La mañana de San Juan de Diego Pisador. Canción del siglo XVI.

 

Libro de música de vihuela, Diego Pisador

Hoy, 24 de junio,  se celebra el día de San Juan.

La mañana de este día es mágica y aparece en muchos  romances y canciones tradicionales.

Recuperamos, para festejarla, esta canción de Diego Pisador (1509-1557) que  habla de amores en la Alhambra.

Diego Pisador fue vihuelista y compositor, nació en Salamanca y  publicó un libro titulado:  Libro de música de vihuela en 1552 dedicado a Felipe II.

La mañana de San Juan

 

Tristán e Iseo, Anónimo

Tristán e Iseo.

Madrid: Alianza Editorial, 1993

Señores, ¿os agradaría oír un hermoso cuento de amor y de muerte? Se trata de la   historia de Tristán y de Iseo, la reina. Escuchad cómo, entre grandes alegrías y penas, se amaron y murieron el mismo día, él por ella y ella por él. El relato de sus amores se extendió por la verde Erín y la salvaje Escocia…

Así es. Tristán e Iseo se cantó a lo largo de la Europa del siglo XII por juglares que recorrían los caminos y sendas, llevando la historia de los amores  de la desdichada pareja a los oídos de los habitantes del viejo continente.

Pero Tristán e Iseo va más allá de una trágica historia de amor. Es una narración llena de magia, de misterio. Habla de luchas contra dragones, de pócimas mágicas, sortilegios. También es una historia de aventuras de caballería, de duelos de honor, juicios de Dios. Caballerosidad y felonía, todo junto, fidelidad y traición, pasión, sentimientos todos ellos que encuentran cobijo en los protagonistas que llenan estás paginas y que propiciarán sus acciones. Fatalidad y dicha, siempre juntas, indivisibles, siempre unidas.

Montaron en sus corceles. El Morholt se cubrió con el escudo, bajo la lanza, espoleo su montura y  la empujo contra Tristán que lo recibió lanza en ristre, el cuerpo cubierto por el escudo. Tan fuerte fue el choque que las lanzas volaron en pedazos y los dos caballeros cayeron a tierra heridos.

Tristán recibe el encargo de su tío, el rey  Marcos, de marchar en busca de una esposa para él. Ella es Iseo. Una equivocación, un error,  traerá consecuencias trágicas. Un bebedizo, un hechizo  les llevará a la perdición. Tristán traiciona a su señor. Es el fin.

Alicia Yllera recoge en esta edición las aventuras y desdichas de los amantes a partir de poemas franceses del siglo XII.

La influencia de Tristán e Iseo llegó hasta el siglo XIX. El 10 de junio de 1865 se estrenó en Múnich Tristán e Isolda. Richard Wagner la compuso basándose en la leyenda medieval y transformando a partir de ese momento la concepción que se tenía de la opera.

Una música fascinante y una historia mágica. Palabra y música unidas indisolublemente, entrelazadas como dos amantes.  Ya nada será igual.

Tristan e Iseo en la Biblioteca de la UPM

Amigo Tristán, cuando muerto os veo, no hay razón para que yo siga viviendo. Habéis muerto por mi amor, yo muero por cariño hacia vos. No pude llegar a tiempo para curar vuestro mal, amigo; por vuestra muerte no podré volver a tener consuelo, ni alegría, ni solaz, ni placer.

Rebétiko: la mala hierba, de David Prudhomme

"Imperturbable y grave, como si fuera el único hombre sobre la faz de la Tierra, Markos fue el primero en tañer su instrumento." (p. 56)

David Prudhomme:

Rébétiko (la mauvaise herbe).

Paris: Futuropolis, 2009.

Rebétiko : la mala hierba.

Madrid: Sins Entido, 2010.

¿Se puede oír un dibujo? ¿Se puede pintar una melodía? ¿Es posible verbalizar un rasgueo del arco sobre la cuerda? Hace tiempo hubiera buscado la respuesta en Pascal Quignard, en las músicas de Debussy o Ravel. Ahora he obtenido de otro autor también francés una respuesta satisfactoria, aunque me haya tenido que dejar llevar de la mano de sus textos, trazos y colores hasta el otro extremo del mar y hacia un momento trágico ya separado de nuestras vidas por bastantes decenios de peripecias y avatares.

Casi todos tenemos algúnos clichés turísticos en la memoria, quien presume de cultivado algunas nociones impregnadas de helenismo clasicista. Pero en el fondo ¡qué poco sabemos de la Grecia moderna, de su historia difícil, de su cultura popular..! Por suerte en este flamante álbum los mismísimos Goya, Daumier, Toulouse-Lautrec y Bilal parecen arrimar el hombro para conseguir la magia de transportarnos a una confluencia crepuscular a orillas del Egeo: el desarraigo de la cultura griega de Asia Menor entre los refugiados que poblaron los arrabales de Atenas y El Pireo tras la derrota de 1922; el ocaso de un modelo tradicional de transmisión oral y de vivencia comunitaria de la música popular; y el fin del período de entreguerras, cuando sombras inquietantes y funestos presagios se ciernen sobre el destino del mundo. El otoño de una manera de vivir cuyos quejidos de agonía se convierten en música electrizante y en danza de resonancias cósmicas.

Hasta el propio amanecer del día cobra los tintes pálidos de la decadencia en este relato de crudeza fascinante que parece fundir en armonía los tonos de la tragedia clásica y del cine negro, del melodrama coral y del fresco histórico. Hete aquí que esta "mala hierba" -un cómic sin banda sonora (¡¡!!)- nos introduce en uno de los grandes géneros protagonistas de la música popular moderna, cuya falta de proyección quizás se deba al hecho de adscribirse a un área lingüístico-cultural de tamaño reducido. Magnífica obra, impecable edición y muy buena traducción. Ahora ya solo queda que algún amigo griego nos dé su opinión. Kali anagnosi!

 

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