El baile / Irène Némirovsky

Cubierta de El Baile, de Irène NémirovskyEl Baile
Irène Némirovsky
Salamandra: Barcelona, 2006

 

Esta es la historia de la relación entre una madre y su  hija adolescente.

Después de leer esta frase pocos habrán imaginado que la madre es cruel con la hija, que la ofende y no tiene ningún interés por ella.

El Baile rompe ya de entrada, de una forma terrible, el mito de la bondad infinita y universal de las madres para los hijos. Esa imagen idílica del hijo  feliz.

La protagonista llamada Antoinette tiene catorce años y una madre que le dice que todo lo hace mal,  ofensa tras ofensa va alimentando un verdadero odio de la niña hacia su progenitora.

Todo es un cuento, el buen Dios, la Virgen, cuentos como los padres buenos de los libros y la infancia feliz… ¡Ah sí, la infancia feliz, ¡menuda mentira!… Feliz… feliz… ¡Preferiría estar muerta y enterrada!

La famila vive en un lujoso piso de París gracias a un “golpe” de suerte en la Bolsa. Convertidos de repente en nuevos ricos necesitan tener un hueco en la sociedad y conocer a gente elegante y poderosa. Para eso organizan un baile fastuoso para doscientos invitados al que no permiten que asista su hija.

Con lo que no cuentan es con que esa hija tan insignificante, tan torpe, tan incapaz para todo tendrá un papel protagonista en los acontecimientos.

La descripción de aquella sociedad, la soledad que siente la niña, la amargura que le produce ver parejas de enamorados, la crueldad y la avaricia de los padres… Todo está narrado en cien páginas con una eficacia brillante.

Fotografía de Irène NémirovskyLa autora tampoco tuvo, qué casualidad,  una relación amorosa con su madre, que la abandonó pronto en manos de nodrizas y profesores. Había nacido en  Kiev (Ucrania) en 1903, vivió en Paris donde estudió literatura en la Sorbona y moriría en Auschwitz en 1942.

Está considerada como una de las grandes escritoras francesas del siglo XX.

Este y otros libros de Iréne Némirovsky en la Biblioteca de la UPM.

Cuentos de La Alhambra, Washington Irving

Cubierta de Cuentos de la Alhambra, Washington Irving

Cuentos de La Alhambra

Washington Irving

En mayo de 1829, acompañado por un amigo, miembro de la Embajada rusa en Madrid, capital de España, inicio el viaje que había de llevarme a conocer las hermosas regiones de Andalucía.

Las amenas incidencias que matizaron el camino se pierden ante el espectáculo que  ofrece la región más montañosa de España, y que comprende el antiguo reino de Granada, último baluarte de los creyentes de Mahoma.”

 

Así empieza el escritor americano Washington Irving este libro famoso del que todos hemos oido hablar pero que pocos han leido. Es una obra fascinante y muy entretenida desde distintos puntos de vista.W. Irving y su perro. Felix O.C. Darley, 1860.

La primera sorpresa es que bajo este título se agrupan contenidos diversos, los cuentos son sólo una parte de la obra.

Es un libro de viajes porque la primera parte la dedica Washington Irving a narrar su viaje por España y lo hace con un encanto y viveza extraordinarias.

Puerta dela Justicia. J-P Girault, 1833.Es también un diario que recoge sus reflexiones personales ante el descubrimiento de la realidad española y es, en su última parte, un libro de cuentos  maravillosos inspirados en leyendas hispano musulmanas. Los cuentos le han convertido en un escritor mundialmente famoso y proyectaron a España y a la Alhambra hacia el extrajero más que ninguna otra obra del siglo XIX.

Placa que recuerda en La Alhambra el paso de Washington Irving.

Irving conoció una Alhambra habitada por personajes curiosos, se alojó en una pensión dentro de su recinto y trasmitió una fascinación por aquellos  escenarios que hizo que vinieran a España en el siglo XIX intelectuales y artistas de toda Europa. Pintores, escritores, científicos, filósofos, botánicos…todos soñaban con ver los escenarios de los cuentos  nazaríes de  Washington Irving.

Quizas no se ha reconocido oficialmente como se debe la trascendencia de esta obra. Con Washington Irving  tenemos los españoles una deuda de eterna gratitud porque después de su visita a Granada, La Alhambra, también para nosotros, nunca volvió a ser la misma.

