Agosto 1914 de A. Soljenitsin

Agosto 1914

Alexander Soljenitsin

Barral Editores

 

A finales de agosto de 1914 se produjo la batalla de Tannenberg en la Prusia Oriental entre el ejercito alemán y el ejercito zarista que supuso una derrota descomunal de este último y convirtió en héroes a Hinderburg y Luddendorf. En ese contexto se desarrolla la novela de Soljenitsin.

Es pues la narración de una derrota, del sufrimiento humano inherente a la guerra, de la complejidad de la misma llena de decisiones absurdas, sin sentido.

Es una novela llena de una pléyade de personajes,  desde el más sencillo soldado hasta el general laureado. Todos ellos muestrn su humanidad con sus defectos y sus virtudes,  sus emociones, sus pensamientos, miedos, dudas. En definitiva mostrando la complejidad del ser humano.

Agosto 1914 también es una critica no solo de la guerra sino también de los sistemas autoritarios que llevan a los pueblos a la tragedia.

Alexander Soljenitsin en la Biblioteca Universitaria UPM

Ninguna facultad innata nos trae alegrías únicamente, siempre van alternadas éstas con las contrariedades. Pero cuando el hombre de excepcional talento es un simple oficial, esto resulta un suplicio. El ejército se pliega con entusiasmo al hombre de brillantes facultades cuando éste ya ha empuñado el bastón de mariscal. Pero mientras trata de alcanzarlo, el bastón le golpea siempre en las manos. La disciplina, base del ejército, siempre está contra el talento en ascenso y todo cuanto en el se arremolina y le desgarra debe ser frenado, concertado, subordinado. Nadie de cuantos se hallan por encima de él puede tolerar a un subordinado tan arbitrario. Por ello no avanza más de prisa que las mediocridades, sino más despacio.

‘El bello verano’, por Cesare Pavese

Pavese escribió esta novela durante un mes de marzo. Por eso es buena idea leerla en invierno: así uno se inflige ese anhelo por el verano que desprenden sus páginas, el mismo que atenaza a Ginia con la llegada del otoño. Cafés, la voracidad de una amiga tres años mayor, la libertad oculta en un mísero estudio de pintor o unos ojos claros e hirientes. Sumergido en la confusión de las nuevas geografías existenciales, El bello verano explora ese momento de transición decisivo, ese gesto inadvertido que desecha, quizá definitivamente, la película que protege el mundo de la infancia.

Comentario realizado por: Laura Cano.

Drácula. Bram Stoker

Drácula

Bram Stoker

Alianza Editorial

Drácula en la Biblioteca Universitaria UPM

Hoy traemos a Nosolotecnica un clásico de la literatura de terror, ya instalada en el imaginario colectivo, Drácula.

Utilizando un formato epistolar, Stoker narra la historia bien conocida del conde Drácula que desea viajar desde Transilvania a Inglaterra. Para ello se vale de la ayuda de Jonathan Harker que se traslada a su castillo para comprar diversas propiedades en las islas. A partir de ahí se irán introduciendo diversos personajes, Mina, Lucy, el doctor Seward, Van Helsing etc.

La lucha entre la vida y la muerte, el bien y el mal, el deseo humano, la sexualidad reprimida, se plasman en este clásico de la literatura universal.

Publicada en 1897, ha sido adaptada en muchísimas ocasiones de forma más o menos fiel en el cine, el teatro, la televisión, las novelas gráficas, la radio.

Ya en 1922, FW Murnau llevó a la gran pantalla una adaptación de la novela de Stoker con Nosferatu. En 1931 Tod Browning hizó su versión del la historia del conde con Bela Lugosi como protagonista.

En 1938 el Mercury Theater de Orson Welles la adaptó para su transmisión radiofónica.

Desde entonces han sido innumerables las versiones de este clásico universal que no hay que perderse y que garantiza unas horas de entretenimiento y…miedo.

-¡Sea bienvenido a mi morada! ¡Entre en el castillo por su propia voluntad!

No avanzo hacia mi, sino que permaneció más allá del umbral, semejante a una estatua, como si el primer hecho que hizo para saludarme le hubiera petrificado. Sin embargo, apenas hubre franqueado el umbral, vino hacia mi, precipitándose casi a mi encuentro, y con su mano tendida asió la mia con una fuerza tal que me estremeci de dolor…tanto más cuanto que aquella mano tan poderosa estaba helada como la nieve, semejando más la mano de un muerto que de un vivo.

¡Sea bienvenido a mi morada! – repitió – Entre por su propia voluntad, entre sin temor y deje aquí parte de la felicidad que lleva consigo…

¿El conde Drácula?- pregunte para asegurarme.

El anciano se inclinó cortésmente.

