La mordaza, Alfonso Sastre
Escelicer
No corre nada de aire esta noche. Estamos pasando un verano muy malo. No se acaba nunca. Me ahogo. Prefiero el invierno. Se está bien la lumbre. Pero en verano…, es malo el verano. Es cuando se cometen los crímenes. Cuando los hombres sacan las navajas por nada y corre la sangre. Todos los crímenes ocurren en verano. La sangre de los hombres arde y no pueden pensar. El calor los ciega y no les importa matar a un hombre. Luego, en el invierno, cuando piensan en lo que hicieron, no lo comprenden. No se explican cómo pudieron hacerlo. Y es que ellos no tuvieron la culpa…Fue el calor que los ahogaba, que no les dejaba respirar.
Es una calurosa noche de verano en la Francia rural. La casa de Isaias Krappo es el escenario del drama. Él es un déspota que tiene atemorizados a todos los miembros de su familia. Ha creado a su alrededor un clima de opresión, de temor, de miedo, de falta de libertad. Un clima en el que el silencio ante esa opresión, ante esa injusticia se ha apoderado de todos ellos. No pueden romper esas cadenas que les hacen vivir en continuo temor.
Pero Isaias Krappo también tiene un pasado. Un pasado del que solo algunos en el pueblo son partícipes. Son sus antiguos camaradas de armas en la resistencia. Un pasado oscuro y turbio del que es mejor callar, olvidar, dejar atrás. Pero ese pasado vuelve, se hace presente. Y desencadenará el drama.
Isaias.-¿A qué ha venido?
El forastero.- A hacer justicia.
Isaias.- ¿A buscar al que mató a su mujer y a su hija?
El forastero.- A ese ya lo he encontrado
Isaias.-(Rie) ¿Piensa que fui yo?
El forastero.-Sé que fue usted…
El pasado se hace presente no para lograr una redención del protagonista por ese pasado turbio y oscuro, como vimos en estas mismas páginas de Nosolotecnica ( La muralla), si no para lograr que la verdad que ha estado oculta salga a la luz. Pero Isaias Krappo lo va a impedir. Su familia averigua la verdad. Sin embargo, cada uno de ellos tiene una mordaza de miedo, de respeto atávico al padre que les impide hablar y que hace que callen ante el crimen. Su dignidad como persona se pierde y para recuperarla solo existe un camino, un modo…romper esa mordaza, romper ese silencio.. Pero quién lo hará.
Juan.- Tú querrías hablar, delatar a nuestro padre, ¿verdad, Teo?
Teo.- Sí.
Juan.- ¿Y por qué no hablas?
Teo.- Por miedo…Siento como una mordaza en la boca…Es el miedo…
Juan.- ¿Y tú Luisa?
Luisa.- Yo también hablaría.
Juan.- Pero no hablas por mí. Porque me quieres y sabes que yo sufriría si lo hicieras.
Luisa. Solamente por eso. Yo no tengo miedo.
Juan.- Es otra mordaza…Y sigue el silencio…Yo no hablo porque tengo piedad de mi padre, porque me da lástima de él…Estoy amordazado por mi compasión…Y en esta casa, desde hace dos meses, no hay más que silencio…Un espantoso silencio…
La mordaza se estrenó en Madrid, en el Teatro Reina Victoria, el 17 de septiembre del año 1954 con Antonio Prieto como Isaias Krappo y María Luisa Ponte como Luisa.
Alfonso Sastre nació en Madrid en 1926
Sastre en la Biblioteca Universitaria UPM