Éste y otros títulos de Washington Irving en la Biblioteca UPM.

 

 

El botánico H.M. Willkomm (1821-1895)

Cartel exposición: El botánico H.M. WillkommEl botánico H.M. Willkomm (1821-1895) : la aventura de la biodiversidad por los caminos y paisajes de España.

Exposición bibliográfica

Rectorado Universidad Politécnica de Madrid

Calle Ramiro de Maeztu, 7

Madrid 28040

Del 10 al 30 de noviembre de 2010

De lunes a viernes de 9:00 a 20.00 h.

La lista de los intelectuales europeos que nos visitaron durante el siglo XIX es muy larga y en ella encontramos figuras muy conocidas como Hans Christian Andersen, Theophile Gautier, Prosper Merimée, Alejandro Dumas, Richard Ford, o Washington Irving pero no solo nos visitaron  escritores.

También vinieron científicos como Alexander Humboldt, Edmond Boissier y H.M. Willkomm.

Este último, el eminente botánico alemán H. M. Willkom, (1821-1895), es el protagonista de la exposición que hasta el día 30 de noviembre de 2010 estará montada en el hall del Rectorado de la Universidad Politécnica de Madrid.

En el se unieron el científico riguroso y el viajero romántico.

Llegó a España con 23 años y había leído entre otros libros los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving. Tras visitar Barcelona, Valencia y Madrid organizó el viaje a la ciudad con la que soñaba desde niño: Granada.

Recorrió las sierras en un caballo cargado de pliegos de papel con un criado andaluz que le cantaba romances. Y empezó a considerar la posibilidad de hacer un estudio general sobre la flora de la Península Ibérica.

Para poder estudiar nuestras plantas en su totalidad viajó tres veces a España (1844, 1850 y 1873) y el resultado de su esfuerzo es la mas importante obra  que ningún botánico extrajero ha hecho jamás sobre la flora española y una de las obras maestras de la ciencia botánica europea.Fotografía inauguración exposición

Su título es Prodromus Florae Hispanicae (1861-1880). Las ilustraciones que complementan esta obra, realizadas por el propio Willkomm que era además un gran dibujante, se pueden ver en la exposición y al tiempo descubrir a un personaje que aunque es reconocido como un maestro por los botánicos españoles es un desconocido para todos los demás.

Podéis ver imágenes aquí

Diarios de Zenobia Camprubí

Cubierta de Diario: 1. Cuba (1937-1939). Zenobia CamprubíDiarios (Cuba, Estados Unidos, Puerto Rico)

Zenobia Camprubí

Alianza, 2006

 

Estos diarios que podíamos llamar íntimos tienen un interés múltiple. Además de trasladarnos a la vida cotidiana del matrimonio Jimenez Camprubí nos muestran la vida del exilio español en América durante, y después, de la Guerra Civil española.

Zenobia, aunque nacida en Cataluña, era la hija de un ingeniero de caminos navarro y una rica norteamericana de origen puertorriqueño. Sus padres se separaron pronto y ella pasó temporadas en EEUU, donde tenía familia y  amigos, y otras temporadas en España donde vivía su padre.

Conducía su coche, viajaba sola por el mundo, puso una tienda de artesanía popular en Madrid en los años 30, era una lectora incansable y formó parte del Lyceum Club Femenino de Madrid donde conoció a mujeres como María de Lejárraga, Victoria Kent o Carmen Baroja. Era una mujer moderna.

Era además alegre, cosmopolita y muy sociable,  y aunque estaba lejos de ser una intelectual, si era una mujer culta. Escribía desde niña sus diarios y sus relatos en los dos idiomas. El primero de ellos se publicó en 1902 cuando tenía 14 años.

Conoció en 1913, en Madrid, a Juan Ramón Jimenez, se casaron en 1916 en Nueva York  y le dedicó su vida entera desde entonces.

Durante el larguísimo viaje que hizo el poeta solo desde Madrid hasta Nueva York para casarse, tomó notas por tierra y por mar, y esas notas serían luego su obra titulada Diario de un poeta recién casado.

Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez

Vivireron en Madrid hasta que empezó la Guerra Civilº y se marcharon exiliados a América, nunca volvieron.

En el terrible exilio escribió estos diarios intimos que publicó Alianza y que eran el lugar donde se encontraba con ella misma, donde recuperaba la fuerza que le era necesaria para seguir con una vida tan difícil e ingrata como la que le tocó vivir.

