El Hombre que plantaba árboles, de Jean Giono

El Hombre que plantaba árboles Por Jean Giono

Jean Giono
Para que el carácter de un ser humano excepcional muestre sus verdaderas cualidades, es necesario contar con la buena fortuna de poder observar sus acciones a lo largo de los años. Si sus acciones están desprovistas de todo egoísmo, si la idea que las dirige es una de generosidad sin par, si sus acciones son aquellas que ciertamente no buscan en absoluto ninguna recompensa más que aquella de dejar sus huellas visibles; sin riesgo de cometer ningún error, estamos entonces frente a un personaje inolvidable… Así era Eleazar Bouffier el protagonista de este cuento inolvidable y así era también Jean Giono el hombre sencillo y autodidacta que escribió este texto en 1953, y que lo declaró propiedad de la humanidad, motivo por el cual puede encontrarse a texto completo en la web tanto en castellano como en su lengua original (L’homme qui plantait des arbres):

Quand je réfléchis qu’un homme seul, réduit à ses simples ressources physiques et morales, a suffi pour faire surgir du désert ce pays de Canaan, je trouve que, malgré tout, la condition humaine est admirable. Mais, quand je fais le compte de tout ce qu’il a fallu de constance dans la grandeur d’âme et d’acharnement dans la générosité pour obtenir ce résultat, je suis pris d’un immense respect pour ce vieux paysan sans culture qui a su mener à bien cette œuvre digne de Dieu.

El hombre que plantaba árboles, Jean GionoEn estos días en que la vida artificial nos envuelve y asfixia, algunos libros ejercen de bálsamo para las almas exhaustas y nos permite recordar la generosidad de la naturaleza, y la indolencia con que la despreciamos. He aquí el sentido homenaje de Joaquín Costa:

Son los árboles obreros incansables y gratuitos cuyos salarios paga el cielo. Que no se declaran en huelga, ni entonan el himno de Riego, ni vociferan gritos subversivos, ni infunden espanto a las clases conservadoras, ni socavan los cimientos del orden social. Para ellos la cuestión social no está en que los exploten, al revés, en que los hagan holgar (La fiesta del árbol).

Jean Giono en la Biblioteca UPM

Crímenes de la razón/la naturaleza humana: justicia vs. poder

Crímenes de la razón/La naturaleza humana: justicia vs. poder
Robert B. Laughlin/Noam Chomsky-Michel Foucault

Robert B. Laughlin

Desde pequeños sabemos que el conocimiento es algo lógico y hermoso que cada persona tiene la libertad de utilizar como le venga en gana siempre que tenga la paciencia necesaria para leer y pensar…

Así comienza el primer libro (The crime of reason. And the closing of the scientific mind) del Profesor Robert B. Laughlin de la Universidad de Stanford, Premio Nobel de Física en 1998. En él poco a poco desvela los distintos procedimientos de ocultar y criminalizar el conocimiento, y las consecuencias de una callada aquiescencia al respecto.

Caratulas de los libros

La editorial Katz en su serie discusiones nos ofrece por primera vez en 2010, The crime of reason traducido al castellano y delicadamente editado. Ahora bien, esta editorial tiene otros muchos títulos interesantes para aquellos que disfruten de lo que algunos han dado en llamar lecturas de pensamiento. Por ejemplo, en esta misma serie, esta editorial ofreció en 2006 un debate entre Noam Chomsky y Michel Foucault también delicadamente editado. Por sorprendente que parezca ese debate tuvo lugar en la Universidad de Ámsterdam en 1971 y fue retrasmitido por la televisión pública holandesa. En él se discute acerca de la dimensión histórica del conocimiento, del conocimiento como práctica colectiva, sobre ese componente fundamental de la naturaleza humana que es la necesidad de un trabajo creativo, de la investigación creativa, de la creación libre sin limitaciones arbitrarias de instituciones coercitivas, y sobre la exigencia de que el ciudadano actúe contra el Estado en situaciones injustas. Las preguntas de los asistentes… sin desperdicio.

Entrevista

Robert B. Laughlin en la Biblioteca UPM

Noam Chomsky en la Biblioteca UPM

Michel Foucault en la Biblioteca UPM

Las tres preguntas / Lev Tolstoi

Las tres preguntas

Lev Tolstoi

Cubierta de Las tres preguntas. Lev TolstoiHans Christian Andersen solía decir: los cuentos sirven para que se duerman los niños, y se despierten los mayores.

