Historia del poder en Europa: pueblos, mercados y estados. Wim Blockmans

Dentro de la iniciativa “Campus Sur lee, la Biblioteca de Campus Sur UPM nos comparte una nueva lectura. Podéis seguirles en su canal de YouTube “Campus Sur lee”.

Historia del poder en Europa: pueblos, mercados, estados en la Biblioteca UPM

La ciudad como caldo de cultivo

El desarrollo de las ciudades, que comenzó en Italia durante el siglo X y se propagó a toda Europa con grandes variaciones de ritmo e intensidad, fue en su origen un fenómeno total mente extraño al mundo feudal. Que los señoríos produjeran mayores rendimientos y acabaran por estar superpoblados, como consecuencia de los avances de la paz y de una explotación intensiva, no fue nunca un objetivo deliberado de la clase militar. Más aún, hasta cierto punto iba en contra de sus intereses, porque ponía en peligro todo el sistema mayoritariamente autárquico de los señoríos. Con la mejora de las condiciones de vida sobrevivían más personas que en los siglos anteriores, de suerte que no todas podían permanecer atadas a la tierra, y hubo que conceder cierta libertad de movimiento a la mano de obra superflua. Del reconocimiento de ese derecho brotaron diferencias apreciables de estatuto entre el campesinado de las tierras recién puestas en cultivo y el de los siervos de los antiguos señoríos, lo que aceleró aún más la movilidad. Desde entonces no sólo la mano de obra sino también la producción se orientó hacia el mercado incipiente, y el sector agrario empezó a mercantilizarse. Todo ello aconteció sin la colaboración consciente de militares y clérigos, que en su condición de grandes terratenientes eran, sin embargo, los grupos rectores de la sociedad. Fue le fruto inesperado del fin de las invasiones, del aumento de la seguridad y de la buena gestión de los señoríos.

Amberes: Fonds Mercator Paribas, 1997

La vuelta a Europa en avión. Manuel Chaves Nogales

Barcelona: Libros del Asteroide, 2012

Disponible en Biblioteca UPM
Manuel Chaves Nogales, redactor jefe del Heraldo de Madrid se embarcó  en el verano de 1928 en un apasionante viaje de 16000 km visitando la Europa de la posguerra. Una crónica de ese viaje al servicio de los lectores de entonces del diario madrileño y que ahora podemos disfrutar nosotros.

Volar sobre una ciudad como Berlín durante la noche es el espectáculo más grandioso que nos puede ofrecer la civilización…

Imaginad un firmamento mucho más vasto que el que puede abarcarse estando a ras de tierra y poblado con muchas más estrellas que estrellas hay en el cielo; muchas más y mucho más brillantes. El firmamento de la Divinidad, el firmamento que ha hecho creyentes a los hombres y divinos a los poetas, es, frente a este firmamento mentido por nosotros- uno arriba y otro abajo-, un pobre y triste espectáculo. La mise en scène de la Divinidad es más pobre que la de los alemanes; el espectáculo del firmamento auténtico. Hay entre ellos la misma diferencia que entre una revista montada por Folies Bergère y la misma revista representada en un teatrito de provincias. El Creador va a tener que echar mano de un nuevo electricista para mantener la competencia con los alemanes.