Seda. Alessandro Baricco
Esta semana en “Lecturas para compartir” le recomendamos la exitosa novela del escritor italiano Alessandro Baricco, “Seda”, ambientada durante la II mitad del siglo XIX entre Francia y Japón.
Con la misma delicadeza con la que se teje la seda, Baricco nos exhibe la sutil naturaleza, casi impalpable, de una historia de amor que se entreteje en las elevadas cumbres del alma de su protagonista, Hervé Joncour, un comprador y vendedor francés de gusanos de seda, obligado a viajar a Japón en busca de larvas de seda de la mejor calidad.
El contacto con este misterioso y exótico país le llevará a experimentar una nueva forma de sentir y percibir la sensualidad de su alma, a veces con un realismo tan físico y real, que le arrastrará a una vivencia amorosa, no consumada, con una joven no oriental que condicionará su vida. El tacto de la seda es casi como un íntimo deseo erótico jamás expresado, y que nuestro impuesto y aprendido pudor nos impidiera hacer realidad.
“A su mujer, Hélène, le trajo de regalo una túnica de seda que ella, por pudor, nunca se puso. Si se sostenía entre los dedos era como coger la nada” (“Seda” de Alessandro Baricco)
Seda es una novela corta con un estilo sencillo, preciso, claro; llena de imágenes visuales que nos evocan a la melancolía y nos incitan, a través de sus continuas repeticiones, al recuerdo de nuestras ausencias y de ocuparnos de esos espacios muertos en nuestro corazón para devolverlos a la vida.
“A menudo mis libros se pueden leer como una partitura, están construidos sobre una estructura musical”(El País, Alessandro Baricco)
"Mil veces buscó los ojos de ella, y mil veces ella encontró los suyos. Era una especie de danza triste, secreta e impotente. Hervé Joncour la bailó hasta muy tarde, después se levantó, dijo algo en francés para excusarse, se liberó de cualquier modo de una mujer que había decidido acompañarlo y, abriéndose campo entre nubes de humo y hombres que lo apostrofaban en aquella lengua incomprensible, se fue. Antes de salir del cuarto, miró una última vez hacia ella. Lo estaba mirando, con ojos perfectamente mudos, a siglos de distancia"