Lee, Harper: Matar a un ruiseñor

Harper Lee. Matar a un ruiseñor.

“Uno no comprende realmente a una persona hasta que no se mete en su piel y camina dentro de ella”.
Se conmemoran los 50 años de la publicación de esta novela, considerada un clásico contemporáneo y con el que su autora, Harper Lee, gano el Premio Pulitzer en 1961.
La novela se desarrolla en los años de la Gran Depresión, en una ciudad sureña de los Estados Unidos, Maycomb. Un hombre negro es acusado de violar a una mujer blanca. Pese a no existir pruebas el hombre es inculpado y nadie quiere defenderlo. Sólo una persona, el abogado Atticus Finch asumirá su defensa y se enfrentará a las críticas de su comunidad e incluso al odio de algunos.
Es la voz de Scout, una niña de 9 años e hija del abogado la que nos cuenta lo que ocurrió ese verano, uno de los más calurosos que recuerda, en su ciudad.
Las aventuras de Scout, su hermano Jim y un amigo, Dill para descubrir a un misteriosos vecino que nunca sale de casa se entremezclan con el mundo de los mayores y todo lo que rodea al juicio.
Los niños no entienden mucho lo que pasa y la razón por la que su padre defiende a “negros y canallas” contra la opinión de la mayoría del pueblo. Pero como le dice Finch a su hija: “La única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la conciencia de uno”.
Mezcla de ficción y recuerdos de infancia (Scut es el alter ego de Harper Lee), Matar un ruiseñor está profundamente relacionada con un tiempo y un espacio, sin el cual no puede entenderse. 50 aniversario_Matar a un ruiseñorLa novela se publica en 1960, en los años de la lucha en Estados Unidos por los derechos civiles para los afroamericanos, con Martin Luther King a la cabeza.
Después de leer este libro desearías ser o al menos tener cerca a un “Atticus Finch”, la imagen misma de la integridad. Esa persona que siempre hace lo que debe cuando debe, sin importar las consecuencias.
Como curiosidad decir que el personaje de Dill, ese niño que ha venido a pasar las vacaciones a casa de su tía está inspirado en Truman Capote, amigo de la infancia de la autora. De hecho Harper Lee acompañó a Capote en 1959 a Holcolm (Kansas) para investigar la matanza de la familia Clutter, viaje del que surgiría otra obra maestra de la literatura estadounidense, A sangre fría.
Nelle Harper Lee (Alabama, 1926) publicó este libro en 1960, cuando tenía 34 años. Fue un éxito inmediato (hasta ahora se han vendido más de treinta millones de ejemplares) y al año siguiente ganó el Premio Pulitzer.
Cuando se publicó la novela, Harper Lee concedió algunas entrevistas, pero al poco tiempo decidió huir de los homenajes y de la fama. Vive tranquila entre su ciudad natal, Monroeville (Alabama) y Nueva York. De vez en cuando, aparece para recoger algún premio, tímida y cariñosa a la vez con sus lectores. Ésta ha sido su único libro publicado.
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Harper Lee con Gregory Peck durante el rodaje de la película.

No se puede hablar de este novela sin recordar la maravillosa película de Robert Mulligan, estrenada en 1962, en la que Gregory Peck encarna al incorruptible abogado Atticus Finch, que mereció uno de los tres Oscar de la película, con una interpretación inolvidable.Cartel de la película Matar a un ruiseñor
Matar un ruiseñor es un alegato contra el racismo y los prejuicios, un libro a favor de la tolerancia y la convivencia.
Harper Lee en la Biblioteca UPM

The Time Machine: la máquina del tiempo de H. G. Wells

The time machine - cover
WELLS, H. G.: The time machine.

London : Penguin, 2005.

WELLS, H. G.: La máquina del tiempo.

Madrid : Anaya, 2009.

"La Humanidad había sido fuerte, enérgica e inteligente, y había utilizado su abundante vitalidad para modificar las condiciones bajo las cuales vivía. Y ahora llegaba la reacción de aquellas condiciones cambiadas."

 

Europa, finales del siglo XIX. Hace ya mucho que la primera Revolución industrial demostró sus efectos ambivalentes. Y la segunda  está ahora en marcha: alumbrado eléctrico, telecomunicaciones, química, automoción, aviación… Todo parece posible y al mismo tiempo extrañamente inquietante. Los avances de la biología y de la física fulminan el antropocentrismo y amenazan no ya a los creencias tradicionales sino incluso a la ciencia clásica ilustrada de inspiración newtoniana. El Imperio Británico está en su zenit como potencia mundial. Aparentemente los grandes Estados han aparcado por el momento sus diferencias más agudas para repartirse el suculento botín colonial. En su seno las clases dirigentes se han vuelto muy conservadoras, espantadas por el auge del socialismo, el feminismo y la resistencia de los pueblos exóticos.

