Una mujer en Berlín, Anónima

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Anónima, Una mujer en Berlín.

Barcelona: Anagrama, 2007

“Ahora que todo ha desaparecido y tan sólo me queda una maleta pequeña con ropa, me siento desnuda y ligera. Como ya no poseo nada, me siento dueña de todo. “

Berlín, abril, 1945. El cerco sobre la ciudad se cierra. Los cañones del Ejercito Rojo disparan sin piedad a la capital del Reich. Miles de civiles mueren a manos de los soldados soviéticos.

La guerra está perdida. ¿Y ahora?, cuál es el futuro, qué va a ser de la ciudad, de sus bienes, de sus habitantes…No hay duda, se convertirán en botín de guerra. Todo aquello que se pueda llevar consigo, aunque tenga un mínimo valor es objeto de codicia, de pillaje… también las mujeres.

En ese mundo de cobardía, depravación, miseria moral, hambre, una mujer trata de sobrevivir a todo eso. No se puede eludir, está ahí, al acecho, antes o después va a golpear con su garra pero tenemos que sobrevivir a ello ¡sobrevivir! ¿Cómo hacerlo?, un diario es el instrumento. Hay que dar cuenta de todo lo que acontecerá, es la tabla de salvación para alejarse del derrumbe moral que acecha a los habitantes de esa ciudad.

“Una y otra vez nos damos cuenta de los objetos de dudoso valor que nos ha procurado la técnica. No tienen ningún valor en sí, son valiosos siempre y cuando haya una conexión o un enchufe. El pan tiene un valor absoluto (…). En cambio la radio, la cocina de gas, la calefacción central, el hornillo eléctrico, todos esos grandes regalos de la era moderna no son más que un lastre inútil en cuanto falla la central (…). Somos habitantes de las cavernas”.

Una mujer en Berlín se publicó por primera vez en 1954 en versión inglesa. Años mas tarde se publicó en Alemania pero fue fríamente acogida. Estaban los acontecimientos muy cerca. Los hombres no salían muy bien parados y la mujeres no querían hablar de “eso” como se decía durante aquella primavera de 1945. Había que mantenerlo oculto, había que olvidar. Esto hizo que no se editará de nuevo en Alemania hasta la muerte de la autora ya que ésta lo había prohibido.

Desde el 20 de abril hasta el 22 de junio de 1945, la autora recogió prácticamente a diario su vida en una ciudad rota, angustiada, destruida. Una ciudad a merced de los soldados del Ejército Rojo que durante una semana saquearon la ciudad y violaron alrededor de cien mil berlinesas. Episodio este, el de las violaciones, que se consideró tabú durante mucho tiempo. Todo aquello que conocíamos ha desaparecido, ese mundo que vivimos ya no está, ahora es otro. La naturaleza humana es otra o ¿es la misma?

Es un relato de enorme fluidez, de enorme intensidad y tensión dramática.

Pero quién era esa autora que describió de forma tan exhaustiva esos días tan aciagos. Una mujer cosmopolita, con estudios, que trabajaba en el mundo editorial, que viajaba, que tenia cultura, sí todo eso pero antes que nada era…una mujer en Berlín.

“Tengo que pararme a pensar. Qué grande es nuestra miseria espiritual (…) El futuro pende, plomizo, sobre nosotros. Yo me resisto, intento mantener encendida la llama en mi interior. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Qué hacer con mi vida? Estoy desesperadamente sola como para intentar dar una respuesta”.

Una mujer en Berlín en la Biblioteca UPM

The Time Machine: la máquina del tiempo de H. G. Wells

The time machine - cover
WELLS, H. G.: The time machine.

London : Penguin, 2005.

WELLS, H. G.: La máquina del tiempo.

Madrid : Anaya, 2009.

"La Humanidad había sido fuerte, enérgica e inteligente, y había utilizado su abundante vitalidad para modificar las condiciones bajo las cuales vivía. Y ahora llegaba la reacción de aquellas condiciones cambiadas."

 

Europa, finales del siglo XIX. Hace ya mucho que la primera Revolución industrial demostró sus efectos ambivalentes. Y la segunda  está ahora en marcha: alumbrado eléctrico, telecomunicaciones, química, automoción, aviación… Todo parece posible y al mismo tiempo extrañamente inquietante. Los avances de la biología y de la física fulminan el antropocentrismo y amenazan no ya a los creencias tradicionales sino incluso a la ciencia clásica ilustrada de inspiración newtoniana. El Imperio Británico está en su zenit como potencia mundial. Aparentemente los grandes Estados han aparcado por el momento sus diferencias más agudas para repartirse el suculento botín colonial. En su seno las clases dirigentes se han vuelto muy conservadoras, espantadas por el auge del socialismo, el feminismo y la resistencia de los pueblos exóticos.

