David Foster Wallace. Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer.

David Foster Wallace. Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. Ed. Debolsillo, 2012.

Todo empezó con el encargo periodístico que la revista Harper’s, con la que ya había colaborado en otras ocasiones, hizo al autor para que contara su experiencia a bordo de un crucero por el Caribe en un superbarco de lujo, con todos los gastos pagados. 

Más específicamente: del 11 al 18 de marzo de 1995, de forma voluntaria y retribuida, me embarqué en un crucero de siete noches por el Caribe (7NC) a bordo del Zenith/Nadir, un barco de 47.255 toneladas propiedad de Cruceros Celebrity INc., una de las más de veinte líneas de cruceros que operan saliendo del sur de Florida.

Y de su experiencia en este viaje surge este libro, una sátira a modo de crónica periodística con mucho sentido del humor, con espíritu crítico de la sociedad americana de fin de siglo (el libro se publicó en 1997) y con bastante mala leche, todo hay que decirlo.

No es accidental que sean todos (los barcos) tan blancos y limpio, porque está claro que han de representar el triunfo calvinista del capital y la industria sobre la putrefacción primaria del mar. El Nadir parecía  tener un batallón entero de tipos diminutos y nervudos del Tercer Mundo que iban de un lado a otro del barco en monos azules marino buscando deterioros que solventar.

Una de las cosas que más llamó la atención del autor es la obsesión de la compañía y de toda la tripulación por lograr la absoluta felicidad de los pasajeros traducida en una atención exagerada y surrealista al cliente y reflejada en la sonrisa permanente de todos los empleados. Lo que a priori puede parecer marketing puro para David Foster es una gran “deshumanización” y en algunos casos, explotación y abusos de autoridad de algunos empleados sobre otros, que normalmente se corresponden con abusos raciales: oficiales griegos que sojuzgan a camareros rumanos, que a su vez cargan las tintas con sus subordinados.

Por cierto, la composición étnica de la tripulación del Nadir es un crisol comparable a un anuncio de Benetton, y constituye un desafío constante a localizar la composición geográfico-racial de las diversas jerarquías de empleados.

Pero a pesar de ser un observador muy crítico, el reportero también se deja llevar por los placeres del crucero desarrollando sus fobias y sus filias:

He forjado y alimentado una enemistad posiblemente eterna con el gerente del Hotel del Barco- que se llama señor Dermatis, pero que ahora y para lo sucesivo bautizo como señor Dermatitis-, un respeto casi reverencial por mi camarero y un amor tórrido hacia la encargada de mantenimiento de mi sección del pasillo de babor de la cubierta 10, Petra…que limpiaba mi camarote con un centímetro de su contenido al menos diez veces diarias pero nunca la pillaba en el acto de limpiar.

Muy instructivo y divertido leer sus reflexiones acerca de los viajeros que comparten travesía con él o los tripulantes del barco y el servicio que otorgan. Toda una experiencia para el autor y un relato muy recomendable para el lector.

David Foster Wallace (1962-2008) fue un controvertido escritor estadounidense, muy conocido por su novela La broma infinita, ​​ considerada por la revista Time como una de las 100 mejores novelas en lengua inglesa del período comprendido entre 1923 y 2006.​ A esta siguieron las colecciones de relatos Entrevistas breves con hombres repulsivos (1999) y Extinción (2004) así como los libros de ficción como el que reseñamos ahora y Hablemos de langostas (2005). Se suicidó en septiembre de  2008 tras muchos años de convivencia con la depresión. En 2011 se publicó su novela póstuma, El rey pálido.

 

La serie sangrienta de S.S. Van Dine

La serie sangrienta. S.S. Van Dine

Espasa

Sobre ella reposaba Chester Greene, de bata y zapatillas, ligeramente inclinado hacia adelante y la cabeza caída y apoyada contra el mullido respaldo. La luz artificial comunicaba a su semblante un aire espectral; sentí al contemplarle un estremecimiento de horror. Los ojos, ya salientes en estado normal, parecían ahora querer escaparse de sus orbitas; advertíase en ellos estupor indecible…

De nuevo traemos a NoSoloTecnica una novela de misterio, policiaca. Si semanas atrás traíamos una novela de Chester Himes con el Harlem neoyorkino como telón de fondo, es en esa misma ciudad de Nueva York donde se desarrolla nuestra historia. Si antes el ambiente donde transcurría la historia era duro y sórdido ahora será, por el contrario, sofisticado y elegante. Pero hay algo común a ambos; la ambición, la codicia, el crimen.

Nuestro protagonista es Philo Vance, un detective totalmente alejado de la brutalidad entendible que encarna Sepultero Ed y Ataud Jones. Más cercano al Philip Trent que retrata E.C. Bentley y que también comentamos en NoSoloTecnica. Sofisticado, lleno de ironía y con un humor muy inglés, un verdadero snob que considera investigar un crimen como hacer deporte.

¡Ay, sargento! Desde nuestra última entrevista me he sumido en el estudio de barros cocidos del Renacimiento y en otras fruslerías por el estilo. Pero me siento feliz de comprobar que el crimen brota de nuevo. El mundo sería horriblemente aburrido si no se presentase de cuando en cuando algún crimen misterioso.

