Novela de ajedrez, Stefan Zweig

Cubierta de Novela de Ajedrez, Stefan ZweigNovela de ajedrez
Stefan Zweig
Barcelona: Acantilado, 2001
Traducción: Manuel Lobo

Die Schachnovelle (1941)

Nadie se espante: aunque el título lo sugiera, no es indispensable conocer las reglas del juego ni haber practicado nunca para disfrutar del obsesivo e intrigante relato que nos propone Stefan Zweig en su Novela de ajedrez, uno de sus más celebres trabajos. Habrá claves, eso sí, que deleitarán a los aficionados a eso de mover madera (¿quién lleva bien perder al ajedrez? ¿Qué jugador no ha experimentado el encabritamiento de sus emociones en una partida larga y disputada?). No decepciona la novela en ese sentido; sin embargo, lo verdaderamente apasionante del libro radica en la brillante descripción de dos psicologías extremas, opuestas diametralmente, que se enfrentan en un auténtico choque de temperamentos.

Se sitúa la acción en un transatlántico que zarpa de Nueva York rumbo a Buenos Aires. A bordo se encuentran el campeón del mundo, Mirko Czentovic, y el señor B, un antiguo prisionero de la Gestapo que huye de los nazis. Czentovic es considerado un genio de los sesenta y cuatro escaques, pero fuera de ellos no es otra cosa que un hombre anodino, incapaz de cualquier actividad intelectual diferente. Frío y arrogante, encuentra su mayor satisfacción en el beneficio monetario que le proporcionan las victorias que con tan poco esfuerzo obtiene en el tablero. A pesar de que el señor B asegura que no practica hace años, logra inquietar al campeón en una partida improvisada por un grupito de aficionados en cubierta, hasta el punto de forzarle unas inesperadas tablas. A raíz de ello, y a partir de aquí, conoceremos las extremas condiciones que le condujeron al dominio del juego. Y el precio que hubo de pagar a cambio.

Toda mi vida me han intrigado los monomaníacos, las personas obsesionadas por una sola idea, pues cuanto más se limita uno, más se acerca por otro lado al infinito; son precisamente estos seres en apariencia fuera del mundo los que, como termitas, saben construir en su ámbito una imagen reducida del mundo, única y extravagante. No disimulé, por tanto, mi intención de examinar con lupa aquel singular espécimen de monocordia intelectual.

Novela corta o nouvelle, las noventa páginas de este relato están escritas con una amenidad, una intensidad y una precisión psicológica tales que no le permiten a uno abandonar su lectura hasta haber devorado la última palabra. Stefan Zweig (austriaco de la primera mitad del XX) es uno de los escritores más leídos del siglo. En este fragmento de su Autobiografía expone las claves en que basa su éxito:

… el inesperado éxito de mis libros proviene, según creo, en última instancia de un vicio personal, a saber: que soy un lector impaciente y de mucho temperamento. Me irrita toda facundia, todo lo difuso y vagamente exaltado, lo ambiguo, lo innecesariamente morboso de una novela, de una biografía, de una exposición intelectual. Sólo un libro que se mantiene siempre, página tras página sobre su nivel y que arrastra al lector hasta la última línea sin dejarle tomar aliento, me proporciona un perfecto deleite. Nueve de cada diez libros que caen en mis manos, los encuentro sobrecargados de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias inútiles, que les quitan tensión y les restan dinamismo.

Stefan Zweig en las Bibliotecas de la UPM

Pájaros de América, Lorrie Moore

Cubierta de Pajaros de América, Lorrie Moore

Pájaros de América
Lorrie Moore

Barcelona: Emecé, 2000
Traducción: María José Galilea
Birds of America (1998)

Os recomiendo un cuento de la neoyorquina Lorrie Moore, titulado Que es más de lo que puedo decir de ciertas personas, que pertenece a su celebrado libro Pájaros de América, publicado en el año 2000, y que comienza de esta manera:

Era un miedo mayor que el que se tiene a la muerte, según las revistas. La muerte ocupaba el cuarto lugar. Después de la mutilación, que era el tercero, y el divorcio, el segundo. El número uno, el verdadero miedo al cual la muerte no se podía ni aproximar, era a hablar en público.

