Articulos de naturaleza, pueblos, campo, caza. Miguel Delibes

Cubierta de Miguel Delibes: artículos de ABCMiguel Delibes

Artículos de ABC

(Naturaleza, pueblos, campo, caza…)

Introducción, selección y notas

de José María Nieto López

2011

Este libro recoge una amplia muestra de artículos del escritor vallisoletano publicados en el diario ABC.

Probablemente, dentro de los temas que tocó Delibes  los más atractivos son los que tenían que ver con lo rural, con los viejos oficios campestres como el de  cepero o canaricultor. El campo es el protagonista  esta interesante  selección.

La recopilación está precedida de un estudio introductorio que, con vocación de pormenor, y a modo de inventario y curiosidad, muestra y analiza las cosas vertidas en esas colaboraciones: los pueblos, la fauna, la flora, algunos elementos geográficos, las viejas actividades rurales, las expresiones populares…

Muy oportunamente, para rematar el trabajo, se ha  añadido al final unos apartados o apéndices (14 páginas), como el glosario de términos, con preferencia rurales (que para los que no somos de campo nos resulta muy útil), y una lista completa y ordenada de los artículos publicados en el ABC.

Castronuevo

Se trata de una aportación importante a la bibliografía de Delibes que sirve para conocer y compartir un poco más su labor articulista y disfrutar de su prosa, pues, a fin de cuentas, conocer y compartir son dos de las cosas que más nos interesan en la literatura y en la vida.

Miguel Angel Toro

Miguel Delibes en la Biblioteca de la UPM

La muerte de Virginia, Leonard Woolf

La muerte de Virginia  (The journey not the arrival matters)

Leonard Woolf

Pocas personas dirán desconocer el nombre de Virginia Woolf, y en cambio muy pocos declararán su conocimiento acerca de Leonard, el eterno compañero de Virginia, su amparo y consuelo, su tabla de salvación; a veces su único contacto con una realidad que se le escapaba, y que en último término le conducirá al suicidio como un ejercicio de autocontrol e independencia.

Cubierta de La muerte de Virginia, Leonard WoolfImpresiona todo lo que tiene que ofrecer, no sólo como compañero vital sino como ciudadano comprometido con la realidad política y social, con el lento e imparable florecimiento cultural que supone publicar (durante más de 50 años) veinte libros al año de increíble valor, y gran amplitud (poesía, psicología, política, ensayo…).

Puedo comprender que la Editorial Lumen no se haya podido sustraer en este año 2012 a elegir esta parte de su extensísima autobiografía. Puedo disculpar que se haga referencia directa en el título a la muerte de su esposa, esa catástrofe en la vida de Leonard de dimensiones bíblicas, y sin embargo es tan sólo una parte de la inmensidad contenida en este escueto volumen de 216 páginas; por eso el título que escogió el autor: (es el viaje y no la meta lo que importa, The journey not the arrival matters) resulta mucho más ajustado.

¿Desea conocer la gestación, vida y supervivencia de una pequeña editorial independiente (Hogarth Press), la descripción de la actividad política en las comisiones parlamentarias (representando al partido lViginia Woolf y Leonard Woolfaborista), los comités de revisión salarial de los empleados públicos (como ex funcionario respetado), su apoyo incondicional a la liberación de la mujer, la vida londinense durante los bombardeos de la segunda guerra mundial, la vida y muerte de la Sociedad de Naciones en el periodo de Entreguerras (1919-1939), o un periplo por las relaciones personales en el grupo Bloomsbury? Todo ello está reflejado de una manera ligera y transversal, tremendamente natural e interesante. Es una narración en primera persona realizada por el autor con más de 80 años y en la que incluso se arriesga a expresar su deseo de una vida laboral que alcance una cota superior de 200.000 horas; esto es sin duda un valor no apto para mortales (300o horas/año durante 63 años, de los 20 a los 83) o al menos eso diría un abogado del diablo. Considerando que se estima en 10.000 horas la dedicación necesaria para alcanzar la maestría en cualquier entorno, Leonard Woolf  lo habría conseguido en 20 ámbitos distintos; parece bastante ajustado según lo que vemos descrito en sus memorias.

Me gustaría acabar la reseña incluyendo la recreación que se hace de esa increíble pareja en la película Las horas, especialmente en la escena de la estación (V.O. o doblada), donde se percibe con enorme intensidad la humanidad y sensibilidad de un Leonard que sufre y acompaña a una Virginia que lo quiere todo hasta el final: you cannot find peace by avoiding life, Leonard.

