Continente salvaje. Keith Lowe

Cubierta de Continente salvaje, Keith LoweContinente salvaje
Keith Lowe
Galaxia Gutenberg, 2012
Traducción de Irene Cifuentes

Continente salvaje nos sumerge en la Europa de posguerra de la Segunda Guerra Mundial, un mundo caótico, lleno de vandalismo, venganzas, guerras civiles, deportaciones y destrucción. ¿Cómo subsistir en ese ambiente de inestabilidad, hambre y violencia? Lowe nos muestra, a través de numerosos testimonios y un estilo tan accesible como eficaz, la degradación moral, el próspero mercado negro, la delincuencia, el destino de los prisioneros de guerra alemanes, el odio acumulado de los presos liberados de los campos de concentración. “La historia de Europa en el periodo inmediato de posguerra no es por lo tanto, y sobre todo, una de reconstrucción y rehabilitación; es, en primer lugar, una historia de la caída en la anarquía”.

La guerra borró las fronteras de Europa, sus instituciones, leyes, gobiernos y a casi 40 millones de personas que, entre civiles y militares, murieron en la contienda. En ese mundo sin referencias sobrevivir dependió, en gran parte, del grupo de pertenencia y, una vez vencido el enemigo común: el nazismo, esos grupos aprovecharon la inercia de odio y violencia para ajustar posiciones en sus respectivos países y eliminar a sus contrarios mediante guerras raciales, étnicas, religiosas, civiles o de clase. Partisanos contra fascistas; polacos contra alemanes; serbios contra croatas…. y un antisemitismo común que, lejos de apagarse, resurgió con más fuerza. Antiguos conflictos y nacionalismos que, manejados hábilmente por soviéticos y aliados, sirvieron para instaurar un nuevo orden mundial.

Fotogradía de Berlín, enero 1945

Años después de la guerra fría, los odios siguen latentes. Resultó imposible crear estados étnica, religiosa o socialmente homogéneos y en todos lados quedaron ascuas que aún se encienden. Pero conocer la historia es poner las cosas en su sitio, asumir responsabilidades y encontrar el punto exacto entre la memoria y el olvido, entre lo que unos quieren recordar y otros necesitan olvidar. Desmontar falsos mitos y victimismos es evitar que se haga política con la Historia. Y leer este libro es un buen comienzo.

Keith Lowe es un historiador londinense, nacido en 1970, experto en la II Guerra Mundial. Es autor de Inferno: The Devastation of Hamburg, 1943.

Rosa Molina

Terele Pávez. Una grande de la escena española.

Terele Pávez

Por fin los Goya han hecho justicia con una de nuestras grandes de la escena, Terele Pávez. No sé por qué hay personas a las que nunca, o muy pocas veces, se les reconoce su mérito, es el caso de esta gran intérprete del teatro y de la pantalla, en este orden, porque primero, es una gran dama del teatro, y segundo, una maravillosa actriz de cine.

Por fin, se reconoció el gran talento de Terele Pávez, obtuvo el Goya a la mejor interpretación femenina de reparto, pero yo creo que este Goya no fue sólo por este personaje en las Brujas de Zugarramurdi de Alex de la Iglesia, fue un premio y un reconocimiento a su larga trayectoria profesional, como así lo reconocieron todos con esa grandísima ovación, y el auditorio puesto en pie, que le dedicaron cuando subió a recoger el premio. ¡Que emocionada estaba!; sí, tenía todo el derecho a estarlo, era el orgullo de que por fin, después de tres décadas de dedicación al mundo de la interpretación, veía recompensada su carrera.

Terele Pávez en Los Santos Inocentes

¿Quién no recuerda su personaje de Régula en los Santos Inocentes?, esa maravillosa obra escrita por uno de mis más admirados autores, Miguel Delibes, y llevada al cine por otro gran director como es Mario Camus. Un personaje este de Régula, trabajadora infatigable y conciencia social de su familia, que, dicho por ella misma, la ha marcado para siempre, interpretación de la que podemos disfrutar ahora mismo visionando la magistral adaptación a la pantalla de Mario Camus

Terele Pávez en La CelestinaNo podemos olvidar su interpretación de La Celestina, tanto en cine (donde ni se la nominó para el Goya), como en el teatro, siempre magnífica en su interpretación de un personaje tan representado, y tan difícil de representar, que ella siempre ha sabido dar con ese magisterio que Terele Pávez recrea sus personajes.

Su desgarradora voz, su personalidad y su pasión hacen de esta gran actriz que los adjetivos que se puedan utilizar para definir la excelencia de una intérprete se quedan cortos. Hoy, y a pesar de una larga lista de premios obtenidos, el cine puede decir que ha honrado a una gran intérprete de la que esperamos disfrutar mucho más tiempo, y que ahora mismo podemos extasiarnos con su personaje en la obra de teatro “El Cojo de Inishmaan”, acompañada de otra gran actriz que es Marisa Paredes.

