Bill Watterson, Calvin y Hobbes. Un mundo mágico. Ediciones B.

 

Portada de Un mundo magico_BillWatterson

Siguiendo una muy extendida tradición entre escritores en particular y artistas en general de los Estados Unidos, Bill Watterson, el autor de la mágica y divertidísima serie de comics Calvin y Hobbes, decidió abandonarlo todo,  apartarse de la prensa y del mundo, dejando huérfanos a millones de seguidores de esta tira cómica. Y lo que es peor, renunciando a seguir con sus historias.

Siempre fue algo raro, Watterson. Su lucha con los editores de los personajes para que no se comercializara ningún tipo de merchandising derivado de sus personajes es ya leyenda. Probablemente este gesto le costó millones de dólares ya que los ingresos procedentes de esta partida pueden superar con mucho a los puramente editoriales. Pero eso no le importó.

Autorretrato Bill WattersonEl autor lo explicaba así:

Mi tira trata sobre mundos privados, sobre la magia de la imaginación y de lo especial de ciertas amistades. ¿Quién creería en la inocencia de un niño y su tigre si se aprovechan de su popularidad para vender chucherías carísimas que nadie necesita?

 

 

Su última tira se publicó el 31 de diciembre de 1995 y es toda una declaración de sus verdaderas intenciones, aunque nadie pareció darse cuenta de ello hasta que el abandono se hizo oficial. Vemos a Calvin y a su inseparable y peludo amigo sobre el blanco inmaculado que una espectacular nevada ha depositado en los bosques. La nieve lo ha renovado todo dejando "lo que era familiar"  desaparecido, como si se tratara de "una enorme hoja de papel en blanco para dibujar". Y ahí se lanzan con su trineo, colina abajo, dispuestos a investigar un mundo mágico lleno de posibilidades que sería imperdonable no explorar. Explorémoslo, pues.

Para los muy fan de Bill Watterson seguro que les gusta esta web con "rarezas" del autor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dublineses, de James Joyce; Dublinés, de Alfonso Zapico

"Little Chandler apresuró el paso. Por primera vez en su vida se sentía superior a la gente con la que se cruzaba. Por primera vez su alma se sublevaba contra la insulsa inelegancia de Capel Street. No había la menor duda: si quieres triunfar has de irte. En Dublín no hay nada que hacer. Al cruzar Grattan Bridge, bajó la mirada hacia el río y vio los muelles inferiores, campadeciéndose de las pobres casas enclenques. Le parecieron una banda de vagabundos amontonados a la orilla del río, con los viejos capotes manchados de polvo y hollín, estupefactos ante el panorama del crepúsculo y esperando el primer escalofrío de la noche para elevarse por los aires, estremecerse y desaparecer." (Una pequeña nube)

 

* James Joyce:

Dubliners. Oxford : Oxford University Press, 2008.

Dublineses. Madrid : Alianza, 2011.

* Alfonso Zapico:

Dublinés. Bilbao : Astiberri, 2011.

Está lejos de poder compararse con las grandes metrópolis de Europa y del mundo en muchos aspectos. Sin embargo Dublín es un auténtico paraíso para los amantes de las letras y de los libros. Algunas de sus importantes bibliotecas pueden y merecen visitarse como monumentos, y su callejero está impregnado de referencias y testimonios de una legión de grandes autores. Entre ellos despunta James Joyce por la especial vinculación de su obra con la ciudad.

Dublineses parte de un material argumental costumbrista y de una práctica literaria aparentemente decimonónica (realismo, naturalismo). Pero a esta base Joyce le añade perspectivas surgidas de los avances contemporáneos en psicología y sociología, así como técnicas efectistas análogas a las empleadas por las vanguardias artísticas del momento. Le dolían su país y su ciudad, sentía que aparte de la dominación británica Irlanda estaba hipotecada por sus propias taras y autolimitaciones sociales: solo así se explica el enorme esfuerzo de precisa documentación invertido en la elaboración de la obra, la energía poética destilada en cada párrafo y la perseverancia ante las dificultades enfrentadas hasta su publicación. Menos complicado que otros libros suyos posteriores, resulta idóneo para acercarse a su escritura y para combinarlo con una visita a la propia Dublín actual en la que aún se pueden rastrear los lugares y trayectos frecuentados por sus variados personajes. Los pequeños relatos que lo componen a modo de álbum semiconceptual, hondos y emocionalmente contundentes, se nos antojan como canciones del mejor rock irlandés.