Leonard Woolf retratado por Vanessa Bell, la hermana de Virginia.

As a woman, I have no country

As a woman, I want no country

As a woman, my country is the whole world

Virginia Woolf

Virginia Woolf en la Biblioteca UPM

Shakespeare / Giuseppe Tomasi di Lampedusa

Cubierta de Shakespeare, Giuseppe Tomasi di LampedusaShakespeare

Giuseppe Tomasi di Lampedusa

NORTESUR

2009

Giuseppe T. di Lampedusa (1896-1957) fue autor de una sola novela, El Gatopardo. Aquel monumento escrito que narra la unificación de Italia y que llevó inolvidablemente al cine Luchino Visconti.

Menos conocido es que impartió, en su casa, un curso de literatura inglesa de 1953 a 1957. La lección dedicada a Shakespeare es la que publica de forma independiente la editorial Nortesur.

De la vida de  Shakespeare no se sabe con seguridad casi nada.

Retrato de Shakespeare

Esa falta de certezas,  ese misterio biográfico que le acompaña, ha dado lugar a que muchos estudiosos, como Lampedusa en este libro, repasen su obra  con lupa buscando en los personajes que inventó rasgos que puedan ayudar a descubrirle.

Teatro El Globo

La edición que nos ocupa es la obra de un erudito, de un buen conocedor y admirador de la obra de Shakespeare pero es también un libro libre y con sentido del humor. Lampedusa va citando por orden cronológico las obras del genio inglés y las va comentado de forma breve y sin prejuicios académicos. De este modo para los que han leído a Shakespeare  la obra resulta una delicia llena de complicidades y para los que  no lo han hecho -no nos vamos a engañar, leerle impone- sirve de amena aproximación.

El público (que asistía a las representaciones) estaba mayoritariamente compuesto por marineros y braceros, por taberneros y mujeres de mal vivir. Todos los marineros eran o habían sido recientemente, piratas. Eran los que habían saqueado Cádiz, los que habían degollado a los españoles de la Armada que habían sido arrojados por un temporal a las costas de Irlanda.

Tito Andrónico tuvo que gustar mucho a tan elegido público. Como no soy ni pirata, ni mujer de mal vivir, digo desde ahora que es ilegible.

Se trata de un libro curioso que desdramatiza, dentro de lo posible,  obras y personajes desde la novedosa perspectiva de un italiano.

Acerca de Enrique IV comenta Lampedusa   :

La joya de entre todos los personajes es Falstaff, joya de sabe Dios cuantos quilates, uno de los tres o cuatro personajes cumbre shakespereanos. Adorable gamberro, hombre de espíritu siempre invencible y siempre jovial, creación del más alto humor, todos nosotros daríamos diez años de vida por el privilegio de estar con él una hora.

Esa pasión y esa gracia aplicadas a la obra de William Shakespeare hacen muy recomendable la lectura de este libro.

Obras de Lampedusa en la Biblioteca de la UPM

Fukushima mon amour, (en defensa de GAIA y del humanismo global)

Cubierta de Fukushima mon amour, Daniel de RouletFukushima mon amour

Editorial Laertes

38 paginas

3 euros.

Daniel Roulet escribe una carta entrañable a una amiga japonesa que vive en Tokio  durante, e inmediatamente después, del accidente de Fukushima. Habla de una cultura tan ajena como la japonesa, capaz de lo mejor (una extrema sensibilidad) y lo peor (desde el gusto por las aletas de tiburón y el atún rojo a esa sumisión, impensable en nuestra mentalidad occidental). Está escrita desde la emoción, no esperen grandes valores científicos, pero sí una envidiable capacidad para la empatía y unos valores humanos que se revelan contra nuestro destino actual.

Quizás por eso mi subconsciente se resistía a hacer una reseña únicamente referida a este texto. He aprendido a no forzar la máquina y dejar que mi alma encuentre la inspiracion adecuada. Y aquí está: Las edades de Gaia, y La venganza de la tierra de James Lovelock.

James Lovelock es para mí el prototipo de superhéroe.  Nació en 1919; seFotografía de James Lovelock graduó en 1941 por la Manchester University, y se doctoró en medicina en 1948 por la London School Hygiene and Tropical Medicine. En 1961, después de enseñar en las universidades norteamericanas de Yale y Harvard, fue invitado por la NASA para colaborar en el proyecto Surveyor; fue durante este período, mientras experimentaba una nueva manera de detectar vida, cuando empezó a elaborar su teoría Gaia. Tras abandonar Estados Unidos (desencantado con la NASA y los grandes proyectos), se instala como «científico independiente», según su propia expresión, en el campo de Cornualles, en un laboratorio propio, donde sigue investigando, patentando inventos y escribiendo libros y trabajos científicos para revistas especializadas.