Gracias por habernos deleitado y seguir disfrutando de tus personajes, ¡enhorabuena Terele! porque por fin La Academia ha reconocido tu talento, y esperamos seguir viéndote cada día en el escenario y en la pantalla regalándonos tu universo interpretativo.

Terele Pávez en la Biblioteca UPM

Isabel Mendoza García

 

Intemperie. Jesús Carrasco

Intemperie. Jesús CarrascoIntemperie
Jesús Carrasco
Seix Barral, 2013

Intemperie: Desigualdad en el tiempo. Destemplanza. Al raso. A cielo descubierto, sin techo ni otro reparo alguno.

Jesús Carrasco ha dado en el clavo al poner título a su ópera prima, una novela rural sobrecogedora, seca, descarnada, que deja al lector al raso emocional. Una historia tremebunda narrada con una prosa podada al máximo, que se niega a derrochar palabras pero con un vocabulario riquísimo que recupera del olvido términos del mundo rural que nos obligan a tener a mano un diccionario con el que subsanar nuestra ignorancia: ataharre, taray, mechinales, cresota, apersorgar, trébede… Si estuviéramos jugando al Trivial, casi seguro que no nos llevábamos el “quesito”.

Un niño ha huído de su hogar y se empeña en no ser descubierto. El olivar es su origen; el llano seco y polvoriento, su camino; el norte siempre verde, su destino. Un viejo cabrero reumático y solitario, la persona que le devuelve la confianza y le ayuda a seguir oculto de sus perseguidores.

Se preguntó si habría algo en la línea que cubría su posición con
ese norte total que pudiera convenirle. Quizá frutales en los
bordes de los caminos, fuentes de agua limpia, largas primaveras

 

El autor no nos lo pone fácil. Es el lector el que tiene que completar una historia que se nos presenta incompleta: desconocemos los motivos de la huída, el espacio y el tiempo en los que se desarrolla la acción, los nombres del chico, el cabrero o el alguacil que le persigue. Extraordinario recurso de Jesús Carrasco que nos obliga a ir “al grano” eliminando la paja y a engancharnos a la trama sin adornos. Una historia en la que la violencia, la miseria, los bajos instintos y la aridez del paisaje y de los sentimientos se contraponen a la compasión, la dignidad, la solidaridad y la justicia.

Lo que quise sacar de forma clara fue la relación del hombre con
la tierra, con la dignidad, con la justicia, con la toma de partido
ante un hecho violento; con todo aquello que nos pasa en la vida
diaria, sin importar el sitio o la fecha en la que se haya producido.

 

"Mejor obra 2013” (Libreros de Madrid), “Libro del Año” (Holanda), parece que cada vez somos más los que hemos emprendido este camino árido desde la indecencia a la dignidad y nos hemos sacudido el polvo del secarral para llegar al límpido norte de largas primaveras…

 

Jesús Carrasco en la Biblioteca UPM

Chiruca Casado

 

2 francos 40 pesetas. Una película de Carlos Iglesias.

 

2 francos, 40 pesetas

Guión, dirección e interpretación Carlos Iglesias.

El pasado lunes, 16 de septiembre, tuve el placer de asistir, en el cine Callao de Madrid, a un pase especial para el público de la nueva película de Carlos Iglesias “Dos francos 40 pesetas”. Os sonará, ¿verdad?, sí, claro, es una nueva historia sobre la emigración de los españoles a Suiza que ya nos contó en su primera película “Un franco 14 pesetas”; en realidad es una continuación de aquélla.

Carlos Iglesias nos vuelve a relatar una historia sencilla, de gente sencilla que lucha por su propia existencia y por su felicidad. Retoma la historia de Martín y Marcos, los dos amigos que emigran a Suiza en los años 60 y que llevan siete años sin verse, y la retoma a través de la figura del hijo que será quién arrastre otra vez a sus padres, con motivo del bautizo de la hija pequeña de Marcos, hacia ese país de donde lograron despegar. Estamos en 1974, año marcado también por una crisis económica y laboral, y aquí lo cercano de esta historia que podríamos trasladar a nuestra más inminente actualidad, la crisis, la emigración, el paro, la evasión de capitales… etc. Construye una historia tan cercana a nosotros que nos podemos sentir reconocidos en cualquiera de sus personajes, son de ahí, de la calle, de la gente que trabaja por tener un futuro más digno para ellos y para sus hijos; pero también es una historia de jóvenes, de esa juventud que representa el cambio y la apertura y que se pregunta qué futuro pueden tener en su país.

