Nigel BARLEY, El antropólogo inocente

Nigel Barley, El antropólogo inocente.

Barcelona : Anagrama, 1989

Al acercarnos a este libro podríamos pensar que se trata de un libro de antropología. Y tendríamos razón. Pero también podríamos pensar que se trata  de un libro de humor. Y tendríamos más razón todavía ya que se trata de uno de los libros más divertidos que sobre este (y cualquier otro) tema se haya escrito.

Harto de ejercitar la antropología teórica, Barley llega a la conclusión que lo que necesita hacer es lanzarse a la aventura y pasar dos años (nada menos) instalado en una choza de barro para estudiar al pueblo Dowayo en Camerún, a lo Marvin Harris. Lo hace animado por las experiencia narradas por compañeros de universidad que le hacían sentir como un antropólogo de gabinete.

Su error fue pensar que lo que le contaban los antropólogos experimentados o las propias monografías de los clásicos de la materia era toda la verdad.

Las dificultades de Barley empiezan con los surrealistas trámites administrativos para lograr el permiso de estancia en el país dowayo y siguen con sus problemas con los bancos locales, las enfermedades varias que tiene que padecer y que casi acaban con él o los problemas de comunicación que hacen que, queriendo interesarse por la salud del jefe de la tribu, le pregunta en realidad si ha copulado con el herrero.

Hilarantes peripecias del día a día del antropólogo, que nunca se explican en la facultad y que aquí tienen el mismo protagonismo que otros aspectos más formales que te permiten conocer a la vez la forma de vida del pueblo dowayo.

Todo narrado con un gran sentido del humor en la mejor tradición británica. Como muestra la dedicatoria del libro,“al Jeep” o la forma cómo describe la cerveza dowaya que te lleva directamente del estado de sobriedad al de resaca, ahorrándote el paso intermedio de la ebriedad.

Barley no sólo es el autor, sino también uno de los personajes más elaborados del libro junto con el traductor, del que se sirve para entender las intrincadísimas costumbres dowayas, o el propio jefe de la tribu.

Nigel Barley se doctoró en antropología por Oxford , y posteriormente dedicó dos años al estudio de esta tribu del Camerún. Después de esta experiencia, el autor se incorporó al Museo Británico, cuyo departamento de publicaciones editó este texto como curiosidad. Nigel Barley hace con la antropología lo que Gerald Durrell hizo con la zoología.

Y si después de leer este libro os quedáis con ganas de más podéis seguir disfrutando con : “Una plaga de orugas: el antropólogo inocente regresa a la aldea africana” del mismo autor.

Nigel Barley en la Biblioteca UPM

Mi familia y otros animales / Gerald Durrell

Cubiertas de Trilogía de Corfú, Gerald Durrell

Mi familia y otros animales

Bichos y demás parientes

El Jardin de los dioses

Alianza Editorial, 2002

Alguien podría pensar que este es uno mas de los libros que describen el deslumbramiento de un inglés ante el fulgor del Mediterráneo pero, existiendo verdaderas joyas en el género, esta obra es bastante más.

La familia Durrell  llega a Corfú en 1935, Gerald tiene diez años,  huyendo del clima británico y vivirían en la isla griega hasta 1939.

Gerald Durrell, San Espiridión

El libro es un delicioso conjunto de recuerdos infantiles contados con enorme sensibilidad, asombrosa eficacia y un finísimo sentido del humor, que en pasajes como el que narra la procesión del patrón de la Isla, San Espiridión, llega a resultar directamente tronchante.

El amor por la naturaleza y en particular por los animales inunda las páginas. El niño descubre en Grecia los animales más pequeños y los observa durante horas. Luciérnagas, tijeretas, cigarras, grillos:

Al atardecer, cuando refrescaba, las cigarras dejaban de cantar: su puesto lo tomaban entonces las verdes ranitas de San Antón, adheridas a la humedad de las hojas de limonero junto al pozo.

Después Gerald Durrell  dedicaría su vida a los animales. Creó una fundacion, el Parque Zoológico de Jersey y escribió numerosos trabajos sobre los animales en peligro de extinción y la cría en cautividad.

Hay libros extraordinarios que nos regalan para siempre la imagen de un país, que le ponen luz, temperatura y colores a una ciudad o a un paisaje que no conocemos.  Estoy en deuda con  Mi familia y otros aninales porque Corfú para mí es el sonar de las cigarras bajo los olivos, a la hora  de la siesta, tal como la describe  Gerald Durrell.

Fotografía de Gerald Durrell

La obra es una trilogía que ha sido traducida y reeditada sin parar desde su publicación en los años cincuenta de siglo pasado.