la-maquina-del-tiempo-cubierta1En consecuencia muchos creadores se vuelven con nostalgia hacia un Medievo y una Antigüedad clásica a menudo idealizadas y deformadas.   Otros hacen una lectura sesgada de Darwin que les lleva a la seducción del irracionalismo y al culto al instinto, incubando en buena medida las futuras hecatombes del siglo XX. Herbert George Wells es de otra pasta y agarra el toro por los cuernos. En un tiempo record y partiendo de la tradición literaria utópica, destila un conjunto narrativo que sienta los cimientos de la ciencia-ficción contemporánea tomando el relevo de un meritorio Verne más relacionado con la anterior fase histórica de la máquina de vapor. Wells llevará a la ficción la manipulación biológica y el desafío del espacio y la exploración extraterrestres, entre otros asuntos. Pero arranca en el Londres victoriano con un relato prospectivo en torno a la relatividad de las constantes físicas: La Máquina del tiempo. Fue publicado en principio en forma de serial, al modo decimonónico. Y tuvo la virtud, como otras obras de su autor, de sembrar la semilla del pensamiento social, filosófico y científico en el imaginario popular de la incipiente sociedad de masas. De tal modo que a día de hoy resulta una tarea inabarcable glosar las innumerables versiones, obras inspiradas, películas de cine y televisión, etc., deudoras de esta novelita aparecida en 1895.

Es un libro de corta extensión, variable según las ediciones. Si es posible leedlo en lengua original pues la traducción publicada por Anaya y Alianza es más bien modesta. Bienvenidos a la "cuarta dimensión".

Obras de H. G. Wells disponibles en: Bibliotecas de la UPM.

El sueño eterno, de Raymond Chandler

Vicios, chantajes, deudas, juego, mafia, bajos fondos, noches de locura, cinismo a raudales, polis corruptos, mujeres de mirada perturbadora, tipos duro de vuelta de todo, ambientes cargados de humo, electricidad y malos pensamientos. Frases lapidarias y revólveres calientes, blanco y negro, cigarrillos humeantes, labios húmedos de whisky y de olvido. Libertad e independencia, calles en las que se siente el calor del asfalto, páginas que huelen a sudor y colonia barata pero también a sensualidad y erotismo. Una taza humeante de café y una habitación solitaria. Marginación e injusticia. Perdedores y solitarios.

En este entorno brutal, en este mundo sordido de California se mueve nuestro héroe, Philip Marlowe, un duro detective privado que tiene que viajar a las alcantarillas de una sociedad corrupta en el que todo se vende y se compra. Y en ese mundo navega nuestro héroe con la ironía, la honestidad y la independencia como principales armas. Y todo por “Veinticinco dólares mas gastos…, cuando tengo suerte.”

2En El sueño eterno, Marlowe se enfrenta a un caso de chantaje, un general retirado, dos hijas alocadas en una sociedad en apariencia espléndida.

“Iba bien arreglado, limpio, afeitado y sobrio y no me importaba nada que lo notase todo el mundo. Era sin duda lo que debe ser un detective privado bien vestido. Me disponía a visitar a cuatro millones de dólares.”

1En Playback es contratado nuestro detective por un abogado sin escrúpulos para seguir a una chica absuelta del cargo de asesinato. Ese es el principio de una historia de crímenes y chantajes.

“Era toda una muñeca. Llevaba un impermeable blanco con cinturón y sin sombrero, melena rubio platino bien cuidada, botines a juego con el impermeable, un paraguas plegable de plástico y un par de ojos azul-grisáceos que me miraban como si hubiera dicho un taco.”

3En El largo adiós, Terry Lenox, millonario consorte, es el eje de la trama en el que se desenvuelve nuestro héroe y en la que se encontrará con mafiosos, polis corruptos y chicas que te lanzaban “una mirada capaz de atravesar a cualquiera y sobresalirle por detrás al menos diez centímetros”.

“Fuimos a un drive-in donde preparaban unas hamburguesas que ni siquiera sabría como algo que un perro estuviese dispuesto a comerse.”

Raymond Chandler, Chicago, 1888, La Jolla, 1959, escritor estadounidense de novela negra, comenzó como reportero para periódicos de Inglaterra a donde había emigrado siendo joven.Su primer cuento fue Blackmailers Don’t Shoot, para la revista Black Mask, dedicada a los relatos de acción.

En 1939 aparece su primera novela, El sueño eterno (1939), donde aparece por primera vez Philip Marlowe, un duro y honesto detective privado, solitario, melancólico y lleno de escepticismo.

Chandler, Raymond. El largo adiós. Madrid: Alianza Editorial, 2002.

Chandler, Raymond. Playback. Madrid: Alianza Editorial, 2002.

Chandler, Raymond. El sueño eterno. Madrid: Alianza Editorial, 2001.