En caso de leer el original en inglés, recomiendo la estupenda y asequible edición de Oxford World's Classics a cargo de Jeri Johnson porque incorpora un montón de información adicional para disfrutar de Dubliners más y mejor. En castellano evitad la antigua traducción de Guillermo Cabrera Infante en favor de la más reciente y apreciable de Eduardo Chamorro, arriba citada.

"En el vestíbulo del hotel un viejo dormitaba en un enorme sillón con capirote. Encendió una vela en el despacho y marchó delante de ellos hacia la escalera. Le siguieron en silencio, hundiendo con un ruido suave los pies en la espesa alfombra de la escalera. Ella subió las escaleras tras el portero, con la cabeza inclinada en la ascensión, sus frágiles hombros curvados como bajo un peso, y la falda ciñéndola apretadamente. Él hubiera extendido los brazos para atrapar sus caderas y detenerla, pues sus brazos temblaban bajo el deseo de poseerla, y solo la violencia de sus uñas contra la palma de sus manos mantuvo el control de su cuerpo bajo aquel salvaje impulso. El portero se detuvo en medio de la escalera para poner bien la vela goteante. Ellos se detuvieron también, unos cuantos escalones detrás. En aquel silencio, Gabriel oyó caer la cera derretida en el platillo de la palmatoria, y el retumbar de su propio corazón contra sus costillas". (Los muertos)

 

Dublineses es un libro genial en sí mismo. Pero además existe otra obra maestra derivada: la adaptación cinematográfica del su relato final, The Dead, el último trabajo de John Huston antes de morir. Esta última circunstancia y su articulación con la función simbólica de la propia historia dentro del libro han terminado por convertir al binomio película-original literario en un auténtico mito de la cultura contemporánea que no os debéis perder.

Y para terminar, entre los muchos productos consagrados a la vida de James Joyce y su mundo, os recomendamos el cómic biográfico Dublinés, de Alfonso Zapico. Una obra esmerada, esclarecedora y entrañable, que está teniendo un tirón de lectura enteramente merecido y que seguramente os enganchará para siempre a la figura de este genio irlandés.

 

 

 

James Joyce también está en Bibliotecas de la UPM.

Les damos un repaso a los Superhéroes: un estudio multidisciplinar

"¿Se imaginan a Batman desayunando tranquilamente en su casa tras un sueño reparador, eligiendo y oliendo las naranjas que va a exprimir pausadamente, saboreando el café y las tostadas, y saliendo después sin prisas a dar un paseo por el Central Park de Gotham? La verdad es que es muy difícil figurarse a los superhéroes haciendo una vida cotidiana y, lo que es más importante, disfrutando de ella." (p. 65)

 

Sara Robles Ávila (coordinadora):

  • Les damos un repaso a los Superhéroes : un estudio multidisciplinar.
  • Sevilla : Comunicación Social, 2011.

 

Los superhéroes norteamericanos son ya mitos clásicos que nos ha dejado el siglo XX. Pero a día de hoy sus aventuras no parecen estar aún cerca de terminar. En cierto sentido, como los semidioses de otras épocas, vinieron a colmar las necesidades de identificación y entusiasmo de los innumerable héroes anónimos de las masas trabajadoras urbanas. La incertidumbre ante el futuro, el desasosiego, el rumbo inquietante de los desarrollos tecnológicos y las amenazas apocalípticas han seguido proporcioando durante decenios el combustible suficiente para sus altos vuelos y humanitarias hazañas. Pero parece que ninguno escape también a debilidades, condicionamientos y traumas que justamente tienen la función de hacerlos más cercanos y familiares a su público. Aspectos que resultan curiosos en sí mismos para el amante del género, y que además proporcionan claves de interpretación social e histórica de valor inestimable.