Lev Nikoláyevich Tolstoi, que fundó una escuela para los niños campesinos denominada Yasnaya Polyana (Claro del Bosque), gustaba de emplear este género a modo de enseñanza. Las tres preguntas es un delicado exponente de este género:

Cierto emperador pensó una vez que si siempre supiera que contestar a estas tres preguntas, entonces no se equivocaría nunca,

¿Cuál es el momento más oportuno para hacer cada cosa?
¿Cuál es la gente más importante con la que trabajar?
¿Cuál es la cosa más importante para hacer en todo momento?

La editorial Gadir ofrece cuidadosamente editado uno de ellos y el texto en castellano puede descargarse en internet.

The last stationEste año, centenario de la muerte de Tolstoi, se ha estrenado una emotiva película: La última estación (The last station). A pesar del tiempo transcurrido algunos de los interrogantes de sus cuentos populares siguen teniendo la misma vigencia.

Cubierta de The hedgehog and the fox. Isaiah BerlinUn ensayo que hace referencia entre otras cosas al particular espíritu de este autor: El erizo y el zorro (The hedgehog and the fox) fue publicado en 1953. En él Isaiah Berlin, un reputado filósofo liberal, parte de un pequeño fragmento atribuido al poeta griego Arquíloco: El zorro sabe muchas cosas pero el erizo sabe una importante, y acaba afirmando que Tolstoi era un zorro que se creía un erizo.

Lev Nikolaevich Tolstoi en la Biblioteca UPM

Isaiah Berlin en la Biblioteca UPM

Alimentar la mente (1884): un pequeño destello olvidado de Lewis Carroll

Cubierta de Alimentar la mente. Lewis CarrollAlimentar la mente

Feeding the mind

Lewis Carroll

Gadir, 2009

Este escueto y delicioso texto de 19 páginas recoge una conferencia que impartió el autor, a petición de un vicario amigo, a gentes sencillas en un remoto pueblo de Derbyshire. El contenido, delicadamente manuscrito en tinta viloleta, quedó largo tiempo escondido y hay que agradecer a algún generoso anónimo que lo haya transcrito para poder disfrutarlo como merece.

La editorial Gadir lo ha publicado por primera vez en castellano en 2009, y es posible descargar el texto original en inglés desde la biblioteca de la Universidad de Toronto.

Y para muestra un botón…

Portada de Feeding the mind. Lewis Carroll¡Cuantos cuidados tomamos en alimentar nuestro afortunado cuerpo! Pero, ¿cuantos de nosotros hacemos una cosa similar por nuestra mente? ¿Es el cuerpo con mucho  el mas importante de los dos?….

Tanto el cuerpo como la mente tiene sus reglas, y las del cuerpo son aplicables a su vez a las de la mente…

¿Reconoces a primera vista a una de las desafortunadas víctimas de una alimentación mental enfermiza?

Podemos comprobar la belleza del texto original…

Lewis Carroll

If this text has given you any useful hints on the important subject of reading, and made you see that it is one´s duty no less than one´s interest to read, mark, learn and inwardly digest the good books that fall in your way, its purpose will be fulfilled.

Lewis Carroll en la Biblioteca UPM

¿Estamos de acuerdo? Un diálogo entre G.K. Chesterton y Bernard Shaw

Do We Agree? A debate between G.K. Chesterton and Bernard Shaw¿Estamos de acuerdo?

Un diálogo entre Bernard Shaw y G. K. Chesterton en 1923

Sevilla : Renacimiento, 2010

9 euros, 67 páginas.

¿Deseas leer algo diferente?

Anímate. Lo que viene a continuación es un extracto referido a la opinión de Chesterton.

Cuando se dice que los medios de producción deberían pertenecer a la comunidad ¿que  quiere decir? Yo no creo en la comunidad en el sentido de ese Estado que posee y gobierna, de esa cosa que emite sellos y proporciona policía. Eso no es exactamente lo mismo que lo que denominamos comunes.

En los vastos sistemas centralizados por muy justo y razonablemente controlados que sean, de modo indirecto, por elaboradas maquinarias oficiales, quienes gobiernan son sólo unos pocos en realidad. Esto podría ser bueno o malo, pero, no implica que sea el pueblo el que ejerza directamente el control.

Los distributistas decimos que debería haber en el mundo una gran masa de poderes y puntos de resistencia diseminados que permitiera a la gran masa de los comunes resistir a la tiranía. Algunos proponen la distribución de la riqueza, nosotros proponemos la distribucion del poder.

El texto original en inglés está disponible aquí.

George Bernard Shaw en la Biblioteca UPM

G.K. Chesterton en la Biblioteca UPM

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