la-maquina-del-tiempo-cubierta1En consecuencia muchos creadores se vuelven con nostalgia hacia un Medievo y una Antigüedad clásica a menudo idealizadas y deformadas.   Otros hacen una lectura sesgada de Darwin que les lleva a la seducción del irracionalismo y al culto al instinto, incubando en buena medida las futuras hecatombes del siglo XX. Herbert George Wells es de otra pasta y agarra el toro por los cuernos. En un tiempo record y partiendo de la tradición literaria utópica, destila un conjunto narrativo que sienta los cimientos de la ciencia-ficción contemporánea tomando el relevo de un meritorio Verne más relacionado con la anterior fase histórica de la máquina de vapor. Wells llevará a la ficción la manipulación biológica y el desafío del espacio y la exploración extraterrestres, entre otros asuntos. Pero arranca en el Londres victoriano con un relato prospectivo en torno a la relatividad de las constantes físicas: La Máquina del tiempo. Fue publicado en principio en forma de serial, al modo decimonónico. Y tuvo la virtud, como otras obras de su autor, de sembrar la semilla del pensamiento social, filosófico y científico en el imaginario popular de la incipiente sociedad de masas. De tal modo que a día de hoy resulta una tarea inabarcable glosar las innumerables versiones, obras inspiradas, películas de cine y televisión, etc., deudoras de esta novelita aparecida en 1895.

Es un libro de corta extensión, variable según las ediciones. Si es posible leedlo en lengua original pues la traducción publicada por Anaya y Alianza es más bien modesta. Bienvenidos a la "cuarta dimensión".

Obras de H. G. Wells disponibles en: Bibliotecas de la UPM.

Zombi, Joyce Carol Oates

Cubierta de Zombi, Joyce Carol OatesZombi. Joyce Carol Oates
Barcelona: Debolsillo, 2003

Traductora: Carme Camps Monfa

Zombie (1995)

Novela terrorífica donde las haya, Zombi, de Joyce Carol Oates, cuenta los infructuosos intentos de Quentin P. -treintañero nacido en Mount Vernon, Michigan, y adorado por su dulce abuelita- por crear un zombi que le sirva en su disfrute, un ente incapacitado para emitir juicio alguno y que cumpla cada uno de sus deseos sexuales o de amor incondicional. Para ello, dotando a sus decisiones de una lógica implacable, selecciona víctimas invisibles, ciudadanos marginales, borrachos, drogadictos sin hogar a los que nadie va a echar en falta y les somete a los procedimientos que ha estudiado, consultando la literatura disponible sobre la práctica de lobotomías, en la biblioteca de la universidad, principalmente el libro Psicocirugía del doctor Walter Freeman y el doctor James W. Watts, quienes realizaron numerosas intervenciones en los años cuarenta y cincuenta. El primero de ellos inventó el escalofriante (e inspirador para nuestro protagonista) procedimiento de la lobotomía del picahielo o lobotomía prefrontal.

Hace cinco años en un arrebato por cambiar mi vida se me ocurrió por primera vez la idea de crear un ZOMBI para mis propios fines.

La novela está escrita en primera persona, a modo de diario, lo que la hace verdaderamente terrorífica. Es el propio Quentin quien relata, desde su distorsionado punto de vista y con un lenguaje lleno de tics, arrebatado por su sed implacable, los detalles más sórdidos de la historia. Así, en la primera parte, titulada “Libertad condicional” veremos a través de sus ojos cómo fracasan sus intentos de crear a su zombi, la horrible muerte de sus primeras víctimas (de las que sólo conocemos los apodos que él les asigna: Guantesdeconejo, Ojosdepasa, Grandullón…) trinchados de forma chapucera con un picahielos. Crímenes a los que puede libremente dedicarse gracias a que su padre, un profesor universitario con importantes contactos en los altos estamentos de la ciudad, consiguió tiempo atrás que un episodio de abusos a un menor de raza negra quedara en mera falta, que se castigó con libertad vigilada aderezada con unas infructuosas sesiones de psicoterapia que Quentin compatibiliza a la perfección con sus carniceras intervenciones. En la segunda parte, “Cómo ocurrieron las cosas”, Quentin es consciente del grave error estratégico que comete al enamorarse incontroladamente de un joven universitario blanco, al que apoda Ardilla y al que tratará, cómo no, de convertir en su querido zombi. ¿Será demasiado imprudente para nuestro angelito un capricho tan arriesgado? No cuento más.

Intensa novela de terror psicológico cuyas fibras se van metiendo página tras página en la piel, como delgadas agujas o plateados bisturíes, como un picahielos enmohecido en el sótano de una mente perturbada, pero de ejecución lógica e implacable.

Joyce Carol Oates, novelista, cuentista, autora teatral, editora y crítica estadounidense, ha sido candidata al Premio Nobel de literatura en numerosas ocasiones.

Joyce Carol Oates en la Biblioteca de la UPM

Diario de un hombre de cincuenta años, Henry James

Cubierta de Diario de un hombre de cincuenta años. Henry JamesHenry James

Diario de un hombre de cincuenta años.

