Algo alrededor de tu cuello. Chimamanda Ngozi Adichie

algoAlgo alrededor de tu cuello
Chimamanda Ngozi Adichie
Barcelona: Mondadori, 2010

 

¿Qué sabes de África? ¿Crees que careces de prejuicios sobre esa gente que habita entre hambrunas, leones y guerras? ¿Eres capaz de imaginar la vida cotidiana de un nigeriano o de un ugandés? ¿Se parecen o diferencian tanto los africanos entre sí como nosotros a otros europeos? ¿Son tan distintos los africanos a nosotros?

Chimamanda Ngozi Adichie es nigeriana y cuenta historias. La historia única de millones de personas que lo único que tienen en común es pertenecer a un continente: África. Y la cuenta para advertirnos del peligro que implica la existencia de una sola historia, esa que aparece en telediarios y documentales, la que muestra siempre lo mismo y repite el mismo mensaje: “Es así como creamos la historia única, mostramos a un pueblo como a una cosa, una sola cosa, una y otra vez, hasta que se convierte en eso”, dice Chimamanda, convencida de que “una sola historia roba la dignidad a los pueblos”.

Antes de leer su obra, te recomiendo que visites la página del TED, una organización americana creada para potenciar ideas que transformen el mundo. El vídeo de su ponencia del 2009 ha sido visto por casi 9 millones de personas y no deja indiferente a nadie.

Chimamanda Ngozi Adichie

Algo alrededor de tu cuello es un libro de relatos que, a través de una escritura sencilla, nos muestra que es en la cotidianidad donde surgen las mayores diferencias y donde los prejuicios adquieren mayor relevancia. Cada relato está plagado de esos mínimos y abismales detalles sobre los que giran nuestras diferencias, esos que nos recuerdan las distintas maneras de ser personas, los que nos obligan a tomar conciencia de lo unidas que están cultura y emociones. Tomar conciencia de ello es la intención y el sentido de este libro y sobre lo que se articula toda la obra de esta genial escritora nigeriana.

 

Obras y premios de Chimananda Adichie publicadas en España:

La flor púrpura (Grijalbo, 2004). Recibió el Commonwealth Writers’ Prize for Best First Book.

Medio sol amarillo (Literatura Random House, 2007). Ganador del Orange Prize for Fiction.

Algo alrededor de tu cuello (Literatura Random House, 2010).

Americanah (Literatura Random House, 2014). Chicago Tribune Heartland Prize y el Premio Nacional de la Crítica de EE UU.

 

Rosa Molina

 

Chesús Yuste, Regreso a Innisfree y otros relatos irlandeses

Cubierta_Regreso a InnisfreeChesús Yuste. Regreso a Innisfree y otros relatos irlandeses

Ed. Xordica, 2015

" Bíonn siúlach scéalach" " El viajero tiene historias que contar" (Proverbio irlandés)

Y éso es lo que hace Chesús Yuste en este libro, contar historias sobre Irlanda. Siendo como es un enamorado de este país este libro rezuma amor por esta tierra y lo hace a través de diez historias muy diferentes que ocurren en algún lugar de esta verde isla. Algunas hablan del pasado, otras de leyendas druidas, otras son contemporáneas con noche loca de chicas y turistas de viaje por Irlanda, en otra descubrimos secretos de familia y también asisitimos a la búsqueda de sus raíces de una neoyorkina.

Con una prosa sencilla y grandes dosis de sentido del humor se lee con mucho gusto. Os lo recomiendo.

Innisfree es un nombre con muchas referencias. Es el pueblo idílico de la famosa película de John Ford “El hombre tranquilo” (“The Quiet man”, 1952). Hablamos de esta película y del relato en el que se basó en NST. También Innisfree hace referencia al poema del escritor irlandés William Butler Yeats (1865-1939), “La isla del lago Innisfree (Lake Isle of Innisfree)” compuesto en 1888 y publicado en 1890 en The National.

Gran conocedor de su historia, geografía, costumbres y leyendas Chesús Yuste es el responsable del blog Innisfree1916 dedicado a Irlanda en todas sus vertientes y que ha sido recomendado por Lonely Planet Magazine como "el blog en español más completo sobre Irlanda". Imprescindible para todos los amantes de este país. Además en este blog podéis votar el relato de "Regreso a Innisfreee" que más os ha gustado (se pueden marcar hasta tres).

