea de llevar las valiosas aguas de los afluentes del río Colorado al árido sudoeste. Tal vez fueron las buenas intenciones las que taponaron el salvaje río Gunnison y lo convirtieron en un lago, pero la historia que yo conozco es diferente.
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“Como si fuera un rio” de la escritora estadounidense Shelley Read es la recomendación de esta semana en “Lecturas para compartir” #novelacontemporanea #BookTok #lecturasparacompartir

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Drácula. Bram Stoker

Drácula

Bram Stoker

Alianza Editorial

Drácula en la Biblioteca Universitaria UPM

Hoy traemos a Nosolotecnica un clásico de la literatura de terror, ya instalada en el imaginario colectivo, Drácula.

Utilizando un formato epistolar, Stoker narra la historia bien conocida del conde Drácula que desea viajar desde Transilvania a Inglaterra. Para ello se vale de la ayuda de Jonathan Harker que se traslada a su castillo para comprar diversas propiedades en las islas. A partir de ahí se irán introduciendo diversos personajes, Mina, Lucy, el doctor Seward, Van Helsing etc.

La lucha entre la vida y la muerte, el bien y el mal, el deseo humano, la sexualidad reprimida, se plasman en este clásico de la literatura universal.

Publicada en 1897, ha sido adaptada en muchísimas ocasiones de forma más o menos fiel en el cine, el teatro, la televisión, las novelas gráficas, la radio.

Ya en 1922, FW Murnau llevó a la gran pantalla una adaptación de la novela de Stoker con Nosferatu. En 1931 Tod Browning hizó su versión del la historia del conde con Bela Lugosi como protagonista.

En 1938 el Mercury Theater de Orson Welles la adaptó para su transmisión radiofónica.

Desde entonces han sido innumerables las versiones de este clásico universal que no hay que perderse y que garantiza unas horas de entretenimiento y…miedo.

-¡Sea bienvenido a mi morada! ¡Entre en el castillo por su propia voluntad!

No avanzo hacia mi, sino que permaneció más allá del umbral, semejante a una estatua, como si el primer hecho que hizo para saludarme le hubiera petrificado. Sin embargo, apenas hubre franqueado el umbral, vino hacia mi, precipitándose casi a mi encuentro, y con su mano tendida asió la mia con una fuerza tal que me estremeci de dolor…tanto más cuanto que aquella mano tan poderosa estaba helada como la nieve, semejando más la mano de un muerto que de un vivo.

¡Sea bienvenido a mi morada! – repitió – Entre por su propia voluntad, entre sin temor y deje aquí parte de la felicidad que lleva consigo…

¿El conde Drácula?- pregunte para asegurarme.

El anciano se inclinó cortésmente.

Sí, soy el conde Drácula…

CAMPUS SUR LEE: Memorias del subsuelo. Fiodor M. Dostoievski

Fiodor M. Dostoievski en la Biblioteca UPM

Memorias del subsuelo en la Biblioteca UPM

… Mirad: la razón, caballeros, es una buena cosa, eso es indiscutible; pero la razón no es más que la razón, y sólo satisface a la capacidad humana de raciocinar, en tanto que el deseo es la manifestación de la vida toda; es decir, de toda la humana, incluso la razón y todas las comezones posibles.  Y si nuestra vida no se revela a veces mucho en esta manifestación, es, pese a todo, la vida, y no únicamente la extracción de la raíz cuadrada. Porque yo, por ejemplo, quiero vivir de un modo completamente natural para satisfacer mi capacidad de vivir y no mi facultad de raciocinio, la cual representa próximamente la vigésima parte de mi capacidad de vivir. ¿Qué sabe de eso la razón? La razón solo sabe lo que ha tenido tiempo de saber (puede que haya algunas cosas que nunca sabrá, esto no es muy consolador que digamos, pero ¿por qué no reconocerlo?), en tanto que la Naturaleza humana actúa en masa con cuanto en ella se encierra, y se equivoque o acierte, vive.

Dostoievski, F. Memorias del subsuelo. Cátedra, 2006.