¿Por qué digo que es un superhéroe?  Pues porque desde el pensamiento más completo, abstracto, humanista y global, fue capaz de dejarlo todo estando en la cresta de la ola, y establecerse como científico independiente viviendo de la instrumentación científica que él mismo idea y fabrica.

Cubierat de Las edades de Gaia, James LovelockCubierta La venganza de la tierra, James LovelockEs importante apoyar la ciencia, pero también es importante saber trabajar  con mínimos recursos y sin  derrochar; y conocer los entresijos de la ciencia y de la técnica como artesanos ilustrados del siglo XXI comprometidos con nuestra sociedad y con las futuras generaciones.

James E. Lovelock en la Biblioteca UPM

Mundolibro, de Henry Petroski

“Los ingenieros saben que no pueden escapar a las leyes de la naturaleza -bien sea en el ámbito de la termodinámica o en el de la estantería ideal-, pero de vez en cuando conciben ingeniosas soluciones que ponen a la naturaleza contra las cuerdas.” (p. 121)

Henry Petroski:

  • The book on the bookshelf.
  • New York : Alfred A. Knopf, 1999.
  • Mundolibro.
  • Barcelona : Edhasa, 2002.

Henry Petroski pertenece a una interesante especie de autores empeñados en explicar el porqué y la génesis de realidades, objetos, hábitos y valores que de manera inconsciente damos por hechos en nuestra vida cotidiana, pero cuyo origen y largo desarrollo encierran no pocos intríngulis. En este caso es el turno de la simple estantería librera: sí, esa superficie desnuda cuya horizontalidad en principio no conduce a imaginar los vericuetos históricos que llevaron a su generalización. Por cierto que en esta época nuestra marcada por el multimedia, la ubicuidad informacional y la evanescencia de los soportes, resulta muy oportuno reflexionar sobre el modo en que los humanos fueron almacenando su información a lo largo de los siglos. Ergonomía y supervivencia obligan, como poco.

El título Mundolibro asignado a la edición española es ocurrente y tiene chispa pero deja escapar la ambivalencia semántica del original en inglés: El libro sobre el estante. Acostumbrados a tantas historias del libro o de las bibliotecas nos sorprende que Petroski tire por la vía de enmedio: la evolución del mobiliario. En ello radican su originalidad y la perspectiva nueva que aporta a la Historia de la cultura.

Estamos ante una obra concisa  y sintética, pero también curiosa desde el punto de vista estrictamente literario. El objetivo del libro obliga a Petroski a afinar en la descripción física de los objetos y sus componentes, su posición en los espacios que ocupan y sus relaciones físicas con las personas. De modo que su lectura proporciona un goce espacial y geométrico muy particular que me ha recordado los Ejercicios de estilo de Raymond Queneau o las Instrucciones para subir una escalera de Julio Cortázar. Además el propio Petroski introduce sus propias ideas personales como bibliófilo y bricoleur de estanterías. El apéndice final titulado Orden, orden es descacharrante: recoge con exhaustividad las distintas maneras de distribuir una biblioteca particular en función de los caprichos y disposiciones neuróticas de cada propietario-tipo.

“Una modalidad audaz de ordenar los libros no leídos entre los leídos consistiría en remontarse hasta la Edad Media y disponer aquellos que están por leer con el lomo hacia dentro. Ello no solo añadiría cierto misterio a nuestra librería, sino que podría convertir la lectura de libros nuevos en una aventura. En la medida en que es improbable que los libros no leídos puedan ser reconocidos por sus cortes delanteros, la elección de un título para leer resultaría un juego de intuiciones, a menos que su identidad quedara revelada por un estricto principio dominante de ordenación.” (págs. 345-346)

Cualquier rato dejamos inadvertidamente que nuestra vista surfee sobre los volúmenes alineados. O que nuestras manos se posen sobre la apetecibles cubiertas que nos llaman desde el expositor de novedades del campus. Mundolibro nos habrá explicado el largo y apasionante devenir humano hasta llegar a esa actitud nuestra, en ese preciso instante…

Esta y otras obras de Henry Petroski en: Bibliotecas de la UPM.

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