La otra novela de este autor es "La mirada del bosque" (Paréntesis, 2010), una historia policíaca, ambientada, cómo no, en la Irlanda rural, con el sentido del humor y el sabor de los cuentos irlandeses. No la he leído todavía pero queda apuntada en mi lista de “lecturas pendientes”.Chesus Yuste

Además también  tiene su propio blog donde combina su faceta como político y su actividad como escritor.  Fue diputado de Chunta Aragonesista (CHA) y de la coalición La Izquierda de Aragón en el Congreso de los Diputados por la circunscripción de Zaragoza desde las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 hasta el 2 de julio de 2014.

También nuestra recomendación para la editorial Xordica, culpable de la edición de este título y con un interesantísimo catálogo así como de una edición muy cuidada.

Historias mínimas. Javier Tomeo

Cubierta de Historias mínimas, Javier TomeoHistorias mínimas. Javier Tomeo
Barcelona: Anagrama, 1996

Historias mínimas (Madrid: Mondadori, 1988)

Las Historias mínimas de Javier Tomeo son piezas breves con forma dialogada, pequeñas escenas teatrales, en las que intervienen personajes acompañados por una voz narrativa en forma de acotaciones que aporta el punto de vista o algún detalle esencial para la comprensión del texto. Es decir, economía (pero afilada economía) de recursos para obtener un efecto en el lector. Temáticamente hablando abordan casi siempre los límites o precipicios de la realidad, de modo que unas veces los textos se mueven entre las aguas turbias del absurdo, otras se tiñen de un humor extraño, perturbador, y otras de un lirismo casi dulce. Los personajes son seres imperfectos desencajados de la norma, de las rutinas cotidianas que conducen al éxito en las cuestiones prácticas, y cuyo fracaso acaba produciendo una inevitable ternura.

XI

Los dos hombres están sentados en un banco, en la plaza del pueblo. Silencio. Estrellas, luna circular y el ulular paciente del mochuelo que reclama a su hembra.

HOMBRE PRIMERO. Tomás.

HOMBRE SEGUNDO. Qué.

HOMBRE PRIMERO. Fíjate en aquella estrella.

HOMBRE SEGUNDO. ¿En cuál?

HOMBRE PRIMERO. En la que está junto a la veleta del campanario.

HOMBRE SEGUNDO. Sí, ya la veo, ¿qué pasa?

HOMBRE PRIMERO. Mira.

Hincha el pecho, sopla con fuerza y la estrella se apaga.

HOMBRE SEGUNDO. (Admirado.) ¡Oh!

Silencio. Por allá se acerca el borracho del acordeón. Muge una vaca y las gallinas del corral se despiertan sobresaltadas.

Personajes (entrañables criaturas los llama Tomeo en la nota introductoria) que con toda la fuerza del absurdo andan metiendo el mar embravecido en una botella para dejar vía libre a una columna de rescate; capturando la luz de la luna para hacer un regalo; preguntándose quién es uno mismo ante la certeza de una foca, un elefante, un camello y un chimpancé… y así hasta protagonizar cuarenta y cuatro situaciones perfectamente perfiladas, perfectamente esenciales, perfectamente imperfectas.

Javier Tomeo (Quicena, Huesca, 1932 – Barcelona, 2013) cursó Derecho y Criminología en Barcelona. Algunas de sus obras, incluidas estas Historias mínimas, se representaron fuera de España con notable éxito. Numerosos títulos conforman su particular universo de seres inclasificables, entre ellos Amado monstruo (1984), El gallitigre (1990), La agonía de Proserpina (1993), o Cuentos perversos (2003).

Javier Tomeo en la Biblioteca UPM
 

Personajes secundarios, Manu Espada

Cubierta de Personajes secundarios, Manu EspadaPersonajes secundarios
Manu Espada
Palencia: Menoscuarto, 2015

En esta colección de microrrelatos llueve al principio y al final. Y no es casualidad. Imagino al autor sumergiendo las palabras, inundando el tiempo que le ha llevado escribirlas. La lluvia y el viento azotan las primeras páginas, la tormenta se ha desatado por un diagnóstico difícil de capear: Daniel, el hijo de Manu Espada, tal vez no pueda hablar, tiene autismo. El ciclón se lo lleva todo. Ilusión, proyectos, hasta los protagonistas de los cuentos; quedan allí agarrados los personajes secundarios, nada más. Pero la tormenta de las últimas páginas es diferente, trae más que arrebata, se ha calmado el viento.

Meses más tarde de aquella primera hoja dijo “agua”. Se escuchó a sí mismo y le brillaron los ojos. Su primera palabra. Fue emocionante escuchar una palabra. Desde entonces, su vida está estrechamente unida al agua. Le encanta nadar.

