Bosques de luz – Exposición de fotografía

La última cena, José Manuel Ballester

José Manuel Ballester. Bosques de luz. Exposición de Fotografía.

7 febrero-28 abril de 2013. Prorrogada hasta el 26 de mayo de 2013.

Tabacalera/Espacio Promoción del arte. c/Embajadores, 51

Abierta al público de martes a viernes de 12’00 a 20’00. Sábados, domingos y festivos de 11,00 a 20,00. Lunes cerrado.

Entrada libre y gratuita.

 

Todavía estás a tiempo de disfrutar de la magnífica exposición de José Manuel Ballester, titulada “Bosques de luz”.  El tiempo, el espacio y la luz son las claves fundamentales de las obras expuestas en las salas del edificio de la antigua Fábrica de Tabacos de Madrid,  hoy dedicado a exposiciones temporales de fotografía y artes visuales.

En sus fotografías, sin figuras humanas, destaca la simplicidad de las líneas arquitectónicas y la inmensidad y la luz de los paisajes urbanos  y naturales.

No te la puedes perder.

Ana Carrizosa

Virxilio Vieitez. Exposición de fotografías.

Fotografía de Virxilio VieitezVirxilio Vieitez

Exposición de fotografías

del 7 de febrero al 19 de mayo de 2013

Fundación Telefónica

Fuencarral, 3 – Madrid

En sentido estricto esta es una exposición de fotos pero a la hora de clasificarla, de incluirla en una categoría, no basta con eso.

Pondría también: memoria, Galicia, antropología, diarios, etnografía, historia, poesía, emigración, mujeres.

Se trata de una emocinante colección de documentos de una época, los años 50-60, donde las personas retratadas conmueven por su frescura, su sinceridad, su inocencia y la forma de mirar de frente. Ya no se mira así.

Enrica Viganó, comisaria de la exposición, dice en el catálogo que la fotografía no entra en las definiciones o esquemas de otras artes. Que su mensaje, su lenguaje y su valor es imprevisible. Una foto puede hacerse con una intención determinada y después adquirir un nuevo sentido. Figueroa, Cerdedo, 1959. Fotografía de Virxilio Vieitez

Pues eso explica lo que sucede en este caso. Se trata de una colección enorme de retratos realizada por Virxilio Vieitez (1930-2008), un fotógrafo de pueblo que inmortalizó durante años a sus paisanos de Terra de Montes (Pontevedra). Él no prentendía nada más que ser eficaz, y cobrar su trabajo. Que las fotos fueran limpias.

Era rápido y seguro, no podía malgastar carretes, y dejó una obra de 50.000 imágenes que han asombrado a los profesionales y a los espectadores de medio mundo desde que se dieron a conocer. Entre sus admiradores: Cartier Bresson, al que Vieitez llamaba el francés.

Fermín, Avelino, Bautista y Pepiño. 1957. Fotografía de Virxilio Vieitez

Las fotos tienen un contenido esencial, dramático, trascendente, son la verdad pura, que entiende cualquiera. Una verdad que va de lo pequeño a lo universal.

Vieitez no había visto fotos de otros colegas, lo que hace pensar que el fotógrafo nace, no se hace.

Son muchas las preguntas que provoca esta muestra en el espectador. ¿Tenía Vieitez una mirada especial que iba más allá del encargo, hizos miles de fotos para el carnet de identidad, o es el ojo del que mira el que le da la trascendencia y hondura a la foto?

Sea como sea no se la pierdan.

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Atrapados en el hielo, de Caroline Alexander

Atrapados en el hielo, Caroline Alexander.

Barcelona: Planeta, 2004

El 8 de agosto de 1914 veintisiete hombres capitaneados por Ernest Shackleton partieron del puerto de Plymouth. Su destino, quince mil kilómetros más al sur, la Antártida.

La Expedición Imperial Trans-antártica tenía como objetivo cruzar desde la bahía de Vahsel hasta el mar de Ross en el extremo opuesto del continente cruzando el polo. Tres mil kilómetros de una peligrosa travesía que sin embargo no pudieron ni siquiera iniciar.

Cuando se encontraban cerca del punto de partida en la bahía Vahsel, el océano helado, como si fuese un animal furioso, atrapó entre sus fauces al Endurance y no le permitió seguir. Atrapados en el hielo nos cuenta su epopeya. Veintisiete hombres iniciaron una nueva aventura, la más importante de sus vidas, sobrevivir.

Caroline Alexander nos describe de forma apasionada la lucha diaria de esos hombres por la vida, por no perecer en un mundo inhóspito, salvaje  pero también hermoso, de una hermosura hipnótica que puede llevar a quien osa adentrarse por él, al abismo.

Refugiados en el barco, Shackleton lucha no solo contra las condiciones ambientales adversas sino también contra la desesperanza, el abatimiento de sus hombres.

Transcurridos días refugiados en el barco, el océano implacable reclama su trofeo. El hielo oprime el casco del buque y termina hundiéndolo. Se inicia entonces un viaje épico en trineo y posteriormente en bote con el objetivo de llegar a la isla del Elefante en las Shetland del Sur. Una vez llegados allí, Shackleton en compañía de cinco hombres iniciará un arriesgadísimo viaje en un pequeño bote hasta la isla de San Pedro en las Georgias del Sur donde al fin encontrarán  ayuda.

Atrapados en el hielo nos atrapa a nosotros también, con sus palabras, que nos lleva a mundos inhóspitos donde solo una fe inquebrantable en uno mismo puede hacer sobrevivir a una persona. Pero no solo nos atrapan sus letras sino también sus imágenes. Atrapados en el hielo está lleno de imágenes tomadas por Frank Hurley, fotógrafo australiano integrante de la expedición, rebosantes de magia, de vida y de muerte, la que se puede atisbar por ejemplo en ese barco varado, inmóvil, a la espera de la liberación o del fin.

 

 

 

 

 

 

 

Atrapados en el hielo en la Biblioteca de la UPM.

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