La familia Greene se ve envuelta en una serie de crímenes que tienen a sus miembros como victimas de ellos ¿Un robo frustrado que acaba trágicamente?, ¿un asesinato planeado concienzudamente? Quizás todo ello, en cualquier caso un desafío para Philo Vance y para el amable lector que se adentre en sus páginas,

La serie sangrienta, en el original The Greene Murder Case, tercera novela con Philo Vance como protagonista, fue llevada a la pantalla en 1929 por la Paramount con William Powell en el papel del elegante detective.

S. S. Van Dine es el seudónimo de Willard Huntington Wright. Nació en Virginia en 1888 y murió en Nueva York en 1939.

Otras novelas del autor: El asesinato del casino; El caso del canario asesinado; Crimen en la nieve; El asesino fantasma; El caso del secuestro…

 

S.S. van Dine en la Biblioteca UPM

 

Kioto, Yasunari Kawabata

Kioto, Yasunari Kawabata
Barcelona: Austral, 2014
Traducción: Mirta Rosenberg
Título original: Koto (1962)

 

Kioto es una novela de 1962, publicada en España por Austral en 2014 con una tercera impresión en 2017. Nos retrotrae a un Japón de postguerra en los años 50 del siglo pasado, concretamente a Kioto su milenaria capital hasta 1868. El ambiente netamente oriental es todavía completamente ajeno a la cultura occidental. Apenas podemos situar cronológicamente la trama por una escueta referencia a las tropas americanas afincadas en el jardín botánico, vedado en esa época a los lugareños. Acaso también por la referencia al empleo de las pinturas de Paul Klee (1879-1940) como inspiración para el diseño de bordados para Obi (cinturón largo y muy ancho que se emplea para sujetar los kimonos).ejemplo de obi bordadocarátula del libro

La historia nos relata la vida de una pequeña familia de artesanos tradicionales y comerciantes de telas, con la búsqueda de la belleza y la armonía como elemento central, y el lento decaer de oficios ancestrales y tradiciones de trasfondo. Nos introduce en un pequeño secreto a voces de la familia: una niña abandonada, una adopción, la búsqueda de los antepasados desde el amor y el cariño a los padres adoptivos.

El hilo conductor ya se ha mencionado pero en realidad es sólo un marco en el que transcurre la vida cotidiana de unos personajes intemporales, con sus antiguas relaciones paterno-filiales y jerárquicas; las Casas de Té pobladas de maikos y geishas; los primeros pasos de un cortejo.ceremonia de entrega del premio nobel

Yasunari Kawabata (1899-1972) fue el primer japonés al que se concedió el premio Nobel de literatura; en las fotografías del acontecimiento (1968) percibimos la gran distancia cultural entre oriente y occidente en esa época. El maestro Yasunari Kawabata fue mentor de grandes escritores japoneses como Yukio Mishima (1925-1970); las notas biográficas me inclinan hacia el primero (menos atormentado). Ambos participaron en el ámbito cinematográfico bien como guionista (el primero) o actor (el segundo). El final de ambos es trágico, el primero con un suicidio ritual (seppuku) en 1970, y el segundo de una manera más prosaica en 1972, no se sabe si aquejado de una grave enfermedad degenerativa.

 

"Se dice que el arte de tejer en telar es un don que difícilmente se transmite a tres generaciones. Aún cuando el padre sea un gran tejedor, aún cuando tuviera, por así decirlo, una mano de artista, sus hijos no heredarán necesariamente esa habilidad… No olvidaré esto. No lo olvidaré en toda mi vida. No hay duda de que el ser humano es una criatura emocional"

 

Yasunari Kawabata en la Biblioteca UPM
  

Mandíbula. Mónica Ojeda

Cubierta de Mandíbula, Mónica OjedaMandíbula
Mónica Ojeda
Candaya: Barcelona, 2018

¿Sabías que los cocodrilos guardan a sus bebés adentro de sus mandíbulas?

Mandíbula es una de las novelas más interesantes que se han cruzado conmigo últimamente. Arranca fuerte, con el secuestro de una alumna a manos de su maestra contado desde la perspectiva de la víctima. Ambas se encuentran en una cabaña en algún lugar de las afueras de Ecuador, la chica está atada, hay un revólver sobre la mesa. Desde la ventana se puede ver un volcán, uno de los símbolos que van a aparecer a lo largo de la novela. Y es que lo que bulle y arde en el interior de la mente de los personajes supone una buena parte de la materia con la que se construye la narración que se avecina.

Miss Clara, Fernanda y Annelise, los tres personajes principales, irán revelando capítulo a capítulo todo lo que ha sucedido hasta culminar en una situación tan extrema. Pero la novela no es solo un thriller, ni una historia de terror sin más: trata sobre la naturaleza del miedo, con el foco de atención puesto en las relaciones femeninas mira a ver qué hay en ese abismo que se abre al cruzar el límite de lo aceptado, de lo correcto entre madres e hijas, profesoras y alumnas o amigas adolescentes. El retrato psicológico de los personajes, especialmente el de Miss Clara (que anda naufragando por la relación enfermiza que ha mantenido con su madre) es de una belleza sutil, a pesar de lo siniestro, y estremecedora.