Entre uno y otro aguacero lo que vamos a encontrar es el espacio en que los rebeldes secundarios, a la vez que Daniel, libran su batalla por adquirir voz. Del silencio al ruido, y de ahí a las palabras. Dándole estructura, razón de ser al conjunto van los textos que han nacido más directamente como resultado de las experiencias del autor con su hijo (que son los más conmovedores, vaya como ejemplo el precioso “El niño que se comía las palabras“). Y en medio, los otros, los de personajes secundarios propiamente dichos, pero secundarios no sólo como Watson lo es de Holmes, sino en más amplio sentido: son secundarios los protagonistas con respecto a sus autores (como le ocurre a Augusto Pérez en Niebla), los actores de cine mudo con respecto a los de cine sonoro, las ayudantes de los magos, el suicida entendido como dato estadístico… También, como no podía ser de otra manera son las palabras, y la reflexión sobre el lenguaje, las que están en el génesis de un buen puñado de los textos.

Fotografía de Manu EspadaMarca de la casa de Manu Espada -además de la riqueza en detalles, la variedad técnica y la significativa carga explosiva de sus piezas mínimas- es su notable interés por la dimensión visual del microrrelato, de modo que pasando páginas uno se tropieza con letras que se evaporan como gotas de lluvia, con frases que han encogido por culpa de una errónea programación de la lavadora, con un texto reversible, y…, en fin, con cantidad de imprevistos que sorprenden al lector al tiempo que le dan una vuelta de tuerca (y de frescura) al género.

Tenemos, en definitiva, un libro muy personal, muy de corazón, en el que Manu Espada ha pasado por el tamiz de la ficción los últimos acontecimientos de su vida. En un ejemplo de lo que él denomina género biofantástico.

El idioma materno, Fabio Morábito

Cubierta de El idioma materno, Fabio MorábitoEl idioma materno
Fabio Morábito
México: Sexto Piso, 2014

Hay libros tan llenos de encanto, tan bien escritos, tan inteligentes, que resulta inevitable recomendarlos una y otra vez. Este es uno de ellos.

En los ochenta y cuatro textos incluidos en El idioma materno (publicados originalmente en el diario argentino El Clarín) Fabio Morábito reflexiona sobre las experiencias que desde temprana edad han contribuido a convertirle en el escritor que hoy es. Da cuenta en ellos del origen de una vocación.

Fabio Morábito nació en Alejandría, Egipto, en 1955, de padres italianos, desde los tres años vivió en Milán y a los quince se trasladó a México, donde reside hoy en día. Escribe en español. De ahí que una de las más importantes líneas de reflexión que cruzan el libro esté relacionada con el idioma materno y con el oficio de traducir. Además, entre otras muchas cosas, habla de lectores y sus costumbres, de los que subrayan, de los que saben poner las comas, de poesía (“Los poetas no escriben libros”), de literatura desde puntos de vista interesantes (¿por qué Dostoievski nunca escribiría Robinson Crusoe?, ¿es El castillo de Kafka una historia de amor? ¿cómo es posible conocer la obra de Vallejo sin haber leído un solo poema?).

El idioma materno de mi mujer es un idioma que yo no hablo; ella, en cambio, habla mi lengua materna. Nos comunicamos a través de un tercer idioma, que es el idioma del país en que vivimos. El que yo no hable ni entienda la lengua materna de mi mujer, al revés que ella, que habla la mía sin dificultad, me otorga una gran ventaja. Al estar expuesto en mi casa a un idioma extraño, que no entiendo ni quiero entender, la calidad de misterio de mi vida es superior a la suya.

También hay textos que sin dejar de lado por completo estos intereses ni el tono reflexivo, adoptan la forma de cuentos o episodios rescatados del pasado. Breves -ninguna pieza ocupa más de dos carillas-, precisos, con un lenguaje rayano en lo poético y dotados de fino humor. De elegir uno, sería Lluvia nocturna. En él, Fabio cuenta cómo una abuela descubre que a través del telefonillo de casa puede oír el repiqueteo de la lluvia sobre el toldo de la entrada. Ese sonido, más intenso, diferente al de las gotas golpeando las ventanas significa para ella un descubrimiento, el hallazgo de un tesoro. Desde entonces arrima su silla para no perderse detalle, dicta turnos breves para hijos y nietos, no cede la posición. ¿Y por qué lo hará?, el texto no lo revela. Yo digo que porque la abuela, en su cabal sabiduría, es sensible al prodigio de que te cuenten al oído, aun sin palabras.

Un libro para leer y releer, de esos que no se dejan demasiado lejos porque tarde o temprano apetece revisitar. Afortunadamente hay quien hace, escribiendo, lo mismo que la lluvia del cuento.

Aquí un fragmento de “El idioma materno” leído por el propio autor.

1 4 5 6 7 8 12