John Braine, Un lugar en la cumbre.

Portada de Un lugar en la cumbre, ed. Impedimenta.

John Braine, Un lugar en la cumbre (Room at the Top). Ed. Impedimenta, 2008

La editorial Impedimenta rescata un clásico de la novela británica de los 50, que batió récord de ventas en su día.

Estamos en los primeros años de la posguerra (de la 2ª Guerra Mundial). Joe Lampton es un joven licenciado de la RAF que durante su estancia en un campo de prisioneros alemán se propone llegar en su vida tan alto como pueda. A su regreso a Inglaterra, abandona su proletario Dufton natal -donde sus padres habían muerto por un bombardeo aéreo- y se traslada a la ciudad industrial de Warley.

Por todo esto empezaba a encontrar ciertos detalles de la vida en Dufton un poquito demasiado sórdidos para ser graciosos. Yo les tenía mucho cariño a la tía Emily y al tío Dick e incluso a sus dos hijos, Tom y Sidney, de trece y catorce años respectivamente, ruidosos, torpes y despistados, abocados a trabajar en las fábricas y en apariencia perfectamente felices de esa circunstancia. Incluso albergué un leve sentimiento de culpa al dejar Dufton… pero no podía quedarme en su mundo por más tiempo.

En la nueva ciudad tiene un trabajo como funcionario municipal, y a partir de ahí, aupado sobre su físico atractivo y su ingenio verbal, empieza a brillar con luz propia. Se enamora de Alice, una mujer casada y bohemia pero su objetivo es Sue, una chica de buena familia que le aupará en su subida hacia su anhelada “cumbre” .

Para Charles y para mí Dufton siempre fue “el difunto Dufton”, y a los concejales, a los directores generales y a todos aquellos a los que no aprobábamos les llamábamos “zombis”.

Contada por su propio protagonista, Joe Lampton, desde una perspectiva revisionista de su propia trayectoria, muestra a un hombre en abierta pugna consigo mismo. El ascenso social del protagonista justifica todas sus maniobras y su falta de escrúspulos. Es desde luego un trepa pero nunca deja de oír los reproches de su conciencia. Es por ésto quizás que el lector no puede evitar tener simpatía por él.

Su temática picaresca en los años de la posguerra granjeó a su autor la adscripción a la generación conocida como los “Angry Young Men” británicos , junto con K. Amis, P. Larkin, K. Waterhouse. Este grupo expresaba la amargura de las clases bajas respecto al sistema sociopolítico imperante de su tiempo y la mediocridad e hipocresía de las clases altas.Retrato de John Braine

Esta novela fue llevada al cine por Jack Clayton en 1959.

John Braine nació en 1922 en Bingley (Inglaterra). Tras abandonar sus estudios realizó todo tipo de trabajos entre ellos, ayudante de bibliotecario. Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Royal Navy. En 1951 decidió dejarlo todo y dedicarse a escribir. Tras fracasar en esta faceta volvió a su puesto funcionarial y en la convalecencia de una tuberculosis escribió la novela que le llevaría a la fama: Room at the Top (1957). En 1962 se publica su secuela, Una vida en la cumbre (Life at the Top) que no consiguió el éxito de la primera.

4 comentarios

  • Se escribe mejor cuando se es desgraciado que cuando se es feliz 🙁

    Yo también puedo comprender las inconsistencias humanas: http://www.youtube.com/watch?v=y9LlnLTH87U

  • Me ha gustado mucho el video. ¡Estupendo!.

    Quizás cuando uno está feliz no se para a escribir en cambio cuando se está triste la escritura puede servir de descarga.

    Saludos.

  • José Alejandro Martínez
    José Alejandro Martínez

    Yo diría que la canción del clip va mucho más allá. Fresquísima, inteligentísima.

    Por otra parte mi opinión es que la creatividad no predica la miseria. Sin perder la chaveta como hacen muchos, prefiero quedarme con la imagen de mi querido Heitor Villa-Lobos, compositor brillante y afamado, tan campante fumándose su puro…

  • ¿te refieres a miseria anímica o material? entiendo que la primera 🙂

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