Libros de Gerald Durrell en la Biblioteca de la UPM

Autobiografía de un hombre feliz por Benjamin Franklin

Benjamín Franklin

Autobiografía de un hombre feliz

Sunrise (Florida) : Taller del Exito, 2006

Cubierta de Autobiografía de un Hombre Feliz, Benjamín Franklin“Mi padre me enseñó que nada que no sea honesto puede ser útil”

Benjamin Franklin es un ejemplo de liberalidad autodidacta que surge en un nuevo mundo en ebullición. Artesano, filósofo y científico participó en el proceso de independencia de los Estados Unidos de América, cuya declaración en su segunda frase emplea esta hermosa aseveración en defensa de los derechos individuales: We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness.

Cubierta de Franklin`s autobiography

La autobiografía de Benjamin Franklin, un hombre feliz, es fácil de encontrar en Internet en diversas versiones (incluido audio) y puede resultar muy atractiva por las anécdotas azarosas que relata, y como ejemplo de método de introspección y auto-superación.

Podemos ofrecer sus primeras líneas para abrir boca…

Having emerged from the poverty and obscurity in which I was born and bred, to a state of affluence and some degree of reputation in the world, and having gone so far through life with a considerable share of felicity, the conducing means I made use of, which with the blessing of God so well succeeded, my posterity may like to know, as they may find some of them suitable to their own situations, and therefore fit to be imitated.

Benjamin FranklinThat felicity, when I reflected on it, has induced me sometimes to say, that were it offered to my choice, I should have no objection to a repetition of the same life from its beginning, only asking the advantages authors have in a second edition to correct some faults of the first…
Franklin buscaba cultivar su carácter mediante un plan de trece virtudes que desarrolló cuando tenía 20 años (1726): templanza, silencio, orden, resolución, frugalidad, diligencia, sinceridad, justicia, moderación, limpieza, tranquilidad, castidad y humildad.

Algunas de sus frases más célebres pueden encontrarse en proverbia.net:

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días

Benjamin Franklin en la Biblioteca UPM

Diarios de Zenobia Camprubí

Cubierta de Diario: 1. Cuba (1937-1939). Zenobia CamprubíDiarios (Cuba, Estados Unidos, Puerto Rico)

Zenobia Camprubí

Alianza, 2006

 

Estos diarios que podíamos llamar íntimos tienen un interés múltiple. Además de trasladarnos a la vida cotidiana del matrimonio Jimenez Camprubí nos muestran la vida del exilio español en América durante, y después, de la Guerra Civil española.

Zenobia, aunque nacida en Cataluña, era la hija de un ingeniero de caminos navarro y una rica norteamericana de origen puertorriqueño. Sus padres se separaron pronto y ella pasó temporadas en EEUU, donde tenía familia y  amigos, y otras temporadas en España donde vivía su padre.

Conducía su coche, viajaba sola por el mundo, puso una tienda de artesanía popular en Madrid en los años 30, era una lectora incansable y formó parte del Lyceum Club Femenino de Madrid donde conoció a mujeres como María de Lejárraga, Victoria Kent o Carmen Baroja. Era una mujer moderna.

Era además alegre, cosmopolita y muy sociable,  y aunque estaba lejos de ser una intelectual, si era una mujer culta. Escribía desde niña sus diarios y sus relatos en los dos idiomas. El primero de ellos se publicó en 1902 cuando tenía 14 años.

Conoció en 1913, en Madrid, a Juan Ramón Jimenez, se casaron en 1916 en Nueva York  y le dedicó su vida entera desde entonces.

Durante el larguísimo viaje que hizo el poeta solo desde Madrid hasta Nueva York para casarse, tomó notas por tierra y por mar, y esas notas serían luego su obra titulada Diario de un poeta recién casado.

Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez

Vivireron en Madrid hasta que empezó la Guerra Civilº y se marcharon exiliados a América, nunca volvieron.

En el terrible exilio escribió estos diarios intimos que publicó Alianza y que eran el lugar donde se encontraba con ella misma, donde recuperaba la fuerza que le era necesaria para seguir con una vida tan difícil e ingrata como la que le tocó vivir.

Sus páginas están llenas de España; esperar noticias de la Guerra Civil, de los amigos, de los familiares, (en el frente del Ebro murió un sobrino de JRJ), la preocupación constante por los niños españoles, por sus papeles que ¿seguían? en su casa de Madrid. En América se relacionan con otros intelectuales españoles exiliados, no tienen apenas dinero, ella da clases de español para aliviar la situación, el se deprime tan lejos de su paisaje y tan solo, ella le intenta animar de mil maneras. Soledad, añoranza, y una manera de contar su día a día con una frescura y una verdad que atrapan.

