Patria. Nina Bunjevac
Nina Bunjevac:
Patria. Madrid: Turner, 2015.
Traducción de Marta Alcaraz. Adaptación de diseño y cubierta: Sergi Puyol Martínez.
Fatherland. London: Jonathan Cape, 2014.
Algo que siempre me ha molestado especialmente de mi madre es su incapacidad para recordar las cosas que de verdad importan…
Este y Oeste, Europa Central y el Mediterráneo, diáspora económica y política, guerras de religión a múltiples bandas, desarraigo, regímenes corrompidos, simplezas a machamartillo, lealtades y odios testiculares, quién da más: bienvenidos a Yugoslavia (existió, os la toparéis en el atlas histórico); y de paso a Canadá, a veces un país más hospitalario de lo que su frío clima haría suponer.
Patria es un ajuste de cuentas familiar en forma de novela gráfica. Operación valiente y a corazón abierto, en absoluto vengativa pero tan desasosegante en su desarrollo como esclarecedora y expiatoria en su objetivo. Para llevarla a término, el blanco y negro brinda posibilidades narrativas, de composición, de matices conceptuales y emocionales que cuesta imaginar por otro medio. Nina Bunjevac se sirve de la denotación minuciosa, casi documental a lo Hergé, pero también de imágenes y secuencias de carga más onírica y simbólica. Los contraluces, sombras y texturas finamente granuladas dan un aire clásico y escultural a los personajes, parecen potenciar sus rotundos rasgos eslavos, las indumentarias y los objetos de época.
La historia cíclica de Nina y sus familias nos muestra cómo las mentalidades sociales y la política condicionan la vida de individuos y generaciones durante decenios, atravesando océanos y enquistándose en los sentimientos y reflejos más íntimos. Especialmente cuando tabúes y traumas no se quieren o no se pueden abordar, en ocasiones a causa del propio e insuperable dolor. Una perspectiva por lo demás femenina, sobre un ámbito tradicionalista en el que apenas la Liberación pareció abrir una rendija. Complicada y desazonadora Historia de Yugoslavia, basculando todavía sobre la conciencia europea. Patria es una gran obra de arte para aprender sobre ella. Y si no eres de Yugoslavia pero tu país tiene igualmente problemas de digestión de su pasado, este libro te conmoverá y te hará reflexionar. Por supuesto no dejes de visitar a Nina, se lo merece.
Según la tradición balcánica de interpretación de los sueños, si sueñas con pájaros significa que estás a punto de recibir noticias. Soñar con carne cruda suele leerse como un augurio de muerte.
Alejandro, muchas gracias por habernos traído esta magnífica recomendación. Es una obra extraordinaria, y el relato gráfico me parece, en este caso, un medio idóneo y difícilmente superable. Tienes toda la razón al decir que su lectura será provechosa aunque no seamos de aquella Yugoslavia (pero por ahí andamos, a veces), incluso aunque no se tengan grandes traumas familiares. ¡No dejéis de ver esta narración! Es fascinante, y muy instructiva.
Muchas gracias
Por los tranquilos extrarradios el viento susurra melodramas lejanos. Buen provecho.