El Festival de Cine Fantástico "Fancine" de la Universidad de Málaga tiene una ya larga y prestigiosa trayectoria. En 2011 decidió dedicar su edición anual a este mundillo de los superhéroes con el encomiable objetivo de detectar y poner en evidencia ese lado suyo más humano, en definitiva de darles un buen repaso. El volumen aquí resañado es fruto de aquel encuentro. Un libro literalmente no solo técnico, pues incluye perspectivas sobre los superhéroes desde los campos de la ingeniería y de la arquitectura pero también desde otras disciplinas como las ciencias de la comunicación y la psicología. La profesora Robles Ávila ha coordinado las aportaciones de este grupo de especialistas universitarios que, unidos en su común afición por los superhéroes, consiguen dar al conjunto la consistencia de un sugerente ensayo.

Recordemos que la edad de oro de los superhéroes corresponde al período comprendido entre los años 30 del siglo XX y la Guerra Fría. Esto es válido sobre todo para las ediciones de cómics. Sin embargo el género ha conocido una recuperación notable en los últimos años, en buena parte por la sucesión de recreaciones cinematográficas cuyo punto de arranque tal vez podríamos situar en el Superman de 1978, encarnado por Christopher Reeve y dirigido por Richard Donner.

Muy interesante es el fenómeno de retroalimentación entre cómic, cine y en general el audiovisual, propiciada por los superhéroes. De hecho, el desarrollo espectacular de las tecnologías de la información da lugar a una proliferación de películas, videojuegos, etc. que incorporan rasgos característicos del género pero que no siempre tienen un precedente directo en soporte papel. Un universo fascinante y multimedia por definición, desde aquellas lejanas tiras de historietas en blanco y negro hasta las últimas creaciones audiovisuales de auténtico vértigo.

"Al llegar al final del milenio, los artesanales efectos especiales de RoboCop o Darkman ya difícilmente tenían cabida en el cine comercial. En efecto, las nuevas tecnologías no solo habían cambiado la manera de hacer cine, o incluso de publicar cómics, sino que estaban cada vez más presentes en nuestras vidas. Con Matrix (The Matrix, 1999) los hermanos Andy y Larry Wachowski consiguieron dar cuerpo al espíritu del cyberpunk mediante una deslumbrante y sofisticada amalgama de géneros y referencias culturales, desde Alicia en el país de las maravillas hasta el cine de acción made in Hong Kong." (págs. 221)

 

Dos de nuestros superhéroes favoritos: Batman y Spiderman en Bibliotecas de la UPM.

La casa en el confín de la Tierra, William Hope Hodgson

Cubierta de La casa en el confín de la tierra, de William Hope HodgsonLa casa en el confín de la Tierra
William Hope Hodgson
Madrid: Valdemar, 2009
Traducción: Francisco Torres Oliver

The House on the Borderland (1908)

Dos excursionistas se topan con un viejo diario enterrado entre las ruinas de un caserón. En sus páginas el antiguo habitante describe una serie de hechos terribles e incomprensibles: los padecimientos que hubo de sufrir tras el descubrimiento de un portal que conectaba con otra dimensión; el acoso de unas horripilantes criaturas llegadas de otro mundo; el viaje de proporción cósmica en el que se le mostrará el fin y el principio del Universo.