Editorial Funambulista

2005

El primer libro que leí de Henry James fue Washington Square y me produjo tal impresión que desde entonces le profeso un respeto absoluto que a veces roza la reverencia.

Lo curioso es que esa admiración no nació porque me pareciera un gran narrador sino del deslumbramiento ante una inteligencia, una listura, una perspicacia y una mente tan sutil que sencillamente nunca había conocido en otro escritor.

Henry James escribió en 1880, y a los treinta y cinco años, este libro que cuenta en forma de diario las preguntas existenciales de un hombre de cincuenta. A esa edad ya ha decidido por ejemplo que no se casará aunque recomienda a los demás esa opción de vida.

En verdad todos los hombres están incompletos en la vida, sólo el arte puede responder al deseo de cada cual de verse completado, de verse, en cierto modo justificado.

 

Reflexiona sobre las decisiones que tomó en el pasado. ¿Se equivocó?  ¿Habría sido más feliz si hubiera actuado de otro modo? El paso de los años, piensa, no nos cambiaCubierta de Washington Square. Henry James tanto y somos víctimas de nuestra forma de pensar.

El protagonista regresa a Florencia, veintisiete años después, y conoce a la hija de la que fue su amor de juventud, y a su pretendiente, un joven inglés, e intuye que esta relación es la exacta repetición de su propia historia sentimental. Historia que él había resuelto con una ruptura.

En los últimos diez años ha habido momentos en los que me he sentido tan portentosamente viejo, tan rendido y acabado, que la menor sugerencia de que semejante sensación de juventud aún pudiera estar esperándome me habría parecido un chiste muy malo.

 

Son muchos los escritores que se han planteado preguntas existenciales al llegar al medio siglo. Es una fecha demasiado redonda. El novelista Paul Auster hizo estas confesiones:

Cuando uno llega a los cincuenta años ha perdido a parte de las personas que ha querido y lo han querido. Hay más tiempo por detrás que por delante. Uno camina con fantasmas por dentro. Yo tengo tantas conversaciones con los muertos como con los vivos.

 

El libro tiene elementos de misterio, de ambiguedad e ironía, todo muy característico de este portentoso escritor.

Henry James en la Biblioteca UPM

Los postigos verdes, de Georges Simenon

los-postigos-verdes1Georges Simenon .Los postigos verdes.

Barcelona: Tusquets Editores, 2005

"Hasta los cincuenta años, había vivido exclusivamente del teatro. Hasta los cuarenta, había tenido deudas. Hasta los treinta, se había muerto de hambre."

Y qué ha conseguido Émile Maugin, dinero, prosperidad, reconocimiento, felicidad.  Émile Maugin frente al espejo de su vida, intenta responder a esas preguntas. Tiene todo lo que un hombre pudiera entender como necesario para ser feliz pero quizá en realidad no tiene nada.

Siempre rodeado de gente que le adula y le admira pero en realidad siempre solo. Como una especie de Canio moderno, como un payaso con la cara embadurnada, Émile Maugin se desmaquilla frente al espejo no solamente de afeites y cosméticos si no también de su vida, del significado de la misma.

Quién es ese Émile Maugin que se ve en ese espejo, un actor, un triunfador lleno de éxito o simplemente un hombre corriente que no ha podido alcanzar aquello que se propuso en su juventud.

"Le gustaban los batines de seda, y el público que al verlo sonreía en el teatro no podía imaginar que había llevado su primer batín a los treinta y dos años, en una escena cómica, que hasta los veintiocho años no había tenido ni pijama ni camisón, que dormía con la camisa de diario y que, a falta de zapatillas, para irse a asearse, deslizaba los pies desnudos en los zapatos."

Emile Maugin es un actor de éxito que tras un reconocimiento médico recibe la noticia que padece  problemas de corazón y que su vida de excesos debe terminar. Llega la hora de reflexionar y recordar sus orígenes, su lucha por abrirse camino escapando de la miseria, del hambre. Recuerda como inició en los lejanos años de su juventud una huida continua, sin fin, una huida hacía algún lugar, dejando atrás un pasado que no quiere recordar pero que se mantiene perenne en su alma.

"Durante bastante tiempo había vivido allí, en la Boule d´Or, una pensión que carecía de agua corriente y sumidero, que todavía tenía luz de gas y donde había que pagar un suplemento de unos céntimos para que a uno le pusieran sábanas."

Georges Simenon (Lieja 1903, Lausana 1989) fue un autor prolífico que escribió decenas de novelas muchas de ellas bajo seudónimo. Se inicia en la escritura como periodista y con la redacción de cuentos y relatos cortos.

Al igual que en muchas de sus novelas y relatos Simenon se centra Los postigos verdes en personajes sencillos formando una trama simple pero que encierra un universo de sentimientos, de formas que absorbe al lector desde la primera pagina.

Los postigos verdes es considerada por el autor como una obra capital en su producción.

Otras novelas de Simenon en la UPM.

"He buscado algo que no existe."

"¿Que había perseguido con tanta pasión, con tanta furia?"

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