Las chicas son alumnas en un colegio del Opus en Guayaquil, lo que hace poderoso contraste con la casa en ruinas y atravesada por reptiles en la que juegan con otras amigas a inventar historias de terror, muy influenciadas por las creepypastas que leen habitualmente en internet. Sus juegos se vuelven arriesgados, la experimentación y el aprendizaje propios de su edad poco a poco van cruzando la frontera de lo siniestro, lo innominado. En ese contexto de pérdida de la inocencia, Annelise inventa al Dios Blanco, una fuerza primordial que protagoniza sus historias y orquesta los terrores de sus amigas.

“¿Qué es lo que pasa cuando vemos algo blanco?”, le preguntó Annelise a Fernanda sin esperar respuesta. “Que sabemos que se va a manchar”.

El lenguaje juega un papel primordial en la literatura de Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988), un torrente de imágenes, un ritmo musical, capítulos armados con diferentes técnicas narrativas consiguen que la tensión nunca decaiga y convierten este libro en una impactante y adictiva lectura. Mandíbula es la segunda novela publicada en España de esta autora ecuatoriana, la precedió Nefando, publicada también por Candaya, en 2016. Otras obras suyas son La desfiguración Silva (2015), El ciclo de las piedras (2015) y Caninos (2017).

Penelope Fitzgerald. La librería.

Penelope Fitzgerald. La librería. Editorial Impedimenta, 2010.

Esta es la historia de una mujer valiente y decidida que quiere comprar un viejo edificio, Old House (con el nombre está todo dicho) en su pueblo, Hardborough, y montar en él una librería. Estamos en 1959 y el nombre de esta mujer es Florence Green. Su marido, Charlie Green había muerto de neumonía en un campo de recogida al principio de la Segunda Guerra Mundial y lo que les unió fue su amor por los libros cuando trabajaban juntos en Müller’s, una gran librería de Londres y él era el responsable de la sección de poesía.

Era pequeña de aspecto, delgada y huesuda, un poco insignificante vista desde delante y completamente insignificante por detrás. No se hablaba mucho de ella, ni siquiera en Hardborough, donde los amplios espacios permitían ver a todos los que se acercaban, y donde todo lo que se veía era objeto de comentario.

Hardborough es un minúsculo pueblo costero en el condado de Suffolk (Inglaterra), apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por lo que no tiene:

En Hardborough, en 1959, uno no podía tomarse una ración de fish and chips, ni había tintorería, ni siquiera cine, excepto un sábado por la noche de cada dos. En cierto modo, se sentía la necesidad de todas estas cosas, pero a nadie se le había ocurrido y, desde luego, nadie pensó que a la señora Green se le hubiera ocurrido tampoco abrir una librería.

Old House además de ser un edificio viejo y con serios problemas de humedad tiene otra particularidad, tiene su propio poltergeist, aunque en Hardborough lo llaman rappers (literalmete “golpeador”). Con él deberá convivir Florence.

La fuerza viva del pueblo, la señora Gamart, rica e influyente, intentará por todo los medios que la librería se cierre y establecer en Old House el “Centro para la Música y las Artes”. A su favor, Florence cuenta con el apoyo de Christine, una niña de 10 años que después del colegio la ayuda en la librería y el señor Brundish, descendiente de una de las familias más antiguas de Suffolk,  que sólo sale de su casa en verano, nunca en invierno, excepto cuando fue a visitar, por primera vez en su larga vida, a la señora Gamart y esto fue lo que le dijo:

-¿Por qué quiere que se vaya de esa casa?

– ¿No se le ha ocurrido a usted, que seguramente es un hombre que se interesa por el bienestar y el patrimonio de este pueblo, que un edificio de tanto interés histórico podría utilizarse para algo mejor?

– La antigüedad no es lo mismo que el interés histórico, dijo. De lo contrario, nosotros dos seríamos más interesantes de lo que somos…

– Lo repito: quiero que deje a mi amiga Florence Green en paz, gritó el señor Brundish. ¡En paz!

¿Conseguirá Florence resistir los ataques de la prepotente señora Gamart?

Isabel Coixet la llevó al cine en 2017 y obtuvo un gran éxito de crítica (Premios Goya 2018: Mejor película, dirección y guion adaptado). Es una película bonita y que recoge muy bien el espíritu del libro. Muy recomendable también.

Penelope Fitzgerald nació en 1916 y, autora tardía, publicó su primer libro en 1975, una biografía sobre Edward Burne-Jones y en 1977 su primera novela, The Golden Child. Con La librería fue finalista en 1978 del Booker Prize, premio que consiguió en 1979 con su siguiente novela  A la deriva. Murió en Londres en abril del 2000.

Editada en España por Impedimenta en 2010 se acaba de reeditar con un posfacio de Terence Dooley, albacea literario y yerno de la escritora británica,que da las claves del proceso de escritura de este libro.

Es una novela bonita donde se respira el amor por los libros y la lectura.

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