La protagonista del cuento, Abby Mallon, trabaja juntando letras en una discreta sala de redacción en una editorial, hasta que un buen día es ascendida a un puesto, algo mejor sí, pero que implica viajar, dar conferencias, entrevistarse con posibles clientes… es decir, tiene que romper con su tranquilo retiro y adquirir en tiempo récord eso que llaman don de gentes.

Esta situación, que puede parecer sencilla y hasta deseable para esos oradores de raza que viven entre nosotros, para Abby Mallon implica un terremoto existencial.

Decide, pues, tomarse unos días de vacaciones en los que baraja una serie de métodos de autoayuda (ejercicios de respiración, hipnosis, esas cosas) para acabar decidiéndose por uno sin duda inusual: viajar hasta Irlanda en busca de la Piedra de Blarney. Esta piedra, de gran reclamo turístico, forma parte de la Piedra de Scone, situada en lo alto del Castillo de Blarney, en el condado irlandés de Cork. Cuenta la leyenda que besar su cara inferior te convierte en uno de esos extraños seres que desgranan pensamientos en público sin perder la calma y hasta con gracejo. Pero hay un problema: para estampar el beso en esta piedra de la elocuencia hay que jugarse la vida, vean vean.

La narración no deja claro si el beso a esta poco higiénica roca ayudará a Abby en sus nuevas obligaciones laborales, pero sí seremos testigos de una pequeña gran revelación que dará nueva luz a éstos y otros problemas insolubles.

En cuanto a la voz de Lorrie Moore, tiene estupendas imágenes, humor, ironía, desamparo. Sus personajes son complejos como la vida misma y las vidas que viven, simples como la vuestra o la mía.

Ha publicado otros libros de cuentos como Autoayuda o Como la vida misma. Lo más reciente es la novela Al pie de la escalera, publicada en 2009.

Astrolabio, Ángel Olgoso

Cubierta de Astrolabio, Ángel OlgosoAstrolabio
Ángel Olgoso
Granada: Cuadernos del Vigía, 2008

Llegas a casa después de una ardua jornada, escoges un libro -tal vez esta colección de cuentos de Ángel Olgoso– te sientas en el sillón de leer… entonces pulsas el astrolabio, por probar, apenas con la punta de una uña, y de repente la lamparita de pie entrecorta su zumbido, el wengé de los muebles se aclara, se oscurece, se aclara, el sillón se estremece como si fuera a echar a volar…, y ya no estás en casa, estás a la deriva en medio del Universo contemplando la migración de una bandada de estrellas. Entonces pulsas, ahora sí con verdadera curiosidad tu pequeño astrolabio y el escenario cambia, miles de trenes cremallera transportando a una multitud hacia los despeñaderos, ¿por qué?, te preguntas, ¿para qué?, al tiempo que la armonía del lenguaje te seduce, las palabras que han sido urdidas para no dejarte huir: un barco cabotea cerca, hace ondear las velas, las grímpolas, las flámulas…, y reflejadas en el mar las nubes absortas en sus vidas cotidianas. Y pulsas una vez más, con frenesí, otra, y te sumas a las filas de los Guardianes del Trueno, ¡a las armas, a las armas!, y pulsas, pulsas, pulsas para ascender junto a Hui Ji por tres veces la cordillera de Mei y, cruzarte, notando apenas su aroma a miel, con una mujer transparente, ¡abre los ojos! Y así cuarenta y tres viajes alrededor del mundo, cuarenta y tres paradas en el tiempo, cuarenta y tres diamantes colgados en lo más alto de la órbita celeste, al alcance de tus manos.

Cuarenta y tres cuentos de una belleza fulminante componen este libro del granadino Ángel Olgoso. Cuentos escritos con mimo, depurados con dedicación de miniaturista, tejidos con las delicadas fibras de la prosa poética. Piezas de carácter más o menos narrativo, de final abierto o cerrado, oníricas, cómicas, aterradoras, reflexivas, maravillosas. Todo ello guiñándole un ojo a la mejor tradición fantástica: Poe, Machen, Bierce, Schwob, Kafka, Borges, Buzzati, Cortázar, Arreola, Denevi. En palabras de su autor:

Una mirada hecha de inocencia y extrañeza.

 

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