Sus páginas están llenas de España; esperar noticias de la Guerra Civil, de los amigos, de los familiares, (en el frente del Ebro murió un sobrino de JRJ), la preocupación constante por los niños españoles, por sus papeles que ¿seguían? en su casa de Madrid. En América se relacionan con otros intelectuales españoles exiliados, no tienen apenas dinero, ella da clases de español para aliviar la situación, el se deprime tan lejos de su paisaje y tan solo, ella le intenta animar de mil maneras. Soledad, añoranza, y una manera de contar su día a día con una frescura y una verdad que atrapan.

Los tres lugares donde vivieron el exilio se corresponden con los tres tomos de la obra:

Cuba (1937-1939)

Estados Unidos (1939-1950)

Puerto Rico (1951-1956)

Zenobia hizo de agente literario, de psicólogo, de secretaria, de enfermera, de traductora  y renunció a todo su mundo, sus amigos, su familia, sus viajes y su bienestar por Juan Ramón Jimenez y su obra.  En ocasiones, cuando conocía a algún  profesor interesante en la universidad donde daba clases le pedía que fuera a su casa para que estimulara la mente de Juan Ramón.

Fotografía de Zenobia Camprubí

29 de noviembre de 1937. Lunes

Por la tarde me quedé en casa leyendo y escribiendo. J.R. tenía visita y me trajo un pequeño ramito de rosas para que me hicieran compañía mientra él estaba fuera. Siempre hace estas cosas tan calladamente que una tiene que mirar alrededor para descubrir que las ha hecho. Muy pocas veces es efusivo, pero constantemente tiene estas manifestaciones silenciosas de la emoción de su espíritu.

 

 

 
 

Lo que hemos comido. Josep Pla

Cubierta de Lo que hemos comido, Josep PlaJosep Pla
Lo que hemos comido
Destino
2006

Josep Pla no comía mucho, no sabía cocinar, no era un gastrónomo ni era un gourmet, pero tenía un paladar fino. Le gustaban las comidas con amigos y uno de ellos, el historiador Vicens Vives, le pidió que escribiera sobre el tema  para enseñar a la gente a comer.

No le interesaba la cocina trascendente y sofisticada pero sabía que una buena comida podía traspasar los límites del olfato y del gusto llegando al espíritu.

Era defensor acérrimo de las sopas y se lamentaba a menudo de que el repertorio español fuera, a diferencia de lo que ocurre en centroeuropa, tan corto en cremas y en purés. Sus opiniones eran rotundas y categóricas, mientras le parecían de categoría dos salsas muy utilizadas por la cocina española: la mayonesa y el alioli, decía con rotundidad que tanto la frecuente salsa de tomate como el mal uso y abuso del zumo del limón son capaces de estropearlo todo.

Josep Pla retratado por Joan Martí Aragonés

Por comer bien entendía: saber lo que se come, valorar en qué momento del año se come (productos de estación) y cómo está guisado.

Le gustaba la cocina con memoria, la tradición, base de cualquier evolución. Hoy que los cocineros españoles están considerados como los mejores del mundo, lo que prima como valor en los fogones es la innovación, la creatividad, que en su máximo extremo llega a la cocina espectáculo que pretende sorprender al comensal.

Seamos leales a algo por una vez en la vida. Que los guisantes sigan siendo guisantes.

Que Pla sabía lo que comía y cómo se tenía que comer, queda más que demostrado al comprobar que sus dos reglas de oro son hoy los pilares de la cocina de los grandes chefs con muchas estrellas Michelín. La lealtad y respeto por los productos de la tierra, cocina de proximidad y respetar el sentido del tiempo, de temporada.

Al regresar de un largo viaje y reencontrarse con una simple sopa de pescado desaparece su habitual cinismo y la emoción le hace llorar.

Nadie sabe qué será el futuro y nadie puede saberlo. Lo único que sabemos a ciencia cierta es que desde que todo el mundo se ocupa del futuro no se puede comer una tortilla decente.

Ojo, este no es un libro de recetas sino la recopilación de 56 artículos escritos por Josep Pla sobre diversos temas relacionados con la comida.

¿De postre? El flan de huevo. Casi siempre de dos en dos.

Josep Pla en la Biblioteca UPM

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