Carlos Iglesias no es ningún innovador en el cine, ni lo pretende, él solo quiere contar historias sencillas para gente sencilla, historias de nuestra gente, que lleguen al público y que éste se sienta identificado con sus personajes. Lo consigue, y lo hace con muchísimo humor y con mucha inteligencia, y hace de esta película una comedia coral que se ve desde su comienzo con una sonrisa. Es pura comedia dentro de la línea más clásica en este género del cine español; y ahí está su mérito, que desde la comedia, nos hace llegar un mensaje social tan acorde con nuestros tiempos que perfectamente sus personajes podrían ser cualquiera de nosotros, o, mejor dicho, cualquiera de nuestros hijos, hermanos, amigos… que se ven abocados y empujados a salir de la tierra donde viven para buscar un futuro mejor que su país les niega.

Isabel Mendoza

 

Ficha Técnica:

Título: 2 francos, 40 pesetas

País: España

Productora: GONA

Director: Carlos Iglesias

Guión: Carlos Iglesias

Reparto: Carlos Iglesias, Javier Gutiérrez, Nieve de Medina, Isabel Blanco… con la colaboración especial de Tina Sainz, Roberto Álvarez y Marta Puig

Andamios, Mario Benedetti

Andamios, Mario BenedettiAndamios
Mario Benedetti

 

Poco a poco voy entendiendo un pasado que todavía está aquí, al alcance de la duda. Siento además que poco a poco me van admitiendo como soy, quiero decir el de ahora y no el del recuerdo.

 

Andamios tuvo su primera edición en 1996, sin embargo 17 años después parece tratarse de una obra actual. Narra una parte de la historia de Javier Montes, que tras doce años de exilio regresa a Montevideo para reencontrarse con el pasado, con los amigos, con los recuerdos de los que se fueron o a los que no tuvieron más remedio que quedar atrás. Pero, ¿qué ocurre si a eso le sumas las nostalgias, los prejuicios, el no estar seguro ya del lugar al que perteneces? En unos tiempos en los que de nuevo muchos tienen que afrontar la aventura de emigrar o de regresar al lugar y al problema social del que partieron, me parecen en resumen páginas que han recuperado sentido y vitalidad.

Javier, en su desexilio (como lo nombró Benedetti), nos muestra su ternura, su añoranza, pero también nos habla de la sociedad, de la economía, de la dictadura, con la ironía y el humor propios del que siente que quizás ya no hay nada que perder.

Raquel citaba a Pessoa: “La patria, ese lugar en que no estoy”. Y cuando leí esa frase, que yo desconocía, aunque tengo bien leído a mi Pessoa, la sentí como mía.

 

La soledad de la que nos habla la novela es la que nos dejan los ecos del pasado y las incertidumbres del presente. Se disfrutan los diálogos que nos hacen descubrir una doble moral social, la vergüenza que se siente por haber huido, por haber sobrevivido y haberse reencontrado ahora con los que sufrieron al no poder marchar. Una sociedad que se desintegra pero que intenta resurgir de sus cenizas. Una visión interesante de las dos culturas que han formado parte de la vida de Mario Benedetti: la uruguaya y la española.

Los países no mueren. Ricos o pobres, pobres o miserables, siguen viviendo. Un país puede enfermarse, enflaquecer hasta quedarse en los huesitos, inflamarse de soberbia o desmoronarse de vergüenza, contraer la celulitis de la retórica o la lepra (Sartre dixit) de la tortura; un país puede cambiar de amo y hasta temer por su vida, pero nunca muere. La que muere es la gente. Es claro que a veces la gente se cansa de morir y hace revoluciones. O se cansa de morir y las suspende.

 

Emociona ver a Javier Montes luchar por amor, por reconocerse a sí mismo, por no perder la vida en esos fantasmas del pasado y los miedos que le provoca tener que empezar de cero. Emocionan los versos, el deseo, el dibujo que hace el autor de la capacidad de reinventarse que posee el ser humano. El cruce de cartas del protagonista con su esposa, de la que se está separando, y con su hija, y el resurgir de nuevos amores y placeres.

– Estoy terriblemente charlatana -admitió ella, un poco avergonzada-. Pero no sabés cuánto tiempo hace que no tenía con quien hablar así, como hablo contigo. Aunque discutamos, aunque no siempre estemos de acuerdo, vos y yo sabemos qué supuestos y presupuestos manejamos, vos y yo compartimos un lenguaje, una etapa de la vida, una ansiedad y también una esperanza, aunque esté deshecha.

 

Mario Benedetti en la Biblioteca UPM

Diana Peral Núñez

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