Sí, soy el conde Drácula…

CAMPUS SUR LEE: Memorias del subsuelo. Fiodor M. Dostoievski

Fiodor M. Dostoievski en la Biblioteca UPM

Memorias del subsuelo en la Biblioteca UPM

… Mirad: la razón, caballeros, es una buena cosa, eso es indiscutible; pero la razón no es más que la razón, y sólo satisface a la capacidad humana de raciocinar, en tanto que el deseo es la manifestación de la vida toda; es decir, de toda la humana, incluso la razón y todas las comezones posibles.  Y si nuestra vida no se revela a veces mucho en esta manifestación, es, pese a todo, la vida, y no únicamente la extracción de la raíz cuadrada. Porque yo, por ejemplo, quiero vivir de un modo completamente natural para satisfacer mi capacidad de vivir y no mi facultad de raciocinio, la cual representa próximamente la vigésima parte de mi capacidad de vivir. ¿Qué sabe de eso la razón? La razón solo sabe lo que ha tenido tiempo de saber (puede que haya algunas cosas que nunca sabrá, esto no es muy consolador que digamos, pero ¿por qué no reconocerlo?), en tanto que la Naturaleza humana actúa en masa con cuanto en ella se encierra, y se equivoque o acierte, vive.

Dostoievski, F. Memorias del subsuelo. Cátedra, 2006.

Jonathan Strange y el señor Norrell. Susanna Clarke

Susanna Clarke en la Biblioteca UPM

Se podría decir que Jonathan Strange y el señor Norrell es una obra clásica de corte decimonónico, puesto que sigue sus cánones: nos recuerda el estilo narrativo de Jane Austen y de Charles Dickens, incluso hace uso de términos de aquella época hoy en desuso. Los acontecimientos se desarrollan también en el siglo XIX, de forma que todos sus elementos se acomodan a la perfección.

Pero en su primera novela la escritora británica Susanna Clarke (1959-) se aleja de las vicisitudes cotidianas de la existencia para crear una fantasía en la que la magia, que había perdido su esplendor a lo largo de los siglos, vuelve a recuperar un papel esencial en la Inglaterra de 1806 gracias al talento del señor Norrell. Este mago excepcional acoge como discípulo al atractivo Jonathan Strange. Ambos protagonistas se postulan para dar apoyo al Duque de Wellington en la contienda que está librando contra Napoleón. El texto, para apuntalar aún más la veracidad y la credibilidad de la historia, aparece refrendado por múltiples referencias bibliográficas ficticias. De esta forma, entremezclando hechos y personajes reales con los poderes mágicos de Jonathan Strange y del señor Norrell, Sussana Clarke crea una obra única que podríamos calificar como maravillosa (perdonad la cursilería).

Después de diez años de arduo trabajo, se editó en 2004 en un volumen de 795-813 páginas (según la edición), e inmediatamente consiguió un éxito arrollador: la revista Time la nombró mejor novela de ficción y se coronó con los Premios Hugo, el World Fantasy y el Mythopoeic a la mejor novela fantástica. Como colofón a esta cosecha de éxitos, hace unos años (2015) la BBC realizó una brillante adaptación en formato miniserie de Jonathan Strange y el señor Norrell.

Jonathan Strange y el señor Norrell

Hace años, había en la ciudad de York una sociedad de magos. Los socios se reunían el tercer miércoles del mes y se leían unos a otros largos y aburridos trabajos sobre la historia de la magia en Inglaterra.

Eran caballeros magos, lo que significa que a nadie habían causado mal con la magia, como tampoco bien. A decir verdad, ninguno de ellos había obrado hechizo alguno, hecho temblar una hoja de un árbol, inducido a una mota de polvo a modificar su trayectoria ni movido un cabello de la cabeza de alguien. Pero, con esta pequeña reserva, tenían fama de ser los hombres más sabios y los caballeros más mágicos de Yorkshire.

Un mago eminente dijo de su profesión que sus practicantes “… han de estrujarse el cerebro para adquirir hasta el conocimiento más insignificantes, y muestran siempre una natural inclinación a la polémica, [1] y hacía años que los magos de York habían demostrado la exactitud del aserto.

En el otoño de 1806, se unió a ellos un caballero llamado John Segundus. En la primera reunión de la sociedad a la que asistía, el Señor Segundus se levantó para hacer uso de la palabra. Empezó su discurso felicitando a los reunidos por su relevante historial y enumeró los muchos y prestigiosos magos e historiadores que, en uno u otro momento, habían pertenecido a la Sociedad de York.   Insinuó que el conocimiento de la existencia de tal sociedad había influido no poco en su decisión de ir a York. Recordó a su auditorio que los magos del norte siempre habían sido más respetados que los del sur. Dijo también que había estudiado magia durante muchos años y conocía la historia de todos los grandes hechiceros de épocas pretéritas. Él leía las nuevas publicaciones sobre el tema e incluso había colaborado, modestamente, en algunas de ellas, pero había empezado a preguntarse por qué los grandes prodigios de la magia cuyos relatos leía, sólo existían en las páginas de los libros y ya no se los veía en la calle ni aparecían en los periódicos. Deseaba saber por qué los magos modernos no eran capaces de practicar la magia que describían. Ansiaba saber, en suma, por qué ya no se ‘hacía’ magia en Inglaterra.

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