Los tres lugares donde vivieron el exilio se corresponden con los tres tomos de la obra:

Cuba (1937-1939)

Estados Unidos (1939-1950)

Puerto Rico (1951-1956)

Zenobia hizo de agente literario, de psicólogo, de secretaria, de enfermera, de traductora  y renunció a todo su mundo, sus amigos, su familia, sus viajes y su bienestar por Juan Ramón Jimenez y su obra.  En ocasiones, cuando conocía a algún  profesor interesante en la universidad donde daba clases le pedía que fuera a su casa para que estimulara la mente de Juan Ramón.

Fotografía de Zenobia Camprubí

29 de noviembre de 1937. Lunes

Por la tarde me quedé en casa leyendo y escribiendo. J.R. tenía visita y me trajo un pequeño ramito de rosas para que me hicieran compañía mientra él estaba fuera. Siempre hace estas cosas tan calladamente que una tiene que mirar alrededor para descubrir que las ha hecho. Muy pocas veces es efusivo, pero constantemente tiene estas manifestaciones silenciosas de la emoción de su espíritu.

 

 

 
 

Entre limones, Chris Stewart

Cubierta de Entre limones, Chris StewartChris Stewart
Entre limones
Barcelona: Almuzara, 2008

 

Este es un libro con el que te mueres de risa.

Eso solo ya es una razón para leerlo pero es que, además, es un libro delicioso.

Entre limones cuenta la vida de un inglés en la Alpujarra. Eso no me pareció una buena tarjeta de presentación porque me parecía imposible que se pudiera mejorar el binomio tras haber disfrutado tanto con Al sur de Granada de Gerald Brenan, así es que miré a este advenedizo copión con muchas reservas.

El británico esta vez se llamaba Chris Stewart, es músico, ha sido batería del grupo Génesis, y sigue viviendo en La Alpujarrra, cerca del pueblo de Orgiva.

Cristóbal, como le bautizaron rápidamente por aquellas sierras, se enamoró de la Alpujarra en cuanto llegó. Tal fue el flechazo que se  quería comprar la primera casa que le enseñaron y acabó adquiriendo, en 1988, un cortijo, llamado El Valero, sin agua, sin luz, sin camino, y al que solo se podía llegar en mula o en caballo. Fotografía: Dos palomas en El Valero.

El libro describe con mucha gracia su adaptación a las formas y costumbres de vida de la zona. Nos  descubre los múltiples aspectos de la peliaguda situación y comprendemos divertidos las dificultades sin fin a las que se tiene que enfrentar el simpático Stewart si quiere sobrevivir de una geografía tan agreste y hostil como es la Alpujarra.

Asistimos, más divertidos todavía, a las reacciones de los vecinos; desde el que intenta sacar tajada de su aparente inocencia  -los extranjeros parecen a muchos, solo por serlo, gente simple-, al que le hace la vida fácil con una total generosidad. Aparecen en sus aventuras otros extranjeros que viven en la zona, estamos repoblados por las más variadas nacionalidades en esos recónditos rincones y montes andaluces. Cristobal vive rodeado de holandeses, alemanes, franceses, colectivos internacionales de hippies…

Entre limones invita a reflexionar, además, sobre la idiosincrasia española, granaína y alpujarreña, y hace que nos encontremos, además, con algunos de nuestros vicios capitales. Las críticas, pocas, nunca hieren porque el autor del libro es el primero en mofarse de sí mismo y de buena parte de sus limitaciones como cortijero autónomo y autosuficiente.Fotografía: Chris Stewart con un pastor en la Alpujarra.

Para rematar esta lectura hace que soñemos con aquellos caminos y paisajes escarpados, habla mucho de la naturaleza, nombra cada planta, cada árbol: moreras, higueras, naranjos, a cada animal y el flamante cortijero está permanentemente maravillado ante una vegetación tan feliz y generosa.

Stewart no es un escritor, aunque ya es autor de varios libros, se quiere convertir -y se convierte- en campesino. No quiere repetir en España su vida de Inglaterra, como tantos compatriotas británicos hacen y han hecho en los lugares más remotos, el quiere empezar aquí una existencia por entero diferente.

Recomiendo mucho esta lectura, Stewart posee una mirada enormemente atenta, buen gusto, un sentido del humor delicioso y describe con precisión los sucesos que le ocurren y las cosas que ve.

Además nos regala elegantemente una visión muy positiva de todo lo que le ocurre.

Mi mayor placer es el olor y la belleza del azahar. Nunca volvería a Inglaterra; no puedo pensar en vivir en un sitio sin naranjos.

 

Chris Stewart en las Bibliotecas de la UPM

 

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