Raymond Chandler en la Biblioteca UPM

Zombi, Joyce Carol Oates

Cubierta de Zombi, Joyce Carol OatesZombi. Joyce Carol Oates
Barcelona: Debolsillo, 2003

Traductora: Carme Camps Monfa

Zombie (1995)

Novela terrorífica donde las haya, Zombi, de Joyce Carol Oates, cuenta los infructuosos intentos de Quentin P. -treintañero nacido en Mount Vernon, Michigan, y adorado por su dulce abuelita- por crear un zombi que le sirva en su disfrute, un ente incapacitado para emitir juicio alguno y que cumpla cada uno de sus deseos sexuales o de amor incondicional. Para ello, dotando a sus decisiones de una lógica implacable, selecciona víctimas invisibles, ciudadanos marginales, borrachos, drogadictos sin hogar a los que nadie va a echar en falta y les somete a los procedimientos que ha estudiado, consultando la literatura disponible sobre la práctica de lobotomías, en la biblioteca de la universidad, principalmente el libro Psicocirugía del doctor Walter Freeman y el doctor James W. Watts, quienes realizaron numerosas intervenciones en los años cuarenta y cincuenta. El primero de ellos inventó el escalofriante (e inspirador para nuestro protagonista) procedimiento de la lobotomía del picahielo o lobotomía prefrontal.

Hace cinco años en un arrebato por cambiar mi vida se me ocurrió por primera vez la idea de crear un ZOMBI para mis propios fines.

La novela está escrita en primera persona, a modo de diario, lo que la hace verdaderamente terrorífica. Es el propio Quentin quien relata, desde su distorsionado punto de vista y con un lenguaje lleno de tics, arrebatado por su sed implacable, los detalles más sórdidos de la historia. Así, en la primera parte, titulada “Libertad condicional” veremos a través de sus ojos cómo fracasan sus intentos de crear a su zombi, la horrible muerte de sus primeras víctimas (de las que sólo conocemos los apodos que él les asigna: Guantesdeconejo, Ojosdepasa, Grandullón…) trinchados de forma chapucera con un picahielos. Crímenes a los que puede libremente dedicarse gracias a que su padre, un profesor universitario con importantes contactos en los altos estamentos de la ciudad, consiguió tiempo atrás que un episodio de abusos a un menor de raza negra quedara en mera falta, que se castigó con libertad vigilada aderezada con unas infructuosas sesiones de psicoterapia que Quentin compatibiliza a la perfección con sus carniceras intervenciones. En la segunda parte, “Cómo ocurrieron las cosas”, Quentin es consciente del grave error estratégico que comete al enamorarse incontroladamente de un joven universitario blanco, al que apoda Ardilla y al que tratará, cómo no, de convertir en su querido zombi. ¿Será demasiado imprudente para nuestro angelito un capricho tan arriesgado? No cuento más.

Intensa novela de terror psicológico cuyas fibras se van metiendo página tras página en la piel, como delgadas agujas o plateados bisturíes, como un picahielos enmohecido en el sótano de una mente perturbada, pero de ejecución lógica e implacable.

Joyce Carol Oates, novelista, cuentista, autora teatral, editora y crítica estadounidense, ha sido candidata al Premio Nobel de literatura en numerosas ocasiones.

Joyce Carol Oates en la Biblioteca de la UPM

Diario de un hombre de cincuenta años, Henry James

Cubierta de Diario de un hombre de cincuenta años. Henry JamesHenry James

Diario de un hombre de cincuenta años.

Editorial Funambulista

2005

El primer libro que leí de Henry James fue Washington Square y me produjo tal impresión que desde entonces le profeso un respeto absoluto que a veces roza la reverencia.

Lo curioso es que esa admiración no nació porque me pareciera un gran narrador sino del deslumbramiento ante una inteligencia, una listura, una perspicacia y una mente tan sutil que sencillamente nunca había conocido en otro escritor.

Henry James escribió en 1880, y a los treinta y cinco años, este libro que cuenta en forma de diario las preguntas existenciales de un hombre de cincuenta. A esa edad ya ha decidido por ejemplo que no se casará aunque recomienda a los demás esa opción de vida.

En verdad todos los hombres están incompletos en la vida, sólo el arte puede responder al deseo de cada cual de verse completado, de verse, en cierto modo justificado.

 

Reflexiona sobre las decisiones que tomó en el pasado. ¿Se equivocó?  ¿Habría sido más feliz si hubiera actuado de otro modo? El paso de los años, piensa, no nos cambiaCubierta de Washington Square. Henry James tanto y somos víctimas de nuestra forma de pensar.

El protagonista regresa a Florencia, veintisiete años después, y conoce a la hija de la que fue su amor de juventud, y a su pretendiente, un joven inglés, e intuye que esta relación es la exacta repetición de su propia historia sentimental. Historia que él había resuelto con una ruptura.

En los últimos diez años ha habido momentos en los que me he sentido tan portentosamente viejo, tan rendido y acabado, que la menor sugerencia de que semejante sensación de juventud aún pudiera estar esperándome me habría parecido un chiste muy malo.

 

Son muchos los escritores que se han planteado preguntas existenciales al llegar al medio siglo. Es una fecha demasiado redonda. El novelista Paul Auster hizo estas confesiones:

Cuando uno llega a los cincuenta años ha perdido a parte de las personas que ha querido y lo han querido. Hay más tiempo por detrás que por delante. Uno camina con fantasmas por dentro. Yo tengo tantas conversaciones con los muertos como con los vivos.

 

El libro tiene elementos de misterio, de ambiguedad e ironía, todo muy característico de este portentoso escritor.

Henry James en la Biblioteca UPM

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