Tales pesadillas habitando una realidad paralela, respirando ocultas, irracionalmente, más cerca de nosotros de lo que nos gustaría, fueron motivo de inspiración para otro autor de culto como H. P. Lovecraft, especialmente en su obra Los mitos de Cthulhu. Según sus propias palabras:

La casa en el confín de la tierra (1908) -quizá la mejor de todas las obras de Hodgson- trata de un caserón solitario y temido de Irlanda, que constituye el centro de espantosas fuerzas del trasmundo y soporta el asedio de híbridas y blasfemas anormalidades que surgen de secretos abismos inferiores. Los vagabundeos del espíritu del narrador durante ilimitados años-luz del espacio cósmico y kalpas* de eternidad y su asistencia a la destrucción final del sistema solar, son algo casi único en la literatura fantástica. Por lo demás, a lo largo de la historia se pone de manifiesto la capacidad del autor para sugerir horrores vagos y emboscados en un escenario natural.

* kalpa es una palabra sánscrita que significa largo periodo temporal

La ilustración de cubierta en esta edición es obra del polaco Zdzisław Beksiński. No está de más, durante la lectura de la novela, echarle un vistazo a sus escenarios imaginados, pues sintonizan a la perfección con la angustiosa y terrorífica belleza de los ambientes creados en ella.

Cubierta del comic La casa en el confín de la tierra, de Richard CorbenAdemás, la historia tiene una versión en comic publicado por Norma Editorial en 2003, dibujado por Richard Corben y con guión de Simon Revelstroke.

William Hope Hodgson (1875-1918) es maestro del llamado terror materialista, ese terror compuesto de monstruos y criaturas corpóreas que deja atrás las clásicas historias de fantasmas y seres inmateriales.

William Hope Hodgson en la Biblioteca de la UPM

El gourmet solitario, Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi

Cubierta de El gourmet solitario, Jiro Taniguchi y Masayuki KusumiEl gourmet solitario
Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi

Bilbao: Astiberri Ediciones, 2010

Traducción: Alberto Sakai

Kodoku no gurume (1997)

Sencilla, curiosa y amable a los sentidos esta obra de Jiro Taniguchi que, originalmente publicada por Fushosha en 1997, no ha visto la luz en nuestro país hasta hace bien poco de la mano de Astiberri Ediciones.

El gourmet solitario no cuenta una historia al uso. Es decir, la trama no desarrolla una historia con principio y final. Cada uno de sus 19 capítulos  corresponde a una pequeña historia completa, en la que el protagonista es un menú distinto despachado cada vez en una zona diferente de la ciudad de Tokio. El personaje principal, nuestro solitario gourmet, es un comerciante sin horarios fijos obligado a moverse por la ciudad y alrededores. Además de comer con ganas, disfrutando e incluso recreando en su memoria tiempos pasados, observa los ambientes, el comportamiento de las personas que le rodean y, sobre todo, el aspecto de la comida, que está profusamente dibujado, detallado y explicado en muchos de los capítulos.

De este modo, el lector degustará con la vista y la imaginación una serie de platos de la cocina japonesa, más o menos apetecibles según los gustos de cada uno, pero siempre interesantes, servidos en barrios populares, en pequeños locales o al aire libre. Conoceremos el Mamekan (judías dulces con gelatina de agar) en el Distrito Taito, de Tokio; el Donburi de anguila, en el Distrito Kita; el Sanuki-udon, en el Distrito Toshima; el Curry con salchichas del estadio Meiji-jingu; un plato combinado de hamburguesa en el barrio de Oyama…

Viñeta de El gourmet solitario, Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi

Gusto por la riqueza gastronómica en un cómic idóneo para disfrutar de la comida tradicional japonesa. Además, va precedido de un breve prólogo de Alberto Sakai con apuntes sobre la misma, por si algún no iniciado necesitara tomar unos entrantes antes del plato principal.

¡Buen provecho!

Jiro Taniguchi nace en la prefectura de Tottori, Japón, en 1947. Con el primer volumen de “Barrio lejano” obtuvo en 2003 el premio Alph´Art en el Salón de Angoulême. Otras obras suyas son “El caminante” y “El almanaque de mi padre”.

Masayuki Kusumi nace en Tokio en 1958. Además de guionista de cómics ha realizado trabajos como ilustrador, ensayista, diseñador y músico.

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