Jonathan Strange y el señor Norrell. Susanna Clarke

Susanna Clarke en la Biblioteca UPM

Se podría decir que Jonathan Strange y el señor Norrell es una obra clásica de corte decimonónico, puesto que sigue sus cánones: nos recuerda el estilo narrativo de Jane Austen y de Charles Dickens, incluso hace uso de términos de aquella época hoy en desuso. Los acontecimientos se desarrollan también en el siglo XIX, de forma que todos sus elementos se acomodan a la perfección.

Pero en su primera novela la escritora británica Susanna Clarke (1959-) se aleja de las vicisitudes cotidianas de la existencia para crear una fantasía en la que la magia, que había perdido su esplendor a lo largo de los siglos, vuelve a recuperar un papel esencial en la Inglaterra de 1806 gracias al talento del señor Norrell. Este mago excepcional acoge como discípulo al atractivo Jonathan Strange. Ambos protagonistas se postulan para dar apoyo al Duque de Wellington en la contienda que está librando contra Napoleón. El texto, para apuntalar aún más la veracidad y la credibilidad de la historia, aparece refrendado por múltiples referencias bibliográficas ficticias. De esta forma, entremezclando hechos y personajes reales con los poderes mágicos de Jonathan Strange y del señor Norrell, Sussana Clarke crea una obra única que podríamos calificar como maravillosa (perdonad la cursilería).

Después de diez años de arduo trabajo, se editó en 2004 en un volumen de 795-813 páginas (según la edición), e inmediatamente consiguió un éxito arrollador: la revista Time la nombró mejor novela de ficción y se coronó con los Premios Hugo, el World Fantasy y el Mythopoeic a la mejor novela fantástica. Como colofón a esta cosecha de éxitos, hace unos años (2015) la BBC realizó una brillante adaptación en formato miniserie de Jonathan Strange y el señor Norrell.

Jonathan Strange y el señor Norrell

Hace años, había en la ciudad de York una sociedad de magos. Los socios se reunían el tercer miércoles del mes y se leían unos a otros largos y aburridos trabajos sobre la historia de la magia en Inglaterra.

Eran caballeros magos, lo que significa que a nadie habían causado mal con la magia, como tampoco bien. A decir verdad, ninguno de ellos había obrado hechizo alguno, hecho temblar una hoja de un árbol, inducido a una mota de polvo a modificar su trayectoria ni movido un cabello de la cabeza de alguien. Pero, con esta pequeña reserva, tenían fama de ser los hombres más sabios y los caballeros más mágicos de Yorkshire.

Un mago eminente dijo de su profesión que sus practicantes “… han de estrujarse el cerebro para adquirir hasta el conocimiento más insignificantes, y muestran siempre una natural inclinación a la polémica, [1] y hacía años que los magos de York habían demostrado la exactitud del aserto.

En el otoño de 1806, se unió a ellos un caballero llamado John Segundus. En la primera reunión de la sociedad a la que asistía, el Señor Segundus se levantó para hacer uso de la palabra. Empezó su discurso felicitando a los reunidos por su relevante historial y enumeró los muchos y prestigiosos magos e historiadores que, en uno u otro momento, habían pertenecido a la Sociedad de York.   Insinuó que el conocimiento de la existencia de tal sociedad había influido no poco en su decisión de ir a York. Recordó a su auditorio que los magos del norte siempre habían sido más respetados que los del sur. Dijo también que había estudiado magia durante muchos años y conocía la historia de todos los grandes hechiceros de épocas pretéritas. Él leía las nuevas publicaciones sobre el tema e incluso había colaborado, modestamente, en algunas de ellas, pero había empezado a preguntarse por qué los grandes prodigios de la magia cuyos relatos leía, sólo existían en las páginas de los libros y ya no se los veía en la calle ni aparecían en los periódicos. Deseaba saber por qué los magos modernos no eran capaces de practicar la magia que describían. Ansiaba saber, en suma, por qué ya no se ‘hacía’ magia en Inglaterra.

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